Las Máquinas Descontaminadoras (Decontamination Equipment en inglés) son máquinas creadas por los Señores de la Ciencia. Se mencionan en Metroid Prime 3: Corruption.
Características[]
Descripción[]
Tras la gran guerra entre los Señores de la Ciencia y los Primarios, los primeros fueron vencidos finalmente y se retiraron a un santuario oculto, donde se dieron cuenta que los siglos de conflicto marcaron negativamente el medio ambiente de Bryyo, así que comenzaron la tarea de salvar las pocas tierras fértiles que aún quedaban.
Para lograrlo, construyeron máquinas de aspecto triangular que pudieron absorber las toxinas del aire y la tierra, pero que no fueron capaces de restaurar el clima, además que el lanzamiento de estas máquinas reveló la posición de los Señores de la Ciencia a los Primarios, entonces fueron cazados hasta quedar un único sobreviviente que logró huir a un yermo.
Tiempo después, este último sobreviviente trató de mejorar el equipo creado para convertirlo en un medio de defensa contra un leviatán que iba a estrellarse en un futuro, visión que tuvo una profetisa que conoció en cierto momento. Se desconoce cómo estos artefactos iban a defender el planeta, posiblemente se les instalarían armas.
Apariciones[]
Las máquinas son mencionadas en los Datos de Bryyo, en Metroid Prime 3: Corruption, pero nunca aparecen físicamente en el juego, teniendo solo una representación visual en el mural de un documento, llamado Los exiliados, con una apariencia triangular.
Banco de datos[]
Los exiliados
- Mientras los vencedores celebraban la victoria, algunos de los Señores de la Ciencia nos reunimos en secreto... Entonces fue cuando se nos cayó la venda de los ojos y vimos lo inútil que era la guerra y el peligro en el que había puesto a Bryyo. La contaminación resultante de las innumerables batallas pronto echaría todo a perder... Si no hacíamos algo, el planeta perdería las pocas tierras fértiles y manantiales de agua aún disponibles. Una vez más, nuestras mentes se centraron en un objetivo: salvar el planeta. Mientras nuestros enemigos nos buscaban sin descanso, los últimos Señores de la Ciencia construimos máquinas y las hicimos despegar hacia los cielos.
La salvación
- Las máquinas de los Señores de la Ciencia realizaron su tarea a la perfección: absorbieron la contaminación presente en la tierra y el aire, y se salvaron las tierras fértiles que quedaban. Sin embargo, el clima de Bryyo había cambiado para siempre: una de sus caras era un desierto de fuego y la otra un glaciar oscuro.
- Además, el lanzamiento de las máquinas reveló la localización de la base de los científicos y las brillantes luces del cielo encendieron los corazones de sus antiguos enemigos. Temiendo un nuevo ataque, los Primarios enviaron de nuevo a sus guerreros a acabar con ellos. Los científicos teníamos las horas contadas.
La profecía
- El tiempo pasó y yo envejecí, ni el poder combinado de la magia y la ciencia podían engañar a la muerte para siempre. Pronto comprendí que para proteger Bryyo necesitaría un sucesor. Pero, ¿dónde encontrar uno en este mundo lleno de odio por la ciencia? Tras largo tiempo, casi por casualidad, encontré a una joven vagando por los yermos. Era una profetisa que buscaba sin descanso al último Señor de la Ciencia para contarle sus visiones. En ellas, la muerte venía de las estrellas. Juntos, empezamos a mejorar las máquinas descontaminadoras para preparar al planeta ante la catástrofe que se avecinaba.