Cañón Alímbico

El Cañón Alímbico (Alimbic Cannon en inglés) es un objeto que aparece en Metroid Prime Hunters, siendo un elemento crucial para la trama.

Características[]

Descripción[]

El cañón alímbico es una máquina de gran tamaño compuesta por una base con seis patas que sirven de sujeción al suelo y una prolongación con una base circular capaz de girar y un extremo alargado con puntas espinosas que rodea la abertura del cañón. Al activarse el cañón, dispara ondas azuladas de antimateria polarizada a una velocidad superior a la de la luz, que producen una falla dimensional que abre el vacío infinito.

Los Alímbicos crearon este cañón para encerrar a Gorea en el vacío infinito y, que de esta forma, no pudiese salir de la Mazmorra ni herir a nadie más. El cañón es activado con ocho octolitos y está ubicado en una zona desértica de Alinos. Es operado desde una sala de control.

Apariciones[]

Aparece en Metroid Prime Hunters. El cañón es mencionado en las crónicas alímbicas y es visto en una secuencia de la sala del cañón alímbico, tras obtener los ocho octolitos, donde abre el vacío infinito y libera la Mazmorra.

Crónicas[]

Cañón Alímbico 01

Entrada del Banco de Datos

Crónica

Metroid Prime Hunters

Lanza potentes ráfagas de antimateria polarizada que viajan a una velocidad superior a la de la luz siguiendo una frecuencia determinada en dirección a coordenadas específicas. Abre así una falla dimensional conocida como el Vacío Infinito.

Cañón Alímbico 02

Entrada del Banco de Datos

Crónica

Metroid Prime Hunters

Esta máquina abrió el Vacío Infinito en el que aprisionamos a Gorea. Hay que reunir ocho Octolitos para reactivarla.

Cañón Alímbico 03

Entrada del Banco de Datos

Crónica

Metroid Prime Hunters

Una vez que atrapamos a Gorea en la Esfera Carcelaria, encerramos esta en una prisión de la que no había escapatoria.

Cañón Alímbico 04

Entrada del Banco de Datos

Crónica

Metroid Prime Hunters

Gracias al Cañón Alímbico, logramos abrir el Vacío Infinito y ocultamos la prisión de Gorea en su interior. Al ubicar la prisión en una dimensión paralela, nos aseguramos de que esta abominación no pudiera ni escapar ni ser liberada de forma accidental.