Continuación del blog anterior, La Ira de Samus - Parte 2, esta vez siendo la secuela directa de Distopía. Sombras del Caos es la tercera, y última, parte de esta trilogía.
Luego del triunfo del MNE en la Batalla de Nueva Atlantis, la Tierra ha caído en manos de Samus Aran y de su nuevo aprendiz, Soren Angseth. Con Samus recuperando gradualmente su poder, ha conquistado muchos territorios de la Federación, quedando únicamente en pie los territorios abarcados desde las fronteras Dasha, Démeter y Kalandor, mismas que resisten los asaltos de Samus y su ejército. Sin embargo, aprovechando que ambos bandos están en un punto muerto, una tercera facción está presente. ¡Es el Discípulo Mayor y los Piratas Espaciales! Y no están solos, tienen con ellos a millones de personas infectadas con parásitos de Phazon en sus cerebros, gente que se mueve entre los territorios de la Federación y del MNE causando todo tipo de problemas. ¿Qué sucederá en esta guerra de tres facciones, llamada Segunda Guerra del Phazon? Acompaña a Samus y a Soren para averiguarlo en esta conclusión a la trilogía.
Situación actual[]
Prólogo
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Dos años después |
Lo que parecía ser una victoria por defecto para la Federación, terminó siendo una derrota cuando Samus Aran recuperó su cuerpo y dirigió en persona el asalto contra la ciudad. Pero no estaba sola, pues además de contar con su Orden Metroid y otras tropas del MNE, a su causa se unió el cazarrecompenas Soren Angseth, quien en ultimadamente se había hecho de una reputación positiva debido a sus acciones en contra del MNE cuando ambos todavía eran enemigos. Ellos juntos hicieron posible la aplastante derrota de la Federación en la Tierra, Nueva Atlantis cayó y en el planeta se consolidó el Mancomunado. Desde entonces ha pasado dos años, y en este lapso tan breve han ocurrido muchos acontecimientos importantes. Al saberse que Tyhun Mura era la auténtica Samus, el Discípulo Mayor de escindió del MNE, a él lo siguieron los reunificados Piratas Espaciales e incluso N-Yul, pues ella tenía la personalidad de un auténtico Pirata debido al organismo oscuro que la tenía poseída, que a su vez poseyó anteriormente a un Pirata de Choque. A primera vista parecería que esto debió debilitar al MNE todavía más, pero no en realidad, pues Sagnar ocupó el puesto de Almirante Mayor y así la armada se mantuvo cohesionada y fuerte. De esta forma, el avance de Samus y Soren fue imparable, su ejército de liberación hizo caer a las fronteras del sur y del este, sin embargo hubo complicaciones en Daiban y en los sectores que abarcan las fronteras Démeter, Kalandor y Dasha; la Federación logró resistir, y así tanto ellos como el MNE llegaron a un punto muerto. En un intento de invasión a Daiban, el Presidente Yvarit Olrox falleció cuando estaba siendo evacuado, sin embargo el planeta no pudo ser tomado. Sin ninguna autoridad, ni siquiera del Consejo Supremo siendo que el MNE llegó a asesinar a múltiples líderes y políticos, el ejército asumió el poder del gobierno con Castor Dane a la cabeza. Dos años pasaron con las hostilidades al mínimo entre ambas partes, hasta que alguno de los dos pudiera encontrar la forma de continuar con la guerra y derrotar al oponente. Pero ambos, Samus y Dane, tenían otro problema con el cual lidiar: las acciones del Discípulo Mayor, es decir Narog, y las millones de personas que infectó con parásitos bajo su alter ego de Kalpamos. Mediante los infectados, Narog era omnipresente y podía coordinar todo tipo de ataques terroristas en contra de sus dos enemigos, la mayoría siendo atentados suicidas; y si eso pareciera poco, Kalpamos estaba muerto luego de lo que sucedió con Weavel en la Tierra, y Narog se hizo pasar por él, de esta forma convenció a gran parte de sus fieles, aquellos aún sin parasitar, a levantarse en armas contra la Federación y el MNE. En otras palabras, tanto Samus como Dane tenían al enemigo en casa, razón por la cual ambos tomaron medidas extremas contra los fanáticos armados y los infectados. Ley marcial en zonas con altas concentraciones de fanáticos, prohibición del culto a la Luz Eterna, rigurosos controles médicos y el aislamiento de aquellos infectados tanto de los parásitos como del Virus A-20, que en muchos casos eran ejecutados y arrojados en fosas comunes. El Discípulo Mayor no tenía necesidad de incursionar sus tropas regulares en alguno de los dos territorios, no con los fanáticos e infectados de su lado. Y el Phazon… Las tres facciones lo han estado aprovechando en mayor o menor medida, pero era un hecho que los Piratas Espaciales, gracias a su experiencia y el conocimiento de Narog, le sacaban un mejor provecho a diferencia de sus enemigos. Era cuestión de tiempo para que emprendieran una conquista de inenarrables magnitudes hacia toda dirección posible, llevar la luz del Phazon más allá de los horizontes conocidos. Por estas razones, era de vital importancia para Samus encontrar a Narog y darle caza antes de que pudiera hacer más daño del que ya había hecho. Ella sabía que Narog se refugiaba en Valrein, el planeta donde revivió luego de su largo letargo desde Phaaze, pero Samus no podía ir a Valrein tan fácilmente, no existiendo el otro sistema cercano donde se encuentra Permalux, el planeta donde los Piratas Espaciales han construido una inmensa fortaleza natural y que la Federación fracasó en tomar previamente. Debilitados el MNE y la Federación, organizar un ataque a Permalux sería una osadía para ambas partes, ninguno tenía el poder que se requería para derrotar al Ejército Pirata y a su comandante, N-Yul, mano derecha de Narog. Pero Samus no estaba dispuesta a darse por vencida, y luego de un largo tiempo planificando su próxima estrategia, decidió que había llegado el momento de actuar y cambiar el rumbo de la guerra. Solo ella era capaz de tomar la iniciativa en este conflicto junto a su leal aprendiz favorito. El Mancomunado marchando hacia una nueva batalla con tal de destruir finalmente al Phazon y aplastar a sus oponentes, la Federación reorganizándose en lo que queda de ella para recuperar lo perdido, y el Discípulo Mayor atacando desde las sombras con el fin de hacer realidad la visión de su Mesías… |
Días oscuros[]
Capítulo 1
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Práctica |
Samus abandonó el anterior estandarte del MNE, que era el mismo que el símbolo de los Piratas Espaciales con algunos detalles extra, en favor del primer estandarte que usó cuando su organización recibía el nombre de los Sucesores de los Altos. De igual forma trasladó nuevamente su sede principal a la Tierra, usando el capturado Cuartel General de la Federación como su nueva base; todavía tenía a Ángiran F luego de ser recuperado de las manos de la Federación, y se hecho se convirtió en su segunda base de mayor importancia, pero la Tierra era el punto de partida de su ejército para incursionar en lo último del territorio de la Federación, y por eso el cambio. Aun así, Ángiran F seguía siendo el lugar de entrenamiento para la Orden Metroid, y no fue la excepción con Soren Angseth, el “traidor” como ha sido nombrado entre la Sociedad de Cazarrecompensas y la Federación. Para que estuviera a la altura de la Orden, su mapa genético tuvo que ser modificado con ADN Chozo, cosa que no alteró su aspecto original y además le permitió superar los límites humanos; los otros miembros de la Orden eran diferentes, mostraban rasgos físicos de un Chozo, pero eso fue porque desde un inicio se gestaron como híbridos. Y así, por dos años Soren estuvo bajo la tutela de Samus y de los miembros de la Orden cuando ella no podía estar presente, sudó y sangró como nunca lo había hecho, incluso hubo algunos que creían que él no duraría más allá de un mes, pero aquellos tuvieron que tragarse sus palabras cuando se enteraron de que Soren vivió para contarlo, y que además se convirtió en la mano derecha de Samus… En otras palabras, Soren hizo realidad uno de sus sueños con mucho esfuerzo, y toda esta dedicación también le fue recompensado con otro premio. Siendo una sorpresa, Samus (sin su armadura) llevó a su pupilo a los laboratorios de desarrollo de armas en Ángiran F.
Cruzando puertas y corredores ambos llegaron al laboratorio 1, donde de entre todas las cosas presentes destacaba una armadura metálica en el centro, contenida en una cápsula y conectada a una serie de cables. De color predominantemente naranja con el peto rojo, una mascarilla alargada hacia el frente en forma del pico de un ave y luces verdes en manos y pecho.
Junto a la cápsula había un panel con un botón rojo que Soren pulsó, esto abrió la cápsula y la réplica quedó expuesta. En eso, Soren notó que la armadura movió un dedo, y de ahí se abalanzó sobre el cazarrecompensas como si fuera a atacarlo, pero no fue así, sino que ambos se fundieron en un destello que duró cerca de cinco segundos hasta desaparecer. Entonces, la cápsula quedó vacía y Soren siguió ahí, con los brazos puestos al frente en forma de x como si hubiera querido defenderse de la reacción violenta del Traje; sintiéndose aparentemente bien, Soren bajó poco a poco la guardia.
Soren cerró sus ojos y respiró profundo, se tomó su tiempo y parecía un monje budista en meditación profunda. Siendo la primera vez que hacía este proceso, se tardó un poco a diferencia de Samus quien ya era capaz de materializar su Traje en un segundo. A Soren le tomó un minuto materializar la primera capa de la armadura, es decir el Traje Zero. Oh, es cierto, no sabes exactamente qué es el Traje Zero. En términos básicos, forma la primera capa del Traje, aparece alrededor del usuario luego de un breve destello, por eso es que no tiene ni cremalleras ni botones.
Cinco minutos necesitó Soren para mostrar su armadura réplica, en ese lapso aparecían y desaparecían fugazmente, alrededor de él, múltiples piezas de su Traje, ninguna sin poder mantenerse activa por mucho tiempo hasta que el tiempo pasó y Soren pudo mantener la armadura completa, sin ninguna clase de interrupción.
Bajo un riguroso entrenamiento, Soren aprendió a mantener la calma y la concentración incluso cuando las cosas se ponen complicadas, solo así fue como eventualmente pudo ser capaz de materializar su réplica en menos de un segundo, tal como dijo Samus. Esta hazaña la consiguió en los valles hostiles de Ángiran F, ahora infestados de Gel Fuel gracias al Proyecto Regeneración.
La réplica de Soren estaba hecha para que el blindaje del antebrazo derecho pudiera alterar su forma de acuerdo con el brazo prostético de su portador, así que cuando Soren activó su módulo de lanzamisiles no hubo problema alguno. Apuntó la retícula hacia el pilar del centro y disparó, la explosión resultando derribó la roca junto con las otras dos a su lado.
Soren restauró su brazo y miró la dorsal de su mano derecha, notando la existencia de cinco diamantes verdes localizados en sus nudillos en el centro de la dorsal. Acabando de mirar empuñó su mano, acción que iluminó los focos verdes en forma de diamente, y seguidamente le propinó un golpe a la roca, destrozándola casi en su totalidad.
El visor tenía acceso a todo tipo de archivos y documentos hallados en las redes, desde la Cosmonet hasta los Archivos de la Federación; también podía descargar información de criaturas y elementos varios, otorgando así una descripción detallada de cada cosa; y lo más interesante quizás es su capacidad para interferir en sistemas protegidos con ciertos niveles de seguridad. Una herramienta muy útil en la exploración y también en el combate.
Soren pasó a usar su pistola estándar, bastándole con tres balas de partículas para destruir a un solo Zoomer; con ellos muertos aparecieron otros más, un largo grupo que lo rodearon y que lo obligaron a usar su subfusil para matarlos con rapidez. Impidió que se acercaran demasiado, pero luego de haber acabado con la mayoría de ese grupo emergieron algunos Limer, y los especímenes de Ángiran F estaban acorazados. Soren lo sabía y por eso pasó a usar su rifle de asalto, con eso los pudo mantener a raya momentáneamente hasta que salieron más de ellos, y no solo eso, caminaban más rápido que los Zoomer y además se lanzaban contra su enemigos teniéndolos a menos de tres metros de distancia, para ello se enroscaban y con sus patas se impulsaban al frente. Por esta razón el fusil dejó de ser efectivo, y al esquivar dos embestidas pasó a la escopeta, útil para combate cercano. El terreno se llenó de sangre y pedazos de insecto, Soren también se ensució ya que las vísceras le salpicaban, pero la cosa no terminó ahí; se sintió un pequeño temblor y del suelo llegó una Reina Limer, la responsable de la proliferación de la plaga insectoide, una criatura del tamaño de un automóvil.
La reina podía expulsar las púas de su espalda a tal velocidad que empalarían a cualquiera, afortunadamente Soren se las arregló para no terminar así y prudentemente usó su lanzamisiles para terminar con la batalla, pero el resultado fue nulo, pues el misil de energía rebotó al hacer contacto con la dura coraza de la reina.
La reina también tenía a su disposición sus colmillos laterales que podía partir a sus presas tal como lo hace un par de tijeras, y en lo que regeneraba sus púas atacó a Soren con sus colmillos. El aprendiz de Guerrero Chozo, ahora sabiendo la debilidad de la plaga madre, se deslizó debajo de ella justo antes de ser cortado, después le dio un golpe a su abdomen con su guante de metaimpacto, destrozándole todo su interior y provocándole la muerte. Soren pudo quitarse a tiempo cuando el bicho reina colapsó.
Se trató de un Misil que Samus le disparó desde otra posición también en lo alto, su cañón humeaba y seguía apuntándolo a su aprendiz.
Samus atacó primero con su rayo cargado, Soren lo esquivó impulsándose lateralmente con sus propulsores dorsales, para luego contraatacar con un misil de energía que hizo mover a Samus de su posición, destruyendo únicamente el pilar de roca. Samus había saltado alto y cayó detrás de Soren, donde inmediatamente intentó golpearlo con el tobillo mediante una patada giratoria, pero él se agachó y al mismo tiempo rodó hacia adelante. Sin embargo, Samus no le iba a dar un respiro, pues siguió con la ofensiva al usar tiros normales de su rayo pero que Soren disipó con el uso de su Hoja de Damasco; aunque él no previó que fue tan solo una distracción, pues Samus avanzó en carga y embistió a su pupilo con la hombrera de su Traje. Soren salió empujado hasta caer en el suelo, y tratando de reincorporarse sintió a Samus arriba, quien se proponía en asestar un culatazo con su cañón, pero Soren activó su escopeta y repelió a su agresora con los perdigones de su arma; Samus cayó y al tocar tierra se transformó para rodar hacia Soren y depositarle tres bombas. Samus creyó que su aprendiz no pudo evitar sus explosivos, pero supo que se equivocó al volver a la normalidad cuando observó que no había nada en el punto donde Soren debía estar. Lo cierto es que Soren recibió daño pero tampoco fue algo extremo, pudo ponerse de pie y escabullirse detrás de su oponente, donde le dio un puñetazo al pecho con su guante, provocando que Samus saliera disparada con fuerza contra una roca que pulverizo al tocarla; aunque pudo reincorporarse, Soren la recibió con múltiples ráfagas de fusil de asalto que no le permitieron actuar, y hecho esto él avanzó con su hoja, pero no vio venir que Samus usaría su rayo enganche para inmovilizarlo, jalarlo hacia ella y de ahí atacó con el pisiforme de la mano izquierda en repetidas ocasiones, siempre dirigiéndose a la clavícula de Soren, finalmente se detuvo y azotó a su alumno contra el suelo, eso luego de haberlo levantado con la fuerza de su rayo enganche. Soren ya no podía hacer nada más, cuando quiso moverse tenía a Samus frente a él con su cañón sobre su nariz.
De ahí ambos se dirigieron a un área cercana libre de criaturas para reposar, se sentaron al borde de un barranco con vista a una cascada de Gel Fuel cuyo flujo provenía de la fuente principal, donde yacía el Núcleo del Leviatán modificado genéticamente, constantemente produciendo el suministro que alimenta a todo el planeta. El aire de Ángiran F era respirable gracias a la planta atmosférica instalada en la base, así que ambos podían quitarse los protectores faciales, sin embargo seguía siendo un entorno caluroso, por lo que Samus llevó una tetera llena de infusión de hierbas (como el que bebió con Kalpamos tiempo atrás) y la enfrió al colocarla sobre una superficie helada, hecha con el Rayo de Hielo de de Aran. Ya frío sirvió a ambos, luego se mantuvieron en silencio contemplando el paisaje de Gel, después Samus rompió el silencio cuando notó una expresión contenta en Soren.
De ahí volvió un silencio breve, solo que fue el turno para Soren de romper el hielo cuando veía el Gel Fuel.
Y entonces, ambos fueron interrumpidos cuando sus transmisores alertaron de una llamada entrante. Cuando atendieron, Gorgon habló desde el otro lado.
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Capítulo 2
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Altair V |
Altair V era seguro, no había siquiera casos del virus A-20, por eso Soren mandó a sus amigos a la capital Hydrodyne donde pudieran comenzar una nueva vida. La cosa es que Soren pensó igual de Nueva Atlantis y las cosas no terminaron nada bien, pues pasa que lo mismo sucedió con Altair V, donde hay un extenso número de seguidores de la Luz Eterna que naturalmente iban a causar problemas. El MNE, en respuesta, aisló a los seguidores dentro de perímetros de alta seguridad, miles de policías y soldados patrullaban las calles de estos cercos, cerraron las iglesias y persiguieron a todo aquel que siguiera escuchando los discursos de Narog a escondidas; muchos fueron arrestados, de ellos no eran pocos los que se resistían, para luego ser ejecutados en caliente o a las pocas horas en una horca a la vista del público. Y los cuerpos, posteriormente, se colgaban en lugares concurridos y a la vista de todos, siendo una señal de advertencia para quien desafiara la ley de rendir culto a la Luz Eterna. Estas disuasiones funcionaron por un tiempo, hasta que Narog, por medio de una Voz de la Luz Eterna (los monjes que cuidan los templos en ausencia del Último Siervo), hizo un llamado a los fanáticos de Altair V para tomar las armas y rebelarse en contra de los “herejes”, definición dada al MNE y a la Federación. ¿De dónde sacaron las armas? Fue la gran duda, y al no encontrar una explicación se creyó que Narog usó los agujeros de gusano, muy como el MNE usa los teleportales. Da igual, el punto es que la Voz y los infectados armaron a los fanáticos y así comenzó el desorden. Primero rompieron los cercos de control puestos por el MNE, para ello usaron camionetas pickup mejoradas con blindaje artesanal y cargadas de explosivos en la parte trasera. Nitroglicerina, TNT, NAFO, cargas de C-4, y otras sustancias inestables, pero además también colocaron cargas rellenas exclusivamente con Phazon. En los primeros ataques, los conductores se estrellaron contra los puestos de control más protegidos, el blindaje artesanal los protegió bien de las armas de fuego y muchas camionetas alcanzaron su objetivo, y hecho esto los conductores accionaron el detonador; los explosivos destruyeron todo a 50 metros a la redonda, los que no murieron desintegrados sufrieron los efectos de las ondas expansivas, traduciéndose en quemaduras graves, amputaciones y severos daños internos. Pero el Phazon fue lo que provocó el mayor daño posible, pues liberó en el aire sus toxinas cuyo radio abarcó el doble de lo que alcanzó la explosión, envenenó el suelo y también a los que estaban al alcance, quienes sufrieron los síntomas del Mal del Phazon. La mayoría murió al instante por daño cerebral y envenenamiento por radiación, pero los pocos que sobrevivieron fueron los que se convirtieron en mutantes que inmediatamente se convirtieron en títeres de Narog: aberraciones infestadas de tumores, les quedó pocos rasgos de lo que solían ser, dejaron de sentir dolor y solo seguían sus instintos más primitivos. Fueron los Mutantes los encargados de acabar con lo poco que quedó de los controles militares, destriparon, desgarraron y canibalizaron, aplastaron cráneos y convirtieron a los soldados en masas sin forma al regurgitar ácidos estomacales sobre ellos. Sin controles, Narog procedió a apoderarse del planeta, con los fanáticos al frente como carne de cañón y los infectados en la retaguardia junto a los mutantes. Teniendo armamento pirata en mano, vehículos de uso civil pero modificados caseramente, y un extenso armamento biológico basado en Phazon, comenzó la batalla de Altair V. Muchas ciudades cayeron en las primeras 72 horas, el MNE tenía a su disposición el Hiperestado y armamento mejorado en los últimos años, tenía también la ventaja aérea con sus naves Cosmo Liner; desde el cielo ofrecían apoyo lanzando misiles contra los lacayos de Narog, y lo cierto es que así harían podido sofocar el levantamiento, pero nadie del MNE contó con que la Luz Eterna contaba con artillería antiaérea (aparte de sus lanzamisiles) en forma de cañones Tiamat miniaturizados y colocados sobre esos camiones de carga que transportan mercancías de una ciudad a otra. No hacían tanto daño como las torres normales, pero no los hacía inofensivos, las municiones todavía podían derribar cualquier nave pequeña, incluso eran efectivas contra vehículos ligeramente escudados como los Humvees. Al segundo día de la trifulca, la Luz Eterna siguió con sus atentados terroristas con camionetas explosivas, solo que el MNE pronto recuperó el control y llevó a cabo múltiples operativos para exterminar a los fanáticos; sin embargo, había algo que preocupaba seriamente al MNE. Sucede que existía la posibilidad de que los atentados y la aparente revolución podían ser tan solo una treta para un plan más grande, una simple fachada, y el motivo para pensarlo fue por lo que pasó en ese mismo día. Un batallón de Urtraghianos arribó al planeta sin que fueran interceptados debido a la difícil situación, pero no fueron a participar en alguna batalla, sino que se dirigieron todos a un punto específico de Altair V, a una mina a cielo abierto que extrae carbón. Formaron un perímetro de seguridad alrededor, llevaron una Cosechadora de Phazon equipada con un sistema de Rayo Nova que comenzó a taladrar en el centro de la mina. Evidentemente no iban en busca del carbón, sino que estaban tramando algo, y a Samus le correspondía averiguarlo. Ya al tercer día, cuando era de noche, Soren se dirigió a la capital junto con un contingente de refuerzos para sofocar los disturbios. Ellos aparecieron en un centro de mando provisional en el corazón de la ciudad, un centro comercial de cuatro pisos que el MNE ocupó por completo, desde aquí llegaban los refuerzos y suministros necesarios, incluidos los vehículos blindados.
Soren tomó una moto y partió hacia el bloque de Alexa por medio de un circuito que lo iba a llevar directamente. El plan era aprovechar el avance de las fuerzas del MNE en el Sector Bosque para pasar en medio del conflicto directo al objetivo, para ello trazó un camino a seguir de acuerdo con un mapa satelital mostrado en su DRA. Condujo en el circuito hasta entrar al sector, donde los sensores de su armadura le advirtieron de un peligro.
Los motociclistas y el artillero accionaron sus armas, Soren maniobraba y se ayudaba de sus reflejos aumentados para evitar los tiros dirigidos en su contra, entonces frenó en seco y los fanáticos lo rebasaron, quedando él atrás de ellos. En esta posición, convirtió su brazo en subfusil y se deshizo de las motos al dispararles en los neumáticos, quedando solo la camioneta y el artillero que fallaba todos sus rayos; Soren destruyó el vehículo enemigo con un misil, este se salió de control mientras ardía y volcó en el pavimento del puente varias veces hasta separarse en dos mitades, luego Soren pasó en medio de las piezas separadas y siguió con su rumbo en aquel circuito. Y no le había dado tiempo de darse cuenta, pero muchas partes del sector podían verse desde lo alto del camino, con naves del MNE atacando a los fanáticos, calles iluminadas por el fuego, el humo cubriendo el sector y que era visible a pesar de ser horario nocturno; y hablando de naves, una Cosmo Liner fue atacada por una Tiamat miniatura y provocó su desplome, solo que se estrelló en una porción del circuito que Soren transitaba y derribó una buena porción del puente.
El circuito terminó y de ahí comenzó un túnel subterráneo lleno de publicidad holográfica en los muros que la hacían también como fuente principal de iluminación. El tramo fue corto y en poco tiempo regresó a la superficie, ubicándose en una avenida principal que abarcaba el sector de lado a lado, con múltiples edificios a los costados, puentes y cruces peatonales, pero a diferencia de los días comunes se convirtió en una zona en guerra en donde miles de personas huían sin rumbo, temerosos de los fanáticos que destruían todo. Soren confió en que las autoridades y las fuerzas del MNE podrían solucionar el problema, así que no se detuvo en ayudar a alguien porque no había tiempo, al contrario, aceleró y sin dejarse distraer por lo que sucedía alrededor. Sin embargo, se vio obligado a cambiar de ruta cuando se topó con un bloqueo montado por la Luz Eterna, con camionetas y camiones antiaéreos siendo la barricada, múltiples milicias al frente junto a personas brutalmente mutadas con Phazon y que llevaban un lanzamisiles en cada mano.
Los del bloqueo abrieron fuego al igual que los mutantes con lanzamisiles, pero Soren derrapó al mismo tiempo que giró bruscamente a la derecha y recuperó la estabilidad, avanzó y evitó todo lo que le arrojaron, sintiendo en su espalda la detonación de los misiles. Soren se había metido a un área exclusiva para peatones, pues eran andadores estrechos llenos de todo tipo de locales donde ofrecían productos y servicios; debía salir de aquel lugar, no de regreso a la avenida, sino a una de las “arterias” que conectan a ella. Eso sí, en su camino hubo quien se puso enfrente, cuando vieron al cazarrecompensas comenzaron a dispararle, pero Soren resistió todas las balas gracias a su armadura, y él abatió a todos sus agresores con su brazo, incluyendo a una camioneta que le cerró el paso. Y como le cerró el paso, Soren atravesó un banco al romper los cristales con balas, pasó los módulos de atención y luego los cajeros, finalmente salió a una de las arterias tras romper otros cristales más. Ya quedaban menos de 200 metros de distancia, donde Soren presenció un enfrentamiento entre fuerzas del MNE y de la Luz Eterna, y aparte notó que frente a él se alzaba una rampa compuesta de múltiples escombros; aprovechó la rampa para impulsarse hacia arriba en dirección a un hueco de un edificio que fue provocado por algún explosivo, pero al estar en pleno vuelo apoyó a sus compañeros destruyendo un camión antiaéreo que impedía el acercamiento de una Cosmo Liner. Entonces aterrizó en el interior del edificio, un conjunto de apartamentos, justo en un pasillo que al final daba a otra ventana que Soren atravesó hasta caer nuevamente en el pavimento. De aquí no hubo muchas complicaciones, pero al avistar el edificio de Alexa su corazón se aceleró.
Soren aceleró y abandonó la moto con un salto, dirigiéndola contra el montón que estaba por entrar, en el aire disparó un misil hacia la misma dirección y masacró a todos. Sin amenazas cerca, Soren se apresuró en encontrarse con la madre y el hijo, pero lo frenó cuando sus reflejos lo alertaron de una agresión, de un láser de Phazon; al ubicar al agresor, supo que era una Voz de la Luz Eterna, y de hecho era el que dirigía el levantamiento, esto lo supo por la identidad de la Voz, que era un Simio de Jamoru con pelaje blanco y un ojo completamente azul, con venas azules marcando todo su rostro.
Narog envolvió sus manos con un aura de energía azul y seguidamente azotó sus puños sobre el suelo, creando una onda de choque que Soren evitó con un salto alto; el monje no se detuvo ahí y pasó a disparar un láser de Phazon contra Soren, y él rodó en respuesta hacia la izquierda, con el láser impactando contra las vitrinas de un negocio que fue destruido como resultado. Entonces, Soren convirtió su brazo en fusil de asalto y fusiló a la Voz, las balas expansivas hicieron añicos el interior de su cuerpo y una bala alcanzó al parásito en el cerebro, su sangre salió de todos los orificios, misma que era azul debido al Phazon. La Voz se desplomó en el suelo, y antes de morir dijo unas palabras.
Soren no entendió lo que quiso decir, pero no importaba siendo que ya estaba muerto, así que volvió a lo suyo. Se metió al edificio y llegó al apartamento de Alexa, pero desde lejos notó que la puerta estaba abierta, y además se escucharon sonidos de detonaciones de bala en el interior. Temiendo lo peor, Soren entró agresivamente y apuntó contra dos personas que estaban adentro, y estos también lo tuvieron en la mira. Una mujer de 25 años con un revólver en mano, y un chico de unos 13 apuntando con una 9 milímetros. Eran ellos dos, y al frente tenían tres cadáveres de unos fanáticos que entraron por la fuerza.
Pero antes de dar explicaciones, los sonidos de la batalla cada vez se escuchaban más cerca.
Y en otro lado, Samus llegó a la mina de carbón volando con su Salto Espacial. La tropa de Piratas Espaciales la detectó y fueron al ataque, pero poco iban a poder hacer en su contra. Samus aterrizó entre un grupo de ellos y los sacó volando con una onda de choque, luego descendió por la mina matando a todo lo que tenía al frente, ni siquiera tuvo que usar alguno de sus poderes especiales, se valió con su mezcla de rayos y demás armas que los Piratas no podía rivalizar. Ni las torretas instaladas en los senderos ni un N.T.A. de apoyo sirvieron, Samus destruyó todo artefacto de guerra que se le iba encima con suma facilidad. Sin enemigos a su alrededor al estar muertos todos, Samus se centró en la Cosechadora que emitía su rayo verde hacia el agujero de la mina, rayo que ya había perforado una distancia considerable. Samus usó su escáner para averiguar algo, pero lo único que detectó fue que empleaba un rayo de alta frecuencia y que contenía un “ser viviente” en su interior.
La cosechadora disparó y Samus se apartó a tiempo, respondiendo con un tiro cargado de su rayo de plasma seguido de múltiples tiros normales, pero no pudo derribar a la nave, solo dañó el casco y requeriría de más disparos cargados para derrotarla. Samus, sin embargo, no tenía intenciones de luchar de forma convencional, así que esquivó otro rayo de la cosechadora y activó su Multirráfaga de Rayos, apuntó a la herida más profunda que le provocó y abrió fuego; el torrente de rayos atravesó la máquina hasta alcanzar su núcleo, hecho que provocó múltiples explosiones en su superficie. Pero algo inusual sucedió cuando la máquina explotaba: de la boca inferior donde disparaba su rayo nova, un objeto salió disparado hacia el agujero creado, un objeto que destellaba un brillo azul y que, Samus pudo notar (y no le fue posible escanearlo), registraba movimiento. La luz se perdió en el fondo y ni Samus ni Computer Man supieron de qué se trató.
Sin que ninguno de ellos lo supiera, antes de que el equipo minero que Samus ordenó que fuera, el objeto misterioso y azul yacía muy al fondo del planeta, en un lugar donde la temperatura supera por mucho lo que un humano cualquiera podría aguantar. Ahí yacía, una criatura pequeña, ovalada y con algunas patas que parecían moverse, pero que en realidad el movimiento se debía al entorno líquido donde estaba contenido, que era a lo que se debía ese fulgor azul. De pronto, la cápsula acuosa se rompió como si fuera un saco amniótico, derramando todo el líquido de Phazon alrededor de la criatura, convirtiendo el entorno el algo parecido a un ecosistema de Phazon en miniatura. La criatura, una Cría de Leviatán, merodeó un poco su alrededor hasta que repentinamente se detuvo y su coraza se oscureció, entonces pareció “romperse”, pero nada más alejado de la realidad, hizo metamorfosis, abandonó su carcasa descartada y adquirió un nuevo aspecto cercano al anterior, pero más alargado y con pequeñas protuberancias sobre su cuerpo. En las siguientes horas, la Cría de Leviatán siguió cambiando, volviéndose cada vez más y más grande, tanto que el espacio donde se encontraba no era suficiente, sin embargo su coraza también se endurecía y se iba abriendo paso bajo tierra. Al mismo tiempo, iba secretando Phazon con cada cambio, modificando así su entorno rápidamente. En cuestión de 40 horas, la cría alcanzó la fase adolescente, teniendo la forma que tenían los Leviatanes durante la Primera Guerra del Phazon, y en esta etapa desarrolló su Núcleo del Leviatán. Debido a su tamaño masivo, gran parte de la mina colapsó junto con muchos miembros del equipo minero que fue a investigar, y entonces comenzó el proceso de corrupción. Su núcleo ya estaba diseminando Phazon directo al núcleo. |
Capítulo 3
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Fachada |
Alexa no se tomó a bien la decisión de Soren en unirse al MNE, claramente estaba molesta, y razón no le faltaba tras haber vivido en persona dos ataques de la organización. ¿Perdonaría algún día a Soren? Eso dependía de ella, si podía asimilar la situación o no, si podía comprender a Soren o no. Por el momento, el cazarrecompensas la dejó sola junto a su hijo de vuelta en Nueva Atlantis, ahora esta vez en el viejo cuartel general de la Federación, protegida por el personal de las instalaciones. Soren tampoco le sentó bien el cómo lo veía ahora su vieja amiga, por eso salió a tomar aire fresco en la terraza del edificio, justo cuando estaba atardeciendo. Samus lo alcanzó y se colocó al lado de él para hacerle compañía, pues había escuchado todo.
Operación Exterminio. En términos simples, consistía en eliminar de una vez y por todas a la Federación, absorber todo su poderío restante y con ello hacerle frente a las fuerzas del Discípulo Mayor. El problema era que la Federación centró sus fuerzas en mantener la defensa, haciendo imposible derrotarlos directamente luego de múltiples intentos, y sin contar el hecho de que muchos cazarrecompensas estaban de su parte, Rowina entre ellos. ¿Cómo hacer que la Federación cediera finalmente? Bueno, el Discípulo Mayor lo volvió posible, pues él no solo llevó a cabo levantamientos en los dominios del MNE, sino también en aquellos de la Federación, y de hecho se descubrió que en todos los casos también taladraron la tierra para depositar aquellos fulgores azules, pero eso es tema de otro día. Lo que nos compete aquí es que Daiban fue uno de los planetas más afectados por los disturbios, lo cual le dio una oportunidad a Samus de elaborar un plan maestro. La operación se dividía en tres fases, y la primera estaba por comenzar.
La semana pasó, tiempo en el que Samus y los otros mandos lo dedicaron en organizar sus fuerzas para la próxima invasión a Daiban, que iba a ser el octavo intento al ser los anteriores intentos una serie de fracasos. Solo que esta vez iba a ser diferente por una simple razón: los disturbios de la Luz Eterna. Estos también se dieron en los dominios de la Federación, Daiban incluido, y aprovechando el caos Samus decidió atacar nuevamente, aunque con un as bajo la manga. Reunió a sus fuerzas que se contabilizaban en su Águila de Dryn mas la Orden Metroid, un crucero clase Olimpo junto con una flota de origen federal que fue capturada en las batallas de la frontera SR388, múltiples fragatas Draco, transportes de tropas y 30 mil hombres para la invasión en tierra, entre los que había 3000 esferas de batalla, 7500 humvees, 5000 vehículos de combate como el de Gorgon pero más sofisticados, y 1000 Cosmo Liner. El día llegó, y esta fuerza compuesta partió a Daiban por medio de un agujero de gusano que abrió la NFG Zenobia. Sin embargo, la Federación ya estaba más que preparada en contra de los agujeros de gusano, que normalmente debían tomarlos por sorpresa, así que en cuanto detectó la apertura de uno, el Presidente Dane, dirigiendo personalmente la flota en órbita, dio las siguientes indicaciones.
Ambas flotas, la Séptima y la que fue capturada de SR388, se enfrentaron en una batalla que pasaría a la historia por las pérdidas que dejaría después para ambas partes. Unas naves mejoradas con Phazon, otras quemando energía alternativa, entre sí se destruían en las inmensidades del espacio, pareciendo luces de navidad que se encendían y apagaban pero sin un intervalo específico; y siendo que ambas flotas estaban dirigidas por un líder muy capaz cada una, era imposible determinar cómo iba a acabar todo esto.
El Águila de Dryn se mantuvo a flote derribando toda nave posible que estuviera en su alcance, con la Orden Metroid en modo de espera hasta cuando fuera necesitada; Samus no se preocupaba mucho por los daños que recibía, no con esos escudos de elaboración Chozo eran muy superiores a los de cualquier nave en existencia. Y en el planeta los marines del MNE hicieron su trabajo, asaltaron el Sector 20 del Círculo Federal, el mayor y principal de los círculos del planeta, y se abrieron paso entre las defensas del Ejército de la Federación.
Los marines se lanzaban desde sus transportes aéreos al contar ya con planeadores dorsales como sus contrapartes federadas, de esta forma podían sobrevolar los cuadrantes y atacar desde arriba, saltaban en medio de los tiros de las torretas sin temor a ser alcanzados, algunos no lo lograban cuando sus transportes fueron destruidos, aunque esto tampoco los echaba para atrás, eran leales a Samus como ningún otro, excepto por Soren y la Orden Metroid; mientras tanto, en tierra eran apoyados por los vehículos de combate armados con torretas de neutrinos, que en lugar de disparar arcos eléctricos disparaban balas eléctricas de alto poder, lo suficiente como para perforar los blindajes de las unidades B.O.X. … Y ya que hablamos de los B.O.X, hay algo que debe ser mencionado. Las grandes empresas de armas, manufactura de naves y vehículos, y la poderosa B.S.L siguieron del lado de la Federación. Pero la Federación había llegado a un punto crítico y autorizó finalmente el uso de armas biológicas por decreto de Dane, esto al ya no haber un consejo gobernando, sino que toda la autoridad recaía sobre él. Y debido a este decreto, las fuerzas de la Federación ya estaban haciendo uso de Metroides y unidades Pesadilla, y además de ellos también optaron por emplear el Phazon como arma, igual que en los viejos tiempos. Esto último lo demostraron desde que inició el combate, con sus dispositivos PDP conectados a sus armas, igual que como lo hacía el MNE. Pero regresando al tema, obviamente los Metroides hicieron acto de presencia a las 8 horas de haber comenzado la invasión, cuando la Federación perdía terreno y las fuerzas de Samus se extendían más y más en todo el círculo, habiendo establecido distintos puntos de control gracias a los Marines. Era el turno del ejército.
Y Samus tenía razón, lo sabía porque encontró documentos que hablaban del tema, los halló en las bases de la Federación que alcanzó a capturar. La Federación controla a los Metroides en el campo de batalla con unas IA en forma de Unidades Aurora miniaturizadas, y el detalle está en que estas IA se instalan en un chasis de un B.O.X., pero debido a su tamaño ligeramente superior no hay espacio para instalar armas, aunque sí para ponerle un blindaje reforzado a diferencia de sus contrapartes ofensivas. El Águila de Dryn bajó al área de conflicto y toda la Orden junto a su comandante hicieron acto de presencia. Ellos ni Samus podían entrar en Hiperestado porque no lo necesitaban, por sí mismos eran demasiado fuertes, y lo demostraron cuando enfrentaron a los Pesadilla y les mutilaron la cara hasta matarlos; a los Metroides simplemente les disparaban con sus rayos que tenían propiedades frías, de ahí bastaba con darles un golpe contundente, y en el caso de Samus solo debía congelarlos y darles con un misil, nada del otro mundo. Y los soldados federados que se mantuvieron al margen corrieron con la misma suerte, mutilados y desfigurados con las armas de la Orden, y masacraron a todos hasta encontrar al B.O.X. con la IA telepática que terminaron por destruir entre cuatro guerreros de la Orden. Al hacerlo, los Metroides se salieron de control y también cargaron contra los soldados de la Federación, quienes intentaron defenderse con sus armas de Phazon pero se vieron superados en número.
Por primera vez, el MNE estaba ganando, parecía que finalmente iba a conquistar Daiban y que Samus destruiría a la Federación, pero no en realidad, pues pasadas las 19 horas del conflicto, Castor Dane recibió el comunicado de que los refuerzos que solicitó estaban cerca, traduciéndose en dos flotas de de Marines, un escuadrón de apoyo de las Fuerzas de la Federación y tres flotas del ejército, formando un total de 200 mil hombres.
Y así, el MNE abrió un agujero de gusano y abandonó la batalla, justo cuando las naves de la Federación habían arribado y comenzado a combatir contra sus enemigos. Sin embargo, lo que parecía ser una derrota no era tal cosa, sino que entró en los esquemas de Samus, ella ya sabía que esto pasaría, y ahora era el turno de Soren, de Sagnar y de PE-10 para hacer sus tareas correspondientes. |
Extra
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Pérdida para el MNE |
Ya que hemos tocado el tema de las armas biológicas, toca mencionar que el MNE estaba al tanto del pacto formado entre las empresas de armas, naves, vehículos y armas biológicas. Es decir, ArmsCorp, Lusitania S.A de C.V., Moriyushi, ZForce y B.S.L. Por lo tanto, Gorgon dedicó sus esfuerzos en capturar a gente importante de estas compañías, fueran los CEO y algún accionista de alto nivel, llegando a secuestrar hasta a 10 personas de dichas empresas. Los llevó a un escondite y una vez aquí quiso torturarlos antes de ejecutarlos. Electrochoques, amputaciones, gotas de ácido en la piel, alfileres debajo de las uñas, golpes con objetos contundentes, violaciones en grupo, privación del sueño por medio de música que se les reproducía luego de colocarles unos auriculares, y muchas otras cosas más de las que Gorgon disfrutaba como niño. Pero de entre ellos, fue a la vicepresidenta ejecutiva de B.S.L quien se llevó lo peor, tanto que justo antes de ser ejecutada había quedado irreconocible tanto por los daños físicos como por los daños mentales, estos reflejándose en su psiquis rota y la pérdida de cabello. Se llevó lo peor porque fue por culpa de B.S.L. que Gorgon perdió su imperio empresarial del Gel Fuel.
Pero entonces sucedió algo totalmente inesperado. Las sirenas de alerta del escondite comenzaron a resonar y se escucharon múltiples disparos; en los transmisores las tropas del MNE decían todo tipo de cosas, pero pudieron revelar quién los estaba atacando: un grupo de cazarrecompensas pertenecientes a la Sociedad de Cazarrecompensas. Sabiendo que un puñado de soldados no podrían contra ellos incluso teniendo el Hiperestado, Gorgon decidió marcharse cuanto antes, pero no lo logró, pues antes de salir escoltado de aquel cuarto de tortura, alguien derribó la puerta y con su arma mató a los escoltas de Gorgon, dejándolo a él solo y a su merced.
Una mujer aldebarana equipada con un chaleco antibalas y un rifle de asalto multicañón energizado con partículas. Era Rowina Salem, la antigua compañera de Soren, una superviviente de las torturas de Gorgon y quien había jurado venganza por lo mismo. Ella tuvo la oportunidad de matarlo antes en Mireno, cuando lo enfrentó a él montado en una ferroprensa bípeda, sin embargo no lo logró. Pero esta vez sería diferente.
En eso, Rowina enterró sus uñas en el abdomen de Gorgon, él sintió un dolor punzante pero no pudo gritar ni hacer otra cosa, excepto mirar a Rowina a los ojos cuando sus lentes de sol cayeron al suelo luego de recibir la puñalada. Luego, Rowina le sacó los intestinos con un jaloneo brusco, Gorgon cayó de rodillas y ahí debió terminar la cosa, pero Rowina no tuvo suficiente, así que después envolvió las tripas gruesas alrededor del cuello del Nocturno, aplicó fuerza y comenzó a estrangularlo hasta la muerte, al mismo tiempo que su cuerpo se desangraba. Gorgon dejó de moverse a los pocos segundos, había muerto, un alto mando del MNE fue asesinado por la Sociedad de Cazarrecompensas. Y Rowina seguía sin estar conforme, así que tomó su arma y disparó indiscriminadamente sobre la cabeza de Gorgon, incluso siguió apretando el gatillo cuando ya no quedaba nada, ni huesos ni materia gris. “¡Muere, muere!” era todo lo que ella repetía cuando pasó a llenar de agujeros lo que quedaba del cuerpo hasta que la energía de su rifle se agotó. E incluso agotada la energía, Rowina seguía apretando, al mismo tiempo jadeaba y se tranquilizaba poco a poco, dándose cuenta al final de que cumplió con su venganza y con la misión que la Federación le asignó a ella y a otros cazadores de la Sociedad: matar a Gorgon y a los otros mandos del MNE, sin importar los medios o los métodos usados.
Rowina decidió sentarse un momento en uno de los rincones para recuperar el aliento y pensar en lo que vendría después.
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Capítulo 4
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Batalla de la Base Dasha |
Antes de que diera inicio la Operación Exterminio, Soren se dirigió a un laboratorio recién instalado en la ciudad de Nueva Atlantis. Parecía ser que antes era un típico restaurante colocado en una esquina, pero luego se convirtió en laboratorio. ¿Y de quién era? De Justin Bailey, mejor conocido como Doctor Narpas, quien se instaló aquí tras mudarse de Novageo ya sin temor de ser encontrado por la Federación. Con el MNE teniendo el poder, se sentía protegido y podía trabajar sin restricciones… De hecho, estaba trabajando para el MNE, específicamente junto a PE-10 en el desarrollo de nuevas piezas de recambio y mejoras en general para los Cibernéticos.
En estos años teniendo su negocio en la Tierra, Narpas se las arregló para construir su laboratorio exactamente igual al otro que abandonó en Novageo, cada instrumento, cada detalle, incluso la misma mancha de café en el suelo que había en el primer consultorio. Y sí, su robot de trabajo ayudante, Vatio, seguía con él.
Y ya mejorado con chips, Soren se relajó los siguientes días y finalmente partió hacia la Base Dasha a hacer su parte de la misión. Esperó a que la base quedara desprotegida cuando sus fuerzas abandonaran en dirección a Daiban para suprimir el ataque de Samus, y así fue, gran parte de las tropas partieron a la capital para impedir la victoria de Samus, pero ignoraron el hecho de que todo era una trampa. Quedando la base enemiga casi desprotegida, la flota de Sagnar abrió un agujero de gusano y la invasión dio inicio en aquel planeta acuático, estando la base militar flotando en una isla artificial y el criadero secreto de Metroides en unas instalaciones en el fondo del océano, dentro de un arrecife.
Fue poca la resistencia en órbita, solo había una nave Olimpo con algunas fragatas Griffin y múltiples cazas, un número pequeño en comparación con las fuerzas del MNE dirigidas por el acorazado Thule heredado de N-Yul. Y solo por eso la Federación no podía hacer mucho, ni siquiera usando el Cañón de Defensa que protegía el planeta acuoso, con ello derribaron algunas fragatas y estuvo cerca de atacar la nave Thule, pero esta misma nave tenía también una contramedida que Sagnar usó sin dudarlo, se trató de un misil nuclear que obliteró al cañón hasta la última pieza. La única esperanza que tenían los Marines se esfumó, no había nada que pudiera parar a Sagnar, mucho menos impedir el ingreso de la fuerza invasora al planeta.
Sobre la base, primero entró un escuadrón de Cosmo Liner para bombardear con tantas toneladas y causar el mayor daño inicial posible. Desde los campos de entrenamiento hasta las barracas de los marines, el complejo entero quedó en ruinas en solo un minuto sin que las defensas antiaéreas pudieran hacer algo al respecto. Y dado que podía haber supervivientes, múltiples cargueros rodearon las instalaciones y abrieron sus escotillas, liberando a sus tripulaciones de Marines que fueron recibidos a tiros por los otros Marines de la Federación que se ocultaban detrás de cualquier cosa que sirviera como cobertura. Ambas partes hicieron uso del Hiperestado, convirtieron sus rayos a la energía de Phazon que desintegraba al enemigo en un montón de partículas que se perdían en el viento, sin embargo el MNE no se detenía y siguió avanzando sin dejar de apretar los gatillos, después de todo eran superiores en número y eso les dio ventaja. Los Marines de la Federación lo sabían y tuvieron que recurrir a otros métodos, así que se retiraron a una posición trasera al sufrir ataques de granadas de Phazon y al frente se ocuparon unidades robóticas, llámese los FG, los B.O.X. y sobre ellos un robot Pesadilla que alteró la gravedad.
Afortunadamente estos Marines del MNE no iban solos, sino que llevaron también una serie de esferas de batalla y un nuevo prototipo de arma: un Cañón como el de Samus Aran diseñado por Narpas en colaboración con PE-10, un cañón de 4 metros de largo por 1.5 de ancho, montado sobre un Autorriel y sin una carcasa que cubriera la circuitería y maquinaria interna; era un arma de artillería diseñada para dar apoyo, con una trayectoria en parábola y con un alcance de 30 kilómetros. En otras palabras, era más como un obús autopropulsado y que debía cargarse cada 8 segundos para poder disparar una ojiva de partículas. Pesadilla había hecho retroceder momentáneamente a las tropas con sus esferas gravitatorias y los láseres de sus brazos, además de contar con el apoyo de los robots arácnidos, pero para eso estaba el obús denominado VG7-152 (Voz Gris, prototipo 7 y calibre de 152 milímetros). Le bastó de un disparo a este artefacto para romper la máscara de la aberración biomecánica, y de otro más para destruir su cuerpo entero; las esferas de batalla derritieron los blindajes de los B.O.X. y destruyeron el interior con sus misiles. Esta batalla provocó una serie de explosiones que crearon una muralla de fuego frente a los Marines de la Federación, quienes miraban todo desde sus escondites; con esta cortina no sabían qué cosa había sucedido, pero pronto se volvió obvio cuando de entre el fuego aparecieron los Marines del MNE caminando lentamente, inafectados por las llamas y con los focos de sus cascos brillando en un azul intenso por el Hiperestado.
En paralelo con esta invasión, Soren fue a otro punto del planeta acuoso en donde se arrojó desde su nave directo a las profundidades. Su chip no hizo efecto hasta que estuvo cerca de tocar el fondo, donde la presión dejó de ejercer efecto en él. Y al frente tenía una fosa hecha de forma artificial, una fosa protegida por un campo de fuerza y que tenía en su interior a una numerosa cantidad de Metroides, todos adormecidos debido a la temperatura y a las frecuencias de sonido emitidas adentro de la fosa. Más abajo, subterráneamente, se encontraba una extensión mucho mayor del criadero, los espacios para uso del personal autorizado. Ahora Soren solo debía enviar las coordenadas exactas a su nave para que dejara caer encima una bomba termonuclear que arrasaría con todos los especímenes contenidos.
En el arrecife había una serie de Torretas Alabarda cuidando el perímetro, estas se activaron cuando detectaron a Soren y comenzaron a dispararle. Soren destruyó todas y sin sufrir daño gracias a su movilidad libre en entornos líquidos, pero las torretas no fueron derrotadas, ya que unas nuevas reemplazaron a las destruidas y ahora disparaban otro tipo de rayo más potente, y además eran más resistentes; pero usando los corales y el entorno en general a su favor, Soren acabó con las torretas usando su rifle de asalto. Solo que aún no terminaba la cosa, pues las segundas torretas eliminadas fueron reemplazadas por un tercer tipo de arma, unas capaces de disparar devastadores rayos cargados.
Las torretas apuntaron y liberaron su rayo, provocando su autodestrucción pero sin duda acabarían con Soren en un parpadeo. Aunque para eso estaba entrenado, sus reflejos le permitieron esquivar todos los rayos y salir ileso, saltando al último hacia otra dirección, por lo que una porción del arrecife se derrumbó sobre el campo de fuerza sin hacerle nada. Pero aquello fue tan solo la primera parte de algo más grande, de una masiva fuerza de unidades FG II Graham que lo emboscaron.
Soren atacaba a distancia en cuanto se abrían los cañones de las unidades, de dos disparos los podía destruir y era rápido para evitar los rayos dirigidos en su contra, así como los placajes que le hacían a él y que respondía golpeándolos físicamente también. Pero de cualquier forma en algún momento debían herirlo y así fue, algunos rayos pudieron alcanzarlo y también resintió algunas embestidas, y aún así se las arregló para derrotarlos a todos, dejando a su alrededor los restos de todos los robots despedazados. Aunque había uno que seguía activo y que se levantó para golpear a Soren, pero él se dio cuenta y convirtió la máquina en puré con su guante de metaimpacto.
El temblor también pareció alterar a los Metroides contenidos, algunos llegando a tratar de atravesar el escudo sin éxito, pero ni Soren ni nadie esperaba ver que del subsuelo emergería un Metroide en una fase avanzada de evolución. Un Metroid Alfa.
El Metroide Alfa se envolvió en electricidad y embistió a Soren, empujándolo hacia el escudo de energía y provocando interferencia en su visor además del daño recibido. Soren aguantó y reaccionó a tiempo para evitar una ronda de descargas que el Metroide arrojó desde su núcleo ventral, y en respuesta Soren le disparó en este mismo punto con sus misiles de energía, sabiendo que era su punto débil tras escanearlo y leer los datos ofrecidos. Pudo hacerle daño, pero entonces este parásito se rodeó de electricidad cuando estuvo por recibir otro proyectil y no salió afectado, entonces concentró toda su energía en el vientre para liberar una bola eléctrica más grande de lo normal y que Soren pensó que no le haría nada, pues el Metroide la soltó lejos de él. Sin embargo, no contó con que esta acumulación eléctrica se extendería sobre el suelo como lo hace el fuego sobre una superficie cubierta de gasolina, y en consecuencia recibió el voltaje que disminuyó sus niveles de energía a un punto de peligro.
Sabiendo que los Metroides serían ampliamente usados por la Federación, Soren le hizo un encargo especial a su fabricante de microchips. Le pidió modificar su brazo para instalarle un segundo generador, pero esta vez de partículas frías, y para poder usarlo bajo una nueva configuración le pidió elaborar un microchip en especial. Esta nueva configuración solo modificaba la mano, echando las piezas superficiales hacia atrás y mostrando la boquilla del cañón, y del interior salían los proyectiles cohesionados que tenían un corto alcance, pero enfrentando a los Metroides esto no era un problema significativo. Dicho esto, Soren se dobló hacia atrás y esquivó otro golpe directo del Metroide envuelto en estática, y aprovechó para congelar su membrana con un disparo de su nueva arma, impidiendo temporalmente que siguiera cubriéndose con electricidad. Congelado y debilitado, el Metroide Alfa pasó a usar nuevamente sus arcos y bolas eléctricas, pero Soren ya había entendido el patrón de ataque de su enemigo y esta vez no sufrió daño, entonces apuntó a la membrana congelada y le dio con un misil de energía que acabó por matarlo. El Metroide Alfa se desestabilizó luego de cambiar su color a una tonalidad roja, después se desintegró en el aire (o en el agua) hasta no quedar rastro de él.
Soren dejó caer el explosivo termonuclear encima del escudo de energía del arrecife, teniendo temporizador para que pudiera escapar, entonces adhirió su mano izquierda sobre el Rayo Enganche, Modo Grúa de su nave para poder subir hacia ella y poder ponerse a salvo alejándose a una distancia segura. El tiempo pasó y la bomba detonó, borrando del mapa al criadero y a sus especímenes contenidos. Por otra parte, la Base Dasha cayó ante el MNE. Muchos de sus ocupantes fueron hechos prisioneros, otros fusilados al aún resistirse a pesar de que ya no podían hacer nada. Entre las ruinas y el humo, las tropas del MNE caminaban en busca de más Marines federados, disparaban a los cadáveres para asegurarse de que estuvieran realmente muertos, y al final uno de ellos se colocó en una zona espaciosa de la base, pisando intencionalmente una bandera caída de la Federación, entonces tomó una bandera del MNE que cargaba en la espalda para ondearla enérgicamente mientras sus compañeros y los vehículos pesados pasaban a su lado, y los Vimanas y Cosmo Liner volaban encima de él. |
Capítulo 5
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Base Démeter |
Siguiendo la misma estrategia, PE-10 partió hacia la Base Démeter de la Federación para destruir otro de los bastiones principales de la Federación Galáctica, uno de los pocos que permanecían en pie. Démeter I fue presa de un brutal ataque del Imperio Kriken en el pasado reciente, y aunque las fuerzas estacionadas en el planeta pudieron resistir el martillo del Clan Ziory, los daños fueron cuantiosos; sin embargo, desde ese entonces, la base fue reconstruida y sus tropas se modernizaron, aunque aún seguía pendiente el reemplazo del Cañón de Defensa que el clan Kriken destruyó con sus misiles intergalácticos. Muy como aquella vez, Démeter I sería blanco de otra invasión, esta vez a manos de las fuerzas Cibernéticas al servicio de Samus. Pero a diferencia de la Base Dasha, Démeter I contaba con el poder de las Fuerzas de la Federación, el brazo armado más poderoso de la Federación, así que el indicado para esta misión no era otro que PE-10. Para ese entonces, una fracción de estas fuerzas se dirigió a Daiban.
La Base Démeter fue construida en una colosal raja producto de una falla geológica, una raja de de varios kilómetros de largo y que, de acuerdo con los estudios, no se dilataría más nunca. Construida en ambos extremos de la falla, interconectadas mediante cientos de puentes, poseía innumerables torres Mk defendiéndola de cualquier incursión, mientras que en la superficie, lo suficientemente cerca de la fisura, se ubicaban los hangares y talleres de mantenimiento. Y la superficie fue lo primero en ser destruida por los PE especializados en bombardeos con artillería pesada, de ahí entraron los demás Cibernéticos a la fisura, donde las torres de defensa y los Mekas los recibieron. Las torres no hicieron mucho, en poco tiempo fueron destruidas todas, pero con los Mekas fue distinto, combatieron a los PE con furia desde un principio. Eran titanes matándose entre sí, unos con réplicas imperfectas de las armas de Samus, otros teniendo lo mejor de lo mejor en cibertecnología y nanotecnología, la base entera se estaba llenando rápidamente de PE destruidos y Mekas en pérdida total junto a sus pilotos fallecidos.
Los Marines trataron de atacar primero, pero 16 se los impidió al dividir su cola en cuatro tentáculos llenos de púas y darles unos azotes que aparte de lastimarlos también los aturdió, entonces con el láser proveniente de su cañón bucal mató a un Marine, pues pudo atravesar su traje de batalla y alcanzar a su piloto, de quien casi no quedó nada. Con sus garras dejó fuera de combate a otros dos soldados, y el último respondió disparando múltiples rayos de plasma al Cibernético, provocándole algunos daños superficiales; PE-16, en respuesta, reformó su cola y arrojó al Marine una bomba de gas que rápidamente disminuyó la energía del Meka a cero puntos, y ya inmóvil PE-16 arrancó varias piezas del Meka hasta dejar expuesto al piloto, quien sufrió los efectos del gas, es decir que sus tejidos y órganos se convirtieron en una masa sin forma, dejando solo los huesos. PE-17 y PE-18 también estuvieron presentes luego de los daños que sufrieron en la batalla de Mireno. 17 iba por ahí enfrentando uno por uno a sus oponentes y sin dejar de volar, pues su especialidad era el aire y su método de ataque el arrojar descargas eléctricas desde sus brazos; los Mekas que ya estaban muy debilitados no podían proteger a sus dueños de estas descargas, quienes terminaban cocinados en el interior y listos para ser devorados por aquellos PE que buscaban recuperarse de los daños pero con un buen sabor de boca. Si la situación lo requería, PE-17 ayudaba a otros de su tipo al aturdir a los enemigos, y entonces sus compañeros procedían a liquidarlos con sus herramientas. PE-18 disfrutaba desorientar a sus oponentes con su hipervelocidad y destruirlos con sus taladros, que para entonces fueron mejorados con nuevas aleaciones metálicas capaces de lidiar más daño a un Meka. Ninguno de los Marines podía predecir sus movimientos, mucho menos propinarle un golpe alguno, todo lo contrario, sus Mekas acababan sin piernas ni brazos, su blindaje comprometido, y aquellos pilotos sin suerte fueron alcanzados por los taladros y convertidos en licuado por la acción centrífuga de los mismos.
PE-10 también estuvo combatiendo, pasaba entre los Mekas sin preocuparse de lo que le hicieran pues no sufría ningún daño, iba con toda la calma del mundo caminando y disparando sus flechas explosivas que destruían a los Mekas con facilidad. En cierto momento avistó a dos escuadrones enviados a interceptarlo, pero los recibió con un misil proveniente del cañón que forma en su tórax, con eso tuvo para deshacerse de ellos. Esta explosión fue tan grande que tanto Alex como Jeanne alcanzaron a verla.
Ambos Cibernéticos corrieron el riesgo y enfrentaron al dúo más fuerte de las Fuerzas de la Federación, pero no duraron ni un minuto, Jeanne mató a 126 luego de haber bloqueado un ataque con cuchillas y ralentizó a su rival con el Rayo Ralentizador para luego exterminarlo con un Súper Misil. Alex Miles también derrotó a 201 cuando este trató de inmovilizar al general con sus tentáculos, olvidando que poseía la tecnología del Ataque Barrena que se accionaba desde dichas extremidades, así que sus tentáculos quedaron desechos y él expuesto a un golpe directo de estos brazos, el cual destruyó su cuerpo y cerebro al hacer contacto. Y ambos muertos, alrededor de siete guerreros PE llegaron y se lanzaron contra el dúo.
Miles sacó su bomba, y justo después Jeanne activó su Generador de Escudo para protegerse ambos de la detonación que pulverizó a los siete PE, y fue tanta la potencia que el escudo se disipó sin siquiera haber transcurrido el tiempo límite. Esto también llamó la atención de PE-10, quien desde lejos vio lo ocurrido.
Cuando se acercaban el uno al otro, paso por paso, quitaban de en medio a cualquiera que trató de interponerse, con PE-10 matándolos con sus flechas o golpes físicos (su fuerza era superior al de un Meka), y Alex haciendo lo mismo con su Ataque en Barrena y Jeanne con sus rayos de plasma. Se abrieron paso hasta que se vieron las caras.
Alex avanzó tratando de decapitar a PE-10 con su mano centrífuga, pero falló cuando el Cibernético convirtió su brazo izquierdo en una guja que interpuso detrás, chocando la mano eléctrica con ella, entonces PE-10 se giró y disparó una flecha explosiva que empujó a Miles contra una pared que acabó fracturando. Jeanne se había reincorporado inmediatamente y le dio con un Súper Misil en la espalda, y desplazándose lateralmente siguió atacando con rayos cargados de plasma que tenían mayor potencia que los de cualquier Meka; PE-10 solo retrocedía lentamente con cada ataque, pero aún así pudo defenderse y dañó el blindaje de Jeanne con dos flechas explosivas, y estuvo a nada de darle con una tercera flecha, solo que Alex lo impidió al apuntar al brazo cañón de PE-10 y lo congeló, entonces Jeanne lo ralentizó con su rayo y lo dejó expuesto ante cualquier ataque.
Ambos usaron sus armas más poderosas contra el Cibernético, lo llenaron de tantos disparos que se levantó una cortina de polvo que lo cubrió completamente, y después de veinte segundos disparándole, Miles culminó con una Bomba de Energía que explotó y no les afectó a ellos al estar en una distancia segura.
Y este solo sufrió daños superficiales, aparte de que su chaqueta y camiseta se desintegraron con aquella combinación. No solo eso, sino que sacó su cañón torácico y descargó un misil contra Jeanne, quien salió disparada hacia el vacío de la fractura geológica hasta que cayó sobre el techo de uno de los puentes de conexión.
Lo atrapó con su mano y al retenerlo fue lacerando el exoesqueleto del Cibernético, también al haberse lanzado contra él provocó que ambos cayeran al fondo también y aterrizaran sobre otro puente, solo que esta vez el peso de ambos permitió romper el techo y acabaron en el interior. PE-10 recibió daños por acción del Ataque en Barrena, bastante serios de hecho, tan así que sus órganos artificiales quedaron expuestos, pero pudo ponerse de pie al igual que su contrincante. Aunque antes de continuar, PE-10 sintió curiosidad por algo.
En el interior del puente, ambos batallaron con técnicas de cuerpo a cuerpo, y en un espacio tan reducido fue normal haber causado daños en los cristales y metales blindados, PE-10 llegó a destruir un regulador de luz y fundió los pocos focos aún funcionales. Siguieron así por varios segundos, chocando repetidas veces hasta que PE-10 pudo hacer ceder a Miles, quien recibió un directo de la guja en la junta de su brazo derecho, y seguidamente el Cibernético le disparó a quemarropa con una flecha. La explosión no alcanzó a Miles debido a la defensa superior de su Meka, pero sí se desprendió el peto de su unidad y quedó expuesto.
Entonces el Meka de Jeanne abrazó con firmeza a PE-10 cuando él no podía moverse, luego disparó a una porción del puente a un metro de ella con el fin de destruir un pedazo del mismo, y de ahí movió la máquina para que ambos cayeran hacia el vacío de la fisura geológica, pero Jeanne pudo abrir su Meka por la escotilla dorsal y saltó a tiempo de él, llegando a sostenerse de una varilla del puente dividido. PE-10 trató de liberarse, pero no le fue posible, y encima supo que el Meka se programó para la autodestrucción.
Jeanne contempló la explosión, pero la distrajo la pieza de donde se sostuvo, que estaba desprendiéndose, y tratando de trepar la pieza se despegó de su lugar; Jeanne habría caído a su perdición, pero Miles alcanzó a sostenerla luego de haber saltado de su Meka dañado, jaló con todas sus fuerzas y puso a salvo a su lugarteniente. Hecho esto, se sentaron y tomaron un respiro para digerir todo lo ocurrido, sin bajar la guardia porque la batalla seguía allá afuera.
Y en el fondo, PE-10 yacía tirado en el suelo, rodeado de los restos ardientes del Meka que le explotó en la cara. Ya casi no tenía piel sintética, su exoesqueleto quedó muy visible, su corazón artificial parpadeaba como cuando está a punto de fundirse un foco, sus entrañas desprendían chispas y sus gafas tenían una fisura por donde se podía ver el ojo izquierdo de este Cibernético, perdido en la nada. Lo que él veía no era otra cosa que una visión distorsionada, con mucha estática y la palabra ERROR repitiéndose muchas veces. Seguía con vida, pero no estaba reaccionando, aunque su transmisor todavía funcionaba y recibió un mensaje de alguien.
PE-10 se puso de pie en medio de las llamas y sacó sus alas, estas se separaron de su portador y se elevaron al cielo como si se estuvieran controlando por sí solas, que de hecho eso estaba pasando. Y en el puente donde sucedió una parte de la batalla, Alex y Jeanne se acercaron a la orilla para ver las profundidades y asegurarse de que PE-10 estaba muerto, pero aunque se veían las fogatas producidas por los restos del Meka Headshot no se alcanzaba a vislumbrar el cuerpo de PE-10.
Eran las alas de PE-10, se enfocaron en Jeanne al estar más cerca y se abalanzaron sobre ella. Estiraron sus cables y rodearon el cuerpo de la Marine hasta dejarla inmóvil, después se enterraron sobre su piel hasta alcanzar su carne, como si fueran serpientes abriéndose paso adentro de un cuerpo humano a base de mordidas. El dolor era insoportable, tanto que dejó a Jeanne sin aliento y cerca del desmayo, entonces se detuvieron. Alex Miles estaba desesperado, tanto que sacó su pistola personal.
Acabando de invadirla, las alas alzaron el vuelo y la elevaron a una altura considerable, donde finalmente se autodestruyeron junto con ella. Impotente, el general fue testigo del momento exacto en el que su lugarteniente y amiga voló en pedazos, cayó de rodillas, pero no se lamentó, sino que en el tiempo en el que duró arrodillado una intensa rabia se apoderó de él. Dispuesto a vengarla, regresó a su Meka y saltó a las profundidades, amortiguando su caída con su módulo planeador antes de tocar el suelo. Ahí estaba PE-10 esperándolo.
Ambos avanzaron al mismo tiempo y chocaron armas unas cuantas veces antes de repelerse, de ahí caminaron en círculo lentamente y nuevamente se intercambiaron ataques. PE-10 estaba calmado, pero no impidió ser presa de la furia de Alex Miles, quien consiguió enterrar su bayoneta en el pectoral izquierdo del Cibernético y el brazo centrífugo en el vientre. Esto no lo mató, sin embargo, aunque Miles estaba consciente de ello, todo fue un plan para mantenerlo inmóvil y permitirle usar su pistola personal para atacar el corazón expuesto de su rival; descargó todo su cargador en el órgano, y en teoría PE-10 no debió salir vivo, pero lo hizo, su corazón siguió palpitando aunque a un ritmo mucho mayor porque después de todo sufrió daño.
Con su muerte, la Base Démeter cayó bajo el dominio del MNE. Los Cibernéticos ganaron, y un día después de esta batalla se encontró otro criadero de Metroides y se deshicieron de él. En tanto, PE-10 terminó muy malherido, a un 10% de integridad, al borde de la muerte; lo llevaron a una unidad de terapia intensiva donde pudiera sanarse, y Justin Bailey llegó a atenderlo horas después para repararlo en persona. Al final lo logró y PE-10 vivió para contarlo, despertándose en una cápsula llena de antiséptico (en el asteroide) y con un respirador en su boca, y también tenía frente a él a Bailey.
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Capítulo 6
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Una reunión de emergencia |
Dos bastiones de la Federación sucumbieron ante el creciente poder del MNE, que estaba decidido a terminar con la Federación luego de años y años de constante lucha. Con Deméter I y Dasha fuera del camino, solo permanecía en pie el Sistema Solar de la Federación y Daiban, capital y último reducto de la agonizante civilización galáctica. Bastaba con organizarse y lanzarse a la conquista de la frontera Kalandor, lo que dejaría sitiada a la capital, pero esta ofensiva se pospuso debido a un incidente que encendió las alarmas dentro el MNE. Gorgon, lugarteniente de Samus y cuyo nombre real era Ryren Nirius, había sido asesinado en el planeta Venreo. Y este planeta te sonará familiar, era donde Sigfried se mantenía en contacto con Soren y en él había dos bases: Fahrenheit (donde el Mayor trabajaba) y Celsius, que era la más grande de las dos. Se convocó a una reunión de emergencia debido a lo sucedido, pero también debido a otro asunto igualmente escabroso.
Lo siguiente se mostró por medio de la pantalla en el extremo, no de los hologramas alrededor: diez pacientes con el parásito en sus cerebros, atados de manos y tobillos, amordazados y con los ojos vendados, tan desesperados que hacían lo posible por liberarse a pesar de que esto lastimaría sus manos y tobillos. El personal de Nox disolvió una tableta antiparasitaria en agua, de ahí la dieron a beber a los pacientes forzosamente por medio de un gotero adentro sus bocas (gotero siendo ese tubo por donde pasa el suero hacia las venas). No hubo complicaciones, nadie murió ni hubo efectos adversos, todo lo contrario, en una hora se les hizo una resonancia magnética y ninguno tenía rastro del parásito. El antiparasitario fue un éxito.
Esto es un resumen de lo que se habló. El plan con el antiparasitario fue esparcirlo por todas las redes de agua de las zonas marginadas, pero primero había que crear toneladas y toneladas de estas tabletas. Y lo más importante, el asunto de Venreo, se propuso solucionarlo enviando a una fuerza de ataque en compañía de algunos cazarrecompensas que juraron su apoyo al MNE. La recuperación de Venreo se haría efectiva dentro de una semana. La reunión terminó, pero Samus esperó a Soren afuera, así que lo llamó en cuanto lo vio.
Samus se retiró, dejando solo a Soren, y quizás se dio cuenta o puede que no, lo más seguro es que sí, pero Alexa estaba oculta detrás de una cornisa escuchando esta breve conversación. Se mostró y Soren sintió su presencia, así que se giró.
Y eso fue todo, Alexa se marchó molesta del lugar y Soren solo se acercó a la ventana del andador, mirando el panorama para despejarse un poco, solo con sus pensamientos.
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Capítulo 7
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Batalla de Venreo. Parte I |
El día del asalto a Venreo llegó, pero no sin antes haber hecho los preparativos. Para esta misión, el MNE publicó en un tablón un contrato para los cazadores que apoyan a esta facción, ofreciendo pagarles a todos una inespecífica cantidad de dinero, pues dependía de la cantidad de cazarrecompensas de la Federación que ellos mataran. De acuerdo con los reportes de Computer Man, había 50 cazarrecompensas de la Sociedad en Venreo, incluyendo a HWCASE, pocos protegiendo la antena de la base Fahrenheit y la mayoría en la ciudad AV-001; el precio a pagar era 100 mil por cada cabeza de cazador de nivel C (había 25), 400 mil por los de nivel B (de ellos eran 10) y un millón por los de clase A (5 en total). Para no derrochar tanto dinero, solo se contrató a 50, y de igual forma todos distribuidos conforme a su nivel de poder para que fuera igual a los números del enemigo.
HWCASE, Gyno (lo recuerdas mejor como el acosador de Alexa y a quien el conejo le dio su merecido por lo mismo), Poison, Neza, y Spire, todos del lado de la Federación, eran los cazadores de nivel A. El MNE tenía a Soren, Firebrand, Vaporwave, Grasswind y a Noxus, este último tras enterarse que Samus era Tyhun Mura, pero pronto entraremos en detalle. Lo importante es que el día llegó, y también lo que sucedió durante las horas que duró el conflicto. El ejército del MNE llegó arrasando con los rebeldes, ellos no tenían ni siquiera un solo vehículo de combate, eran puros civiles con armas gruesas y algunos explosivos, pero no eran rivales para las tropas regulares contrarias; por cada militar muerto, diez civiles eran abatidos, y estos atacaban en grupo, siendo peligrosos sobre todo aquellos armados con lanzacohetes, pero el MNE tomó medidas al desplegar a los VCI y a las Esferas de Batalla, que al mismo tiempo que accionaban sus armas también pasaban encima de las masas armadas, es decir que las arrollaban por montones, dejando senderos y senderos de cuerpos triturados, algunos más allá de ser irreconocibles tras ser alcanzados por la Turbosfera de las esferas. En el cielo, las Cosmo Liner dispersaban a la gente con bombas de gas lacrimógeno, pero aquellos que tenían cubierta la cara respondían con sus armas rapiñadas de los militares del MNE que murieron en las bases, y por ello los pilotos no tenían otro remedio que usar sus cañones laterales contra estos grupos. Se hizo evidente que los rebeldes no tendrían oportunidad contra el ahora disciplinado y organizado MNE, HWCASE lo sabía porque estaba viendo todo desde la sala de control de la antena de Fahrenheit.
Los cazarrecompensas son gente demasiado fuerte, los de nivel C no representan una amenaza tan grande, incluso un escuadrón de soldados comunes bien coordinado es capaz de darle muerte a uno. El problema eran los de B y A, que ningún soldado raso era capaz de hacerles frente, cualquier temerario terminaba muerto sin dar batalla siquiera. Pero más destacables fueron los guerreros de nivel A. Gyno se divertía encarando a sus oponentes a corta distancia, en cuerpo a cuerpo, y los soldados del mancomunado buscaban defenderse con lo enseñado durante el entrenamiento y usando sus cuchillos de combate, y de nada les sirvió, Gyno los cortaba como si fueran hojas de papel con sus tijeras, que debido a su aceleración magnética no hacía sangrar a sus víctimas y les hacía perder vísceras, sino que sus heridas se cauterizaban al instante, por ende hubo algunos a los que les faltó la mitad inferior de su cuerpo que siguieron con vida más tiempo de lo normal, solo para morir poco después al ya no poder hacer nada por ellos. Eventualmente se dirigió a un laberinto formado por los altos edificios, entre ellos habiendo múltiples andadores metálicos en niveles hasta superar los quince pisos, escaleras, escalones, locales pequeños a los costados de los andadores y en los puntos de reunión en el fondo. Gyno mató hasta el último hombre en uno de estos puntos de reunión, pero entonces notó un resplandor en uno de los andadores superiores, y por instinto se echó a un lado. Menos mal que lo hizo, porque era Grasswind apuntándole con el arco y así logró esquivar una flecha dirigida al corazón.
Gyno fue tras él hacia el segundo piso, usando técnicas de parkour para colgarse de tuberías y cualquier cosa que sirviera de apoyo, y al llegar fue recibido por una flecha que Gyno alcanzó a repeler interponiendo su antebrazo izquierdo que iba cubierta por una pieza de armadura pesada, en respuesta él soltó otra ráfaga que obligó a Grasswind a entrar en una tienda donde se venía todo tipo de máquinas y herramientas industriales. Gyno lo persiguió al meterse al recinto, solo que lo hizo rompiendo la vitrina y al mismo tiempo arrasando con toda la mercancía con sus tijeras electromagnéticas; era tan agresivo que Grasswind debía esquivar constantemente si no quería terminar hecho carnitas. En cierto punto, y cuando la tienda se volvió un caos total, Grasswind disparó flechas a corta distancia que se incrustaron en el tórax desnudo de Gyno, pero debido a que Gyno siempre bebe un brebaje especial antes de cada batalla seria, no sintió el dolor y además casi no perdía sangre, permitiéndole continuar con la batalla. Gyno pudo darle un golpe a Grasswind con la parte trasera de sus tijeras, es decir que no lo rebanó pero lo empujó contra un muro, solo que el muro estaba lleno de herramientas de mano muy peligrosas para cualquier incauto; Grasswind tomó varias de ellas y las arrojó como si fueran piedras a su oponente, quien solo se cubría la cara sin importarle si otras partes de su cuerpo terminaban con heridas profundas o si se le encajaban algunas cosas filosas. Gyno soportó y cargó contra el arquero, quien pudo quitarse y provocó que las tijeras se quedaran ancladas en la pared donde tocaron, sin que su dueño pudiera retirarlas. Grasswind tenía la oportunidad perfecta, pero Gyno tenía el subfusil en la otra mano y disparó a quemarropa; Grasswind resintió las balas en su abdomen y retrocedió, Gyno no se detuvo, vació todo el cargador y logró herir a su rival en brazos y piernas, además de que lo hizo salir por la puerta principal y lo condujo al borde del andador, donde el arquero tropezó y cayó al fondo. Aunque con heridas en extemidades, Grasswind pudo ponerse de pie, y Gyno apareció detrás de él luego de saltar.
Poison era esa cosa que parecía un escila, pero sin cuerpo humano sino que tenía un gran ojo sobre sus tentáculos; tampoco podía hablar, sino que los únicos sonidos que producía era al arrastrarse, y esto sonaba como cuando exprimes carne molida dentro de tu mano. Tal como Soren lo dijo, las balas y explosivos no eran lo suficientemente poderosos para vencer su barrera ocular, además regeneraba casi al instante los daños sufridos en sus tentáculos; en cambio, Poison liberaba sus bombas sucias a toda dirección posible, si las explosiones no mataban a los objetivos, de todos modos iban a morir al cabo de unos días debido a la intensa radiación liberada a la que se expusieron. Poison terminó de destruir una Esfera de Batalla sobre una avenida vacía debido a que todos se alejaron de él. Pero entonces su alrededor se cubrió de niebla, o mejor dicho de vapor, nublando su vista. En eso, recibió múltiples chorros de agua a presión sobre su ojo y que la barrera neutralizó.
Poison ni podía hablar, así que se limitó a atacar a las siluetas que llegaba a ver con sus bombas, sin importarle la destrucción que estaba causando, sin importarle que en algunos edificios, la mayoría viviendas, todavía había gente que se encerró presa del miedo a causa del caos que originó la rebelión. Y mientras se movía, Vaporwave seguía disparando chorros de agua al ojo sin ningún resultado; en los tentáculos fue igual, los amputaba pero eran regenerados al instante; los tentáculos metálicos por donde salían las bombas eran muy duros, tanto que no podía cortarlos a larga distancia, era necesario acercarse, pero hacerlo implicaba entrar en el campo radioactivo de Poison, que era mucho más intenso que lo que irradiaban las bombas.
Y la otra cazadora era Neza, la humana marciana distinguible por usar un uniforme de policía color arena pero con armadura más gruesa, y ella fue recordada por algunos testigos al poder derribar una Cosmo Liner disparando su rifle hacia el piloto, la bala perforó el cristal y alcanzó al tripulante, haciendo que la nave perdiera el control hasta estrellarse inevitablemente. Repentinamente fue emboscada por un pelotón del MNE, pero se defendió llamando a una parvada de aves jurásicas del tamaño de una paloma, y no solo distrajeron al pelotón, también propinaban picotazos en puntos frágiles del cuerpo, como la yugular o bajo las axilas, en cambio poco podían hacer los hombres del MNE, sus balas eran inefectivas ante tal cantidad de aves y precisaban de un lanzallamas o algo que diera muerte a todos los pájaros al mismo tiempo, pero nadie iba equipado con algo así. Al menos no ellos, pero Firebrand tenía un mandoble de fuego, y con eso creó un tornado de fuego que desintegró a todas las aves, teniendo sumo cuidado de no herir a los que seguían vivos del pelotón. Neza no supo de donde salió semejante tornado hasta que vio caminar entre el pelotón a este cazarrecompensas apodado como Fuego Zafiro, y ella lo reconoció por fotografías y cosas así.
Neza disparó, pero como ya lo esperaba, la pesada armadura de Firebrand hizo rebotar el tiro, así que él contraatacó con medias lunas que produjo al blandir su mandoble. Neza rápidamente se ocultó detrás de unos escombros e inmediatamente se asomó para disparar, viendo así que Firebrand se aproximaba corriendo y con intención de cortar el escombro junto con ella, por ende Neza se arrojó hacia el frente y esquivó rodando, pero al reincorporarse tenía al espadachín al frente y acercándose poco a poco.
A pesar de que sus mordidas no podían hacerle nada a la armadura del espadachín, podían distraerlo y le dieron tiempo a Neza de ubicar los puntos débiles de Firebrand, siendo las juntas. Neza centró sus tiros en estas partes y surtió efecto, esto hizo que Firebrand cayera de rodillas y con los carnívoros prehistóricos sobre su lomo. Pero este espadachín no iba a ser derrotado tan fácilmente, no, él se quitó a los raptores de encima al enterrar su espada sobre el suelo y liberar una onda de choque ígnea que los repelió, dándole oportunidad a este cazarrecompensas de reincorporarse. Al hacerlo, un raptor volvió a la carga solo para ser decapitado al estar en el aire, luego los otros tres hicieron lo mismo, pero terminaron calcinados por una media luna de fuego.
Se trataba de otro animal prehistórico, pero más grande, un gran depredador de Venreo. No era un tiranosaurio, era algo parecido a un guiverno color bosque pero de dos cabezas, alas membranosas y una dura cola que no tenía pinchos ni nada, pero cuyos golpes podían sacar volando a cualquiera. Este guiverno se colocó frente a Neza para protegerla, al mismo tiempo que sus dos cabezas rugieron a Firebrand.
Y así se desarrollaba la batalla de Venreo, cazarrecompensas contra cazarrecompensas, algo que eclipsó por completo la batalla entre soldados y rebeldes. Aquí solo iban a ganar los mejores, lo mismo en la torre de comunicaciones. |
Capítulo 8
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Batalla de Venreo. Parte II |
El segundo equipo, más pequeño que el de la ciudad, se dirigió a la torre de comunicaciones, con Soren y Noxus al frente. Mientras una fracción del ejército se encargaba de liberar la base aledaña, el segundo equipo aprovechó para entrar al complejo de las montañas, que tal como se dijo previamente, su interior se modificó en lo estético y en lo relacionado a la seguridad: se erigieron múltiples bustos y estatuas Chozo que eran el símbolo del MNE por el lado estético, y para incrementar la seguridad se inundaron algunas porciones con lava; claro, los cazarrecompensas de la Sociedad pudieron superar este obstáculo tan básico al igual que otros sistemas de seguridad instalados adentro, consistiendo en cañones multicañón automáticos. Tomando el complejo de las montañas, el MNE podía pasar a tomar la torre justo encima.
La primera área que Soren visitó fue la sala de control, un lugar lleno de consolas y servidores protegidos con vidrio antibalas. Los soldados no fueron ningún problema, no para estos cazadores, sobre todo Soren en quien vamos a enfocarnos por ahora.
Los militares abrieron fuego, uno de ellos teniendo en su poder un Cañón de Plasma, que fue la única preocupación de Soren puesto que las balas podía soportarlas sin ningún problema. Las balas las recibió y solo rebotaron, pero se dedicó a esquivar las ráfagas de plasma que lo habrían herido de gravedad, y esquivando y avanzando pudo alcanzar al artillero con el cañón. Con su brazo convertido en la Narpas Sword, le amputó las manos al artillero y el cañón cayó al suelo, donde liberó una última carga que alcanzó a otro soldado y que quedó sin la mitad de su tronco; y el artillero con las manos amputadas solo podía gritar debido al intenso ardor que sintió, luego Soren lo ultimó encajando la hoja en el pecho. Con los demás soldados hizo lo mismo. A uno lo acuchilló tres veces y con la cuarta le cortó la cabeza; posteriormente rodó hacia adelante y apuñaló en el vientre a otro soldado, retiró la hoja y pasó a amputarle ambas piernas; Soren se puso de pie y convirtió su brazo en fusil de asalto, apuntó a otro objetivo que lo tenía en la mira a él y abrió fuego con ráfagas de tres balas: una ronda, dos rondas, hasta cinco rondas de disparos así, aquel soldado solo retrocedió como consecuencia, con su cuerpo sufriendo microexplosiones debido al efecto expansivo de las balas de energía, y si por algún milagro seguía vivo al recibir la última ráfaga, murió cuando tropezó en un borde y cayó a una fosa de lava en una orilla de aquella sala; y fue cuando una compuerta se abrió y se aproximó un pequeño grupo de más soldados que Soren iba a eliminar con su lanzamisiles, solo que Noxus se le adelantó al congelarlos a todos con su Judicator cargado, para luego romperlos en pedazos con patadas.
Lo siguiente que Soren recorrió fue una serie de corredores estrechos, encontrándose en el camino con los cazarrecompensas de nivel B luchando entre sí en un una plataforma sostenida por puentes y encima de una fosa con lava, pero Soren no interfirió, menos cuando había torretas multicañón en el techo que le impedían el paso. Con una ráfaga de tres tiros bastaba para destruirlas, permitiéndole continuar hasta otra serie de corredores, donde era esperado por más soldados a cubierto en barreras metálicas y algunas cajas que apilaron para que sirvieran como barricada a falta de más barreras.
Caminando a paso veloz, Soren avanzó y accionando su fusil de asalto, ahora en modo automático. Iba pasando entre las balas abatiendo a los guardias con una precisión perfecta, sus ráfagas atravesaban los contenedores metálicos de lado a lado gracias a los efectos potenciadores de sus microchips. En segundos murieron todos los que se ocultaban detrás de las cajas, quedando los que permanecían en las barreras y que disparaban ciegamente para no exponerse; Soren cambió a su lanzamisiles y programó los proyectiles con detonación en tándem, de esta forma podía atravesar las barreras de blindaje reactivo y eliminar a cualquiera que estuviera detrás.
Soren subió por el ascensor, pero al abrirse las puertas alguien al otro lado accionó un lanzacohetes. Afortunadamente Soren tenía mejorados sus reflejos, así que dio un salto frontal, esquivando la ojiva que pasó justo debajo de él y que explotó adentro del ascensor, provocando su colapso. Aún en el aire y viendo todo como si se hubiese inyectado adrenalina, encontró al soldado con el lanzacohetes, que era un arma en forma de dos tubos unidos mediante un soporte que se coloca sobre el hombro, y de ambos tubos sale un cohete; faltaba el segundo cohete por disparar, así que Soren enfocó sus tiros sobre el arma, de esta forma estimuló la carga interna que detonó sobre el portador, matándolo a él y a los que estaban cerca. Era un pasillo corto con una puerta blindada al fondo y otro camino bifurcado.
En efecto, al otro lado había un punto de reunión, siendo el interior de una caverna, pero con múltiples pilares hechos de roca madre, pequeñas fosas de lava alrededor, y una zona espaciosa donde se erigía una estatua Chozo, siendo en esta zona el punto de conexión entre ambas escotillas. La cosa es que cuando Soren llegó, Noxus ya estaba ahí, pero no iba solo, sino que frente a él también estaba el cazarrecompensas Spire.
De hecho, Noxus había llegado antes que Soren por tan solo cinco segundos (y por medio de otro camino no señalado en el mapa, llámese conductos de ventilación). Ahora solos, pudieron conversar brevemente.
Spire fue el primero en abrir fuego con su Magmaul, y Noxus lo recibió con un tiro de su Judicator que enfrió la bola de magma, cayendo al suelo en estado sólido y rompiéndose sin hacerle daño a nadie. En los siguientes cinco segundos, ambos siguieron intercambiándose disparos, formando otras tantas rocas pequeñas que caían al suelo, hasta que Spire decidió cambiar de estrategia cargando directamente contra su oponente. Spire iba a aplastarlo con la maza de su brazo izquierdo, pero Noxus saltó, de ahí dio otro salto usando el cuerpo del Diamont, y se giró para disparar un rayo cargado que debía congelarlo y provocarle un daño más alto de lo normal, pero los cristales del cuerpo de Spire adquirieron un fulgor todavía más intenso que no solo impidió que fuera congelado, sino que redujo el daño que recibiría normalmente. En respuesta, y cuando Noxus, sorprendido, aterrizó en el suelo, Spire se convirtió en Avalancha y embistió a Noxus con su Espada de Fuego, empujándolo contra una columna de piedra aparte de causarle una conmoción que pronto se le pasó.
Viendo que Noxus seguía tirado, Spire cargó su cañón y disparó una bola ígnea cargada que su enemigo esquivó convirtiéndose en Guadaña para luego huir entre los pilares; Spire lo persiguió también con su forma alterna, pero la Guadaña era más rápida y pronto lo perdió, así que no tuvo otro remedio que transformarse y cuidar cada esquina a su alrededor, por si quería atacarlo por la espalda o algo así. Pero en realidad no, Spire escuchó explosiones resultantes de algún tipo de misil, solo que ninguno fue dirigido contra él, sino contra tres estalactitas en el techo que se desprendieron y bloquearon sus respectivos pozos de roca fundida.
Con esta distracción, Noxus usó múltiples tiros normales de su arma helada al pecho de Spire, haciéndolo sentir el frío intenso que para él era el dolor más intenso que podía sentir, acto seguido cargó el rayo y congeló a Spire, dejándolo inmóvil y a su merced. Pero Spire seguía teniendo su fuerza superior, con eso le bastó para liberarse y convertirse en Avalancha, donde rodó hacia una de las nueve fosas restantes para sumergirse. Esto le dio tiempo a Noxus de derribar otras estalactitas más, aunque todavía quedaban algunas fosas descubiertas, donde en una de ellas salió Spire brillando como antes y apuntado en la espalda al Vhozon, quien sufrió el impacto ardiente del Magmaul. Noxus ardió en llamas y aquello reducía su energía a pasos agigantados, y en poco las llamas se consumieron, pero Spire fue y le asestó un golpe con la maza que lo lanzó hasta la orilla de otro pozo.
Desde luego, esto no iba a servir de nada, Spire simplemente saldría de aquel montón ya fuera usando su fuerza o su forma alterna, y sí, eso hizo, pero al hacerlo Noxus había cambiado de posición y aparte bloqueó el pozo cercano. En realidad, Noxus usó su Guadaña para herir las piernas de Spire, logrando ponerlo de rodillas, acto seguido se transformó y usó otra cortina helada cuyos efectos se mitigaron gracias a la alta temperatura de Spire; pero no se detuvo ahí, Noxus siguió atacando indiscriminadamente entre tiros normales y rayos cargados, al punto en el que su propio cañón comenzaba a congelarse por el sobreenfriamiento. El calor de Spire iba cediendo y de nuevo fue resintiendo la heladez en su cuerpo, obligándolo a buscar otros pozos mediante su Avalancha, pero Noxus lo persiguió y fue bloqueando los agujeros uno por uno, hasta que no quedó ninguno al descubierto. Spire se vio desprovisto de su fuente de energía, así que se centró en derrotar a Noxus con sus medios actuales. Congelándose y quemándose entre ellos, ambos hicieron uso del terreno y de sus conocimientos de batalla, dando lo mejor de sí mismos con la única meta de triunfar sobre el otro. La debilidad de uno era la fortaleza del otro, elementos opuestos que en el pasado se enfrentaron igual que ahora pero con el fin de encontrar la Fuente del Poder. Su contienda se prolongó hasta que ambos quedaron uno frente al otro, agotados y heridos.
Ambos se dispararon mutuamente después de verse directamente tras unos segundos, así se aniquilaron las dos energías, y posteriormente ambos avanzaron hacia adelante, disparando proyectiles normales que ninguno se molestaba en esquivar o bloquear de algún modo, recibían estos ataques como si ya hubieran aceptado que ese iba a ser el último día de sus vidas. Eventualmente dejaron de disparar, a unos cuantos metros de distancia entre ellos, y una vez más recargaron sus cañones; cuando ya estaban cara a cara, ellos chocaron sus cañones. La explosión resultante creó una nube de vapor que cubrió toda la caverna, misma que pronto se condensó para pasar a estado líquido en forma de una llovizna que humedeció las rocas. Y en cuanto a ellos, quedaron tan malheridos que ninguno podía moverse, Spire bocarriba y Noxus bocabajo a un par de metros de distancia, aunque sí podían hablar, siendo Spire el primero en hacerlo.
Y ambos dejaron de hablar. ¿Se desmayaron? ¿Estaban muertos? Muy seguramente lo último, después de todo sus heridas eran letales. Pero al menos este sacrificio de Noxus le permitió a Soren poder continuar su camino hacia la antena. Al dejarlos solos, Soren salió al exterior, en lo alto de las montañas, y con HWCASE esperándolo desde un rincón en donde Soren no podía verlo. |
Capítulo 9
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Batalla de Venreo. Parte III |
En la ciudad, los combates continuaban. Grasswind y Gyno recorrieron varias manzanas sin darse cuenta, batallaron hasta llegar a un parque ecológico, es decir un parque lleno de árboles altos y campos abiertos donde Gyno estaba en desventaja, pues Grasswind usaba los troncos para atacarlo a distancia con sus flechas, llegando a encajarle una en el brazo izquierdo, dos en un muslo y otro en la espalda, pero hacía falta más que eso para vencerlo, ya que estaba drogado con su fórmula que disminuía la pérdida de sangre y la sensación de dolor.
Con el humo logró nublar la vista de Viento Esmeralda, viéndose obligado a cambiar de posición numerosas veces para tener un objetivo claro, pero no pudo encontrarlo, así que disparó tres flechas explosivas para disipar el humo. Cuando el humo se dispersó, Gyno ya no se encontraba en su posición, y el sexto sentido de Grasswind hizo eco en su mente.
Gyno dio un salto para caer sobre el arquero y rebanarlo con sus tijeras, pero Grasswind pudo disparar una flecha que se encajó en la costilla, obligándolo a cancelar el ataque y refugiarse entre los árboles. Grasswind vio en dónde se había escondido el otro y pretendió eliminarlo con la metralla de sus flechas explosivas, pero Gyno arrojó bombas de gas que le cortaron el aliento, y para cuando Grasswind escapó de la nube tóxica, Gyno estuvo detrás de él con sus tijeras extendidas, y Grasswind alcanzó a interponer su arco entre el filo electromagnético, que sorprendentemente pudo resistirlo al estar hecho el arco con metales resistentes.
Y así, Grasswind disparó su flecha justo en la garganta de Gyno, en lo que se conoce comúnmente como la manzana de Adán. Al mismo tiempo, la mayoría de las flechas vieron su energía agotada y su movilidad regreso, pero fue tarde, la flecha explosiva ya la tenía atravesada de lado a lado, y de paso dañó las cuerdas vocales y perdió el habla.
Boom, la flecha detonó y no dejó nada de la cabeza de Gyno, excepto por algunos pedazos de masa y hueso que bañaron el alrededor, incluyendo a Grasswind, pero su capa era impermeable y los restos se resbalaron hacia el suelo. El cuerpo de Gyno siguió de pie unos pocos segundos hasta que se tambaleó y cayó. Gyno cayó en combate, Grasswind se erigió vencedor, y lo próximo que hizo fue sacar las flechas del cadáver para reusarlas después, pues producirlas era más caro que recargar sus puntas. De ahí, cubrió sus heridas con un gelificante que cargaba en una pequeña botella dentro de uno de los bolsillos de su pantalón. Posteriormente se comunicó con los demás cazarrecompensas.
En una glorieta de la ciudad, rodeada de coches abandonados, pedazos de estructuras desperdigados por doquier y el concreto dañado del suelo, continuaba la batalla entre Vaporwave y Poison. La niebla seguía a Vaporwave a dondequiera que fuera, después de todo ella era quien lo liberaba desde los delgados tubos en las palmas de sus manos conectados a su generador de agua dorsal. Y aunque a Poison se le hacía imposible localizar a su enemiga, sus bombas radioactivas ya habían contaminado grandes porciones del área de conflicto, a tal punto que Vaporwave estaba siendo afectada aun teniendo un traje que debía protegerla; la intensidad de la radiación era demasiado incluso para este traje, intensidad que aumentaba con cada ojiva disparada por parte de Poison.
Vaporwave comprendió por qué Poison era uno de los cazarrecompensas más poderosos dentro de la Sociedad. Aparte de venenoso era casi indestructible, y no solo debido a su barrera, sino también por su cuerpo tentacular modificado genéticamente para poder regenerarse casi al instante. ¿Cómo derrotarlo? Era la gran duda de Vaporwave.
Con dificultad, Vaporwave se alejó de Poison para encontrarse con Drilo, quien esperaba en medio de la avenida con fogatas encendidas debido a su batalla contra un cazarrecompensas especializado en explosivos. Drilo, un humanoide vestido con una armadura metálica genérica de luces blancas, sintió que alguien se acercaba por detrás y se giró con sus pistolas duales al frente, pero al ver que era Vaporwave las bajó.
Los rayos de ondas son conocidos por su capacidad de penetrar objetos transparentes o semitransparentes, objetos en los que se incluyen las barreras de energía que no son opacos. Otros modelos más avanzados (Chozo) pueden atravesar cualquier tipo de superficie, pero en esta ocasión no era el caso. Con estas pistolas en mano, que ya tenían poca munición, Vaporwave regresó hacia Poison; cuando llegó la niebla ya no existía, pero Poison seguía en la glorieta, aún disparando indiscriminadamente en busca de Agua Rubí. Sabiendo que no debía permitir que el ojo andante siguiera contaminando, Vaporwave decidió aparecerse, decidió dar la cara.
La pupila alargada de Poison se contrajo al enfocar su mirada sobre Vaporwave, y su reacción fue apuntarle con sus tentáculos, pero Vaporwave disparó primero, y el resultado fue el esperado. Ambos disparos atravesaron la barrera tal como si la misma no existiera, el ojo sufrió múltiples y fatales daños que Poison no podía regenerar, y Vaporwave siguió atacando sin detenerse hasta agotar todas sus municiones de ondas. Para su sorpresa, Poison seguía vivo, con el ojo prácticamente deshecho y ciego, encolerizado y expulsando más bombas de lo normal, poniendo en más aprietos a Vaporwave.
Con el agua a presión, Vaporwave repasó el ojo de Poison tantas veces en un lapso de diez segundos, convirtiéndolo básicamente en un montón de picadillo de ojo, perfecto para unos tacos de ojo (no es un chiste, los que son de México saben que existen los tacos de ojo). Pero siendo Poison radioactivo, nadie querría comerse los restos que quedaron de él, menos Vaporwave, quien ya estaba a nada de desplomarse debido a su envenenamiento nuclear.
Y en efecto, Firebrand tenía complicaciones en contra de Neza y el guiverno prehistórico al que llamó con sus poderes telepáticos. Entre ambos destruyeron varias manzanas de la ciudad, pero el que más daño había sufrido fue Firebrand, muy a pesar de que él pudo cortarle una cabeza al guiverno. Firebrand vio rotas muchas piezas de su armadura pesada, incluso su cuerpo fue alcanzado por las gruesas garras y colmillos de la bestia, también por las balas que Neza le disparaba desde lejos.
El guiverno era de ciénaga, y como tal escupía chorros de ácido en lugar de fuego, un ácido muy corrosivo que le servía para ablandar la carne de sus presas y devorarlas con facilidad, sobre todo la carne de aquella megafauna que debería ser difícil de comer. Este ácido no le hizo daño a la armadura pesada del espadachín, al menos no en los primeros ataques, pero sí cuando fue rociada muchas veces, permitiéndole al animal perforarla con sus garras y colmillos. Nadie sabe cuánto tiempo estuvieron enfrentándose, pero llegaron a un punto en el que Firebrand perdía su fuerza, y cada vez más le era imposible ir tras Neza; luego de que el Fuego Zafiro repeliera una sucesión de mordiscos, el guiverno escupió más ácido que comenzó a afectar la integridad de la espada, y esta criatura pasó a embestirlo con su cabeza restante y lo estrelló contra un tanque destruido, donde fue rociado con más ácido que alcanzó a quemar su piel.
Firebrand no opuso resistencia, se dejó devorar, las mandíbulas del guiverno se lo zamparon de un bocado y sin masticarlo. Lo único que no se comió fue el mandoble, que escupió instantáneamente tras comer su bocado. En su estómago y en proceso de digestión, el guiverno se acercó a Neza y ella le acarició la cabeza.
Firebrand no estaba muerto, sino que se dejó comer para destruir al dragón por dentro y con sus propias manos, ya te imaginarás que clase de destrozos provocó en las entrañas de la criatura, pero el punto es que al final emergió de su vientre y salpicando los fluidos ácidos por todos lados, sobre Neza también, quien sufrió quemaduras severas de 3er grado en todo su cuerpo, tan severas que quedó irreconocible en un parpadeo, su piel se deshizo, su cara desapareció y sus músculos quedaron hechos una esponja que escurría poco a poco. Era de las peores sensaciones que uno podía sufrir, incluso Firebrand lo reconoció y se apiadó, así que a pesar del ardor que sentía por estar dentro de las entrañas del guiverno, tomó su espada y le dio una muerte rápida a Neza la Susurradora Silvestre.
Naves en el cielo, no del MNE, no de la Federación… de los Piratas Espaciales. Una flota proveniente de un agujero de gusano que llegó en el peor momento posible, y no solo eran puras naves, entre ellos había un Ídolo, es decir una de las imágenes robóticas de Ridley que tanto terror han propagado en los últimos años. La presencia de esta gente no era buena señal, menos la de un Ídolo.
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Capítulo 10
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Batalla de Venreo. Parte IV |
Valrein. Lejos de cualquier conflicto, el Discípulo Mayor supervisaba a todas sus fuerzas desde su morada oculta en Valrein. Los Leviatanes seguían siendo implantados en múltiples planetas más, siendo el comienzo de una infección masiva de Phazon en toda la galaxia que avanzaba a pasos agigantados… y el próximo objetivo era Valrein. Narog alistó a una pequeña flota con un Ídolo a la vanguardia, pero al mismo tiempo quiso aprovechar el momento para poner a prueba un siniestro experimento.
Estas cápsulas, que más bien eran como capullos anclados a la pared, estaban conectadas al pedestal por medio de cables, y Narog colocó su cristal de Phazon Rojo sobre esta mano de piedra; al hacerlo, los capullos brillaron y algo pareció formarse dentro de ellos lentamente.
Venreo. Y en Venreo, Soren acababa de dejar a Noxus a su suerte con Spire, a petición del propio cazarrecompensas helado, pero al menos ya había llegado al exterior en la cima, donde solicitó un informe a sus tropas que ahora dirigía como general.
Soren iba solo hacia la antena entre el terreno escarpado de la cima que no hacía que retrasarlo. Antes existía un camino que llevaba directamente hacia el aparato, pero para cuando Soren llegó ya no estaba, alguien lo deshizo deliberadamente y obviamente como defensa. ¿Y quién fue? Soren pronto iba a averiguarlo, más cuando repentinamente se detuvo al sentir una presencia hostil a su alrededor.
Aunque por ningún lado había nada, sin embargo Soren estaba convencido de lo contrario. Y no se equivocó cuando recibió múltiples disparos de energía de un enemigo invisible y que no esquivó
Aquella presencia siguió atacando con más metralla, solo que ahora Soren pudo evitarlas ya fuera esquivando o escabulléndose entre las formaciones rocosas, sin embargo el enemigo invisible lo persiguió y pasó a usar misiles con tal poder que podían derribar grandes rocas, y que hicieron a Soren retirarse a una altura inferior donde podía hacer que los misiles se estamparan contra formaciones rocosas más pronunciadas. Solo así le dio tiempo para encender su visor de rayos X, descubriendo que su agresor era una nave Cazadora en miniatura, del tamaño de un convertible, y que había fijado sobre el intruso que era Soren.
Soren disparó otro misil, pero la nave de HWCASE podía moverse a cualquier dirección de manera fugaz y repentina, no como cuando Samus se mueve dentro de su desplazamiento en fase, pero sí tan rápido como para poder esquivar todo tipo de misiles y dejando una estela de luz amarilla. Este movimiento le impidió ser alcanzado por el explosivo energético y luego usó sus propios misiles que no le dieron a Soren directamente, pero la onda expansiva sí lo empujó hasta caer en un terreno semiabierto, expuesto ante la lluvia de balas que HWCASE se dispuso a liberar.
Las balas alcanzaron las partes blandas, pero con esas no era suficiente, Soren debía seguir disparando o usar algo más fuerte como su lanzamisiles, cosa que era inservible contra aquel sistema de seguridad que HWCASE instaló. El conejo se alejó y se volvió invisible, en respuesta Soren volvió a su visor de rayos X y siguió atacando, pero al cabo de poco algo salió mal, una estática interrumpía con su visión, y aunque no tan intensa, sí le impedía ver más allá de los 50 metros de distancia que era donde HWCASE se mantuvo. Este cazarrecompensas habló por el megáfono de su nave.
Con sus balas derribó a muchos, pero unos cuantos lo alcanzaron y lo rodearon de explosiones. Estos estallidos tuvieron efecto también en la caverna donde Noxus y Spire se enfrentaron, tanto que algunas rocas se desprendieron del techo y enterraron a Spire. Aquello podía servir como una tumba para él, pero en realidad fue su salvación; resulta que Spire quedó tendido sobre uno de los pozos que Noxus bloqueó previamente, y el derrumbe reciente abrió múltiples fisuras de lava que el cuerpo de Spire llegó a tocar. La lava era su fuente de vida, así que al hacer contacto recuperó sus fuerzas, justo a tiempo antes de haber muerto definitivamente; repentinamente abrió los ojos y usó su fuerza para salir de su sepultura acompañado de un grito de guerra.
Spire apuntó a Noxus, listo para dispararle, pero algo lo detenía, un dilema. ¿Y por qué? Se supone que son enemigos, se supone que ambos estaban listos para morir y para matar al otro. ¿Qué lo detenía? Lo detenía un sentido de deuda, como el que Noxus sentía por Samus, y en el caso de Spire fue porque gracias a Noxus pudo recuperar sus recuerdos perdidos del pasado. Al final este sentido de deuda pesó más que el deber, y bajó su arma.
Y volviendo arriba, Soren no tuvo otra alternativa que ocultarse hasta poder hallar la forma de vencer a HWCASE, que seguía sobrevolando el cielo en busca de su presa y estando camuflado. Soren, primeramente, hizo lo posible por acercarse a la nave hasta verla con su visor de rayos X, y por un tiempo funcionó, logró dañar algunos sistemas pero no provocó el suficiente daño para su destrucción; HWCASE, en respuesta, extremó precauciones y comenzó a usar misiles teledirigidos, escasos en comparación de sus misiles comunes. Con dichos proyectiles pudo alejar a Soren y ponerlo en jaque, y él simplemente se retiró a un lugar irregular donde se escondió, tratando de recuperar los daños de su armadura desviando parte de su energía de partículas a la energía de su Traje.
Soren salió de su escondite, esperando a que HWCASE lo viera, cosa que así fue, por lo que el conejo usó el resto de sus misiles teledirigidos. Soren derribó algunos y otros los hizo estallar al hacer que se estrellaran contra algunas protuberancias rocosas de cinco metros de alto, teniendo en mente que esta variante de misiles quedara agotada, algo que sucedió finalmente, obligando a HWCASE a usar sus misiles convencionales. Estas ojivas eran más fáciles de evitar y de esta forma fue que Soren llegó a la antena, sabiendo que HWCASE evitaría usar explosivos para no causar daños al artefacto, por ende pasó a usar metralla. Soren empezó a escalar la antena lo más rápido posible mientras la metralla de la otra nave impactaba cerca de él; a medio camino, Soren consiguió rafaguear a la clase Cazadora con su fusil, haciendo que esta retrocediera momentáneamente, dándole tiempo a Soren de llegar a lo alto, a los sistemas de la antena. Arriba, el viento era más intenso debido a los soportes metálicos de alrededor, y desde ahí se tenía una vista panorámica de la ciudad adyacente que estaba cubierta de humo. Pero eso no importa, sino que HWCASE acechaba.
HWCASE encontró el punto perfecto para fusilarlo a 150 metros de distancia. “Adios, Soren”, fue lo que dijo cuando estuvo a punto de apretar los gatillos, pero Soren atacó primero con su brazo, sin fallar ninguno de sus tiros, y dañó parcialmente el motor de la mini nave.
El conejo de tierra se le adelantó, accionó sus cañones cuyas balas hicieron agujeros en la armadura de Soren, pero no fue suficiente para detenerlo, Soren siguió de pie y usó casi toda su energía restante sobre la nave, misma que ya no pudo mantenerse en vuelo. La clase Cazadora se estrelló en una zona cercana a la antena, y Soren bajó de ella para comprobar el estado de su enemigo. Se acercó y vio la nave entre las rocas, con HWCASE afuera de ella y arrastrándose al tener una pata trasera lesionada. HWCASE fue a parar a una parte terregosa del suelo donde pudiera recostarse, con Soren acercándose lentamente y apuntándole.
Y dicho esto, Soren se dispuso a darle el tiro de gracia a HWCASE, pero en lo que hablaba con nosotros no se percató que el conejo tomó unas diminutas granadas de luz de su chaleco que activó y soltó. La luz cegadora aturdió momentáneamente a Soren y HWCASE tuvo que aguantar el dolor de su pata si quería escapar, así que corrió lo más rápido posible mientras Soren le disparaba de forma errática y sin atinar ni un solo tiro, perdiendo a su oponente de vista.
Los Zebesianos siempre fueron los principales soldados de los Piratas Espaciales, el clan que más veces fue enviado a combate, y la razón es que ellos son el clan más obediente ante el Mando y los demás grandes líderes, mucho más que los conocidos grumetes Urtraghianos. Los Zebesianos hacen cualquier tarea que se les ordene, no importa si la tasa de éxito es baja o nula, de ninguna forma presentan quejas o protestas, y eso es lo que los vuelve extremadamente peligrosos. Ahora reunificados y con el Phazon en su poder, se aventuraron a Venreo con un solo objetivo que Soren y los demás desconocían, pero que seguramente ya sospechaban: inseminar el planeta con un Leviatán. El trío elemental de cazarrecompensas, después de haber ido a sus respectivas naves a tratarse de todo daño recibido, volvieron a la batalla una vez más. Ahora combatieron juntos contra las hordas Zebesianas que en ocasiones llegaron a ponerlos en aprietos debido a sus rayos potenciados por el Hiperestado, y además porque una fuerza plateada fue enviada para encarar al trío en específico. Quizás habrían podido contra ellos de forma individual, después de todo lograron hacer que Vaporwave se quitara su máscara luego de rompérsela con patadas (revelando su rostro parecido un alienígena coloquialmente conocido como Gris, salvo por sus ojos rubí), a Firebrand le encajaron una garra giratoria en el pecho pero no tan profundamente y por eso siguió vivo, mientras que a Grasswind le hicieron gastar muchas de sus flechas. Pero en equipo eran casi imparables, los tres se mantuvieron de pie y eliminaron a la fuerza de Zebesianos Plateados que los interceptó en un puerto marítimo. Al final, Firebrand y Vaporwave se dedicaron a rematar los cadáveres, pues habiendo Phazon en sus cuerpos podían reconstruirse si sus heridas no eran tan graves. En tanto, Grasswind se ubicó en un punto alto para vigilar, viendo desde ahí al Ídolo que provocaba estragos en el centro de la ciudad.
Soren llegó a la ciudad y lo primero que hizo fue matar Piratas, ayudó en los puntos críticos que eran atacados por escuadrones acorazados de Zebesianos, es decir que iban acompañados de esos Tanques Piratas de aspecto arácnido, pero estos eran diferentes porque sus cañones antipersona fueron reemplazados por rociadores de Phazon a presión, volviéndolos una especie de tanques lanzallamas pero que rocían Phazon en lugar de fuego. Como tal, eran extremadamente mortales contra la infantería y fortificaciones, alguien alcanzado por el mutágeno muere al instante si tiene suerte, pero de no tenerla se convierte en una aberración al servicio de los Piratas Espaciales. Soren estuvo desplazándose por toda la ciudad destruyendo tanques y matando a mutantes, liquidando escuadrones completos de Zebesianos y a veces destruyendo naves que iban a atacarlo. Él solo limpió un callejón completo de hostiles, y cuando no quedó nadie, un rugido en la distancia lo distrajo: era el Ídolo de Ridley rodeando una torre y que derribó con su plasma y los misiles que guarda en su interior.
Sin la adrenalina, Soren colapsó de rodillas, cabizbajo, aún sin poder creer que su mejor amigo había muerto. Soren ya estaba preparado para enfrentar a su otra mejor amiga, Rowina, y a otros de sus viejos conocidos, como HWCASE, pero con Sigfried fue distinto, se suponía que él se había quedado al margen de todo, que en ningún momento debían volverse a ver las caras hasta que el conflicto terminara. Soren siguió arrodillado un par de minutos más sin poder alzar la mirada.
Había alguien piloteando el traje, un Wotano cibernético con trazos de luz azul en todo su cuerpo, armadura incluida. Este Wotano aceleró bruscamente y embistió a Soren, lo estrelló contra un edificio y no se detuvo, continuó hasta haber perforado cientos de muros de concreto y terminó arrojándolo sobre una pequeña plaza con una fuente seca. En el suelo, Soren recuperó su fuerza pues vio que el enemigo iba a disparar un rayo de Phazon que a duras penas esquivó, y eso no fue todo, de la armadura salieron múltiples misiles dirigidos contra el cazarrecompensas humano, quien los derribó con simples disparos y contraatacó con un misil que apuntó a la cara del piloto de la armadura, solo para ser testigo de cómo un escudo de energía negó el daño del explosivo.
El Wotano iba a cargar con una embestida, y Soren pensó en congelar el suelo con su chorro helado y quitarse del camino cuando la armadura avanzó, haciendo que esta se resbalara y chocara contra la fuente. Aturdida, Soren le disparó repetidas veces pero sin hacer el suficiente daño, entonces el Wotano recuperó el control y disparó con otro rayo más; Soren esquivó con un salto y finalmente pudo ver el dispositivo.
Soren usó otro misil sobre aquella cosa, lo destruyó y causó la desactivación del escudo de energía de la armadura, quedando el piloto expuesto. Listo para darle fin, Soren escuchó algo acercándose por arriba, al alzar la mirada vio a alguien patinando en el aire mediante una plataforma de hielo que la figura creaba con sus manos; el nuevo enemigo, entonces, expulsó dos conjuntos de escarcha que congelaron a Soren y le impidieron disparar.
Soren quedó bocabajo en el mismo punto donde estaba, el misil del Soren falso, que resultó ser una Joviana de cuerpo rosado con partes que brillaban de azul, dejó al original demasiado lesionado como para poder continuar luchando. Tratando de arrastrarse, un pilar de hielo se formó debajo de él y perforó la junta de su brazo izquierdo, alzándolo en el aire. Samus solo se desesperó más y Soren sintió el dolor más de lo normal debido al frío del hielo.
Antes de ultimar a Soren, los tres sujetos fueron atacados por una nave que no era del MNE. Era otra nave de HWCASE y con forma de una W, ligeramente más grande que la anterior y con menos equipamiento ofensivo, excepto por dos cañones de rayos que era lo que estaba disparando. HWCASE evitó la muerte de Soren y lo liberó del pilar al destruirlo con sus rayos.
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Extra
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Destino incierto |
No puedo creerlo… ¡Nos vencieron como si fuéramos simples novatos, a nosotros, el trío elemental! Hemos pasado por muchas situaciones, a veces juntos, a veces separados, pero nada comparado con estos tres que acaban de aparecer. Y por alguna razón se me hacen conocidos, siento que alguna vez lo he visto, pero no recuerdo en dónde… Supongo que eso ya no importa, me hicieron puré, no tengo mucho tiempo de vida. Firebrand, Vaporwave, ¿también están malheridos o ya se murieron? No están haciendo ninguna clase de ruido. Parece que hasta aquí llegamos, nos mató un hombre de hielo, una máquina y algo que… se transforma, o algo así. Ojalá nos convirtamos en leyenda dentro del oficio de cazarrecompensas.
¿Soldados del MNE? ¿No deberían estar combatiendo en el frente? No veo bien, pero puede que sea un escuadrón.
Habló en plural… Firebrand, Vaporwave… ¿Siguen con vida? No voy a negar que me alegra, ¿pero podrán aguantar? ¿Podremos aguantar lo suficiente?
Entonces depende de nosotros, ¿no? Perfecto, que así sea. ¿Entendieron, Firebrand, Vaporwave? Tenemos que aguantar, si vamos a vengarnos de esos tres imbéciles es necesario aguantar. Podemos hacerlo, engañar a la muerte por esta ocasión. ¡Viviremos y tendremos una revancha! |
Capítulo 11
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Sacrificio |
HWCASE poseía dos tipos de nave en este punto de la historia, una que era su principal y la otra de emergencia, que fue la que piloteó para reunirse con los otros cazarrecompensas en la ciudad, pero solo encontró a Soren metido en problemas con tres misteriosos sujetos que HWCASE creyó haber visto en alguna parte, aunque era evidente que estaban del lado de los Piratas Espaciales a juzgar por el Phazon en sus cuerpos. Los observó mientras tenían a Soren empalado con una estaca de hielo, al mismo tiempo navegó entre sus recuerdos, y finalmente pudo reconocer a esas personas. No llegó a trabajar con ellos, pero sí sabía de lo que eran capaces, de hecho estaban entre los mejores cazarrecompensas de la galaxia, en el top 10; HWCASE los creyó muertos luego del conflicto contra Samus Oscura, como todo el mundo, pero sus ojos veían lo contrario.
Antes de ultimar a Soren, los tres sujetos fueron atacados por una nave que no era del MNE. Era la otra nave de HWCASE y con forma de una W, ligeramente más grande que la anterior y con menos equipamiento ofensivo, excepto por dos cañones de rayos que era lo que estaba disparando. HWCASE evitó la muerte de Soren y lo liberó del pilar al destruirlo con sus rayos.
Lo que hizo HWCASE fue alejar a los resurrectos de Soren, les hacía llover una lluvia de rayos cada vez que los enfocaba en su mira y de esta manera hacía que centraran su atención en él; en esos instantes muchos edificios resultaron con daños catastróficos, varias calles y manzanas se llenaron de explosiones por parte de los cuatro combatientes.
Soren se alejó a una zona segura abriéndose paso entre los escuadrones de Zebesianos que invadieron la ciudad, aunque con un poco de dificultad debido a la misma herida de antes; así es, la realidad es otra, los Zebesianos en realidad son rápidos y sus disparos en forma de churros también viajan a mayor velocidad. Soren anduvo lo más rápido posible entre las estrechas calles presentes, entre las manzanas hechas de rascacielos, y justo en ese momento comenzó a llover. El clima solo lo perjudicó al nublar su visión, sin embargo se las arregló para llegar a una explanada rodeada de puestos ambulantes; una vez aquí llamó a su nave y esta se posó en el suelo para recibir a su dueño. Cuando se metió, múltiples Zebesianos acompañados de un tanque aparecieron, destruyendo los puestos abandonados. Inmediatamente atacaron a la nave de Soren con tal de derribarla, con el tanque tratando de darle usando su cañón principal, pero Soren era buen piloto y pudo esquivar las ráfagas pesadas, después respondió haciendo llover sobre ellos múltiples rondas de rayos y misiles que no solo destruyeron a la fuerza de ataque, sino que también derribó un edificio que estaba en construcción y que media alrededor de 200 metros. De entre el polvo emergió la cazadora de Soren y su piloto se dispuso a abandonar el planeta, pero antes de salir miró a cierta dirección y vislumbró a HWCASE, en plena persecución sobre el cazador de hielo entre los rascacielos. El hombre helado formó un bloque gigantesco de hielo que arrojó contra un edificio y que acabó por atravesarlo de lado a lado, de esta forma se abrió una ruta de escape para él en donde HWCASE le siguió dando caza. Pero todo fue una trampa, pues cuando HWCASE cruzó el agujero, una bandada de Estorninos lo rodearon y no solo lo descontrolaron, sino que hicieron daños tanto en el casco como en el cableado interno de la nave; viendo esta situación, el hombre de hielo creó bloques de hielo y los arrojó hacia la nave. HWCASE no pudo mantenerse en el aire y se estrelló sobre una calle. El conejo de tierra resintió los bruscos movimientos y el impacto del choque, casi se desmaya, lo único que sucedió fue que empezó a escuchar un fuerte zumbido y su visión se veía borrosa, pero con la claridad suficiente como para ser testigo de cómo los estorninos se posaban en el suelo para reunirse y adoptar la forma de la cazadora metamórfica, aterrizando junto a ella el hombre de hielo.
Y este mismo cazador usó su láser de Phazon, con propiedades soldantes, para abrir la cabina sin lastimar al piloto, en eso el hombre de hielo inmovilizó a HWCASE con un chorro helado y de forma controlada, sin congelar ningún fluido ni órgano interno.
HWCASE había activado la autodestrucción, y no era cronometrado, fue instantáneo. La nave venía equipada con explosivos de alto poder que HWCASE instaló previamente en caso de que una situación así ocurriera. Lamentablemente ocurrió y no tuvo más remedio, era eso o sufrir lo que sufriría en manos de los tres resurrectos. La explosión alcanzó y cubrió a este trío, un hongo se elevó desde la superficie como si se hubiera tratado de un estallido nuclear, y Soren solo quedó conmocionado al ver este destello desde la lejanía del cielo conforme más se alejaba hacia las estrellas. Venreo cayó en manos de los Piratas Espaciales, ese mismo día implantaron un Leviatán bajo la superficie, tan profundo que su acceso sería imposible de manera convencional. La infestación de Venreo fue el siguiente gran paso para la expansión del Phazon por toda la galaxia conocida y más allá. Samus convocó a otra reunión general en respuesta, para que Soren diera su informe de lo sucedido reportando un total de 1344 bajas, y para discutir el próximo paso. Y se describe como reunión general a una junta a la que todos los soldados del MNE debían asistir en la sala de conferencias más cercana para ellos. Samus fue la primera en hablar frente a todo el mundo, todos viéndola en holograma al igual que los demás generales.
Un holograma del sistema en cuestión apareció frente a todos, enfocándose en los planetas Norion y Elysia, y en un extremo de la proyección, cerca de Elysia, apareció una nave Olimpo; en el otro extremo, cerca de Bryyo, apareció la Thule de Sagnar y el Águila de Dryn.
El holograma pasó a mostrar varias de estas armas vivientes: Mighty Griptians, Ghalmanians, Asboreans, Rhedogians y Desbrachians. Samus las reconoció al instante, ya se había enfrentado a ellos con anterioridad en la Nave Botella, y así es como pudo dar detalles de cada uno de ellos.
Y esto terminó con la reunión general. Samus y Soren se hallaban en el Cuartel General de la Tierra, los otros en lo suyo en otras partes de la galaxia, como casi siempre sucede. Al acabar, Soren se quedó sentado en su lugar, pensativo, y Samus se dio cuenta.
Poco después de que Soren rescatara a ellos dos, Alexa y su hijo se marcharon del cuartel de regreso al mismo edificio de Nueva Atlantis donde vivieron por unos breves días. Fue allá a donde Soren se dirigió, caminando en las calles entre los ciudadanos que iban a hacer su día a día, y los cientos de soldados que patrullaban cada esquina; imagina las calles de Israel o de Corea del Norte, donde puedes ver a un militar por doquier, así eran todos los dominios del MNE, la Tierra no fue la excepción. De esta forma, la criminalidad en todos estos territorios del mancomunado se redujo a casi 0%, pues todo el hampa temía a la mano de hierro de Samus. Se reflejó en lo tranquilo que fue para Soren el trayecto en medio del clima nevado al ser invierno. Al poco rato llegó al edificio y se dirigió al último piso, frente a la puerta en donde madre e hijo vivían. Soren tocó la puerta tres veces.
Soren pensó que quizás desde la terraza podría tener una mejor vista para poder localizar con facilidad a la otrora barista. Pero oh, sorpresa, ahí mismo estaba ella, mirando el atardecer neo atlante en completo silencio. Ella no se había percatado, dándole tiempo a Soren para decidirse sobre si seguir adelante o dejarla en paz, decantándose por lo primero. Se le acercó aunque lentamente hasta que ella lo sintió y miró hacia atrás de reojo, al saber quién era, su expresión cambió a una de enojo.
Alexa se mantuvo en silencio casi un minuto, escuchó cada palabra de Soren, no interrumpió en ningún momento. ¿Era buena señal esto? Uno creería que sí, pero no en este caso, pues sucedió lo que Soren ya supuso desde antes. Alexa volvió a mirar al frente y solo se limitó a decir tres de palabras.
Alexa tenía la mente revuelta por todo lo que escuchó, haciéndole peso también la pérdida de HWCASE quien tanto tiempo la vigiló. Ante estas sensaciones, llevó su mano al bolsillo de su pantalón y sacó una cajetilla de cigarros, llevándose un cigarrillo a la boca.
Ante esta pregunta, Samus le dio un disquete que llevaba en su mano.
Alexa miró el disquete por unos segundos: tenía en la cubierta el logotipo del MNE y en la parte trasera el símbolo del poder de los Chozo. Lo guardó luego de contemplarlo, y nuevamente tomó el cigarrillo que se le cayó y casi lo encendió, pero otra vez se detuvo. Nada la interrumpió esta vez, simplemente dejó la flama de su encendedor muy cerca de la hierba seca. Entonces se quitó el cigarrillo y apagó el encendedor, luego tiró la cajetilla completa en un bote de basura cercano.
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Capítulo 12
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Batalla de Bryyo |
Después del Segundo Ataque de Norion, la flota de ese sector del cosmos encabezó un contraataque al planeta de los Reptilicus. Usaron las reservas de emergencia de energía alternativa para impulsarse, se hicieron con el control de múltiples áreas de Bryyo, incluyendo la refinería de Gel Fuel abandonada en el sector caliente del planeta. Al tener el criadero metroide destruido en Norion, la flota no tuvo otro remedio que volver a usar el Gel Fuel en Bryyo para estar abastecidos. El armamento de los Marines era muy superior a cualquier tecnología reptilicus, también se las arreglaban bien en contra de los poderes mágicos de esta gente. Esto quiere decir que no temían un ataque reptilicus a las bases federadas, aunque sí debían tener cuidado si se aventuraban afuera de las zonas seguras, sobre todo con los enormes gólems que eran difíciles de destruir. Y hablando de los Reptilicus, su participación iba a ser clave en la derrota de la Federación, más porque Samus previamente los convenció de que la Federación era una amenaza para ellos. Samus viajó en solitario al planeta por medio de un teleportal, pues había uno instalado en uno de los tantos relicarios de la Ciudad Real. Su objetivo era encontrarse con el emperador de los Reptilicus, ubicado en el templo mayor de la ciudad, que era una pirámide hecha enteramente de piedra con antorchas en su senda de escalones hacia la cima. Recordemos que los Reptilicus ya iban recuperando su anterior intelecto gracias a la intervención de Samus en el pasado reciente. Samus se mostró ante el emperador, y los sirvientes de este se pusieron de rodillas, sobre todo el propio jerarca que se diferenciaba de los demás por las joyas brillantes y tatuajes tribales que adornaban su cuerpo. Samus se acercó a este personaje para hablarle en su idioma.
Más tarde, Bryyus II llamó a todo su ejército, un total de 20 mil Cazadores Reptilicus acompañados de sus gólems de guerra, todos los guerreros equipados con armas aún primitivas comparadas con las que hubo en su Edad de Oro, pero con sus poderes mágicos recuperados gracias a la guía de Samus.
Entre gritos de guerra, las hordas de Reptilicus se organizaron para invadir los terrenos ocupados por la Federación. Marcharon con cánticos hacia aquellos lugares, todos vestidos con armaduras metálicas, cargando encima un disco y un látigo cada uno, amén de otras armas como hachas bicéfalas, picas, sables serrados, así como otros llevaban estandartes de piel con símbolos rúnicos pintados sobre ellos; eran acompañados por sus fieles Anficanis revestidos con cuero y placas metálicas, Mogenars energizados con Gel y magia, Gólems de Protocolo con grandes tambores sobre sus cuerpos y que tocaban con baquetas hechas de hueso. Y el día llegó. Las bases de la Federación en Bryyo entraron en estado de emergencia, la razón fue que detectaron masivas movilizaciones de aborígenes que obviamente no iban en plan amistoso. En el principal emplazamiento, aquel ubicado en el Hangar de la zona ecuatorial del planeta, operaba el encargado de las operaciones en Bryyo, un capitán de la armada a cargo de una fragata Griffin estacionada cerca.
Las manchas aumentaron considerablemente de tamaño con la siguiente imagen, y además se mostraron más cerca de las bases. Esto hizo que el capitán limpiara sus lentes (los usaba) creyendo que veía mal, pero no, las imágenes no mentían.
Pero eso no iba a pasar, porque el satélite envió más datos, peores todavía que las imágenes anteriores, tanto que las alarmas de todos los complejos se activaron junto a la clásica voz de megafonía que indicaba a los soldados a ir a sus puestos de combate.
La determinación del capitán motivó a los Marines a dar batalla a las fuerzas del MNE. Pero esta determinación era aparente, pues dentro de su mente era todo lo contrario, sabía de antemano que las cosas no iban a salir bien.
A falta de una flota, los Marines dependían de las torres Mk XIV, una serie de grandes obeliscos monocañones de 100 metros de largo que únicamente apuntan al cielo. Diseñadas para atacar a las grandes naves espaciales desde tierra, poseen un avanzado motor homopolar que permite el disparo de proyectiles a una tal velocidad que pueden impactar sobre las naves ubicadas en la exosfera de un planeta, pero debido a la energía que consumen y al calor que generan, deben tener un tiempo de reposo de 25 segundos entre cada disparo efectuado. Por lo mismo es que se consideran imprácticas, pero cuando no hay flotas que protejan la órbita, estos cañones son mejor que nada.
El poder de los cañones se comprobó cuando una fragata Draco de Sagnar perdió el 20% de sus escudos ante el impacto de un virote de las Mk XIV, y así estaban otras naves más, en riesgo de hundirse, por lo que tuvieron que dispersarse. La Thule y el Águila de Dryn resistían bien.
Múltiples escuadrones de Marines del MNE se adentraron a Bryyo, donde fueron recibidos por la artillería de las torres menores. Algunos de los transportes fueron derribados en pleno vuelo y los ocupantes perecieron, pero ahí estaban las Cosmo Liner y los cazas Vimana para defender a las fuerzas de asalto. Las Cosmo Liner se modificaron con dos lanzabombas de mesón en los compartimentos laterales, cada una teniendo una tonelada de cargamento explosivo suficiente para destruir una torre Mk XIV y algunas posiciones enemigas más; cuando liberaban la carga sobre estas armas, se liberaba una acción en cadena adentro de la estructura que llegaba a matar a los ocupantes al serles imposible escapar de sus asientos, en segundos los cañones ardían en llamas y se desplomaban hacia el punto donde estaban más inclinados, arrasando con todo y cualquier desafortunado debajo del área de impacto. Desde la base ecuatorial hasta la refinería, el MNE tardó cerca de 10 minutos en derrotar a las grandes torres debido a la presión ejercida por las otras torres Mk XII, pero contra ellas existían los cazas Vimana, no solo para deshacerse de las torres, sino también para distraerlas aprovechando su maniobrabilidad.
Desplegándose en el Templo de Bryyo, las tropas del escuadrón salieron a la batalla en compañía de dos esferas de batalla. Los Marines de la Federación los recibieron con tiros de plasma, no escatimaron en usar sus mejores armas contra estos Marines del MNE que, en respuesta, entraron en Hiperestado cuando algunos de ellos fueron atravesados por el plasma. Con el Phazon en sus cuerpos resistieron mejor las ráfagas, su determinación les permitió avanzar a paso veloz sobre el suelo que emanaba el calor del Fuel, y sus rayos de Phazon demostraron ser superiores en potencia frente al plasma de la Federación, tanto así que las barricadas ligeras sobre el suelo no podían resistir la energía del veneno, eran atravesadas y los Marines atrincherados alcanzados, y aunque no morían si quedaban heridos y expuestos ante ataques directos. En auxilio de la Federación, un par de unidades B.O.X llegaron y rociaron con bombas incendiarias al escuadrón Saturno, y habrían perecido de no ser porque la infantería podía usar a sus esferas de batalla como cobertura. Hablando de las esferas, eran las únicas capaces de hacerles frente a las unidades enemigas con sus rayos térmicos que derretían el blindaje, así lo hicieron y muy fácilmente, permitiendo al escuadrón continuar por el acceso al templo, que era un largo pasillo de aspecto cilíndrico. Allí los recibieron más Marines de la Federación, abrieron fuego y abatieron a dos del MNE, obligando a los que iban detrás a retroceder para dar paso a una esfera que exterminó al enemigo con sus misiles. Algunos siguieron con vida en el pasillo, todos mutilados y con metralla en sus cuerpos, entonces esta misma esfera les pasó encima y los trituró con su peso, estando detrás de ella el resto del escuadrón y hasta el final la segunda esfera. La siguiente sala fue una cueva cuyo techo chorreaba Fuel constantemente, pero además de otros soldados más había múltiples torretas Alabarda vigilando el perímetro. Las torretas fusilaron a un aliado y los demás respondieron a la vez que se cubrieron en salientes cercanas. Ambos lados duraron disparándose un buen rato hasta que a los del MNE se les ocurrió disparar cohetes en el techo sobre los Marines, lo hicieron y sobre ellos cayeron chorros de Gel que los desintegraron casi en su totalidad, y algunos acabaron con graves quemaduras, pero también murieron cuando cayeron a los pozos de Gel detrás de ellos debido a las sensaciones insoportables de las heridas. Con las torretas simplemente hubo que tener cuidado, y de hecho los chorros de Gel ayudaron a los del MNE, pues protegían a los Marines de las ráfagas de energía de las Alabarda, y cuando las cortinas densas desaparecían, los soldados disparaban más rápido que las torretas, pudiendo destruirlas sin muchas complicaciones. De ahí siguieron avanzado, las esferas podían pasar encima del Gel sin temer ningún derretimiento gracias a las aleaciones que componían su estructura, y la Federación solo podía retroceder. Por otra parte, la mayor parte de las fuerzas en la región caliente se centraron en el área de la refinería, preparados para interceptar al MNE que no paraba de avanzar. Esa fuerza defensora era dirigida por un comandante, quien modificó una Alabarda para usarla manualmente detrás de un minibúnker más resistente que las barricadas.
Los Reptilicus entraron atacando con sus armas, los chamanes realizando hechizos arcanos en forma de manos y centellas teledirigidas, y los Anficanis se arrojaron contra sus presas. El comandante dejó la torreta y disparó al gólem con sus rayos de plasma, y aunque le hizo daño no fue el suficiente, pues al gigante de piedra aún podía moverse y aplastó al comandante con su hacha. Un Marine abatía a los Reptilicus que querían atacarlo, pero el último que mató se había lanzado contra él y, al ser atravesado por el plasma, el cuerpo de este reptil cayó sobre el Marine; trató de quitarse el cadáver de encima, pero a punto de lograrlo se le acercó un Anficanis, lo jaló del brazo y lo sacó del cadáver, entonces otros perros más vinieron para darse un festín con él: lo desmembraron y con sus colmillos atravesaron la armadura para abrir sus entrañas y devorar todo el interior. Otro equipo de Marines, junto a un B.O.X, logró derribar a un segundo gólem apenas entró por el mismo hueco, pero había un chamán por ahí que generó una serie de centellas que explotaron a los pies de este equipo, y todos ellos salieron disparados hacia el pozo de Gel Fuel. El B.O.X casi estuvo por matar al chamán, pero él genero dos Manos de Ur para mantenerlo inmóvil y entonces un grupo de Reptilicus subió encima de él, forzaron la apertura del contenedor neuronal y al cerebro lo apuñalaron repetidas veces con el asta de un estandarte de piel. La fuerza de Marines en la región caliente fue derrotada, en el Hangar del ecuador perdieron contacto con ellos. Y por cierto, el capitán y todos los técnicos se hallaban en la parte superior de este lugar, detrás de un cristal de observación.
Y cuando la nave pasó encima, fuertes temblores se suscitaron, tanto que ocurrieron algunos accidentes como el desplome de montones de contenedores y la malfunción de aparatos eléctricos que volvieron a la normalidad cuando los temblores pasaron. Lo que sucedió fue que el Águila de Dryn liberó múltiples bombas sobre posiciones estratégicas que bloqueaban a los Reptilicus, y entonces todos escucharon golpes en cada puerta del hangar.
Smith siguió mirando afuera, sobre todos aquellos hombres que seguían esperando, y que aunque no era visible debido a los visores de las armaduras, supo que todos tenían una mirada de desesperanza. ¿Cómo iba a decirles a todos ellos que este era el final? ¿Cómo decirles que estaban destinados a perder la batalla? ¿Que si no huían todos iban a morir, y si alguno era tan desafortunado como para salir vivo, que iba a ser capturado para luego ser empalado en una hoguera y servir como alimento para los nativos? Si saber qué decir, oprimió el botón de los micrófonos y habló.
Pero nadie se retiró, a pesar de la situación todos se quedaron junto a su capitán. Todos, teniendo un lugar al cual regresar, se mantuvieron firmes, aceptaron que no iban a ganar la batalla, pero que sí podían agregar más muertes a su contador. Nadie renunció a su juramento.
Los Marines cubrieron las salidas junto a las máquinas de seguridad, esperando ante la inminente entrada del enemigo, reflejada en cada golpe que daban a las puertas, mismas cuya resistencia estaba cediendo. Pero entonces, justo cuando las puertas estaban por caer y los Marines a nada de accionar los gatillos, los golpes cedieron; confundidos ellos, ninguno esperaba que ocurriría una explosión en las compuertas superiores por donde entran las naves. Era la propia Samus, quien usó un misil para abrir una brecha y poder entrar.
Samus se envolvió con su armadura eléctrica y lentamente, planeando en el aire, fue bajando hacia la superficie, al mismo tiempo que usaba su cañón para enfrentar al enemigo. Se centró en destruir las máquinas de guerra usando su armamento balístico, solo así podía afectar a los que estaban cerca con la onda expansiva. Ella recibía los ataques contrarios sin inmutarse, y cuando acabó con todas las máquinas y tocó el suelo, los Reptilicus rompieron las puertas e ingresaron por montones. La masacre que se vino no duró ni un minuto, pero fue el tiempo suficiente para haber cubierto todo el suelo con fuego y con la sangre de los soldados. El que siguió con vida más tiempo fue el capitán. Herido y desorientado, alcanzó a ver cómo sus hombres eran asesinados: a uno, o una pues era mujer, la colocaron de cabeza sobre el aire y sosteniéndola de los tobillos, abrieron sus piernas en un ángulo obtuso, pero no se detuvieron, sino que siguieron abriendo y abriendo hasta que le dislocaron los fémures, y en esta posición le enterraron el hacha en la entrepierna, luego le siguió otro golpe, y otro, y otro, siguieron aplicando hachazos hasta que la herida alcanzó su pecho, de ahí los que la sostenían de los tobillos jalaron y la partieron en dos mitades irregulares, con sus vísceras escapándose de su interior; otro marine trató de huir, pero un chamán lo retuvo con una mano mágica, llegó un Cazador Reptilicus y le retiró el casco, luego aplastó su cabeza con repetidos golpes que le dio usando una pesada piedra; a otro soldado lo rodearon y lo aporrearon con mazas hasta que le fracturaron cada hueso y le destrozaron cada órgano posible. Y frente al capitán se posó alguien, quien por el color naranja de sus botas dedujo que era Samus. Al mirar arriba pudo comprobarlo, era ella, parecía que quería algo de él.
Bryyo cayó. Samus y Sagnar derrotaron a las fuerzas del capitán Smith con ayuda de los Reptilicus. Fue una batalla sin cuartel que ameritó una celebración para los Reptilicus por haber ganado, los guerreros se reunieron la pirámide imperial y encendieron fogatas usando los cadáveres de los Marines, dejando a otros apartados para que sirvieran como el banquete principal. Como lo imaginó Smith, aunque ligeramente distinto, a estos cuerpos se les evisceraba y limpiaba, se abrían en dos mitades simétricas y se empalaban sobre una fogata, de esta forma se hacía carne a las brasas que acompañaban con frutas, verduras y licor de Bryyo extraído de una uva negra del tamaño de un balón de rugby. Y hablando del licor, las cabezas nadie se las comía, pero se usaban los cráneos como jícaras en donde beber. Samus estaba con ellos mientras Sagnar supervisaba el saqueo de cualquier cosa de valor que perteneciera a los Marines, también buscaba la Griffin perdida que eventualmente encontrarían. Samus decidió pasar tiempo con los reptiles en lo que Soren hacía lo suyo en Elysia. Los sirvientes de Bryyus II adornaron su armadura con piedras preciosas mientras le pasaban encima un incienso de buena suerte, una bendición de parte del propio emperador en nombre de los dioses del planeta, todo mientras Samus comía una costilla y bebía el mismo licor, llegando a ver el reflejo draconiano suyo en una de las piedras más grandes sobre su armadura. |
Capítulo 13
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Batalla de Cielolab |
De ahí, Soren se dirigió a su nave y partió a Elysia junto al Escuadrón Minerva. El trayecto no fue largo, pero el tiempo fue suficiente para Soren en hablar con el Dr. Narpas, pues previamente hizo un encargo especial sabiendo que su misión sería en Elysia.
Entonces, el carguero de transporte aterrizó en el Hangar Principal, sus tripulantes descendieron y también Soren, pero él sobrevoló encima y saltó sobre la plataforma, y su nave se alejó a otra parte para mantenerse en espera. Aquí debe destacarse el detalle de que al escuadrón de Marines no se le asignó una esfera de batalla como vehículo de apoyo, sino un pequeño dron de 3 metros de altura que no traía armas, pero sí iba a ser necesario, luego se verá por qué. Listos todos, avanzaron al interior del habitáculo a paso veloz y cuidando las esquinas, pero solo se encontraron con puros robots de mantenimiento y un Databot, ninguna amenaza. Algunos hombres se quedaron atrás para asegurar el área y los demás continuaron. Fue cuando llegaron a la siguiente habitación, el Acceso al Hangar Principal, donde se encontraron con un grupo de Shriekbat de Elysia que se lanzó contra el escuadrón, pero los Marines lograron destruirlos mientras planeaban en el aire. Sin más enemigos, ahora les quedaba superar un obstáculo: entre la puerta por donde vinieron y la que le seguía, había un vacío que nadie podía cruzar, no sin un Rayo Enganche.
Recibía la designación VLB (vehículo lanzapuentes blindado) 5, el número por ser el quinto prototipo aquel que resultó ser exitoso. Como ya se dijo, mide 3 metros de alto por 2 de ancho, siendo parecido a un tractor de construcción en miniatura pero sin una pala excavadora, pero sí un pequeño puente plegado que es lo que le daba esa altura. El dron se acercó a la orilla y desplegó su puente hasta el otro lado, pudiendo extenderse hasta 50 metros de largo gracias a que los ingenieros pudieron comprimir bien el puente sobre el dron. Midiendo el puente 2 metros de anchura, a los Marines no les faltó espacio y cruzaron al otro lado, con otros pocos quedándose atrás. El siguiente lugar fue una zona al aire libre con una Tirolina que podía llevar a los visitantes a otro habitáculo flotante. El lugar recibía el nombre de Estación Tirolina Alfa, y el espacio entre ambos edificios era tan largo que ni el puente del VLB 5 iba a alcanzar tal distancia, pero también venían preparados para tal situación. Soren ahora tenía el Rayo Enganche, fue el chip que se instaló momentos atrás y que iba a necesitar debido a la arquitectura de Cielolab, aunque usando dicha herramienta no iba a ser capaz de defenderse al tener el brazo prostético ocupado.
Soren se deslizó por la tirolina y sobre él iba el escuadrón completo, volando con unos propulsores dorsales que eran la novedad en sus armaduras. Y ahora te preguntas por qué no usaron estos propulsores para cruzar el acceso de antes, pues te despejaré de toda duda: el módulo de impulso (ese era el nombre) funcionaba con combustible y había poco de él. En realidad fue diseñado como método de escape de emergencia para los Marines, que pudieran salir de una zona caliente al dispararse en el aire para luego caer en otra zona alejada tras amortiguar la caída con las mismas turbinas, por ende tenía un uso muy limitado, y el escuadrón debía aprovecharlo muy bien en Cielolab, fue esta la razón por la que trajeron al robot VLB 5, para usarlo en distancias más cortas. Y hablando de este dron, recogió el puente que dejó y siguió al escuadrón, también voló gracias a que tenía el mismo módulo debajo, entre sus orugas. Soren cruzó al igual que los demás, quienes perdieron el 20% de combustible, quedándoles un último uso que debían usar para el viaje de regreso. Siguieron adelante, hacia la Estación de Llegada, y en el corredor fueron atacados por Hombres de Lata, la infantería pesada elysia que en todos estos años mejoró su armamento tras la invasión pirata, llevando ahora fusiles de asalto en lugar de pistolas, también de rayos cinéticos pero de mayor potencia. Ambas partes se intercambiaron disparos y se cubrieron donde pudieron, la estrecha cámara se llenó de chispas debido a todos los rayos que perforaban el cableado de los muros, dos Marines cayeron al caerles un misil y tres robots fueron destruidos en el acto con una granada. Soren decidió intervenir con su módulo de subfusil activado, se asomó y desplazó lateralmente mientras accionaba el gatillo; sus balas atravesaban el blindaje de los hombres de lata y los hizo retroceder, oportunidad que usó para lanzarse contra ellos con su hoja de Damasco activada. A todos los destruyó hasta quedar uno, que arrojó vapor para nublar la visión de Soren y atacarlo con uno de sus brazos, solo que no le funcionó, pues Soren llegó a sentir el brazo acercándose a su cabeza y se agachó, le rebanó las piernas al hombre de lata y lo acabó apuñalándolo en la espalda.
El escuadrón siguió adelante a una parte abierta del edificio, donde los soldados fueron interceptados por el Satélite de Comunicaciones a lo lejos, que se suponía era inofensivo hasta donde se sabía. Pero al tener en su superficie un Cañón de Esferas Cinéticas, los androides elysios lo emplearon como arma para arrojar proyectiles explosivos de forma redonda, los mismos usados por el Robot de Defensa. Un cañonazo recibieron los Marines, hiriendo a cinco con lesiones leves pero uno perdió la cabeza puesto que la bomba le cayó justo en la cara; los heridos rápidamente se reincorporaron, mientras los demás disparaban al lejano satélite sin poder derribar al cañonero, sobre todo porque los fuertes vientos desviaban las balas.
El tirador no falló el tiro y derribó al cañonero, la bala lo hizo tambalearse hasta que cayó hacia el mar de nubes, donde se perdió para siempre. Pero al ser derrotado, múltiples Robots Dragón emergieron del fondo y atacaron al escuadrón con misiles de carga hueca cuya onda expansiva era casi nula, pero al ser huecos podían perforar múltiples materiales. Los Dragones habrían matado a un buen número de Marines, de no ser porque ellos se dispersaron rápidamente y contraatacaron, con Soren eliminando a cuatro de ellos con su rayo enganche.
Era otro corredor lleno de cigüeñales y proyectores holográficos, con dos guardias en su interior, esta vez una nueva variedad de androides llamados Hombres de Hastelloy (en relación a esa aleación de níquel). Estos Hombres de Hastelloy tenían un blindaje todavía superior al Hombre de Lata, más pesados, más altos y más resistentes ante las altas temperaturas, y su armamento consistía en dos cañones de brazo equipados con lanzamisiles, teniendo en el hombro izquierdo un disruptor contra proyectiles balísticos y en el derecho una pistola de rayos cinéticos como arma de apoyo. Estos Hastelloy abrieron fuego al identificar a los intrusos, y los Marines rápidamente retrocedieron, pero algunos sucumbieron ante los misiles que dejaron pocos rastros de sus restos; los Marines respondieron disparándoles con sus rifles, solo para ser testigos de cómo sus balas eran ineficaces.
La energía del Phazon siguió siendo demasiado poderosa hasta para el armazón de los Hastelloy, que se vio comprometido hasta desprenderse de sus cuerpos, quedando vulnerables contra los gatilleros comunes que solo necesitaron de unas ráfagas para eliminarlos. Continuaron y aparecieron en el Intercambiador, en una saliente en la que no había salida a no ser que alguien pudiera entrar por un túnel pequeño instalado al final de la saliente, que era la única manera de llegar a la plataforma central. Afortunadamente ahí estaba el VLB 5, que dejó el mismo puente por donde las tropas avanzaron hasta toparse con otra tirolina. Soren la usó con su nueva mejora mientras que los Marines tuvieron que usar otro porcentaje de su combustible de propulsión, pero todavía quedó el suficiente para el regreso. El dron ya no iba a ser útil para este punto. Ingresaron por la siguiente puerta, encontrándose en el Acceso al Depósito, y aunque no había enemigos sí había una barrera láser que impedía el paso. Afortunadamente para eso estaban los técnicos, que identificaron la fuente en forma de un panel cercano anclado a la pared, lo abrieron y colocaron un decodificador (en forma de un móvil con la punta superior doblada a la izquierda) que se encargó de apagar el sistema de láseres. Así pudieron pasar hacia el Depósito de los Hombres de Lata, donde tomaron el ascensor y descendieron a la planta baja. Claro, Soren sentía que algo andaba mal en aquel lugar con una Rampa en U activada, pero no sabía qué era hasta que se cerró el siguiente acceso con una serie de barrotes. Entonces, cientos y cientos de Arañas de Lata descendieron por el techo y de ahí por los muros, amenazando a todo el escuadrón.
Tardaron cerca de un minuto, o mejor dicho, el decodificador tardó un minuto en burlar la seguridad. En ese tiempo, los Marines y Soren formaron un círculo para mantener a raya a los arácnidos robóticos, que eran rápidos y hacía falta recargar las armas con rapidez si los soldados no querían verse rebasados. Era mucha la presión, pero entre todos pudieron aguantar sin sufrir bajas, los barrotes se desanclaron y el escuadrón pudo continuar, esta vez sin que nadie se quedara atrás por razones muy evidentes.
En el Ascensor del Depósito no ocurrió nada, tan solo cinco hombres se quedaron a vigilar y el resto subió por el ascensor, de ahí se dirigieron a la única puerta, pero Soren detuvo a su séquito.
El trayecto lo llevó finalmente al edificio donde se hallaba instalada la Unidad Aurora 217. Abrió la puerta, instante en el que un ente apareció de la nada detrás de él y con un golpe de sus brazos estrelló a Soren contra un muro, luego le lanzó una especie de rayos que lo electrocutaron cuando quiso ponerse de pie, y aturdido recibió otro golpe que lo lanzó más lejos contra el suelo. Pero lejos de ser derrotado, Soren, aún en el suelo, abrió fuego contra su agresor, solo que este había desaparecido de su vista.
Efectivamente, era un Señor de Lata que estaba justo sobre él listo para empalarlo con su brazo, pero Soren se quitó y lo repelió con su espada, de ahí la convirtió en una escopeta y fusiló al robot todas las veces que pudo hasta que este se movió bruscamente a una esquina, hecho esto arrojó más rayos que Soren también esquivo, pero no reaccionó a tiempo para esquivar un misil que su oponente le disparó, un misil que no solo lo hirió sino que también destruyó la puerta por donde entró, saliendo expulsado al exterior una vez más. Adolorido y de rodillas, Soren recibió informes de su escuadrón, malos informes.
El señor arrojó más misiles que Soren esquivó con un salto, seguido de una voltereta, y aterrizó en la espalda del enemigo, de ahí se giró bruscamente son su sable y le cortó un pedazo de tela a la capa del androide puesto que este logró quitarse a tiempo. El Señor de Lata le siguió el juego, arrojó vapor por sus tubos dorsales y envolvió sus brazos con electricidad, con eso pudo combatir cuerpo a cuerpo sin que sus brazos se vieran amputados. Siguieron intercambiándose golpes por un buen rato empleando las mismas técnicas, después de todo ambos conocían el arte de combate Chozo, uno por ser alumno de la última guerrera y otro por ser un androide de los pájaros ancestrales programado para el combate. Pero al final solo podía haber un vencedor. Parecía que el señor ganaría cuando rompió la defensa de Soren y de ahí lo tomó del cuello, luego lo llevó a la orilla de la plataforma, amenazándolo con soltarlo al cúmulo de nubes. Soren sentía que la electricidad de los brazos del androide fluía por su cuerpo, la estática lo tenía paralizado casi por completo, y eso por ser parcialmente máquina, un cíborg, así que su brazo prostético se vio afectado y no podía disparar ni convertirse. Parecía ser el fin, pero no en realidad, Soren aún tenía un brazo libre que podía mover al no tener implantes robóticos, y también era el brazo con un guante de metaimpacto. Apretó el puño y le asestó un golpe certero a la cara del señor, o mejor dicho al proyector que formaba una cara holográfica. El golpe fue tan dañino que el holograma empezó a fallar y además soltó al general, quien al caer pudo sostenerse en la orilla de la plataforma para luego impulsarse y regresar. Al hacerlo, convirtió su brazo en lanzamisiles y apuntó al androide.
Así, Soren mató al primer Elysio, quien se desintegró tras recibir el proyectil explosivo. Sin más peligro, Soren siguió su camino y bajó por el ascensor, avanzó por otra puerta y llegó a la Cámara de Unidad Aurora. Dio unos pasos en aquella sala que empezaba por un estrecho pasillo que guiaba hacia la plataforma de interacción, entonces se encontró cara a cara con el supercomputadora orgánica.
Dicho esto, Soren inició el proceso de reprogramación. El tanque de la UA comenzó a burbujear, las pantallas del tablero se tornaron rojas con un mensaje de alerta, la propia UA empezó a brillar con una luz azul en sus líneas de bajo relieve. Las cosas siguieron así hasta que el proceso se terminó, el tablero expulsó el disquete, todo volvió a la normalidad y 217 dijo unas palabras.
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Capítulo 14
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Un pequeño destello de esperanza |
Los Reptilicus recuperaron el control en Bryyo gracias a las acciones de Samus, quien para ellos se había convertido en una leyenda a quien futuramente le dedicarían canciones y poemas. En Elysia, Soren y las fuerzas de Rosalía Sedna consiguieron reprogramar a la Unidad Aurora 217 para ponerla al servicio del MNE, y junto a él toda la robótica elysia. El Sistema Kalandor estaba a un paso de ser tomado, tan solo quedaba un último enclave de la Federación por enfrentar: el Sector Zero. Pero la tarea iba a ser más complicada de lo que uno puede imaginar. Aunque de eso se hablará más adelante. Primero debe mencionarse que la noticia corrió como pólvora por toda la galaxia. Nadie podía creerlo, ¡la Federación estaba al borde del colapso! Fue un momento de regocijo para aquellos que la odiaban, pero para otros significó un momento de miedo, incertidumbre y tensión. La noticia cayó como balde de agua fría sobre los mandos militares, el gabinete de gobierno y los socios que ganaban mucho dinero con el conflicto galáctico vendiendo armas a la Federación; de estos últimos, todos cerraron sus empresas en el territorio federado para huir a un lugar indeterminado, temiendo que el MNE iba a hacerse con la victoria, y hecho esto temían que crucificarían a todo aquel que se decantó por apoyar a la Federación. Nadie se quedó para apoyar a la Federación, sin embargo el Presidente Dane sabía que necesitaría de las armas biológicas de BSL y del armamento común producido por otras empresas, por lo tanto ordenó su expropiación, y todos los bienes de dichas compañías pasaron al control de la Federación. Las directivas de todas las corporaciones involucradas hicieron todo lo posible por evitarlo, incluso usaron a sus fuerzas privadas de seguridad para enfrentar a los soldados que se adentraron en cada una de las sedes de las compañías, pero no pudieron hacer nada por impedir lo inevitable. Los presidentes ejecutivos trataron de huir al verse en una situación delicada, pero fueron perseguidos y alcanzados, luego fueron ejecutado en la horca. Entre ellos estaba Lance Knight Biometrox, el hombre que Gorgon (Ryren Nirius) deseó ver muerto con toda su alma cuando seguía vivo. Al final su deseo se cumplió, pero nunca lo vio hecho realidad. Volviendo a lo importante, la alerta en Daiban nunca bajó del máximo nivel, las ciudades fueron ocupadas por millones de soldados de todos los cuerpos, pero sobre todo del ejército regular; también eran apoyados por la Policía Federal y grupos de autodefensas profederación, milicias dispuestas a defender sus hogares. Mucha gente fue llamada para producir armas y municiones en las fábricas, entre ellos niños y ancianos, así como gente que por alguna razón no podían pelear, aunque sí podían ser productivos; otras miles de personas también se enlistaron para ejercer en medicina, sobre todo enfermeras y médicos generales. Ambientación (composición de MaestroRage) Por otra parte, Anthony Higgs coordinaba los preparativos ante un ataque final, reforzó las defensas en la Gran Capital en forma de torres antiaéreas, en los otros distritos sus subordinados hacían sus mejores esfuerzos para prepararse. Pero ahí radicaba el problema: iban a necesitar más tiempo para proteger debidamente todos los distritos alrededor del globo, tiempo que no tenían viendo la rapidez con la que el MNE avanzaba.
Él estaba claramente tenso, tanto que al acabar de hablar se quitó su gorra de plato para llevarse las manos a la cabeza, mientras permanecía cabizbajo tratando de calmarse con el control de su respiración. En su vida había manejado tanto estrés como esa vez, y solo podía pensar en la responsable de ello: su antigua compañera de armas.
Bebió hasta donde su garganta pudo aguantar, entonces sostuvo una fotografía presente sobre su escritorio y la miró detenidamente: era la misma foto que se hallaba en la antigua oficina de Adam Malkovich, aquella donde estaban él y su hermano Ian abrazando a Samus. Esta foto la tomó el propio Higgs, por cierto, y al verla le trajo muchos recuerdos nostálgicos, sobre todo acerca de Samus, de cuando era tan solo una jovencita dispuesta a enfrentar a los Piratas Espaciales, alguien muy diferente a lo que se había convertido tras la Operación Suicida.
Se sirvió un poco más de su vodka, pero no sin antes dejar la foto en su lugar, y esta vez bebió todo el vaso aun si debía aguantar el ardor, después de todo lo necesitaba. Y siguió pensativo.
Incluso entre los ciudadanos se sentía ese aire ominoso. Quienes podían huir del planeta lo hicieron, pero no todos corrían con la misma suerte, y el motivo era que todavía había disturbios provocados por la Luz Eterna y sus fanáticos, mismos que la policía trataba de sofocar con fuerza letal y ejecutando tanto a los instigadores como a los fanáticos de forma pública, pues el culto a la Luz Eterna estaba prohibido y era castigado con la muerte. Del mismo modo, hubo un nuevo brote de Dengue Azul producido por el A-20, sucedió en una fábrica de acero a causa de un obrero que se contagió por un familiar enfermo, y el resto fue reacción en cadena; el incidente obligó a las autoridades sanitarias a restringir los vuelos en todas las capitales del planeta así como el tránsito interno, pero el esparcimiento del virus se controló gracias a que los pacientes fueron aislados en la fábrica y asesinados a tiros ahí mismo, los responsables siendo un grupo de militares con trajes NBQ que incineraron los cuerpos en las mismas fundidoras del complejo. Y Castor Dane tampoco la tenía fácil. Distribuyó todas sus flotas alrededor del globo, teniendo a su disposición cuatro cañones de defensa portátiles y uno principal, energizado por tres generadores en tierra ubicados en una central de energía de uso militar. El perímetro parecía ser invencible, pero los cañones fueron tan solo una fachada: en realidad la flota tenía pocas naves, eran tan solo los cruceros Olimpo con algunas fragatas y pocas naves menores, los cañones eran la única esperanza para poder derrotar a una flota superior como la del MNE o la de los Piratas Espaciales, quienes seguían implantando leviatanes por donde fuera posible y procurando no entrar en confrontaciones directas. Acabando de inspeccionar el estado de las flotas, Dane se retiró a una sala aislada de la Olimpo para comunicarse con Vapor Python, uno de sus lugartenientes más importantes, quien no estaba presente ni en Daiban ni en Norion, siendo aquí donde se supone debía estar, pero no, dejó la base a cargo de su mano derecha.
Esta vez se comunicó con alguien más. Se trataba del ejecutivo de BSL, el nuevo, un científico experto en bioquímica designado por el mismo presidente para que estuviera a cargo de los proyectos de la compañía. Se llamaba Abdul Nahazar, un hombre con prominente barba que cubría su cara con un pañuelo para ocultar una serie de malformaciones producidas por algunos de sus experimentos sobre microorganismos (experimentos que no llegaron a buen puerto). Él fue el responsable de haber desviado muchos de los recursos financieros a la producción en masa de Metroides, así como a la aceleración de su ciclo evolutivo simulando el entorno de SR388 en los múltiples laboratorios en donde eran criados.
Y es tiempo de abordar el tema de Norion. La base quedó en mal estado tras el segundo ataque perpetrado por los Reptilicus, y aunque el criadero de Metroides no se pudo recuperar, sí hubo medidas a tomar ante la situación de extrema vulnerabilidad resultado de la ofensiva Reptilicus. La Federación llevó a cabo una serie de negocios con la empresa BSL, llegando a un contrato de la compra de 5 mil armas biológicas para la protección de Norion. Las armas llegaron en forma de gigantescas arcas oscuras que se posaron sobre las praderas cercanas a la base, parecían ataúdes de 350 metros de largo pero con un cristal rojo al centro y en lo alto; estos ataúdes se veían desde cualquier ángulo del sector, adentro yacían las armas en modo de hibernación hasta que fueran despertadas cuando llegara el momento. Ambientación (el mismo tema de antes, el de MaestroRage) Cierta noche, antes del inminente Tercer Ataque de Norion, el teniente general Plasma Viper se hallaba en lo alto de la Torre de Control, observando a través del cristal. Era un humano de otro sistema galáctico, de piel pálida debido la poca luz solar que recibe su planeta de origen; aspecto andrógino al punto en el que no podía distinguirse su sexo sin "examinar más a fondo", y usaba la misma armadura que los demás miembros de las FP, excepto por el casco que dejaba al descubierto su rostro de rasgos finos y su cabello blanco, rubio y recortado hasta su espalda alta.
En eso, unas bolas de proyección holográfica detrás de él se activaron para proyectar a Vapor Python, el general de las Fuerzas Especiales. Python se posó al lado de Viper, y había escuchado las palabras de su subordinado.
Python fumó una vez más y dijo alzando la voz.
Viper miró una vez más hacia la ventana, y lleno de determinación, regresó a su barraca personal para descansar un poco antes del Tercer Ataque.
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Capítulo 15
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Tercer Ataque de Norion. Parte I |
A primera hora de la mañana, el Tercer Ataque de Norion dio inicio. El Sector Zero se hallaba construido sobre un acantilado, por ello el acceso por tierra era sumamente complicado, por solo había un camino de entrada, la misma pradera en donde se libró gran parte del pasado Segundo Ataque. Por aire tampoco estaban desprotegidos, desde la última invasión reforzaron el perímetro antiaéreo con más cañones de todos los tipos. Y siendo que había un único acceso por tierra, las Fuerzas Especiales y su maquinaria de guerra se posicionaron al frente, detrás de las murallas de energía y electrificadas, protegidos tanto de los invasores como de las armas biológicas que pronto iban a ser liberadas. El teniente general Plasma Viper estaba dirigiendo a las fuerzas de defensa, lo hacía adentro de un tanque superpesado, uno que no estaba diseñado para desplazarse a largas distancias, solo para defender posiciones con su blindaje y armamento superior a cualquier tanque. "Ferox" era el nombre que recibía, 39 metros de largo, 14 de ancho y 11 de altura, reforzado con un blindaje de acero joviano de 360 milímetros de espesor; su armamento consistía en un cañón de riel doble primario de 280 milímetros al frente, en la retaguardia dos cañones secundarios de 128 milímetros, una pequeña batería antiaérea de 100 misiles interceptores y múltiples cañones antipersona de 50 milímetros alrededor de toda la estructura. Era infranqueable y casi indestructible, era el tanque de defensa definitivo, tan complejo que requería una tripulación de 40 personas para ser operado.
Ambientación (obra de Eternalreich) Los cazas Stiletto avanzaron en cuanto se aproximaron los cazas Vimana del MNE y abrieron fuego. En segundos comenzó la batalla espacial, nada fuera de lo extraordinario: naves explotando, unos persiguiendo a otros, fragatas enemigas disparándose entre sí hasta que una pudiera derribar a la otra, etc. Pero el MNE pretendía terminar con la primera línea de defensa lo antes posible, y aparte su líder, Samus, deseaba hacerse con los cruceros Olimpo. Una hazaña así solo podía realizarla la Orden Metroid, la guardia pretoriana de Samus que tripulaba el Águila de Dryn, y quienes se colocaron en cápsulas de eyección que se encajarían sobre el blindaje de los cruceros, como si fuesen Naves de Abordaje Piratas. Del Águila se dispararon estas cápsulas en forma de agujas rojinegras y se incrustaron sobre ambas naves, quienes pasaban por los puntos de impacto no pudieron ocultar su sorpresa y susto, más cuando las agujas se abrieron y de adentro salieron los guerreros modificados genéticamente. Cuando los marines a bordo (de los pocos armados con una PDP) activaron el Hiperestado y los atacaron, se sorprendieron al ver la inusual agilidad de esta gente que les permitió evadir todas las ráfagas potenciadas con Phazon, luego los OM también entraron en Hiperestado (tenían un PDP en el pecho) y contraatacaron con sus rayos de lanza que desintegraban a los marines, mientras que a las máquinas las destruía hasta el punto de pérdida total. En cada crucero tan solo hubo un puñado de estos OM, pero con ese puñado bastaba para hacer el trabajo, incluso Samus y Soren participaron en la toma de las naves. Ante la difícil situación en el crucero bautizado como Ryleh, gran parte de la tripulación abandonó el puente de mando y se atrincheró en la Cámara de Unidad Aurora (en esta nave era la 731), colocándose en las múltiples plataformas que rodeaban a la supercomputadora; al retirarse, sellaron la compuerta de acceso y todos apuntaron sus armas hacia esa dirección, tanto Marines como grumetes.
Entonces las compuertas sufrieron una brecha, instante en el que la resistencia atacó con todo en su poder, llegando a destruir el puente que conectaba a las compuertas con la consola de interacción, que también fue destruida en el acto. Y la tripulación no cesó, pronto llenaron de explosiones y humo todo el acceso, pero se mostraban confidentes al notar que nadie había podido entrar, ni una sola alma. Pasado medio minuto, el almirante ordenó un alto al fuego, y cuando el humo se disipó solo notaron los notorios daños en el muro de aquella sección, lleno de agujeros tan profundos que alcanzaron el cableado eléctrico hasta el punto que provocaron que algunas luces parpadeasen constantemente, como si estuvieran a punto de fundirse.
Sin embargo, nadie sabía que no fueron los OM quienes se dirigieron a la cámara. Esto lo descubrieron en el instante en que las luces parpadearon, y cuando se estabilizaron temporalmente, Samus apareció justo detrás del almirante, entre los demás soldados quienes se dieron cuenta muy tarde.
Pero Samus los acabó antes empleando un Tiro a Quemarropa en forma de un ataque circular, pudiendo atravesar sus armaduras con los fogonazos y además los expulsó de la plataforma hasta la base de la cámara. Las otras fuerzas ubicadas en el resto de las plataformas apuntaron, pero nadie podía ponerle una sola bala encima, ya fuera por la ralentización ambiental o porque la armadura eléctrica de Samus reflejaba todo tipo de ataques; en cambio, Samus iba de un lado a otro destruyendo la cámara entera con su armamento pesado, sin preocuparse ni un poco por el Hiperestado de sus enemigos, después de todo bastaba con usar la Multirráfaga de Rayos para poder vencer la protección conferida por el Phazon. Y hablando de la multirráfaga, esta arma y las bombas de energía fueron las responsables de llenar de humo y fuego gran parte de la cámara, por lo que se activaron los rociadores de agua para sofocar las llamas. Para entonces, Samus había matado a esa porción de la tripulación mientras su guardia personal terminaba el trabajo en otras partes de la nave. Sin embargo, la UA 731 no era indefensa: en los últimos años, la mayoría de las cámaras aurora fueron equipadas con sistemas de cañones láser, barreras de energía tan resistentes como un Zebetite y Unidades de Rayos Anillo.
Los Rinkas, aquellos proyectiles compuestos por millones de bacterias explosivas y que salían de las unidades de rayos anillo, perseguían a Samus incansablemente hasta lograr eliminarla, pero a pesar de los avances tecnológicos seguían moviéndose lentamente, permitiéndole a la cazarrecompensas el poder destruirlos con suma facilidad con su plasma, que al tener propiedades de hielo hacía que cayeran pedazos de cúmulos congelados de bacterias directo al suelo. Los cañones láser eran el mayor problema, los haces de luz eran más rápidos en comparación y Samus tenía que protegerse o moverse rápidamente usando sus poderes. Por fortuna no eran indestructibles, ni los cañones ni las unidades anillo, bastó con la multirráfaga para destruir ambos elementos con suma rapidez, provocando más daños al punto en el que comenzaron a desprenderse pedazos del techo. Sin embargo, los daños no fueron más allá, Samus logró eliminar los obstáculos y se acercó a un panel oculto en la base de la Unidad Aurora, un Encaje de Arma donde transfirió el mismo malware diseñado por Computer Man para poner a las UAs al servicio del MNE. Cuando el proceso terminó, 731 dijo unas palabras.
Aún había algunas pocas naves de la Federación de pie, pero casi todas fueron destruidas en el momento en el que las masivas naves de Bryyo arribaron a la zona de conflicto desde un agujero de gusano que seguía abierto en espera de su ingreso. Las naves esféricas generaron un aro mágico en su circunferencia (dándoles una apariencia como de planetas con cinturones de asteroides) y de él salieron rayos rúnicos que derribaron a todas las fragatas Griffin que seguían de pie. De esta forma vencieron a la primera línea de defensa, dejando vulnerable al planeta ante cualquier ingreso. En la base del Sector Zero, no había lugar alguno en el que no se pudiera ver la lluvia de basura espacial producida por la batalla, algunos pedazos podían caer en el perímetro pero ahí estaban los artilleros de las Mk XII que destruían los escombros. Y a los pocos minutos, una serie de esferas se vislumbraron en lo más alto, volviéndose más grandes conforme más se acercaban.
Pero al tiempo en el que las esferas bajaban, las naves del MNE también entraron y con mira a la base, eran un grupo grande compuesto de transportes de tropas, naves Cosmo Liner y algunos cazas destinados a destruir las gigantescas torres Mk XIV. Y como este grupo tenía a la base en la mira, las torres tuvieron que enfocar sus disparos sobre ellos para impedir el aterrizaje de los transportes y la destrucción de las torres XIV (habiendo cuatro de ellas). De las esferas gigantes eran una docena en total, y dos de ellas fueron derribadas, una de estas cayendo en las faldas de una montaña que provocó el colapso de una porción de aquella roca. En tanto, las otras naves aterrizaron sin contratiempos y abrieron sus compuertas, frenéticamente salieron los Reptilicus a la batalla en compañía de sus gólems y perros de caza; las naves derribadas también abrieron sus compuertas de piedra, de adentro salieron más reptiles aunque seguramente no estaban completos, pues el choque debió haber cobrado algunas vidas.
Ghalmanians, Asboreans, Rhedogians... Exactamente las mismas armas biológicas de las que fueron informadas las fuerzas del MNE, solo que hubo un giro en los acontecimientos y ahora serían los Reptilicus quienes se encargarían de enfrentarlas (aunque el informe no estaba de más, mejor prevenir). A los pocos segundos ambas fuerzas chocaron. Los Ghalamanians se camuflaban y se iban encima de los Reptilicus a la menor oportunidad, eran atacados por sorpresa y pocos llegaban a sobrevivir, pero ahí estaban sus leales sabuesos, su olfato rastreaba a los camaleones y les escupían chorros de gel fuel hasta reducirlos a carbón, también se arrojaban sobre ellos como los perros comunes hasta subyugarlos y darles muerte con mordiscos en el cuello. Los Griptian y Mighty Griptian no eran difíciles de enfrentar, pero no por ello eran peligrosos, pues los desafortunados Reptilicus presas de las cuchillas dorsales y embestidas a una velocidad de 60 por hora no vivieron para contarlo; aún así, los chamanes con su magia podían crear manos rúnicas que frenaban los ataques en carrera de ambos topos, haciendo que se quedaran bocarriba e indefensos, oportunidad usada por los cazadores para rematarlos con sus distintos tipos de armas blancas; e incluso sin chamanes ahí estaban los gólems de guerra, provocando temblores con sus pisadas o golpeando el suelo, temblores que estremecían la tierra al punto en que obligaban a los armadillos a salir del subterráneo, donde las moles pasaban a aplastarlos con sus hachas gigantes. Los Asborean con sus crías explosivas que desovan, junto a los Rhedogian y los Desbrachian destacados por su durabilidad, eran los peores dolores de cabeza para los Reptilicus; muy rápidos, muy resistentes, y muy fuertes, solo los mejores guerreros primitivos y los gólems eran capaces de enfrentar a estos seres creados artificialmente. Los guardias de la entrada veían esta batalla con asombro, excepto Viper, ya que no paraba de recibir reportes de otros sectores de la base. Algunos de estos reportes no eran buenos en absoluto.
Los Marines asignados a esta misión eran un grupo de élite entre los de su mismo cuerpo. Salieron del transporte (el muelle se ubicaba más arriba que los otros como el A o el B) y colocaron una serie de torretas alrededor de la nave para defenderla de cualquier enemigo que quisiera entrar desde la dirección del Generador C. Por lo tanto, este grupo se dirigió al camino que llevaba hacia el Intercambiador; tomaron un ascensor que los descendió al Conducto C, un lugar compuesto de varios niveles separados por suelos de cristal blindado pero traslúcido. Avanzar por este camino era complicado, las FP al lado de muchas máquinas ofrecían una resistencia formidable, tanto que eran más los marines caídos que los comandos, al punto en el que el transporte de antes abandonó la plataforma de aterrizaje para darle el paso a otra nave que traía refuerzos. Entre los comandos había pequeños carros de orugas con una torreta Alabarda instalada, que además tenían una Pila de Phazon; los comandos también disponían de esta arma, así como los propios Marines del MNE, así que el conducto iba llenándose de Phazon con cada disparo eyectado de las armas de ambos lados.
Pero más abajo los esperaban otros comandos más, y si acaso eran vencidos, el MNE debía cruzar la Estación de Mantenimiento y de ahí llegarían al Intercambiador, donde se reunirían con los otros grupos de asalto para acabar con la resistencia final en aquel lugar, esto con el fin de poder tomar la torre de control de la base. Claro, ni los del Muelle C, ni los del B ni los del A iban a salir bien parados luego de esto. Si querían cumplir con la misión, iban a tener que sacrificar mucho para vencer a todo el cuerpo de Fuerzas Especiales, entrenados en lugares donde el ratio de supervivencia es del 10%. En tanto, las batalla en los campos norianos continuaba, con los Reptilicus tomando la ventaja frente a las armas biológicas. Viper no iba a permitir el triunfo del enemigo, así que dio una nueva orden.
Más armas encararon al ejército de los Reptilicus, y con esta segunda ola las cosas se complicaron mucho. Eran tantas bestias sueltas que superaron en número a los otros, ni siquiera la fuerza bruta de los gólems podía intimidar a los experimentos, estos simplemente trepaban sobre los gigantes de piedra y las dañaban hasta hacerlas caer, y ya en el suelo destruían sus cabezas. Sin la cabeza, los gólems no podían funcionar, siendo algo que las armas biológicas descubrieron en medio del combate mediante su limitada inteligencia. Viper parecía optimista ante la situación, pero quizás esta buena vibra no iba a durarle demasiado. Samus y Soren observaban el desarrollo de la batalla desde la órbita del planeta, no entraban porque esperaban a que la Orden Metroid pusiera orden total en los cruceros capturados. Pero cuando hubo orden, los guerreros regresaron al Águila de Dryn en espera de nuevas órdenes.
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Capítulo 16
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Tercer Ataque de Norion. Parte II |
Las armas biológicas de la Federación pronto superaron a los Reptilicus. El primer lote los había debilitado considerablemente, el segundo estaba a punto de vencerlos, y si por algún milagro los reptiles llegaban a alzarse sobre este grupo, faltaba un tercero almacenado en los tres ataúdes que sin duda habría arrasado con lo poco que quedaba de los Reptilicus. Pero Samus, observando todo desde lo alto, decidió intervenir, bajar a la zona de conflicto y terminar con el asunto de una buena vez.
Pero el Águila de Dryn era una nave ancestral, tan poderosa que hacía falta más que esos cañones para derribarla, pues no le estaban haciendo nada, ni un rasguño.
La verdad es que con el Águila de Dryn habría bastado para arrasar con todo el Sector Zero. Sin embargo, esa nunca fue la intención de Samus, sino que su objetivo era tomar la base causando el menor daño posible, para así sacarle provecho usándola como nuevo cuartel para su armada. Por esta razón es que las bombas que dejó caer el Águila no fueron dirigidas por sobre toda la base, sino que primero destruyeron las torres XIV (trabajo que los cazas Vimana no pudieron hacer), después dejaron caer otra ronda de ellas ahora sobre los ataúdes, reduciéndolas a nada al igual que las armas que seguían adentro.
Cuando la Orden Metroid eliminaba a las armas biológicas restantes, Samus descendió a la superficie tras saltar, mientras que Soren abordó su nave y salió del Águila en dirección a la base, pero a las secciones donde los Marines estaban atascados. Al notar a Samus, un grupo de Desbrachians se arrojó sobre ella, pero Samus los destrozó rápidamente con su multirráfaga, entonces tuvo la libertad de lidiar con la barrera de energía que bloqueaba el acceso a la base.
Bastó con una carga del 25%, y lo que disparó de hecho no fue un láser, fue una bola de energía de gran tamaño producida por los anillos expandidos del cañón, una bola lenta que chocó contra la barrera y detonó en forma de una explosión cegadora que obligó a los que estaban más cerca a cubrirse los ojos. Cuando la luz desapareció, la barrera era inexistente, al mismo tiempo Samus se posó al frente con todo su ejército detrás, compuesto de su guardia y de los reptilicus que seguían de pie.
vs. Plasma Viper (composición hecha por madboss) Como en las batallas de la antiguedad, los del lado de Samus avanzaron a paso veloz. Entre los tambores de guerra de los gólems y la presencia de Samus entre todos ellos, sus niveles de fuerza y moral se incrementaron como nunca antes. Los comandos tuvieron que usar el Hiperestado para lograr frenarlos aunque fuera un poco con sus rifles potenciados, aunque montones de ellos fueran desintegrados y algunos gólems derribados. De nada sirvió, los invasores no se detuvieron ni por un minuto, y la Orden también activó su Hiperestado.
Ayudados por las torretas del tanque superpesado, los comandos hicieron lo mismo, ellos a punto de darlo todo sabiendo que si dejaban caer Norion, la Federación estaría perdida para siempre. Entonces ambas partes chocaron. Los comandos tenían la total ventaja contra los Reptilicus, con el Phazon podían resistir los ataques mágicos y destruir las manos rúnicas con sus armas, y hecho esto pasaban a desmembrar a los reptiles sin piedad alguna, también como venganza por lo que hicieron a los marines en Bryyo. Y si bien los Gólems resultaban heridos por los mismos sables energizados, contra ellos seguían siendo eficaces las armas a distancia, por lo que Viper ordenó a los artilleros de su tanque a disparar contra los gólems; el cañón principal del Ferox, electromagnético, cargó hasta sacar arcos eléctricos, y estando al máximo disparó dos ojivas contra tres gólems, uno seguido del otro, a una velocidad tan extrema que los atravesó de lado a lado y mas allá, uno de estos proyectiles llegando a incrustarse en una nave de Bryyo, dejando un hueco casi perfectamente redondo de no ser por que las orillas se fundieron debido al impacto. Así es, el tanque Ferox usaba el sistema de rieles en todas sus armas, incluidas sus ametralladoras antipersona que fueron capaces de eliminar a un grupo de guerreros OM, mientras que los cañones secundarios dorsales ofrecían cobertura extra y que se demostró cuando un cañón derribó a otro gólem que pretendía destruir el tanque. Viendo esto, Samus decidió encarar al Ferox en persona, pero no sin antes haberse abierto paso en aquel sangriento campo de batalla, con sus poderes no le temía al Hiperestado, iba caminando y desintegrando a todo el mundo lo suficientemente valiente como para plantarle cara, y finalmente pudo quedar frente al tanque.
El cañón principal volvió a disparar, pero Samus había desaparecido y la bala solo penetró la tierra varios metros debajo, entonces ella reapareció en los costados del tanque y trató de destruir las torretas con sus Supermisiles, pero el daño resultante no fue el esperado, estaban muy bien blindadas y los artilleros contraatacaron, nuevamente sin darle un solo tiro ya que Samus se deslizó a un lado, quedando frente a los cañones dorsales.
Por otro lado, Soren fue a ayudar a los Marines, primero soltando misiles contra ciertas fortificaciones en el complejo como torretas y conjuntos de comandos. Hecho esto se posó sobre el Muelle del Intercambiador Alfa y usó sus ametralladoras antipersona contra otra posición de fuerzas especiales, despejando el camino para poder aterrizar y entrar al combate.
Avanzó por la zona de aterrizaje hacia la estructura contigua, donde fue esperado por dos comandos que dispararon inmediatamente, pero él saltó hacia ellos de tal forma que en el aire iba con su cabeza al frente y sus piernas atrás, con su cañón apuntando también al frente y al mismo tiempo girando ligeramente sobre su eje debido a la forma en cómo se impulsó. De esta manera, las balas de Phazon pasaron encima, debajo y a sus costados sin que ninguna le rozara siquiera, y en respuesta Soren los atacó con un misil de energía que no los mató, pero sí los empujó hasta derribarlos y dejarlos desorientados. Aprovechando la situación, Soren cambió a su escopeta y mató a uno con tres tiros, rápidamente cambió al fusil de asalto y apuntó al otro quien ya tenía a Soren en la mira, solo que Soren reaccionó más rápido y vació el equivalente a un cartucho estándar sobre su cabeza. Con ellos muertos siguió avanzando hasta llegar al acceso al intercambiador, y otros dos comandos vigilaban el lugar, pero siendo un espacio estrecho tuvieron que equipar sus espadas. Ambos casi decapitaron a Soren en cuanto lo vieron, pero con algunas maniobras salió vivo de aquello y pasó a usar su hoja de Damasco. Y otra cosa destacable es que estos soldados tenían un color diferente: sus armaduras eran de color rosa.
Dos contra uno, los tres experimentados en el combate cuerpo a cuerpo, pero Soren bajo la tutela de la guerrera definitiva demostró ser superior a sus oponentes, incluso con ellos teniendo el Hiperestado: luego de dos minutos atacando y bloqueando, a la par en el que los tres caminaban por una de las dos pasarelas alrededor del pozo, Soren pudo lograr que uno cayera al precipicio, mientras que al otro le cortó la garganta, y aunque no dejó de blandir su sable, sus movimientos se entorpecieron por la profusa pérdida de sangre, esto le costó la vida cuando Soren aprovechó para rebanar la cabeza del comando en dos mitades, con el corte a la altura de los ojos. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no logró salir ileso de aquel combate con espadas. Tenía algunos órganos perforados, algunas fracturas en el visor, heridas profundas y casi no perdía sangre por dos factores: sus nanomáquinas y la cauterización provocada por los sables. Aún así quedó fatigado, tanto que tuvo que sentarse en el suelo para respirar. Llevaba diez segundos descansando, momento en el que recibió una transmisión desde Nueva Atlantis, de parte de alguien cercano a él.
Estas palabras hicieron efecto en Soren, y a pesar de no entender bien del todo qué fue lo que hizo a Alexa cambiar de parecer, pensó que en que lo averiguaría más tarde, y que primero debía encargarse del problema frente a él. Aguantando el dolor, Soren se apoyó con la pared para reincorporarse lentamente, y al hacerlo algunos de sus heridas expulsaron sangre a presión, pero no lo detuvo y dio los primeros pasos hacia el ascensor.
Soren se adentró en el ascensor de más adelante que lo llevó al Intercambiador, y al cruzar se encontró con un intenso combate entre las fuerzas del MNE y de la Federación. Los comandos habían retrocedido, pero era en esta parte donde los Marines mancomunales les fue imposible seguir empujando, y ellos morían por montones al punto en el que se formaban pilas de cadáveres en las puertas de acceso. Empoderado por las palabras de su nueva aliada, Soren mató a cuanto comando se le puso enfrente, a todos y cada uno de ellos con ayuda de los marines que también se vieron motivados al ver a un general luchando a su lado. Gracias a Soren, el complejo fue tomado junto a la torre de control. Pero aún quedaba un último quehacer que le correspondía a Samus: Viper y el tanque Ferox. Para este punto, el tanque echaba humo y fuego desde las torretas destruidas: resulta que Samus descubrió una debilidad relacionada con el cañón principal, y era que con cada disparo se producía tal calor en el interior del vehículo que debía ser disipado de alguna forma. Los ingenieros lo lograron colocando unos enfriadores debajo del tanque, unos enfriadores lo suficientemente blindados como para soportar minas antitanque, pero no como para soportar algunas Bombas de Energía. Sin los enfriadores, el cañón principal ya no pudo disparar, los cañones dorsales no producían tanto calor pero ahora debían moderar sus disparos, y las torretas antipersonas fueron destruidas también como ya se mencionó. Samus estaba frente al tanque, apuntándole directamente y cargando un Láser Zero a la mitad de potencia.
Viper apretó el gatillo. El proyectil impactó sobre Samus, con la consecuencia de que el tanque se sobrecalentó a tal punto que varios cadáveres comenzaron a arder en llamas, y Viper tampoco ya no soportaba más, sentía incluso su sangre hirviendo. Encima de todo, ni siquiera le duró la sensación de victoria, pues en cuanto desapareció la cortina de humo y polvo, Samus seguía de pie y sin daños, pues se envolvió con su armadura eléctrica.
Y Samus disparó. Su rayo láser fue suficiente para borrar casi todo el tanque de la faz del cosmos, fue como si hicieras un tanque de arena de playa y luego lo destruyeras con una manguera a presión. Exactamente así fue como Viper se desintegró junto a su querida arma. Y exactamente así fue como el MNE ganó en Norion, el penúltimo bastión de la Federación cayó ante la voluntad de la legendaria cazarrecompensas. A un paso de la derrota, pero ni así la Federación se rindió. Claro que no, porque Castor Dane decidió apostar a otro plan que quizás podía darle a la Federación otra oportunidad más. Junto a la Sociedad de Cazarrecompensas, ordenó a Vapor Python organizar un asalto a gran escala hacia el planeta donde el gran espía del MNE, es decir Computer Man, se resguardaba: Inner Paradise y Silent Amazon. Derrotando a Computer Man, el MNE perdería su mayor fuente de inteligencia, poniendo de cabeza a la organización de Samus. |
Extra
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Al día con Rowina |
Me llamo Rowina Salem, 27 años, soy una aldebarana dedicada al oficio de cazarrecompensas. A estas alturas ya se sabe mucho de mi vida: nacida en el seno de una familia normal, terminé hasta el nivel 4 de estudios en Aldebarán, de ahí me fui a una de las academias de la Federación Galáctica para convertirme en soldado porque era uno de mis mayores sueños. ¿Por qué al ejército? Bueno, a los aldebaranos nos gusta la acción y las armas, así que volviéndome militar estaría al alcance de todo tipo de armamento con el que podría causar destrucción pura y dura; a los aldebaranos nos gusta tanto la acción y el conflicto que siempre somos los protagonistas de las peleas en cualquier bar si acaso estamos en uno. Vaya... Olvida lo que dije, parece que estas cosas nunca fueron mencionadas, pero supongo que no es tarde. En resumen, me gusta destruir cosas y que me paguen por ello, por eso me anoté en el ejército a los 16 años. Y lo que sigue a partir de esto ahora sí que es sabido por todos: conocí a Soren y a Sigfried, nos amistamos tras pasar mucho tiempo juntos, luego cumplí los 17 y entonces a los tres nos enviaron a nuestra primera misión de combate real, algo fuera de las simulaciones de siempre. "Operación Suicida" se llamaba la misión, y consistió en eliminar a un objetivo extremadamente peligroso que al final resultó ser la propia Samus Aran. Casi todos los que participaron en la misión murieron, y de nosotros tres Soren fue el que casi murió; mierda, todavía sigue fresco ese recuerdo en mi mente, viéndolo con la cabeza abierta y yo tratando de recoger los pedazos de cerebro que se le salían para tratar de volver a pegárselos, esa misión en verdad fue horrible hasta para una aldebarana como yo, muy horrible. La historia continúa, abandoné el ejército siguiendo los pasos de Soren (sobrevivió de milagro... y gracias a la tecnología cibernética) y también me convertí en cazadora de recompensas. ¿Cuántas misiones habré hecho desde entonces? No puedo enumerarlas, pero sí sé que siempre elegía aquellas donde podía haber tiroteos y gente a la que pudiera moler con mi fuerza física. Combatí contra terroristas, grupos pequeños de Piratas Espaciales, perseguí asesinos, ladrones profesionales, y muchas cosas más que me llevaron a los primeros puestos en el rango de los cazarrecompensas de nivel B. Muchas veces trabajé con Soren en algunas misiones, cuando él no tenía una nave propia, y de esas veces casi siempre yo tenía que solucionar los problemas que se nos presentaban, pero aún así siempre fue un buen compañero. No, era más que eso, Soren fue el único en quien podía confiar al 100%, y viceversa; ambos conocíamos lo mejor y lo peor de nosotros, nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Puedo decir que quería a Soren como a nadie más... Todavía lo quiero. Pero... ¡Aaahh! ¿¡Por qué tenías que unirte al enemigo, idiota!? ¡Eres un imbécil! ¿Cómo es que te aceptaron en la Academia? ¡No lo entiendo! ¿¡Y por qué esa obsesión enfermiza con Samus incluso sabiendo todo lo que ha hecho!? ¡Eres un animal! Todavía recuerdo lo que me dijiste el día en que la Tierra cayó. Luego de que me heriste en el cuartel, me retiré temporalmente para atenderme y luego volver a la batalla. Si, esa noche en que la ciudad estaba casi en penumbras salvo por el fuego de la guerra, esa noche en que una de las armas de la Federación, BLACKOUT era su nombre, lanzó una carga de pulso electromagnético sobre toda la isla. Ahí te encontré, de alguna manera destruiste al BLACKOUT y posabas frente al fuego que salía de su interior.
Odio cuando tiene razón. A esas alturas ya no podía confiar en la Federación, pero tampoco en su Samus por dos razones: todo el terrorismo del que fue autora, y en especial porque tenía a su mando a un ser que me hacía hervir la sangre de tan solo recordarlo.
Ahí mismo le hice frente, estuve persiguiéndolo alrededor de varias manzanas y disparando mi cañón todo el tiempo; él se defendía con sus distintas armas de brazo adquiridas durante nuestros viajes contra el MNE. No sé cuánto duramos combatiendo, pero terminamos ensangrentados y llenos de polvo, de frente el uno con el otro en otra parte lejos de los restos del BLACKOUT, en una calzada llena de cadáveres tanto de soldados como de civiles.
Con eso, Samus destruyó un crucero del Ejército hasta reducirlo a nada, y Soren notó que me quedé boquiabierta ante esa luz en medio de la noche y de la oscuridad absoluta al no haber electricidad en toda la ciudad; aprovechó para dispararme a los pies un misil de energía que me empujó hasta chocarme con un VCI del MNE destruido. El dolor fue agudo pero pude aguantarlo, sin embargo alcancé a ver a Soren huyendo de mí, así que le disparé otras ráfagas más mientras subía un edificio por medio de saltos, y al no poder darle activé el misil de mi arma y también lo fallé, pues explotó al hacer contacto con una repisa en lo más alto. Maldije y, ya dándolo por perdido, analicé la situación actual con más calma, de todas formas no había nadie cerca que me pusiera en peligro.
Posteriormente me refugié en la Sociedad de Cazarrecompensas, HWCASE había asumido el cargo de la sociedad por voto de la mayoría de los asociados, teniendo como argumentos su astucia y dotes de estratega, superiores a los de muchos otros cazadores a pesar de no estar orientado él al combate. Muchos asociados abandonaron la organización para seguir a Samus, así como lo hizo Soren, pero otros se mantuvieron leales y en apoyo a la Federación. Por los siguientes dos años combatimos en múltiples frentes, siempre presentes cuando más éramos necesitados. Fuimos nosotros un pilar fundamental para que la Federación pudiera soportar los feroces asaltos de sus enemigos, incluyendo los de los Piratas Espaciales que se escindieron del MNE para retomar sus planes de conquista galáctica una vez más. No tengo idea de a cuantos soldados y piratas llegué a asesinar, pero todos estos combates me sirvieron para mejorar como guerrera, para ascender al nivel A y convertirme en la segunda al mando de la Sociedad. Para desempeñarme todavía mejor, contraté a algunos expertos en armas para que hicieran mejoras a mi arma: dejó de ser una ametralladora pesada para ser un rifle de asalto, energizado por tres baterías más hasta darle el poder de atravesar blindajes pesados. Derroté a muchos otros cazarrecompensas que trabajaban ya fuera para los Piratas Espaciales o para el MNE, sola fui capaz de limpiar posiciones enemigas repletas de soldados, logré destruir a un Ídolo de Ridley con mucho esfuerzo y casi morí en el intento. Hice tantas cosas que de mencionarlas no terminaría nunca, todo fue con el fin de encontrar a Gorgon y hacerlo pagar. Al final lo localizamos con ayuda de la UA 217 de Elysia, en uno de sus tantos escondites. En una misión en conjunto con la Federación pude consumar mi venganza. No me había sentido tan bien en mucho tiempo, realmente lo necesitaba, descargar todo lo que me guardé desde aquel día sobre ese miserable. Lo dejé hecho puré, casi literalmente, porque antes de abandonar aquel sitio no quedé conforme, sino que tomé un vara gruesa de acero y seguí golpeando su cuerpo hasta que me mi brazo se entumió y el objeto contundente quedó doblado al punto de romperse. Maté a Gorgon, y solo faltaban los demás mandos del MNE, la operación no se canceló aún cuando el Sistema Kalandor estaba colapsando. Entonces vino el informe del siguiente paso, aquel en donde íbamos a darle caza a Computer Man con ayuda de las Fuerzas Especiales. Sin embargo, no me gustó lo que Vapor Python mencionó en el informe. Verás, quería creer que la Federación, ahora bajo el liderazgo de Castor Dane y con el consejero presidencial ejecutado por este mismo, había cambiado, que al menos recuperó algo de la moral que perdió en los últimos años. Pero no, me llevé la decepción de mi vida. No solo querían acabar con Computer Man, ¡pretendían destruir todo el poblado, TODO! Ya sé, dirás que debí escuchar a Soren y seguirlo, quizás tienes razón, debí hacerlo, pero no podía mientras Gorgon siguiera con vida. Aunque ahora que lo he asesinado, ahora que he escuchado lo que la Federación pretende... Algo tengo que hacer, todavía hay tiempo, al menos es un alivio saber que no atacarán con un bombardeo orbital, pues quieren mantener intacto el Córtex Gigas. Enviarán a todo lo que queda de Fuerzas Especiales contra las asesinas de Silent Amazón, será una batalla muy bien equilibrada incluso con nosotros participando. Debo hacer algo para impedir la muerte de toda esa gente de la aldea, luego de haberla visto con mis propios ojos no puedo permitir que le pase algo, no dejaré que destruyan lo poco que queda de luz en esta galaxia. La Federación ya está muerta para mi... Creo que solo me queda desertar. Tenías razón, Soren, tenías toda la jodida razón. ¿Pero sabes qué? ¡Eso no te va a librar de una paliza que te mereces! Te voy a partir las piernas, pero después de eso te seguiré con gusto, a ti y a Samus. Cuando esto termine, iremos a matar piratas. |
Capítulo 17
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Inner Paradise. Parte I |
Con el Sistema Kalandor fuera, tan solo a la Federación le quedaba el planeta y capital Daiban, protegido por las flotas restantes de naves que derribarían a cualquier enemigo con ayuda de sus cañones de defensa portátiles. Si Norion fue una tarea complicada, Daiban iba a serlo todavía más, incluso con los problemas de la Luz Eterna y el virus A-20 al rojo vivo en algunas de las capitales menores. Samus, sabiamente, decidió planear la siguiente jugada en compañía de sus otros generales, ella estando en órbita sobre Norion adentro del Águila de Dryn, mientras que los demás estaban presentes en forma de hologramas. El único ausente totalmente era Soren, pues atendía otro asunto personal en su nave, atracada adentro del Águila. Y solo por si te lo preguntas, los Reptilicus regresaron a Bryyo triunfantes, Samus se convirtió en parte de su folclor para la posteridad. De ahora en adelante no serán vistos participando en algún otro combate, ahora viven en paz y en completo equilibrio.
Mientras esto ocurría, Soren buscaba respuestas. Durante la misión en Norion, recibió una inesperada llamada de Alexa que le ayudó a motivarse tras una ardua batalla contra dos comandos especiales que lo pusieron en aprietos. Antes de eso, ella no podía verlo ni en pintura, pero de un momento a otro eso cambió. ¿Por qué? Fue lo que Soren se preguntaba, y se terminaron las dudas cuando se comunicó con ella.
¿Qué contenía el famoso disquete? Un documental, uno bastante imparcial por raro que suene. Hablaba tanto de las cosas buenas como de las malas que tiene el MNE, de cuál era su propósito y de lo que ha hecho por el bien de las sociedades olvidadas por la Federación. Hablaba también del baño de sangre que el MNE ha creado desde que se formaron sus cimientos, de los crímenes de guerra ocasionados y del sufrimiento ajeno causado. No era un documental sesgado y hecho para manipular masas, era una lección de historia completamente acertada de la organización. Aún con todo lo malo, Alexa tomó mucho en cuenta lo bueno, más cuando en ciertos fragmentos había metrajes de una ciudad afectada por una batalla, pero sus habitantes no estaban tristes, sino que mostraban júbilo cuando Samus pasaba entre ellos, Soren jugaba con algunos niños, y los soldados del MNE eran los responsables de reparar los daños provocados, así como proveer a los civiles los servicios más básicos para su bienestar. Al final decidió quedarse con lo bueno, pensando en que ya estaba harta de tener que haber vivido y pensado en lo malo durante toda su vida.
Era un archivo de audio de un remitente desconocido, no había forma de identificarlo. Desconcertado, Soren accedió a reproducir el archivo cuando el antivirus de su ordenador dictaminó que no había ningún agente virtual malicioso. Al escuchar la voz del audio, sintió cómo su corazón casi se detuvo.
Corrió lo más rápido que pudo entre los estrechos corredores del Águila, pasando entre sus compañeros de la Orden Metroid que simplemente lo ignoraron (y no por que tuvieran algo en su contra, sino que son como máquinas, que no hacen nada si ven a un aliado pero atacan a matar contra los enemigos). Abrió la puerta de la sala e interrumpió la reunión.
Soren conectó su cable al pedestal central donde eran controlados los hologramas. Al hacerlo, una pantalla holográfica apareció con una línea plana en medio, que era de esas líneas que se alteran cuando se reproduce un sonido. Soren le dio al botón de "play".
Pura consternación era lo que todos sentían tras escuchar estas palabras. Rowina, una importante enemiga del MNE súbitamente estaba ayudándolos con información comprometedora. Pero esto no podía tomarse a la ligera, cada quien lo sabía.
Para cuando Soren llegó, todavía no sucedía el ataque y, aliviado, se adentró al cráter de Silent Amazon para entrevistarse con Computer Man. Las agentes autorizaron su ingreso a la cámara oscura del Córtex Gigas y ahí estaba él adentro del mismo cerebro, coordinando a todo mundo en los trabajos de defensa y evacuación de civiles hacia unos refugios lejos de la colonia.
Y en eso, el Córtex Gigas dio el aviso que Computer Man esperaba: Vapor Python llegó a la órbita de Inner Paradise. Las sirenas de emergencia resonaron en toda la ciudad, asustando a muchos de los que aún no habían evacuado. Y ese era el problema, que la batalla comenzó cuando aún quedaba el 30% de los civiles atrapados en la ciudad.
Soren bajó al poblado y se reunió con una fuerza de seguridad en una estación de tren. Los civiles fueron colocados en múltiples vagones que partirían hacia el subrefugio indicado, habiendo un vagón de combate por cada dos ocupados por personas comunes. Los vagones de ataque venían equipados con torretas pesadas en los costados y equipadas con lanzamisiles, algunos de ellos tenían encima unas baterías de misiles antiaéreos por si alguien atacaba por aire, así como otras torretas más de cañón doble y de 50 milímetros de calibre.
Era de esas raras veces en donde a las agentes les fue autorizado el uso de uniformes militares y equipo táctico completo, pues esto no era un trabajo de espionaje, era una batalla a la vieja usanza. Mientras tanto, Vapor Python coordinaba a sus fuerzas, haciéndolo a bordo de su nave nodriza. Su flota no disponía de cazas, solo fragatas y múltiples transportes Hygieia que pretendía enviar a la colonia.
Vapor Python iba a combatir en persona, y si bien era conocido por tener una actitud indiferente ante el trabajo, sufrió un repentino cambio luego del fiasco en Norion. Desde entonces, Vapor Python se obsesionó con la misión de vencer al MNE desde la raíz, nunca antes se tomó tan en serio un trabajo. ¿Por qué? Es algo que reveló ante su escuadrón que dirigía, los 30 mejores dentro de las Fuerzas Especiales.
Terminando de hablar, todos los transportes se adentraron en el planeta y así dio inicio la batalla de Inner Paradise. Para ese entonces el último tren había partido, pero incluso desde la lejanía se pudo ver todo. Las torres Tesla tanto de la colonia como del cráter se encendieron cuando detectaron a toda la horda de Fuerzas Especiales, sus arcos eléctricos derribaron a múltiples transportes, pero no las suficientes como para impedir el aterrizaje de numerosos escuadrones. vs. Inner Paradise (composición hecha por ErikMcClure) Conociendo que se podía esperar cualquier cosa de Computer Man, se decidió buscarlo tanto en el cráter como en la ciudad. En la ciudad, las agentes recibieron a las Fuerzas Especiales en los puntos claves, yendo acompañadas de varias Esferas de Batalla y vehículos de combate (parecidos a un T-15 Armata) mejorados con municiones de Phazon; por su parte, las Fuerzas Especiales contaban con otro tipo diferentes de VCI (parecidos a un Lynx KF41), pero además tenían el apoyo aéreo en forma de transportes que podían atacar.
Ishtar dirigía a las fuerzas del área industrial, una zona dedicada a la manufactura de de todo tipo de bienes, y por ende era una zona llena de fábricas. Por esta razón, las guerreras de Silent Amazon podían aprovechar la complejidad de las estructuras para realizar emboscadas o resistir el asedio de las FP. En respuesta, las FP emplearon sus transportes para bombardear toda instalación posible, aunque con dificultad debido a que había múltiples agentes con lanzacohetes de función perseguidora. Y de hecho, Ishtar empleaba un lanzamisiles RPG reutilizable, modificado especialmente para que ella misma pudiera controlar la trayectoria de los cohetes. ¿Cómo lo hacía? Su arma estaba conectada a unas gafas oscuras que ella tenía en sus ojos, al disparar estas se activaban e Ishtar podía ver a través de la cámara hallada en la parte frontal de la ojiva, y podía moverla en ocho direcciones mediante un joystick ubicado en el cuerpo del lanzacohetes, asimismo encima tenía dos botones, uno para desacelerar hasta quedarse estático y otro para acelerar hasta toda potencia.
Dirigió el cohete hasta donde sucedía la batalla, en el aire sobrevoló unos segundos hasta que avistó al VCI enemigo, entonces al enfocarlo bien aceleró el cohete hasta que impactó encima, pudiendo destruirlo al primer intento y matando a los que estaban cerca. Sin embargo, al estar viendo el escenario, Ishtar se percató de un puñado de soldados con el Hiperestado activado.
Sus ataques sirvieron para frenar el avance de las FP, pensó que lo mejor era seguir apoyando desde lejos, pero mientras recargaba escuchó un sonido peculiar, como el de un objeto cayendo desde el cielo; entonces cuando miró arriba distinguió una esfera de considerables dimensiones, una esfera metálica y oscura en donde podrías meter dos tanques de batalla. La esfera se estrelló contra dos paneles solares y los rompió como consecuencia, pero a los pocos segundos, cuando múltiples guerreras lo rodearon, se resquebrajó en pedazos, liberando a un B.O.X de blindaje pesado y múltiples metroides en su forma normal. Ellas rápidamente activaron el Hiperestado para combatirlos, algunas no lo lograron a tiempo y su energía fue drenada hasta convertirlas en momias; Ishtar sintió que uno se acercaba por atrás de ella y sin dudarlo tomó una ojiva congelante de aquella misma caja de antes, se giró 180° y accionó el gatillo, congelando al parásito al instante, y acto seguido tomó su cuchillo de caza y lo arrojó directo a la membrana congelada, matando a la criatura.
La zona comercial era un lugar lleno de mercados y en general todo lo relacionado a los servicios, con espacios abiertos ideales para colocar torres Tesla y múltiples VCI inmovilizados pero con el doble de blindaje. Para las naves era difícil sobrevolar esta parte, pocos soldados lograron ser desplegados, así que Python optó por enviar a un escuadrón de metroides con un Gamma a la vanguardia. L esferas y los VCI trataron de darle muerte con sus respectivas armas, pero debido a su velocidad, aunado a su capacidad de volar, les fue imposible, el Gamma destruía a sus adversarios mecanizados con sus chorros de fuego (era un [[Metroid Gamma Evolucionado), el ataque ígneo fundía el metal reactivo y los vehículos explotaron de adentro hacia afuera; el Gamma entró al mercado más grande de la ciudad y se abrió paso entre los locales hechos con piezas de madera y lámina, las agentes de S.A. hicieron lo que pudieron en su contra, pero ni con el Hiperestado lo vencieron, en cambio todas ellas eran reducidas a cenizas al instante de ser alcanzadas por los chorros candentes. Pero Némesis y otras combatientes tenían un plan en mente, para ello se dieron prisa en llegar a ese mercado, aunque antes había que lidiar contra numerosos metroides que seguían poniendo en aprietos a las demás. El P90 de Némesis no solo tenía un cargador ampliado, sino que también su cadencia de tiro se vio aumentada, reflejándose en la manera en como mataba a los metroides casi al instante con sus balas potenciadas con Phazon. Némesis y las otras cinco acabaron por encarar al Gamma, que estaba cerca de devorar a otra combatiente tras haberle arrancado una mano de un mordisco y haberle perforado el muslo con una de sus patas, pero ellas intervinieron y le dieron oportunidad a la otra de huir en busca de atención.
Némesis descargó la mitad de sus balas sobre la boca del Gamma, momento en el que este procedió a fulminar a la espía, fallando su rayo porque Némesis rodó lateralmente. Posteriormente, ella tomó una granada de Phazon de su cinturón y lo arrojó a las patas del Gamma, que terminó alzando vuelo debido a la detonación que alcanzó su núcleo. Entonces el Gamma se envolvió en llamas y embistió a Némesis, quien a duras penas pudo esquivar y aún así se incendió su brazo izquierdo; el Gamma se estrelló contra una Hygieia derribada, Némesis apagó el fuego en su brazo con su otra mano, y entonces dio la orden a las demás al saber que su oponente tenía el núcleo expuesto.
Su subfusil potenciado logró destruir el núcleo del metroide evolucionado, el resto del cuerpo se desintegró en el aire y entonces varios soldados de las FP intervinieron en el conflicto. Llegaron por sorpresa y mataron a dos agentes, pero las demás, repelieron la agresión; Némesis mató al último con múltiples ráfagas que laceraron su armadura, las balas expansivas destrozaron el cuerpo de aquel soldado y cayó al suelo. Pero no murió, aquel soldado agonizaba y solo tenía la fuerza para arrastrarse e ir en busca de su arma que soltó a raíz de las balas que explotaron en su interior, a lo que Némesis respondió pateando su arma lejos y sin matarlo. Lo dejaron moribundo ahí en medio del incendio, ellas volvieron a otras partes del sector para seguir luchando. |
Capítulo 18
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Inner Paradise. Parte II |
Ambientación (obra de Deemo-R) Avilix, la última del trío, defendía el sector residencial que se componía de casas sencillas y algunos edificios que no superaban la altura de seis pisos. Los edificios grandes fueron usados como fortines ante el avance de las Fuerzas Especiales enemigas, que además contaban con el apoyo de los metroides controlados por un B.O.X telepático, habiendo entre ellos otro ectoparásito de nivel Gamma. Al mismo tiempo, la nave nodriza de las FP descendió hasta mostrarse sobre el cielo de la colonia, fue orden de Python argumentando que su presencia afectaría negativamente en la moral enemiga. Quizás lo hizo entre algunas de las agentes, pero ninguna dejó de luchar, Avilix no fue la excepción. Con ayuda y un gran esfuerzo consiguió derrotar al Gamma, pero toda su compañía tuvo que atrincherarse en uno de los mencionados edificios cuando llegó un regimiento de FP que estaba a nada de tener bajo control el sector. Adentro del edificio y en los alrededores se mantenía la última resistencia de las agentes, mataban metroides y soldados mientras estos seguían abriéndose camino. Avilix tenía un lanzagranadas en mano con el que destruía los transportes Terrex y los VCI de la Federación, era buena calculando parábolas desde las ventanas, y como las municiones tenían Phazon podían destruir los vehículos sin complicaciones; igualmente se deshacía de agrupaciones pequeñas de soldados, quienes terminaban amputados de diferentes maneras. Desafortunadamente, un Metroide la detectó y casi fue su fin, pero se arrojó contra el suelo y salió ilesa, luego procedió a liquidarlo con sus TEC-9 duales potenciadas con Hiperestado, ya que en un lugar sumamente reducido era un suicidio usar explosivos. Sin embargo aún había probemas, y es que en un complejo vecino alguien emitió una alerta.
El segundo complejo residencial fue construido de tal forma que quedó a cielo abierto, es decir que había un agujero que atravesaba la estructura de arriba hasta el suelo de la planta baja; ese espacio era rodeado por los departamentos de cada piso, con barandales en las orillas para evitar accidentes, cuerdas largas cruzando de lado a lado y entrelazadas entre sí, ya que era donde los residentes colocaban sus prendas recién lavadas a secar. Por aquí entró el escuadrón de Fuerzas Especiales, con sus planeadores dorsales usaron el último piso como punto de partida y fugazmente mataron a las cuidadoras de este nivel, procediendo a limpiar el edificio a paso veloz. El grupo de Avilix llegó a este lugar usando un túnel que conectaba a ambas estructuras, de ahí tomaron las escaleras para subir, pero ellas se detuvieron al llegar al cuarto piso luego de escuchar la detonación de una granada que mató a dos de sus compañeras; fueron tres comandos que se dirigían a donde las otras, así que Avilix tomó una granada especial de su cinturón, se colocó de espalda contra la esquina y la arrojó hacia el trío.
Continuaron y finalmente llegaron al andador del cuarto piso, al centro bajo el cielo abierto. Ambos grupos andaban intercambiándose disparos, habiendo también metroides y robots autónomos de por medio, pero la Federación tenía una ventaja considerable. Para eso estaba el grupo de Avilix, para darle un giro a la situación.
Avilix tomó una escopeta de su espalda y comenzó su masacre tras entrar en Hiperestado. Tenía solo 9 cartuchos, pero los gastó como es debido, hizo explotar brazos, piernas, cabezas y formó enormes agujeros en los pechos de los comandos; hubo quien casi la asesinó al atacar por la espalda, pero gracias a un espejo colocado en una esquina pudo percatarse de él, así que se agachó, dio media vuelta y disparó sus últimas rondas que hicieron caer al comando por el barandal hasta estrellarse contra el suelo. Sin embargo, un FG II Graham la sorprendió cuando este rompió la puerta de un departamento que ella tenía al lado, y lejos de detenerse siguió embistiendo hasta empujarla y hacerla caer, pero lejos de estrellarse alcanzó a sostenerse del barandal, aunque el robot abrió su cañón frontal listo para disparar.
En eso, una sacudida la desequilibró, siendo producto del impacto de una ojiva explosiva sobre el complejo y que provino de un tanque enemigo. Se abrió paso entre los comandos matándolos con tiros certeros, de ahí se dirigió al lugar de impacto y avistó al vehículo, responsable también de haber destruido las esferas de batalla que defendían el complejo. Entonces se ocultó, tomó unos binoculares de su chaleco táctico y se mantuvo observando al tanque, luego contactó con las fuerzas en el cráter.
Por eso fue que Computer Man le pidió prestado a Soren su propia nave, para defenderse del asalto de las Fuerzas Especiales. Si bien estaba en pleno enfrentamiento contra otros transportes aéreos sobre el cráter, las combatientes en la colonia podían solicitar el apoyo de la Cazadora siempre y cuando fuera muy urgente, como con el caso de Avilix. La nave llegó y no solo derribó algunos transportes, sino que pasó encima del mismo tanque y liberó misiles que no solo lo destruyó, sino que también eliminó a toda una línea de comandos; al terminar, la nave regresó al cráter. Aunque esta acción solo retrasó al enemigo, era cuestión de tiempo para que la colonia cayera en sus manos. La única esperanza era la Sociedad de Cazarrecompensas que estaba a punto de llegar al campo de batalla, pero nadie sabía a cuál lado apoyarían, era cosa de rogar que realmente estuvieran del lado del MNE. Pero hasta entonces debían resistir las demás, igualmente Soren, quien por su parte tampoco estuvo sencilla la cosa. El tren con los civiles seguía su rumbo, las protectoras estaban adentro bajo el control de las plataformas de armas en los vagones de ataque, también otras en el techo para asistir a Soren. Desde lejos podían ver a la nave nodriza enemiga sobre la colonia, muchas sintiéndose frustradas por no poder hacer algo al respecto, aunque también estando conscientes de que tenían que hacer un trabajo igual de importante.
Sin embargo, todos eran ignorantes de que había un dron espía del tamaño de una pelota de tenis siguiéndolos, se dieron cuenta hasta que el dron empezó a transmitir una serie de señales que el tren interceptó, y de inmediato Soren lo derribó de un solo disparo. Pero fue tarde, el mensaje ya había sido enviado y llegó a oídos de Vapor Python y su escuadrón, encontrándose ellos librando la batalla en el cráter.
Y así, Python junto con varios soldados más se retiraron, pero fueron reemplazados por otro cargamento de Metroides liderados por dos Gamma. Otras agentes que ya conocemos, conocidas como Lynx y Kitsune, trataron de detener a Python, con Lynx a punto de darle en la cabeza con su fusil de francotirador, pero uno de los Gamma se interpuso y usó sus poderes eléctricos para fulminarlas, fallando en el intento cuando ellas esquivaron con movimientos acrobáticos.
Mientras tanto, Computer Man seguía resguardado en su "cueva", fuera de su máquina cerebral y protegido por su mayor agente: Morningstar. Desde ese búnker daba instrucciones a las demás, pero debido a que todo se estaba complicando, decidió tomar cartas en el asunto junto a su mano derecha.
Volviendo con Soren, al poco tiempo de haber derribado al robot espía, múltiples naves se aproximaron por aire, mientras que en tierra se avistó a un numeroso grupo de todoterrenos de ataque P6 ATAV equipados con torretas de calibre 50 y lanzacohetes en la parte de arriba.
Pensarás que era tan sencillo como que las naves usaran sus misiles sobre el tren, y lo intentaron, pero las baterías antiaéreas impidieron el impacto de cualquier ojiva explosiva, así como la aproximación de cualquier nave enemiga que decidiera usar sus cañones de rayos, y se hizo notar cuando una batería manipulada por Yuriko (una de las dos agentes responsables de haber robado los datos de la PDP, reconocible por la venda sobre sus ojos) derribó a un transporte, aunque la tripulación sobrevivió gracias a que lograron saltar a tiempo. Desafortunadamente no solo saltaron, sino que planearon hasta alcanzar el tren y abordarlo sobre el techo, cosa que estaban haciendo otros escuadrones más desde el aire y por tierra; sí, por tierra, ya que los todoterrenos que podían esquivar las balas de las torretas dorsales de los vagones, y de esta forma los tripulantes de los vehículos podían saltar y adherirse a los vagones con ayuda de unos dispositivos magnéticos instalados por defecto en la palma de sus manos, de ahí se impulsaron con un solo movimiento hacia encima de los techos.
Soren cubrió el ala norte del tren, el más riesgoso debido al vagón principal. Las FP lo identificaron y sin chistar lo atacaron con todo el poder que cada uno tenía, tenían órdenes de eliminar a Soren bajo cualquier precio. Soren avanzó hacia ellos y repeliendo los disparos de Phazon al blandir su sable, ni una bala lo tocó, pasó entre ellos y les propinó a cuatro de ellos un corte mortal que los mató casi al instante; sus reflejos le advirtieron de un todoterreno cerca, cuyo artillero le apuntaba con la torreta pesada e igual con los tripulantes que todavía no abandonaban el vehículo. Múltiples balas casi lo rozaron, pero resultó ileso al moverse entre las coberturas y deslizándose luego de echarse una carrera, equipó su lanzamisiles y destruyó el todoterreno junto con sus tripulantes. Entonces, una explosión cercana desvió su atención hacia una batería antiaérea al que le cayó un misil desde el aire y que no pudo interceptar, dando vía libre a un transporte Hygieia para acercarse peligrosamente. El transporte disparó sus rayos, algunos perforaron las partes blandas de un vagón de pasajeros y numerosas personas murieron como resultado, entre ellas múltiples menores de edad; un grupo de agentes disparaba sus armas contra la aeronave, pero igualmente fueron asesinadas con más rayos de plasma que también atravesaron un vagón de ataque, aunque sin víctimas fatales de milagro.
Soren usó su rayo enganche para inmovilizar temporalmente a la nave, pero los motores de aquella eran demasiado potentes y superaban la fuerza de Soren, incluso con su armadura, por lo que tuvo que ser rápido en derribarla con un misil sin riesgo de fallar su ataque. Así fue, la nave ardió en llamas, se desplomó y explotó sobre la pradera; en eso, un quinteto de comandos que salieron de las laterales del vagón lo emboscaron y lo enfrentaron con sus espadas. Ninguno fue rival para él, sin embargo, eran considerablemente menos adiestrados que Fujin y Raijin, así que Soren con su aprendizaje Chozo no tuvo complicaciones. Mientras tanto, Arsinoe, la otra agente involucrada en el robo de la PDP, llevaba un récord de ocho todoterrenos eliminados gracias a la precisión de sus disparos en su respectiva torreta lateral. Pero entonces llegó el momento en el que tuvo que enfrentarse con un conductor muy hábil y un artillero con lanzacohetes, Arsinoe siempre mataba al conductor, pero se le dificultó esta vez, y encima el artillero pudo asestar un tiro en otra torreta contigua, destruyéndola y matando a su operante con el fogonazo de la explosión. Arsinoe solo se quedó pasmada al ver a su compañera muerta.
Defender el tren estaba siendo una tarea ardua, eran tantos comandos enemigos que quizás los pasajeros y las guardianas no iban a poder llegar a tiempo al refugio 4, donde serían recibidos por un perímetro defensivo con armamento pesado. Y para rematar, Vapor Python decidió hacer acto de presencia personalmente, abandonó el transporte en el que iba y cayó sobre el tren, justo detrás de Soren.
Y Soren fue víctima del factor sorpresa. Pasa que la espada de Python era capaz de lanzar discos de energía al ser agitada con fuerza, y eso hizo, agitó su arma y el disco casi cortó a Soren, pero él dobló su cuerpo hacia atrás y el aro le pasó por sobre su barbilla. Al colocarse en una postura derecha de nuevo, Python ya había avanzado con su espada al frente, Soren bloqueó y luego siguió bloqueando una serie de cuchilladas y estocadas de su oponente, al mismo tiempo que el discípulo de Samus retrocedía y Python dominaba agresivamente. Soren estaba en desventaja y debía cambiar eso, así que en el instante en el que evitó dos discos de energía, usó su rayo enganche para alcanzar la hoja de uno de los comandos muertos y así tener una ventaja, pudiendo detener un corte meteórico al interponer sus dos armas en forma de equis.
Ambos siguieron batallando así por un buen rato, perdieron la noción de lo que pasaba a su alrededor, ni Soren ni Python podían escuchar los informes de sus respectivos compañeros, era una batalla personal en la que no estaba permitida ninguna distracción. Espada contra espada, puño contra puño, ambos llegaron a perder la espada extra que habían obtenido y se quedaron con las originales que tenían, las cruzaron e hicieron un duelo de fuerza en el que nadie se dejaba someter, tanta fuerza que ambas armas echaron chispas en el punto donde chocaban. ¿Quién habría ganado? No se supo, ya que Yuriko derribó otra nave, pero esta, al desplomarse, pasó muy cerca de ambos generales enemigos y con tanta velocidad que los hizo separarse para evitar la colisión. Separados, se tomaron un breve respiro, pero pronto estuvieron listos, solo que algo llamó la atención de Python.
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Capítulo 19
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Inner Paradise. Parte III |
La expresión de alegría de Python cambió súbitamente a una de sorpresa, entonces Soren se agachó y Rowina abrió fuego, sus rondas de energía mutilaron el cuerpo de Python hasta que quedó irreconocible, sus brazos y una pierna separados de su cuerpo, 3/4 de su cabeza triturada, y en general se convirtió en una masa de carne que excretaba casi a presión sus fluidos internos, finalmente esta masa colapsó y cayó a orilla del tren, justo debajo de las ruedas. En eso, Soren y Rowina se asomaron por la orilla, y confirmaron que Vapor Python había muerto.
Fue lo mismo en la colonia y en el cráter. Múltiples cazarrecompensas llegaron a participar, pero en un giro inesperado para la Federación, ellos decidieron ayudar al MNE. De esta manera, las Fuerzas Especiales se vieron superadas, los Metroides fueron eliminados con ayuda de algunos cazadores que de alguna manera empleaban el frío como arma. Ninguno quedó con vida, y así las Fuerzas Especiales conocieron su completa destrucción; salvaron a Computer Man, quien valientemente enfrentó a un Gamma con ayuda de su gente, asaltaron la nave nodriza enemiga y la capturaron. La victoria ya estaba decidida. Los civiles se pusieron a salvo hasta que todo volviera a estar bajo control, horas después llegó un contingente del ejército del MNE para ayudar en las tareas. La destrucción fue cuantiosa, pero los colonos iban a poder salir adelante, Computer Man iba a levantarse una vez más.
Y siguieron caminando, todavía sin saber qué decirse uno al otro, aparte Rowina todavía tenía otras intenciones en mente, y finalmente decidió hacer lo que iba a hacer. Por otro lado, Soren siguió tratando de hacer ese reencuentro algo más agradable.
Rowina abrió fuego y casi le voló la cabeza a Soren, pero él pudo quitarse y vio las balas estrellarse contra el césped. Solo pudo pensar en respuesta.
Soren sufrió daños severos, su armadura iba desmaterializándose como resultado, su energía llegó a 0, pero aún podía hacer una última cosa. Soren apuntó a Rowina y disparó una esfera explosiva, su figura se perdió en la explosión y solo se alcanzó a ver cómo se cubría con sus brazos. Soren se reincorporó con esfuerzo ya sin armadura, estaba en su atuendo común que era una camiseta con símbolos Chozo (con los que activaba su Réplica) y su pantalón tipo cargo, de igual forma su prótesis craneal se revirtió a su color metálico de antes. Rowina también resultó con heridas superficiales y otras algo profundas, su chaleco de kévlar sufrió daños irreversibles y se lo tuvo que retirar, dejando expuesto su torso desnudo pero cubierto solamente con un sujetador blanquinegro, mismos colores que tenía su anterior camiseta. Rowina emergió del humo con un aire intimidante que llegó al corazón de Soren. Al final, luego de hacerse daño mutuamente y dejarse severamente heridos, ambos colapsaron sobre el suelo terregoso del barranco. Ninguno podía moverse más, solo mirarse uno al otro y esforzándose por respirar. Si no hacían algo pronto, iban a morir.
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Capítulo 20
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Eterna venganza consumada. Parte I |
Con Inner Paradise a salvo, otro general de la Federación Muerto en acción, un nuevo crucero espacial capturado, y la Sociedad de Cazarrecompensas ahora del lado del MNE, tan solo quedaba organizar otro asalto a Daiban, el último que haría desaparecer a la Federación para siempre. La alianza con la Sociedad podía hacer esto posible, ya que ahora el número de cazarrecompensas sirviendo a una sola causa aumentó exponencialmente. Pero antes, Soren y Rowina tenían algo que hacer, algo muy privado para ellos; se dirigieron a Nueva Atlantis, a un cementerio relativamente nuevo donde los caídos del MNE reposan en paz, sin embargo Soren consiguió una autorización para colocar una lápida metálica en forma cilíndrica en memoria de Sigfried Eberhard y su familia. Los nombres de ellos estaban mostrados en una pequeña pantalla en la cara frontal del cilindro, y bajo la tierra no había ningún resto de alguno de ellos al no haberse podido recuperar nada, pero al menos servía para que su memoria no se perdiera. Soren y Rowina estaban parados frente al cilindro, entristecidos.
Guardaron un minuto de silencio, ningún ruido salvo el soplo del viento y los llantos de otros visitantes que iban a realizar ofrendas a sus muertos. En las cabezas de ambos revivieron todos los recuerdos que vivieron con Sigfried, Terminado el minuto, Rowina habló.
En eso, Soren recibió un mensaje de Samus para un asunto urgente.
Planeta Daiban, capital federal. Y para la Federación, el fracaso en Inner Paradise y la muerte de Vapor Pytho, así como el cambio de alianza de la Sociedad de Cazarrecompensas, pusieron en jaque a este gobierno con casi dos siglos de historia. El Presidente Dane y sus mandos militares recibieron la notificación que les cayó como balde de agua fría, pues tras este incidente se quedaron prácticamente sin ningún poder: tan solo tenían en su haber puros soldados rasos, un diminuto puñado de Fuerzas Especiales (40 soldados exactamente), algunos escuadrones de Marines y 150 pilotos de Meka.
Y entonces sucedió, los agujeros de gusano aparecieron alrededor de todo el cerco defensivo, pero sin tener en claro quién iba a pasar por ellos, si el MNE que tenía la tecnología de Phazon, o los Piratas Espaciales que eran los maestros indiscutibles en todo lo relacionado con el mutágeno. La respuesta apareció cuando la Olimpo recibió la transmisión de una cara conocida.
Sin decir otra palabra, los encargados de los cañones de defensa sudaban en frío esperando al enemigo, pero se llevaron la última sorpresa de sus vidas cuando vieron lo que se aproximó desde uno de los portales. Uno podía esperar ver una nave nodriza clase Merodeador, como la Colossus del pasado, pero no, fue algo todavía peor: una Nave Leviatán, tan solo una, pero hecha a partir de un leviatán completamente desarrollado.
De los demás agujeros de gusano emergieron múltiples naves de tecnología pirata y de todas las clases disponibles, pero a la vanguardia iban múltiples Ídolos de Ridley, todos con piel sintética añadida para darles el aspecto del dragón original que tanto terror causa en aquellos que escuchan su nombre, ahora imagina ver cientos de ellos. Los Ídolos no eran copias perfectas, pero sí eran muy peligrosos, tanto que muchos fueron destruidos al ser alcanzados por los láseres de los cañones de defensa, sin embargo eso no detuvo su avance, pudieron acercarse al cerco y destruir algunos cañones con sus armas de plasma y lanzamisiles.
Los Stiletto salieron de los portaaviones y de los cruceros mayores a hacer lo suyo,: derribar a otros cazas enemigos y otras naves como los Destructores, y mientras tanto eran cubiertos por sus compañeros montados en los cañones Mk de los cruceros, portaaviones y fragatas Griffin, también eran apoyados por los cañones restantes; los pilotos eran los mejores a disposición de la Federación, uno de ellos era capaz de enfrentar a tres pilotos piratas promedio y salir vivo si jugaba bien sus cartas, y en un principio fue así, los operadores de los Stiletto entablaron un combate dogfight y derribaron multitudes de aeronaves Fang enemigas, pero al final el gusto les duró poco.
Hay que comentar algo. La Federación, al no tener el tiempo y los recursos para desarrollar un antiparasitario contra el parásito de Phazon que se aloja en el cerebro, tuvieron que recurrir a la segregación de la gente parasitada adentro de guetos en donde se incluía también a los infectados por el virus A-20 y los fanáticos de la Luz Eterna. Hecho esto, mantuvieron un estricto control sanitario en sus fuerzas armadas y zonas que no pertenecían a los guetos, así los brotes se volvieron poco comunes y rápidamente los problemas se solucionaban. Pero el Discípulo Mayor sabía de antemano que su arsenal de enfermedades no era infalible, que alguien podía desarrollar curas o recuperar el control, lo cual pasó con el MNE y la Federación respectivamente. Por ello es que creó un seguro ante ambos casos durante el diseño del parásito. Narog estaba consciente de que había lugares en donde tenía muchos seguidores de la Luz Eterna, esto en el caso de los mundos que sufrían una severa inestabilidad económica y social; pero en el caso de los planetas más prósperos en ambos sentidos y con una población más escéptica, era poca la gente que acudía al monje para ser sanada con sus poderes, al punto en el que había más enfermos por el A-20 que los infectados por parásitos, por ende iba a ser más fácil para las autoridades lidiar con los fanáticos en estos puntos de la galaxia. Narog tuvo en mente estos planetas prósperos al diseñar el seguro en el parásito: para evitar su detección mediante las herramientas correspondientes, el parásito de Phazon es capaz de adherirse al tálamo, se adhiere tan perfectamente que es imposible notar que sobre esta estructura cerebral se aloja un ser de Phazon, y se mantiene ahí mismo en hibernación, donde mantiene su emisión de radiación en un mínimo tal que también es imposible detectar al parásito hasta para los contadores Geiger más avanzados. En otras palabras, el parásito de Phazon puede alojarse indefinidamente hasta que Narog lo despierte mediante sus poderes, o hasta que el antiparasitario del MNE lo mate. Pero al no haber una fórmula así dentro de la medicina de la Federación, había quien tenía un parásito oculto en sus tálamos... entre ellos algunos miembros de la tripulación de toda la flota, soldados que antes seguían a la Luz Eterna pero que tuvieron el buen juicio para abandonar a esta secta tras demostrarse que ellos eran sus enemigos. Y de ellos, unos pocos padecían de enfermedades terminales que curaron al acudir con el Último Siervo, ignorantes de que en un futuro serían peones del mayor enemigo de esta historia. Fueron apenas 10 personas las que tenían un parásito en el cerebro, entre ellos una Marine que mantenía su posición en el Acceso al Ascensor junto a otros dos compañeros suyos, una marine que en un pasado reciente casi era dada de baja de las fuerzas armadas debido a una deficiencia de hierro producida por un retrovirus contraído durante una misión en un planeta puesto en cuarentena, un retrovirus que dificulta al cuerpo la absorción de hierro. El parásito, con toda la discreción del mundo, se reactivó y creció en un instante hasta extender sus apéndices sobre todo el órgano principal, y así Narog se apoderó de ella.
Con ellos muertos, Minerva apuntó a la cámara que vigilaba el lugar y de un disparo la destruyó, y el que vigilaba desde una sala de seguridad no se dio cuenta en el instante sino unos pocos segundos después, cuando en la pantalla se veía pura estática.
Los otros títeres hacían movimientos similares en las demás naves importantes, solo dos de ellos estaban en una situación complicada, uno siendo un piloto combatiendo afuera y el otro un simple operador en la sala de mando de una fragata Griffin, pero se les podía sacar provecho. Los otros ocho títeres se dirigieron a los puentes de mando de los cruceros de la armada y del ejército, teniendo como mira las estaciones de control de los cañones de defensa. Como en todos los casos la cosa fue similar, nos centraremos en Minerva por estar a bordo del más importante de todos los cruceros. Minerva cruzó la puerta y tuvo al presidente al frente en su tablero, protegido por tres soldados que custodiaban los accesos al lugar, y siendo que ella entró por una de estas puertas, el guardia en cuestión le llamó la atención.
Inmediatamente las alarmas sonaron en aquella habitación, Minerva se quitó el casco y se acercó al tablero de Dane y pulsó una combinación de botones que provocó el cierre de todos los accesos con un escudo blindado; nadie podía entrar, nadie podía salir, eran solo ella, otro marine más en la zona inferior y los soldados en sus consolas que se alteraron al escuchar el escándalo. Inexpresiva, caminó tambaleándose por los escalones hacia el piso inferior de la sala, siendo atacada por las pistolas de los marinos comunes, pero no les hizo caso hasta luego de matar al último marine presente con facilidad, y de ahí se deshizo de los demás presentes. Minerva se sentó en la consola de control del cañón, un grupo numeroso de marines se presentó en todos los accesos y estuvieron abriendo las puertas lentamente con cortadores de plasma, pero no pudieron abrirlas a tiempo.
Los ocho cañones de defensa se movieron hasta apuntarse entre ellos, un crucero tenía en la mira a otro, y este otro al que seguía, entonces se dispararon mútuamente; el láser causó daños entre el 60 y el 81%, dejando a estos cruceros al borde de la destrucción, y fue la única vez que se dispararon ya que había que esperar cierto tiempo entre cada ataque, tiempo en el que Dane pudo reincorporarse, acercarse silenciosamente a Minerva y destruir su cerebro con su espada de filo láser, la enterró y retorció múltiples veces para asegurarse de haber acabado con el parásito, ya que supo de esta cosa debido a las marcas de Phazon en la cara de la marine y en sus ojos que brillaban de azul.
Los ocho títeres murieron de diferentes maneras, eso no importa, lo que importa son los otros dos, el piloto y el operador de la Griffin "Pequod". El piloto, aprovechando la conmoción que causaron los otros ocho, pasó a ayudar a los Ídolos en su meta de destruir las naves mayores y a otros pilotos de la Federación, a la vez que el operador mató a sus compañeros, también selló los accesos y tomó control de la nave solo para estrellarla sobre un crucero del ejército que no fue afectado por los cañones. El plan de Narog funcionó, el cerco se rompió... el fin de la Federación finamente llegó. |
Capítulo 21
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Eterna venganza consumada. Parte II |
En las siguientes horas, Daiban se convirtió en un caos sin precedentes. El ataque coordinado por N-Yul fue tan feroz que los cielos se cubrieron de humo al punto de convertir el día en oscuridad, las majestuosas ciudades llenas de rascacielos se convirtieron casi todas en ruinas como si sobre ellas hubiese caído millones y millones de toneladas de bombas orbitales, y para la población no hubo tiempo de tomar acción: nadie logró salir del planeta, cualquier intento era frustrado por las naves enemigas en órbita que derribaban los transportes Lusitania cargados de pasajeros a ser evacuados; en el vacío de las estrellas solo quedaban los cadáveres flotando, aquellos que no se desintegraron. En la superficie, Narog despertó a todos los parásitos que se mantenían en hibernación, muchos estando afuera de los guetos, así el número de las fuerzas de la Luz Eterna se incrementó y solo hicieron más difíciles las cosas, encima hubo fragatas sobrevolando los guetos y soltando suministros en forma de armas e infusiones de Phazon: una droga hecha de Phazon que se inyecta en el torrente sanguíneo y que, temporalmente, anula la sensación de dolor e incrementa las capacidades físicas del sujeto al triple. Los títeres del exterior, con ayuda de escuadrones de Zebesianos, tuvieron la misión de abrir los guetos y eliminar a los militares que los mantenían custodiados, y tras una serie de rápidas batallas en las que las tropas de la Federación no pudieron hacer frente al enemigo, los guetos fueron liberados, momento en el que las Voces del Último Siervo dirigieron el mismo discurso a sus grupos de civiles que comandaban.
Mediante las Voces de Kalpamos, Narog ordenó a los fanáticos enfrentar a las autodefensas pro-Federación, milicias separadas de las fuerzas armadas regulares que respaldan al gobierno de Dane. Esta gente servía como la primera línea de defensa en todos los distritos, "los desechables", la carne de cañón, pero incluso Narog sabía que estas milicias serían un dolor de cabeza al ser gente con experiencia en el manejo de armas siendo que el servicio militar es algo obligatorio para todos los ciudadanos. En lugar de perder a sus tropas comunes contra gente insignificante pero peligrosa, decidió usar a la Luz Eterna que tenían el regalo del Phazon. La meta principal era colocar una semilla de Phazon en lo profundo del planeta, pero era necesario hacerlo en la Gran Capital, justo sobre el salón del consejo, directo en el corazón del último reducto de la Federación, la señal del triunfo final de los Piratas Espaciales sobre sus eternos enemigos, el mensaje a sus otros enemigos, Samus y el MNE, de que su dominio se volvería realidad. La tarea no iba a ser sencilla: la Gran Capital estaba fuertemente protegida hasta para los Ídolos que eran derribados por los diferentes mecanismos de defensa. Si los piratas deseaban colocar una semilla, debían deshacerse de las defensas primero, y es ahí donde radicaba el papel de la Luz Eterna. Su misión: destruir la planta de fusión nuclear que abastece a toda la capital. Con los soldados piratas distrayendo a las fuerzas regulares de la Federación, la Luz Eterna solo debía lidiar con las autodefensas. Esta gente mantenía sus posiciones defensivas en las calles, ocuparon los edificios y desde las ventanas abrían fuego contra los fanáticos, también bloquearon las avenidas con barricadas improvisadas a partir de vehículos y láminas de metal. Cerca de la central de fusión, se alzaba un conjunto de departamentos reservados para los trabajadores de la planta, y como era de esperarse, las milicias usaban estos complejos a su favor luego de ser informadas de que una movilización masiva de fanáticos se dirigía hacia allá.
Los milicianos, que se hacían llamar los "Guepardos Daibaneses", si bien no portaban una armadura de batalla la mayoría, se distinguían por tener casi los mismos atuendos, pero obligatorio era usar pantalón tipo militar con un tatuaje en el cuerpo que tenía la forma de la huella de un felino. Un grupo de los guepardos mantenía a raya a los fanáticos que se acercaban por el acceso frontal de uno de los conjuntos de departamentos, en un punto de reunión que fungía como un jardín recreativo para las familias con hijos; los seguidores de la iglesia no se echaron para atrás en ningún momento y siguieron llegando hordas de fanáticos tratando de asaltar el complejo, sin tener éxito durante los primeros minutos puesto que los Guepardos tenían la completa ventaja. O mejor dicho, los Guepardos creían que los fanáticos hacían todo lo posible por querer entrar, ¿pero eso era lo que realmente buscaban?
Rondas que no provocaban explosiones tan grandes como un misil, pero sí destruían el concreto del edificio y además alcanzaban a quienquiera que estuviera cubriéndose detrás, las víctimas terminaban con metralla incrustada tan adentro que se desangraban rápidamente, consecuencia de no portar armaduras completas. Esta torreta forzó a los Guepardos a moverse de sus posiciones, cosa que aprovecharon los otros artilleros de las Tormento para disparar a los que huían de las explosiones, llegando a sumar más de 12 muertes. Pudiendo detener los ataques de los Guepardos, una Voz de Kalpamos dio la orden a un par de camiones que se mantenían a la espera.
Los camiones eran unas de esas tolvas que se usan para transportar arena o materiales de construcción, solo que estos dos venían cargadas de otra cosa: explosivos, muchos explosivos, encima aumentados con mejoras de Phazon que no hicieron otra cosa que aumentar su poder; a estos vehículos también se les mejoró con blindaje artesanal para soportar las balas, sobre todo en los neumáticos. Gracias a las otras camionetas, no hubo quien pudiese parar a las otras tolvas que aceleraron hasta donde permitía el motor, algunos les dispararon pero los esfuerzos no sirvieron de nada, los conductores se estrellaron contra las vitrinas y, una vez arrasaron con todo a su paso hasta detenerse, detonaron los explosivos traseros. A lo lejos solo se vio una bola de fuego azul que representaba al Phazon, una bola de fuego que demolió el 90% del edificio, dejando únicamente algunas porciones altamente inestables. Esta era la meta de los fanáticos: abrirse un atajo sin necesidad de rodear y hacer enfrentamientos innecesarios, y lo hicieron. Más allá de este complejo estaba uno de los accesos a la central de energía, un lugar muy bien protegido en donde solo se sintió el retumbe de la tierra y la onda expansiva que no les hizo daño, pero sí estremeció a la gente.
Desde aquel mismo lugar, entre toda la cortina de polvo que se levantó, aparecieron múltiples fanáticos denominados como Terroristas: gente equipados con chalecos de explosivos y listos para acercarse a su objetivo y explotar con ellos; empoderados por las inyecciones de adrenalina de Phazon que los hacían correr a 50 kilómetros sobre hora. Desde niños hasta gente de la tercera edad, todos corrían en dirección a esta posición de los Guepardos mientras estos les disparaban con sus armas, teniendo en su poder una serie de torretas perimetrales de calibre 50, pero ni estas armas detenían a los suicidas. Ellos podían perder una pierna, un brazo o sufrir cualquier otra herida fatal, pero seguirían avanzando sin importar qué, después de todo ya no sentían dolor con la adrenalina.
Los suicidas treparon la barricada improvisada con saltos dignos de un atleta olímpico, unos alcanzaron a algunos Guepardos y se lanzaron contra ellos para inmovilizarlos con un abrazo, hecho esto los suicidas accionaron los explosivos de sus chalecos. Es imposible contabilizar los muertos que hubo en este atentado en ambas partes, pero sirvió para destruir la barricada y que un total de diez autobuses modificados irrumpieran en la central; además no fue solo en ese lado, en los demás acceso ocurrió lo mismo, con algunos terroristas empleando coches comunes cuando lo veían necesario. La central de fusión nuclear, un lugar distinguido por el gran generador central visible desde el exterior, que tenía el aspecto de una turbina que brillaba de azul, cayó ante los seguidores del Último Siervo. Al momento de entrar, todos ellos se inyectaron una infusión de Phazon y comenzaron su matanza: era gente completamente enloquecida por la droga que hizo hasta lo más extremo por órdenes de las Voces. Seis de los Guepardos se mantenían a cubierto detrás de unas gruesas cajas, uno tenía un lanzacohetes con los que despedazaba a los fanáticos, sobre todo a los terroristas que amenazaban con ataques suicidas, mientras que los otros usaban unas carabinas semiautomáticas basadas en el rifle de asalto estándar del ejército. El del lanzacohetes disparó contra una pickup que irrumpió en aquel almacén de materiales donde estaban y logró destruirla, pero el copiloto, completamente envuelto en llamas, siguió vivo gracias a la infusión y salió de la camioneta incendiada para luego matar al artillero al rociarle un cargador entero, con las balas atravesando todo su cuerpo y ensuciando la pared trasera con sangre y pedazos de carne. Los otros cinco fusilaron al hombre en llamas, a su vez llegó otra camioneta enemiga pero ahora con una Mega Torreta encima, y estos Guepardos no tuvieron otro remedio que retroceder a una de las bombas de enfriamiento donde luchaba otro grupo de milicianos. Pero ninguno logró salir del almacén, uno explotó por completo al caerle un rayo de la torreta, otros tres sucumbieron ante las balas que los hirió fatalmente, y al último, el que estuvo cerca de la salida, una madre le arrojó a su bebé de tres meses quien tenía una granada activa adentro de su manta, y la metralla que resultó de la granada y de los fragmentos óseos del bebé. Aunque daba igual, en las bombas de enfriamiento, un lugar con una piscina central de agua helada con bombas de absorción a los lados y andadores en las orillas, abajo y arriba, con plataformas cuadradas en los puntos medios donde los andadores se cruzaban en forma de cruz, también hubo problemas. Los Guepardos no tuvieron a dónde ir, solo conocieron su trágico final encerrados en ese edificio helado, hubo quien se quedó sin munición al asesinar a varios niños drogados, luego los restantes se abalanzaron contra él y lo hicieron tropezar por el barandal, todos ellos cayeron al agua y ahí empezaron a morderlo con tal fuerza que le provocaron heridas fatales que acabaron llevándolo a la muerte, igual que a sus atacantes al no intentar subir a la superficie pues se daban un festín con el Guepardo. Cuando la sala de bombas se convirtió en un matadero, una Voz que los dirigía les dio la siguiente instrucción:
Finalmente los fanáticos llegaron a la sala de control de la central, donde simplemente derribaron la puerta y entraron; los guardias dispararon al instante, pero no derribaron a nadie, ellos entraron y fusilaron a los Guepardos restantes. Ahora solo quedaba un último trabajo por hacer: desestabilizar el núcleo del generador, hacerlo explotar. Esto provocaría un estallido de 100 megatones que borraría del mapa una gran porción de la capital que, ha de repetirse, tiene el tamaño de una nación mediana. Pero en el proceso, fueron interrumpidos por un transporte Hygieia que llegó al rescate; la aeronave liberó bombas incendiarias contra los fanáticos en tierra pero cuidando de no darle al reactor (ya que para repararlo iba a requerir de mucho trabajo), y también se posó frente a la sala de control que se hallaba en un segundo piso con ventanas con vista al reactor. La Hygieia disparó sus torretas ventrales, asesinando a múltiples fanáticos, mientras que otros pocos se pusieron pecho en tierra al igual que la Voz que los dirigía.
Su nave, de aspecto insectoide y con los colores café y naranja como los predominantes, esquivó los rayos de plasma de la torreta dorsal de la Hygieia, inmediatamente fijó la mira sobre el transporte y disparó dos misiles que la derribaron, estrellándose sobre un montón de fanáticos que no se quitaron a tiempo, todo lo contrario, alzaron los brazos para recibir los escombros ardientes con una expresión de felicidad en sus caras.
Y así concluye una parte que cuenta la derrota final de la Federación. Los fanáticos de la Luz Eterna consiguieron desestabilizar el reactor, las alarmas resonaron en toda la central y en los complejos de departamentos aledaños, las bombas de agua comenzaron a hervir hasta evaporarse, el reactor se calentó más allá de los niveles aceptables. Y luego solo se escuchó un estruendo en toda la capital, se alzó una bola de fuego de tal magnitud que se vio en todo ese mismo distrito desde cualquier ángulo. Una explosión de 100 megatones fue lo que segó las vidas de millones de personas y combatientes irregulares en los dos bandos enfrentados. Sin la central, la Gran Capital se quedó sin energía, las torres de defensa se apagaron, y de esta manera las legiones de Piratas Espaciales pudieron aterrizar casi sin contratiempos. Ahora solo quedaba implantar la semilla justo sobre el salón del Consejo. |
Capítulo 22
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Eterna venganza consumada. Parte III |
El cielo seguía oscurecido por la contaminación de la batalla. Los piratas provocaron un desastre sin precedentes en su historial de crímenes, después de todo era la ansiada venganza contra la Federación que estaban por culminar. Los últimos soldados fieles al régimen de Dane defendieron con sus vidas todo camino que llevaba hacia el salón del consejo, sobre todo en lo que era llamada la "avenida de la justicia", que era una avenida de ocho carriles (cuatro con dirección al norte y otras cuatro con dirección al sur). Tanques T-90, Unidades B.O.X y FG II, vehículos de combate, y miles de soldados... todos llegaban por montones a tratar de reforzar la segunda línea de defensa en la avenida contra los imparables Piratas Espaciales. Los misiles y las balas volaban hacia el otro lado, matando a múltiples piratas y destruyendo sus vehículos, sin embargo estos también tenían su arsenal propio; armas potenciadas con Phazon, tanques articulados, tanques bípedos de multimisiles y múltiples unidades de IA como los de la Federación. Estas IA eran enviadas al frente como carne de cañón, los tanques insectoides podían adherirse a cualquier superficie (como los edificios cercanos) y atacar desde lo alto con sus cañones principales que atravesaban a los VCI sin problemas, y con sus torretas inferiores contra las tropas comunes y toda unidad ligera; los tanques de multimisiles, muy frágiles pero letales, se mantenían lejos bombardeando hacia el otro lado con sus cargas de Phazon capaces de destruir a los T-90 enemigos y a los robots B.O.X.
Los tanques T-90 derribaron a los frágiles tanques insectoides. al mismo tiempo que avanzaron para acabar con la infantería enemiga usando las ametralladoras coaxiales al cañón principal; estos tanques y los B.O.X actuaron agresivamente lanzando toda clase de proyectiles contra los piratas, llegando a matar a pelotones enteros que osaban en avanzar, y después aparecieron más VCI para ofrecer apoyo a la resistencia final. Por primera vez en toda la contienda, parecía que Anthony podía recuperar el control de la avenida de la justicia y del Sector Legislativo de la Gran Capital.
Sí, parecía que todo iba a ir bien para la Federación... hasta que "ella" decidió aparecerse personalmente en el campo de batalla. Anthony recibió un mensaje de otro sector, el Sector Judicial, advirtiendo de una nueva arma enemiga en el campo de batalla.
Lo que tenían frente a sus ojos era algo que nadie en sus vidas había visto jamás, un Quadraxis, pero distinto al que Samus enfrentó en el pasado: este tenía un diseño más acorde a los Piratas Espaciales, notándose en su coraza exterior de color amarillo en lugar de semitransparente y que en realidad eran piezas de Armadura Pesada; el esqueleto estaba compuesto de otras aleaciones metálicas, pero resplandecía gracias a una serie de líneas de luz azul (Phazon) que recorrían cada pieza posible; la cabeza, o su cerebro mejor dicho, era orgánico a diferencia del Quadraxis luminario, el del Quadraxis pirata estaba hecho a partir del tejido de Cerebro Madre que algunos zebesianos pudieron sacar de Zebes antes de su completa destrucción, pero que no fue el suficiente como para reconstruirla, y en su lugar se usó para crear a esta máquina. Y tal como Computer Man con el Córtex Gigas, había alguien adentro de ese cerebro y adentro de la protección pesada de color amarillo.
Una lluvia de artillería cayó sobre el Quadraxis, tanta que habría herido mortalmente hasta a Samus suponiendo que se vea incapaz de evitarlo, pero no fue así con el Quadraxis, siguió de pie y con su armadura. Esto, sin duda, perturbó a todos.
Misiles, cañones de rayos antipersona, un sistema de rayos principal capaz de disparar Phazon. Eso era el arsenal de este Quadraxis, faltándole algunas cosas como un centrifugado de ventilación o el rayo aniquilador, que de todas formas no necesitaba, porque con lo anterior le fue suficiente para poner en serios aprietos a los defensores de la avenida. N-Yul atacó con una combinación de rayos antipersona y misiles, cubriendo el extremo opuesto con fuego, humo y polvo; muchas vidas se perdieron en este ataque, y los soldados leales a Dane se sentían impotentes por ver que sus ataques no funcionaban: sus tanques explotaban, los robots autónomos eran atravesados fácilmente por los rayos antipersona por ser de alta potencia, y algunos soldados que huían terminaban muertos con múltiples agujeros en sus cuerpos. Ante este problema, Dane se comunicó con Anthony, quien se escondía tras un pedazo de muro.
Quadraxis siguió empujando y aplastando todo a su paso, detrás estaba el ejército pirata siguiendo a su lideresa y ella comandando a su máquina para que soltara robots de refuerzo, llámese garrapatas y Jolly Roger. N-Yul disfrutaba el acto de convertir en puré a los desafortunados y de destruir edificios con su cañón de Phazon, mismo que fue diseñado para vencer cualquier tipo de defensa. Pero ellos, los piratas, no sabían lo que les esperaba nada mas al cruzar el Sector Ejecutivo. El lugar se dividía en un anillo externo repleto de más rascacielos, y el interno que era todo el terreno del salón del consejo (terreno que medía 187 mil metros cuadrados, nada pequeño); era en el anillo externo donde una sorpresa aguardaba a los piratas. Algunos ocultos y otros a simple vista (sin que ellos tuvieran alguna idea de lo que eran), había múltiples esferas contenedoras de gran tamaño como las que se usaron en el ataque a Inner Paradise: eran contenedores de metroides, solo que estos contenían metroides de todas las fases ordinarias, incluyendo Zeta y Omega.
Eso eran los Escuadrones Metroid, marines impregnados con altísimas dosis de feromonas metroides para que las fases más peligrosas pudieran reconocerlos como miembros de su especie, de esta forma no eran atacados por estas criaturas definitivas sino que trabajaban en conjunto. Los Zeta eran extremadamente rápidos, podían esquivar cualquier ataque con suma facilidad y responder con ácido o chorros de fuego que destruían a los frágiles tanques piratas, de igual forma resistían los ataques de la infantería y estos soldados eran despedazados por los brutales ataques físicos de los reptiloides; los Omega eran el peso pesado, mucho más peligrosos que un Meka, eran tanques vivientes capaces de soportar casi cualquier ataque en su contra gracias a la armadura de quitina que formaban alrededor de sus núcleos, avanzaban al frente sin sufrir daño y arrasaban con todo mundo: podían derribar a los tanques bípedos de multimisiles con un par de golpes, con sus colas asestaban golpes devastadores contra los soldados a los que no sobrevivían, incineraban el terreno con sus rayos de fuego bucales, y con sus manos desgarraban vivas a sus presas y arrojaban objetos contundentes. En conjunto, los marines aprovechaban su hiperestado para combatir a otros escuadrones enemigos y tratar de derrotar al Quadraxis. En esta ocasión, los rayos probaron ser efectivos, los marines lograron destruir varias porciones de la armadura externa de la máquina, y N-Yul no podía defenderse muy bien de estos hombres debido a que tenía a metroides estándar, Alfa y Gamma distrayéndola por aire, mientras que algunos Zeta trepaban con tal de atacar las articulaciones. Hasta los hombres de Anthony estaban asombrados del poder de las fuerzas de Dane, ellos ni siquiera sabían qué hacer, nada excepto limitarse a observar cómo los "guerreros definitivos" destruían a los piratas.
Tal como Gandrayda lo dijo, sus poderes de morfotransformación eran los mejores de la galaxia, ni siquiera el joviano más hábil podía alcanzar semejante nivel, y a eso se le atribuye el poder del Phazon. Primero comenzó calentando en su forma normal, combatiendo a los marines en cuerpo a cuerpo con sus ágiles y gráciles movimientos, sus patadas causaban descargas eléctricas que aturdían a los oponentes aún teniendo blindaje, y sus discos de energía potenciados con Phazon tenían un voltaje mucho mayor con el que freía a los demás hasta dejarlos irreconocibles (aunque no se podía notar a menos que les quitaras las armaduras a los cadáveres); al mismo tiempo, ella podía esquivar casi cualquier ataque gracias a su rapidez, y era de esta forma que podía acercarse a los enemigos. Pero cuando aparecieron los metroides Zeta y Omega se vio obligada a cambiar de estrategia: primero lo intentó imitando a Rundas para poder atacarlos con hielo, y es algo que funcionó contra los especímenes estándar hasta Zeta, podía congelar sus membranas y entorpecerlos, para luego convertirse en Soren y desintegrarlos a base de misiles. Eso sí, para ella no era fácil enfrentarlos, y tan solo se complicó más cuando aparecieron los Omega, ante ellos no pudo seguir con ese método debido a las armaduras que protegen las membranas, así que pasó a usar la fuerza bruta al convertirse también en un Metroid Omega; bajo esta forma, le era posible vencer la dureza de la armadura de quitina con suma facilidad, de ahí solo tenía que encontrar la forma de destrozar el núcleo con sus garras, pero antes debía pelear usando los ataques que un Omega ofrece, y no era sencillo aún teniendo el Hiperestado de su parte. Menos lo fue cuando otros Omega se percataron de este poder de transformación de Gandrayda y decidieron atacarla en equipos. Rundas no tenía muchas complicaciones debido a su maestría con el hielo, que primeramente usó para empalar a varios marines con estacas o para aplastarlos con pesados bloques de hielo, no podía congelarlos debido a que usaban el Traje Climático pero no por eso estaba indefenso, encima teniendo su hielo potenciado con Phazon. Sobrevolaba toda la zona de conflicto arrojando témpanos y estacas, cuando múltiples metroides estándar lo rodeaban, formaba a su alrededor una tormenta de nieve para adormecerlos y de ahí atravesarlos con estacas. Entonces un Zeta lo emboscó y lo atacó por la espalda embistiéndolo, lo arrojó por el aire y, cuando cayó, Rundas recibió el impacto de un chorro de fuego que derritió su armadura de hielo, dejándolo expuesto; entonces el Zeta saltó alto y cayó sobre el cazador resurrecto, trató de rematarlo con un mordisco a su cabeza pero él se movía bruscamente y lo evitaba, hasta que finalmente se pudo quitar al metroide de encima con una patada doble, de ahí aprovechó que estaba bocarriba para congelar su membrana y destruirla con un bloque de hielo pesado. Y ante él llegó un Omega, uno al que no pudo congelar en un principio y al que tuvo que esquivarle su aliento de fuego al volar en el aire con sus habilidades, donde regeneró su armadura perdida y trabajó su mente para planear algo contra aquello, creyendo que en el aire era casi inalcanzable y que solo debía evitar los rayos de fuego; pero al igual que Gandrayda, no tomó en cuenta que los metroides pueden trabajar en equipo, y mientras por abajo era atacado con fuego, un Gamma y dos Alfa lo perseguían disparándole arcos y esferas eléctricas. Ghor era un peso pesado capaz de acabar con montones de los ectoparásitos, con el Phazon convertía su rayo de plasma en un rayo de Phazon que pocos especímenes resistían, tan solo los Zeta y Omega eran sus mayores problemas. Los Zeta se le trepaban por la espalda o por arriba, rasgando su exotraje y tratando de disolverla con ácido, pero con sus misiles se los podía quitar de encima y rematarlos con sus cuchillas, y hubo otros que hacían ataques frontales pero que Ghor repelía con sus mismas armas blancas y luego los ultimaba con rayos de Phazon. Pero sin previo aviso, llegó un Omega que lo embistió y lo hico estrellarse contra el muro de un edificio que se rompió en el acto, Ghor quedó algo aturdido pero lo suficientemente lúcido como para bloquear con sus brazos un chorro de fuego, luego respondió con un láser de Phazon que aturdió momentáneamente al Omega, cosa que Ghor aprovechó para acercarse y tratar de romper la armadura de quitina con sus brazos. Sin embargo, este Omega le asestó un gancho superior con su garra derecha justo en el CPU del cazarrecompensas, y de ahí procedió a seguir atacando con una combinación de desgarres, mordiscos y chorros de fuego. Ni N-Yul ni los cazarrecompensas iban a poder vencer a los Escuadrones Metroid, iban a necesitar una ayuda extra que por fin recibirían al momento en el que cierto informante le reveló una escabrosa noticia al presidente.
Y por otro lado, Narog se sintió satisfecho por el trabajo de sus fieles y de Weavel que los ayudó con su tarea, entonces se comunicó con N-Yul para darle las buenas nuevas.
Esta colosal roca de Phazon convertida en nave liberó numerosas piedras de gran tamaño que refulgían en azul y que parecían tener un rumbo fijo, o quizás tenían consciencia propia, pues podían alterar el rumbo de su caída para tener el Sector Ejecutivo como su mira. Y no solo eso, pudieron desacelerar su velocidad de caída para evitar ser destruidos en el impacto, estas piedras cayeron sobre las torres, entre ellas, en las calles, y en donde sea, conservándose enteras. Cada piedra contenía un incalculable número de Metroides de Phazon y Metroides Saltones, junto a dos Matrices que salieron a combatir a sus congéneres pura sangre. Fue la primera vez en toda la historia que se veía un enfrentamiento entre Metroides, algo que jamás había sucedido ni en entornos controlados.
Los metroides estándar y Alfa cargaron contra sus contrapartes de Phazon, solo para atravesarlos sin hacerles daño puesto que los contrarios se intangibilizaron al momento, entonces estos cargaron energía y atacaron a los estándar con rayos de Phazon que los hicieron explotar en partículas, pero otros también usaban su ataque de absorción de energía para adherirse a los metroides ordinarios y succionarles todo hasta convertirlos en momias. Sin embargo, estos especímenes de Phazon seguían siendo más débiles que los pura sangre, hablando de las fases evolucionadas: los Saltones debían atacar en masa para poder hacerle frente a un solo Gamma, se les trepaban por todas partes y empleaban ataques de Phazon para someterlos, pero los Gamma simplemente debían elevarse en el aire, sacudirse para quitárselos y de ahí arrojar descargas eléctricas hasta reventarlos en pedazos; por este motivo, las Matrices apoyaban a sus hermanos terrestres al usar sus tentáculos para inmovilizar a los Gamma, y para asegurarse de no ser atacadas mientras hacían esto, liberaban a algunos metroides de Phazon como método de defensa. Y bueno, esto ya te lo imaginarás, ha estado sucediendo durante toda esta narración, pero los Zeta y Omega seguían siendo un problema hasta para las variantes tallonianas mutadas, porque contra ambas variantes no existía una contraparte adecuada para enfrentarlas... nada excepto un metroide sumamente mutado, uno con el tamaño y fuerza adecuado.
Con esta acción, fue que las piedras que cayeron del cielo se resquebrajaron hasta romperse, liberando a las criaturas que contenían en el interior: los Metroid Prime. Una serie de metroides tallonianos mutados al extremo, capaces de generar armamento balístico y de rayos de manera biológica, con un tamaño y fuerza temibles, poseedores de un poder tan extremo que podían rivalizar a los de una reina ordinaria.
Los Metroid Prime demostraron ser los especímenes superiores. Atacaron a los Omega y estos trataron de defenderse por todos los medios, pero ni sus poderosas garras ni el fuego sirvieron contra la gruesa coraza de los Prime, y en cambio ellos podían disparar hielo de sus bocas en forma de un rayo, solo que antes rompían las corazas de quitina con golpes físicos de sus patas, o con misiles biológicos. Y no se diga con los Zeta, si sus hermanos evolucionados no podían hacer algo, menos ellos, era como si un perro de caza le hiciera frente a un león. Ya no se pudo hacer nada, con la llegada de los Metroid Prime se decidió el ganador de la batalla. Los Escuadrones Metroid eran diezmados con rapidez, y aunque Anthony decidió enviar a sus hombres para ayudar de nada sirvió, solo los envió al matadero. Y este general, desesperado, ya no supo qué hacer, nada excepto esperar una nueva indicación de su superior, quien aunque no lo parecía, también perdió toda esperanza.
El presidente solo observaba la matanza, con Rundas empalando soldados usando su hielo, Ghor triturando e incinerando todo a su paso, Gandrayda electrocutando a morir a todo mundo con una expresión de placer en su cara, los metroides tallonianos mutados siguiendo en su pelea con los otros metroides. Pero sobre todo, los piratas espaciales incrementaron sus números y avanzaron como marabuntas hacia el círculo interno del sector, se comían la carne de los hombres y mujeres, arrancaban sus órganos y se daban un festín con su sangre. Los tanques de la Federación siendo destruidos, algunas naves de apoyo perdiendo el control hasta estrellarse, era el fin.
Al momento en el que los Piratas Espaciales invadieron el círculo interno, Dane avanzó con espada en mano y lo mismo hicieron las últimas FP, chocaron contra el enemigo y a todos los mutilaron hasta la muerte, lo hicieron con suma crueldad que estos soldados terminaban bañados en sangre y vísceras alienígenas, después de todo ya no tenían nada que perder, solo quedaba hacer que estos invasores sintieran el mayor miedo de sus vidas.
La Federación quedó en la historia a partir de ese día, y Daiban fue implantado con otro leviatán. La cosechadora arribó al lugar bajo la escolta de Weavel, derrumbó el salón del consejo con su láser de alta frecuencia y siguió cavando hasta alcanzar una profundidad óptima para la nueva cría. Un beligerante menos para Samus y Narog, ahora el problema iba a ser únicamente entre ellos dos, el destino de la galaxia recaía nuevamente en Samus Aran. |
El Mancomunado y los Piratas Espaciales[]
Capítulo 23
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Trabajo en Noxnuit |
Los Piratas Espaciales transmitieron a toda la galaxia su victoria sobre sus más odiados enemigos, mostraban imágenes de diferentes situaciones: panorámicas de los distritos del planeta Daiban cubiertos por el humo de las batallas, prisioneros de guerra siendo ejecutados frente a muros que quedaban manchados de sangre, ejecuciones sumarias de civiles a manos de Zebesianos que cortaban cabezas con sus pinzas, los Urtraghianos comiéndose a los más débiles como niños y piratas que en algún punto de la batalla se acobardaron y huyeron, las naves del clan Tusk descendiendo al planeta y desfilando sus naves sobre las ciudades; otros desfiles eran terrestres y las tropas se paseaban en las calles junto a sus vehículos de tierra, pero un tanque pirata llamaba la atención porque en la parte de arriba había cuatro estacas ancladas al blindaje y con cabezas enterradas en ellas, una de ellas siendo la de Castor Dane y las otras de algunos otros oficiales militares. Pero lo más impactante fue un mensaje dado por el mismo Narog pero haciéndose pasar como Kalpamos. Antes de revelar su mensaje, hay que aclarar algo. Kalpamos estaba muerto, desde el día en que Weavel y la gente parasitada atacaron Nueva Atlantis, sin embargo su cuerpo nunca se encontró, tampoco su báculo. Lo que sucedió fue que Narog finalmente tomó posesión total del cuerpo de Kalpamos, sanó la herida mortal que llevó al monje a la muerte, y el Discípulo Mayor regresó a la vida completamente; pero eso no fue todo, modificó el cuerpo de Kalpamos a nivel tanto genético como físico, de este modo tomó la forma de un Urtraghiano, o mejor dicho, la forma que Narog tenía antes de perder su cuerpo original en Phaaze. Lo que lo diferenciaba de otros miembros de su especie eran sus colores, él era de color gris claro con trazos azules. Dicho esto, Narog reveló por primera vez su cara ante las cámaras, se quitó la capucha y todos los fieles a la Luz Eterna, a lo largo y ancho de la galaxia, gritaban en alto el nombre de Kalpamos, creyendo que él era su querido monje sanador.
Y ese fue su mensaje, algo tan motivador para los fanáticos que finalmente encontraron la fortaleza que necesitaban para levantarse en armas. Toda esta situación preocupó a Samus y a sus subordinados, incluyendo a Soren y a Rowina, todos ellos presentes en el cuartel de la Tierra de una forma u otra, excepto por PE-10, quien no suele asistir a estas reuniones aún estando completamente sano.
Esto era lo que sucedía en Noxnuit. El gobierno arregló un trato con los Piratas Espaciales, consistiendo en la implantación de un leviatán a cambio de que se permitiera establecer un puerto espacial terrestre. Los Piratas Espaciales tienen agujeros de gusano para desplazarse en un instante, pero usar este método consume una cantidad desorbitante de combustible a las naves capaces de abrir los agujeros, por lo que muchas veces prefieren viajar convencionalmente y usar los agujeros únicamente para el combate; dicho esto, Noxnuit se encuentra en un punto clave entre los territorios enemigos, por lo que el puerto tenía la meta de repostar las naves piratas con combustible de Phazon. Y para ahorrar personal, el puerto no estaba vigilado por piratas, en su lugar se usaba personal Nocturno para la vigilancia de las instalaciones. El puerto estaba construido al 45% pero ya podía operar y estaba siendo usado constantemente por las fuerzas piratas.
El puerto espacial estaba ubicado en una barranca con un río casi seco en el fondo, a diez kilómetros de la Ciudad Negra que no era la capital del mundo, pero sí una metrópoli. Su característica principal es que posee un ducto de Phazon con el que se puede abastecer a todas las naves que aterricen allí, un ducto conectado a la semilla implantada que ya empezaba a producir veneno por todas partes. Samus debía hacer dos cosas: buscar la sala de archivos y extraer los registros de todas las naves que han entrado y salido del puerto, para así poder ubicar otras bases ocultas de los Piratas Espaciales; y su otro objetivo, el más importante, destruir el puerto usando el ducto a su favor. Otro detalle a considerar era el encargado de dirigir las operaciones del puerto: Eusqa Amnor, un reconocido oficial de los Nocturnos; eliminarlo no estaba dentro de los planes, a menos que supusiera ser una amenaza.
Pero al abrir la puerta, Alexa apareció del otro lado de ella, llevaba cargando entre sus brazos algunos folios que llevaba para la reunión respecto al asunto que Samus les solicitó. Y Alexa cargaba con estos documentos por indicaciones también de Samus.
Un uniforme consistiendo en una camisa blanca con corbata roja; encima de esto un saco negro con botones dorados, el nombre de Alexa bordado a la derecha del pecho, un bolsillo del lado izquierdo con borde rojo, y otros bolsillos más en los costados, además de otro bordado en la manga izquierda donde venía su rango representado por un cáliz, siendo el de un soldado común; bajo el tronco del cuerpo una minifalda también negra con más botones dorados, sus piernas cubiertas por largas medias blancas, y usaba zapatos igualmente negros pero con suela roja y con tacones no muy altos, como de cinco centímetros; su peinado seguía siendo el mismo, y como arma personal portaba su mismo revólver en una funda atada a la cadera.
En tanto, Samus se dirigió a una nave estacionada en el cuartel, una nave clase Cazadora que mandó a construir basándose en el diseño de su antigua nave, la misma que ha usado gran parte de su vida y que perdió tras ser infectada con el Parásito X. Con ella partió hacia Noxnuit, esta vez sin la compañía de su Orden Metroid, ya que estaba en Ángiran F entrenando con los nuevos miembros que reemplazarían a los guerreros caídos en combates previos. En otras palabras, Samus iba a hacer un trabajo justo como en los viejos tiempos. Luego de un viaje corto, Samus llegó a Noxnuit y entró sin que ningún radar pudiera detectar a la Cazadora gracias a sus eficiente sistema de contramedidas electrónicas. Ahí estaba la Ciudad Negra, una metrópoli sumida en la oscuridad y cuyos edificios emitían luces de color verde grisáceo, los ciudadanos transitaban cubiertos con escafandras cuyos ojos también relucían con un brillo verde grisáceo; otros iban en sus vehículos que eran de tierra pero también podían convertirse en transportes aéreos aunque solo en algunas zonas de la gigantesca urbe. Desde afuera nadie podía ver el verdadero aspecto de esta gente, sin embargo todos conocían a Gorgon y lo recordaban con su piel roja, protuberancias sobre su cabeza y forma humanoide, así que era seguro que su gente debía tener un aspecto parecido bajo esas escafandras. ¿Lugares de interés? La torre de cristal, un rascacielos cuyo exterior se compone de cristales que reflejan las luces de su interior; los locales están acostumbrados a él, pero se dice que alguien de fuera queda hipnotizado ante dichas luces. Por otro lado está el cementerio, una zona obviamente dedicada al entierro de difuntos, tarea a cargo de los Enterradores que trabajan con palas y dispositivos anclados a la muñeca izquierda. Y por último está la planta purificadora de CO2, un complejo parecido a una refinería de petróleo, pero con una estructura gigante en forma de dodecaedro que procesa el dióxido de carbono en la atmósfera para producir oxígeno, esto debido a la ausencia de plantas y algas producto de la extrema industrialización que asesinó a la madre naturaleza del planeta. Los Nocturnos han estado acostumbrado a este ambiente contaminado y lúgubre desde hace generaciones, por ello es que se les conoce por ser gente fría casi carente de emociones. Sin duda no es un lugar recomendado para mudarse, pues no habrá gente amistosa y siempre vivirás en la oscuridad, puede que incluso termines orillado a una severa depresión debido a la ausencia de color y de entornos naturales. Samus sobrevoló esta ciudad por un momento, pasó entre los vehículos voladores, los edificios y el cementerio, donde los enterradores se percataron de su presencia y miraron al cielo, pues sobre este lugar estaba prohibido el vuelo; sin embargo, nuevamente, nadie la pudo detectar con radares, solo asó es como pudo acercarse a la barranca donde se erigía el puerto espacial, y buscó un punto de aterrizaje cercano. Al encontrarlo, abandonó la nave, caminó algunos metros hasta encontrar una orilla donde podía ver la base con toda claridad.
Encontró los hangares pequeños que se adentraban hacia el fondo de la roca, diseñados para las naves de menor tamaño; el espacio entre ambas caras que daban forma a la barranca era lo suficientemente amplio como para que pudieran entrar dos naves de tamaño mediano, como fragatas de transporte; en la superficie se erigía la torre de control, unas barracas y un perímetro de defensa tierra-aire que consistía en cañones automáticos colocados en puntos estratégicos de la base.
Aterrizó frente a un NTA en mantenimiento y en medio del personal nocturno, pero si nadie la vio fue porque rápidamente ralentizó el entorno y se dirigió a un ascensor cercano, entró y este subió sin haber pulsado un solo botón, siendo señal de que alguien más lo llamó desde el piso superior. Por lo tanto, Samus abrió la rejilla superior y se colocó arriba del cubículo, esperó hasta que se detuvo y pudo ver cómo un guardia entró; tan pronto como él entró, Samus lo dejó inconsciente con un manotazo de su mano izquierda dado en su nuca, de ahí volvió a subir para darle una patada al mecanismo de cuerdas que dejaría atascado el cubículo. Lo hizo sabiendo que a su izquierda había un conducto de ventilación por donde podía entrar convertida en bola, un conducto que de acuerdo con los planos ofrecidos por la espía de Gorgon, llevaba al pozo de combustible, ubicado en lo más bajo de la base. Pasó por los estrechos conductos siempre en descenso hasta topar con una sala de mantenimiento de servidores, aquí voló la rejilla protectora con una bomba, bajó a la sala y no encontró a ningún hostil, así que abrió la puerta y se halló en un lugar algo laberíntico, consistiendo en estrechos pasillos llenos de tuberías y vapor emanado de las misas, y al lado de estas tuberías de agua estaban aquellas que transportaban el combustible de Phazon hacia los hangares. Pero uno de los guardias pasaba por ahí y vio a Samus.
Los soldados llevaban también escafandras protectoras, solo que de color cromado y con petos protectores. Sus armas eran subfusiles de fabricación nocturna, pero no eran nada contra la coraza de Samus, ellos abrieron fuego y sus balas, con fogonazo de color violeta, solamente rebotaron y dieron a parar contra las frágiles tuberías que expulsaron más vapor y formaron una cortina que cubrieron a Samus. Ellos no dejaron de apretar el gatillo, pero acabaron muriendo ante una serie de rayos provocados por la multirráfaga de Samus, y ya libre por el momento siguió los ductos de combustible para encontrar el pozo. En el camino siguió matando más guardias lo más rápido posible, para que ninguno pudiera accionar las alarmas o informar a alguien de lo que ocurría. Finalmente llegó a una puerta rectangular y metálica, de apertura horizontal y pesada por su lentitud al abrir, al otro lado estaba lo que buscaba: un almacén recubierto en hormigón, con extractores metálicos triangulares interconectados al centro mediante gruesos tubos que se dirigían en lo profundo bajo tierra, y encima de los extractores estaban los ductos que recorrían toda la base hacia los hangares para reabastecimiento.
Diez minutos era todo lo que necesitaba, así que regresó por donde vino y se dirigió al segundo piso subterráneo, llegó a otra rejilla y la voló en pedazos, encontrándose en una armería vigilada por dos guardias que escucharon la detonación y se dirigieron a investigar, pero Samus los recibió con un rayo a cada uno antes de que pudieran responder. Ralentizó el tiempo, salió de la armería y corriendo lo más rápido posible se dirigió a la sala de archivos, viendo en el camino que había equipos de construcción taladrando la roca madre para seguir expandiendo el complejo. Nadie la vio llegar y, una vez adentro de la sala, asesinó a los presentes y destruyó la cámara de seguridad en el interior. La sala era pequeña, de 10 x 10 metros, habiendo alrededor múltiples objetos prismáticos rectangulares de 1.7 metros de alto x 40 centímetros de ancho x 1 metro de largo, mismos que contenían numerosos discos duros; estos objetos eran los registros que Samus buscaba, y podía acceder a ellos mediante el terminal ubicado frente a la puerta, que básicamente era un pedestal que emitía una pantalla blanca. Con su Visor de Escaneo descargó toda la información que automáticamente se envió al Cuartel General, pero al hacerlo activó también las alarmas de todo el complejo
En su huída hacia la superficie, se topó con numerosos guardias decididos en eliminar a la amenaza que se adentró en sus instalaciones, también descubrió que los Piratas Espaciales cedieron algunas de sus Garrapatas como refuerzo, pero aún así de nada sirvió; Samus pasó entre todo el mundo como un camión que atropella a una multitud de manifestantes en una protesta masiva, dejando atrás de ella un rastro de cadáveres y destrucción. Finalmente alcanzó un ascensor de carga que la llevaría hacia arriba, un ascensor hidráulico que tardaría cerca de dos minutos en subir hasta donde se podía, y aunque sabía que al llegar sería interceptada, le daba completamente igual, iba con la certeza de que los liquidaría a todos. Lo que no esperaba es que iba a ser atacada en ese mismo ascensor.
Samus se movió y evitó una puñalada por parte de alguien invisible, solo que no era un único enemigo, eran al menos cinco de ellos, todos en ese mismo ascensor con un tipo de camuflaje óptico que Samus pudo ignorar gracias a un visor de Rayos X suyo. Todos estaban usando un arma blanca que ella esquivó o repelió con éxito, al final quedando en medio de ellos con los otros rodeándola.
Y tal como lo estimó, en lo alto se encontró con múltiples soldados apuntándole, también lo hacían los cañones de defensa de la base. Teniendo la confianza de que Samus no podía escapar, un vocero con un altavoz le explicó su situación.
Cuando esto sucedía, Samus aprovechó la conmoción para escapar volando en su Salto Espacial de regreso a su nave, donde partió de regreso a la Tierra, con la confianza de que su trabajo eliminaría toda evidencia de que ella pisó Noxnuit, logrando evitar una enemistad con esta gente. La destrucción de este puerto en construcción iba a ser beneficioso y compraría algo de tiempo al MNE, sobre todo para analizar los datos de navegación recabados en la sala de archivos. Lo que se encontró en ellos sirvió para localizar un mundo en manos enemigas que permanecía en calidad de desconocido, un mundo tan importante que motivaría al MNE a organizar un asalto que debía estar muy bien planeado para evitar todas las bajas posibles, y así debilitar a las fuerzas de Narog considerablemente. |
Capítulo 24
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Lervan |
Los datos telemétricos delataron la existencia de tres fortalezas enemigas ubicadas en las regiones exteriores de la galaxia, planetas no descubiertos que afortunadamente no contaban con civilizaciones que ellos pudieran haber exterminado antes de asentarse. Un mundo volcánico en manos de los Zebesianos, en donde se construyó una fábrica de Ídolos; otro era un gigante gaseoso con un anillo de asteroides, la base de los Tusk en donde tenían diez fragatas al estilo de la Orpheon que, juntas y unidas mediante umbilicales y puentes, podían soportar los intensos vientos, asimismo esto formaba una sólida defensa contra cualquier enemigo; y por último, un mundo biodiverso pero con un depredador ápice que por desgracia estaba del lado del enemigo: los KiHunters. Lervan, Centauri y Hornet I eran sus respectivos nombres. Pero hacía falta más información, así que a cada planeta se envió a un escuadrón de reconocimiento para estimar el número de fuerzas en cada fortaleza. Solo Centauri contaba con una flota de defensa, era lo bueno, pero lo interesante vino cuando los minisatélites espía entraron a los planetas a observar las fortalezas. Ambos tenían en común que contaban con torres de defensa aeroespacial, y que se estaban construyendo unos escudos de defensa que impedirían cualquier tipo de asalto a gran escala; la diferencia, además de los distintos clanes, fue lo que se avistó en cada mundo: a Ghor en Lervan inspeccionando un generador de defensa pero sin su armadura de batalla, y a Rundas sobrevolando el cielo de Hornet I observando los trabajos de reforzamiento para el nido de vespuloides. Esto indicaba que Gandrayda podía encontrarse en las fragatas unidas de Centauri, pero no se pudo comprobar, quizás porque caminaba entre sus tropas disfrazada de ellos; además, Centauri era el único careciente de torres de defensa y un escudo en construcción, quizás debido a que no había donde colocarlas, siendo cosas reemplazadas por una flota Tusk en órbita. Si estos resurrectos estaban a cargo de tales planetas, significaba que eran muy importantes para la milicia pirata, y no era para menos, hablamos de una fábrica de Ídolos y de un mundo hogar de una facción pirata, pero no se sabía con certeza lo que se hacía en las fragatas de Centauri. Estaba más que decidido: antes de avanzar a Permalux, había que deshacerse de esas fortalezas que supondrían un peligro para el MNE, y más en ese momento que los escudos de defensa todavía seguían en construcción. Se determinó que lo mejor era atacar simultáneamente estos lugares, y no era todo, los cazarrecompensas del trío elemental se enteraron de la situación e insistieron en participar en estas misiones, decididos a vengarse de su humillante derrota en Venreo. Desconocían las capacidades de los resurrectos, pero ahora con la información pertinente a su alcance, sabían lo que debían hacer. Lervan es el primer planeta en esta historia. No era descabellado pensar que los Zebesianos harían uso de algunos Ídolos para frenar cualquier intento de invasión, por lo tanto se enviaron a las fuerzas de PE-10 para este trabajo y con el apoyo de Firebrand, quien además ya tenía experiencia luego de haber derrotado a uno junto con Vaporwave. El cometa se acercó al planeta que brillaba en la oscuridad desde su polo sur gracias al supervolcán que no paraba de arrojar magma hacia la superficie.
Al tiempo en el que los Ídolos seguían adelante, los Cibernéticos, la mayoría de ellos, abandonaron el asteroide y chocaron con los dragones mecánicos. Una vez más se demostró el increíble poder de estas personas modificadas, en especial porque Narpas se tomó un rato libre en ofrecerles nuevas mejoras a sus cuerpos biomecánicos que no hizo otra cosa que mejorarlos todavía más; eran más los dragones destruidos que los Cibernéticos que caían, las armas de los piratas seguían siendo ineficaces en contra de ellos. PE-10 fue el que más destacó de todos ellos, probó sus nuevas mejoras y fue tal como Narpas lo dijo, PE-10 se convirtió en un volador excelente, también iba derribando a todo Ídolo frente a él gracias a su poder aumentado. Él recibía los rayos de fuego, los misiles y coletazos de los robots, pero no hacían otra cosa que lacerar su piel sintética sin ir más allá, no tenían la fortaleza para acabar con alguien como él.
Alrededor de 300 cibernéticos al lado de Firebrand se adentraron a Lervan, pudiendo soportar el calor gracias a las modificaciones que se hicieron previamente. Los cañones de la fábrica de mediano alcance se activaron en cuanto esta raza fue detectada, pero solo derribaron a unos cuantos de ellos y ni siquiera los mataron, solo los hirieron e hicieron perderles el control de su sistema de vuelo; los cibernéticos de artillería pesada usaron sus armas internas para eliminar esas torres, y así todos entraron a la base, que vista desde el exterior parecía ser un cono sin pico, rodeado de estructuras puntiagudas como si una mano estuviera agarrando ese cono desde su base, y alrededor de la base había ríos de lava que desembocaban en un mar de fuego a lo lejos. Adentro y afuera, los Cibernéticos rodearon todo el complejo, y naturalmente los Zebesianos salieron a pelear contra ellos en compañía de sus tanques insectoides. Claro, la comparación era como un perro de raza pequeña enfrentando a un perro de raza grande, los Zebesianos se esforzaban y tenían el Hiperestado de su lado, algo que habría sido letal contra otro tipo de infantería regular, pero no contra esta especie modificada por uno de los más brillantes científicos en la galaxia. Ahí estaba PE-18, con su velocidad siendo demasiado para los reflejos de reacción de sus enemigos, pasaba entre ellos como una serpiente persiguiendo a su presa, despedazándolos y moliendo sus entrañas con sus taladros, esquivando las balas de un tanque insecto y su cañón principal, donde terminó dando un salto para aterrizar sobre el blindado y atravesar el blindaje, matando directamente al piloto. PE-17, como era usual, atacaba desde el aire con sus bobinas eléctricas, solo que ahora tuvo la oportunidad de conocer a los temidos Piratas Voladores, aquellos soldados especializados en el combate aéreo gracias a sus propulsores que les otorga maniobrabilidad y un decente poder de fuego; estos piratas fueron tras PE-17 y lo atacaron con misiles guiados y rayos de energía, él se giraba mientras seguía impulsándose y derribaba los elementos balísticos, a veces recibiendo daño de los rayos que de todas formas no era nada para preocuparse; fue cuando 17 realizó algunas maniobras que le permitieron posicionarse detrás de ellos, para finalmente derribarlos al pasarles corriente. Adentro de la base se encargaban PE-10 y Firebrand, el primero buscando provocar la autodestrucción del complejo y el otro buscando a su enemigo jurado: Ghor. PE-10 estaba en una especie de cuarto de Ídolos, donde los modelos terminados eran alojados para luego ser enviados a los frentes de batalla, eran 6 largos pasillos en total con los robots acomodados a los costados en hileras perfectamente rectas, obviamente todas las unidades estaban desactivadas y, al final de los pasillos, una sección hexagonal a cielo abierto, siendo donde los Ídolos eran activados para salir por el agujero superior directo hacia la flota que va a recogerlos; entre los mecanismos de defensa y los refuerzos Zebesianos de coloración amarilla (uno de los tipos de zebesianos más fuertes) se hizo todo lo posible por detener al gran cibernético, y parecía que lo habían derrotado cuando lo arrinconaron contra un Ídolo y le dispararon a quemarropa con sus rayos potenciados con Phazon, le dispararon tantas veces que el Ídolo detrás de PE-10 se desarmó, explotó y se consumió entre las llamas. Cuando esto sucedió, dejaron de disparar, pero entonces de entre el fuego salió despedido a gran velocidad una pieza punzocortante del Ídolo que se incrustó en el entrecejo de un Zebesiano, quien sufrió algunos espasmos antes de caer muerto. Y de ahí emergió él, intimidante, sin ningún daño visible excepto por su piel sintética dañada severamente.
Firebrand se hallaba en la productora de Ídolos, habiendo hornos, brazos mecánicos, grúas, pistones y mucha maquinaria industrial en funcionamiento, todo teniendo una tarea específica en la construcción de una de estas unidades voladoras. Los piratas lo atacaban, y aunque su defensa era inferior a la de PE-10, Firebrand aguantaba a la perfección y no paraba de avanzar sin inmutarse ni un poco. Con su enorme mandoble partía en mitades a sus enemigos y sus restos se encendían en llamas, a los obstáculos al frente solo le bastaba con quitarlos con su misma arma, a otro escuadrón lo acabó cuando pasó bajo una caldera de metal fundido y el espadachín derramó el metal al cortar uno de los sujetadores con discos ígneos que sacó al blandir su arma. En poco tiempo no quedó nadie con vida en esa productora, y habiendo recorrido media base no encontraba a Ghor... pero no iba a tardar.
Ghor atacó primero con un láser de Phazon que Firebrand bloqueó al interponer su arma, posteriormente un objeto brotó de su muslo izquierdo y dio a parar a su mano izquierda, era como un disco metálico con un botón en el centro que oprimió e inmediatamente le arrojó el disco al espadachín. Este objeto era una granada personalizada de Phazon que cubrió a Firebrand en una explosión y humo con partículas de Phazon, pero hacía falta más para matarlo, demostrado cuando él salió bruscamente del humo en dirección a Ghor y lo laceró en su placa pectoral. Ghor fue empujado varios metros atrás hasta chocar con un pilar, se llevó la mano a la herida y luego la miró, encontrando que fue profunda, pero al ser una máquina y tener regeneración de Phazon no se preocupó tanto.
Era la armadura de Ghor, que fue reparada luego de los sucesos de Daiban. El cazarrecompensas se dirigió rápidamente hacia ella y se subió, lo cual provocó un cambio en su personalidad a una más violenta, como ya era usual.
Ghor se impulsó y chocó contra la hoja de Firebrand, arrastrándolo algunos metros atrás, de ahí siguió avanzando y atacando con sus brazos con tal fuerza que superó a Fuego Zafiro, rompió su defensa y le disparó más Phazon que lo acabó arrojando contra unos pistones, seguidamente lo fulminó con una ronda de misiles que acabó por destruir gran parte de la maquinaria presente, activando así el protocolo de emergencia que detuvo toda la producción.
Y así, Firebrand encendió un rastro de aceite en el suelo al sacar una chispa con la fricción de su espada, el rastro continuó hasta Ghor hasta envolverlo en llamas, y para su sorpresa estaba sufriendo daño continuo que no debía recibir, no con al estar compuesto de Phazon en gran parte.
Ghor activó un campo de fuerza rojo, luego colocó sus cuchillas en el suelo e hizo girar su cuerpo como un remolino que fue arrasando con todo a su paso, de esta forma fue como extinguió el fuego sobre él y pretendió triturar a Firebrand, pero él se las arregló para esquivarlo y reflejar las cuchillas con su espada, solo que la cosa no terminó ahí, sino que Ghor atacó con más misiles que algunos se estrellaron contra la maquinaria, otros los cortó Firebrand y se cebaron, es decir que no hicieron detonación. Fuego Zafiro contraatacó arrojando medias lunas de fuego de Phazon, algunas destruyeron piezas de la armadura del enemigo, pero este evitó las demás al propulsarse en el aire y caer cerca de Firebrand, quien no conocía este ataque y no tomó en cuenta la onda expansiva que produce, cosa que le hizo más daño todavía. Aunque faltaba más para dejarlo fuera de combate, ya que Firebrand arrojó su espada con tal puntería que se enterró en la junta del brazo izquierdo de la armadura de su oponente, de ahí corrió hacia él, tomó la espada desde la empuñadura y la desencajó, instante en el que ese mismo brazo dañado apartó al espadachín y al mismo tiempo provocó una fisura diagonal en el peto. Ahora quedaron frente a frente, ambos con daños que variaban de intensidad, pero no había duda de que iban parejos.
En tanto, PE-10 provocó tal desastre por su lado que casi todos los Ídolos terminados fueron destruidos. Procedió a marcharse hacia la sala de control donde debía activar el protocolo de autodestrucción, pero al dar media vuelta escuchó un sonido detrás de él, así que se giró y vio la plataforma central abierta, es decir el suelo metálico ubicado debajo del agujero a cielo abierto; era un pozo de lava que resplandecía y se podía ver su onda de calor a simple vista, pero lo que emergió del fondo fue otra cosa. Hubo uno como este en Tallon IV, un Thardus, pero este se originó en un entorno volcánico, y más allá no había mucha diferencia.
Thardus arrojó las rocas candentes que PE-10 destruyó con facilidad, seguidamente aquel montón de piedras se compactó y comenzó a rodar tratando de aplastar al cibernético. Lógicamente PE-10 emprendió vuelo, pero no contó con que este Thardus tenía un núcleo central de magma que mantenía su temperatura, y por una serie de fisuras sobre la bola rocosa expulsó pequeños chorros candentes con la velocidad de una bala de grueso calibre; afortunadamente poco le hacían a PE-10, y él atacó al Thardus con misiles que rompieron muchos segmentos, revelando el mineral de Phazon debajo. Thardus volvió a la normalidad, y esta versión podía hacer algo que el otro Thardus de hielo no: recuperar el recubrimiento rocoso con otros materiales. Como un magneto, Thardus arrastró varios restos de los Ídolos y con eso se protegió los minerales expuestos, convirtiéndolo en un ser casi metálico. Lo que es peor, al arrastrar estas piezas se volvió capaz de usar las armas de los Ídolos, como los ojos láser que aparecían alrededor de todo su hombro derecho, o los lanzamisiles que invadían todo su brazo izquierdo. Fueron tantos proyectiles que PE-10 sufrió el impacto de varios de ellos y se desplomó contra otros restos dracónicos, pero lejos de ser derrotado salió de entre la chatarra, solo para encontrarse a Thardus al frente y con cuatro lanzallamas saliendo de su pecho, que encima estaba potenciado por la energía geotérmica y de Phazon del núcleo interno de la criatura. Un torrente de fuego bañó a PE-10, y esta vez la intensidad de las llamas pudo afectar su exoesqueleto ultrarresistente, por lo tanto él apartó a su oponente al dispararle múltiples flechas hacia los cañones, destruyendo uno y exponiendo un poco su núcleo central.
Thardus se volvió más agresivo y arrojó una combinación de bolas de fuego desde su pecho, láseres del hombro y misiles del brazo. PE-10 sabía que no podía esquivar todos los ataques, pero al menos sí la mayoría usando sus propias armas y maniobras, y aunque terminó con algunas placas y circuitería dañada, pudo salir con la integridad necesaria para finalmente acabar con él.
Viéndose desprotegido, Thardus intentó protegerse de nuevo, pero PE-10 sabía que tardaría no más de ocho segundos, tiempo suficiente para alterar su tronco y sacar su cañón pectoral con la potencia de derribar naves de tamaño mediano. "Muere", fue lo que dijo antes de disparar y destruir el núcleo central de Thardus. Ahora sin interrupción, PE-10 fue en busca de la sala de control. Y en el lado de Firebrand, el incremento de poder de Ghor lo puso en una situación comprometida, sus heridas no eran tan graves como cuando fue derrotado, pero lo tenían agotado al punto en el que se apoyaba con su espada contra el suelo, mientras que Ghor no tenía problemas al respecto salvo por los daños recibidos previamente.
Pero antes de darle fin, las alarmas de autodestrucción resonaron. <Protocolo de autodestrucción iniciado. Todo el personal debe evacuar de inmediato. Detonación en T-3 minutos>. Fue esto lo que impidió a Ghor acabar con Firebrand.
Firebrand se armó de voluntad de vivir para salir del complejo de regreso a su nave, pudiendo escapar entre las pequeñas explosiones, los escombros que caían, el vapor y las llamas que a él no le afectaban. Despegó a las estrellas junto a los cibernéticos unos segundos antes de la detonación. Firebrand falló en su cruzada, pero no iba a rendirse, además hubo algo positivo en todo esto: la fábrica de Ídolos fue eliminada. ¿Cómo estarán los otros combatientes en los otros mundos? |
Capítulo 25
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Hornet I |
Hornet I, un mundo al que lo podemos comparar con Tallon IV, Zebes, SR388, o incluso la Tierra. ¿Por qué? Por toda la biodiversidad, tanto en especies como en ecosistemas, y al ser el hogar de los KiHunters, ellos están adaptados a cada uno de los biomas. Por ende, había alrededor de 9 nidos ubicados cada uno en cada gran bioma del mundo, así que Soren tuvo que organizar bien a sus hombres para poder destruir a los nueve reyes en un único ataque. Y el día llegó, Soren encabezó el ataque a los KiHunters, que hasta ahora no se han visto en acción en ningún frente, pero lo cierto es que han estado participando en los combates y han probado ser un fuerte dolor de cabeza. Tan pronto como las naves se adentraron en Hornet I, fueron recibidos a tiros por las torres de defensa, pero los pilotos sabían cómo arreglárselas para llevar a sus tripulantes a salvo hacia tierra, al mismo tiempo que los bombarderos en Cosmo Liner se encargaban de las defensas enemigas. En la nieve, en los volcanes, la selva... en todos los biomas fue igual, y enfocándonos en Soren y Grasswind, ellos se dirigieron al bioma polar donde debía estar Rundas según las imágenes de los satélites. Ambos cazarrecompensas iban a la vanguardia de las divisiones, teniendo frente a ellos al gran nido hecho de una resina que al endurecerse da el aspecto de roca, en su forma era totalmente irregular y con pequeños orificios en todo el alrededor, y de altura superaba los 200 metros, pero se extendía subterráneamente otros 200 hasta la cámara del rey. Diámetro: 5 kilómetros.
Es cierto que estos seres son un dolor de cabeza, pero al mismo tiempo son frágiles , razón por la que compensan esta fragilidad atacando en grupos. Se demostró cuando las naves aterrizaron en las estepas y los soldados las abandonaron en dirección al nido, en ese momento aparecieron cientos de avispas con la única meta de proteger la colmena. Eran tantas que podían nublar la visión, pero las naves de transporte tenían una torreta de apoyo en la parte superior que ofrecía fuego de apoyo y de paso protegían a los mismos transportes. La infantería, cubierta con gruesos abrigos y mascarillas térmicas, usaban sus VCI y APC como defensa, muchos iban equipados con lanzallamas que eran terriblemente eficaces contra los avispones, y fueron estos especialistas los que despejaban el camino no solo por sus armas, sino porque iban protegidos con trajes especiales diseñados para tolerar la exposición al Phazon, así que en contra del ácido de los KiHunters también eran efectivos. Con los operarios de lanzallamas, se pudo colocar explosivos en diferentes partes de la colmena y se abrieron unas brechas por donde todos pudieron pasar. Los capitanes de las otras divisiones confirmaron sus entradas a los nidos, y lo mismo hizo Soren.
En el interior de estas colmenas apenas entra la luz solar, pero hay la suficiente como para ver con claridad las cosas, así que por este lado no hubo problema. El único obstáculo eran los KiHunters, sus cuchillas podían atravesar las armaduras ligeras de los soldados del MNE, los hombres morían al ver sus órganos y músculos rebanados, sus extremidades amputadas y sus vientres destripados; quienes no tenían trajes especiales eran víctimas de los glóbulos de ácido, el químico destruía la piel y carne hasta alcanzar los huesos, y muchas veces era mejor morir en el momento que vivir para contarlo. Pero no todo iba mal para las fuerzas del MNE, en especial por la fragilidad de los KiHunters, que no era raro verlos perder sus alas, lo cual disminuía drásticamente su capacidad de combate; a decir verdad, no era diferente a enfrentar a los Kriken, la única diferencia era que estos volaban y no usaban armas. Soren mantenía su configuración de escopeta, mataba a cualquier enemigo lo suficientemente cerca y reaccionaba a tiempo para esquivar los glóbulos de ácido; Grasswind los asesinaba casi al instante con sus flechas que dirigía a sus cabezas, usando las flechas explosivas cuando varios de ellos se agrupaban.
Al otro lado se encontraron con un criadero de Zoros que no eran un peligro, eran muy resistentes y no valía la pena gastar munición en ellos, pero al menos no podían soportar el peso de las esferas de batalla ni de los VCI cuando les pasaban encima. Sin embargo, la presencia de las fuerzas del MNE los alteró al punto en el que eclosionaron varios capullos alrededor que albergaban KiHunters, capullos que todos habían confundido con rocas en un principio. Uno de ellos alzó a una soldado algunos metros en el aire, donde le arrancó la cabeza a base de mordiscos con su pico para luego soltar el resto de su cuerpo, a otro lo bañaron en ácido y se lo llevaron a otro lado para comérselo ahora que estaba blando, a otro lo atravesaron en el pecho de lado a lado con un aguijón, y así podemos seguir, pero no vale la pena. Lo que importa es que Grasswind dejó de lanzar flechas cuando notó algo que los demás no: había hielo alrededor, pero sobretodo en un acceso ubicado en una repisa alta, donde el hielo cubría tanto las paredes como el techo. Creyendo que ese rastro lo llevaría hacia Rundas, Viento Esmeralda se quitó de encima a un avispón con un golpe de su arco y se dirigió a ese acceso.
Por primera vez, Grasswind no se topó con ningún enemigo en aquel estrecho camino, y al recorrer cerca de 100 metros llegó a una cámara extensa plagada de estalagmitas de hielo. Y no solo eso, las estalagmitas habían atravesado vehículos y soldados del MNE, uno fue atravesado desde la parte posterior de la cabeza hasta que la punta salió por su ojo, y quedó colgando en el aire a 7 metros de distancia del suelo; hubo más destrucción y muertos que no fue a causa de las estalagmitas, sino de otros ataques, como bloques pesados de hielo que cayeron desde arriba, estacas que empalaron a la infantería, otros estaban congelados y por ende muertos, etcétera y etcétera. Entre aquel frío polar, que no se sentía ni en el exterior, y la pesadez de la muerte, Grasswind sabía que algo andaba muy cerca. No se equivocó, unos chuzos le llovieron encima y se alcanzó a quitar antes de quedar atravesado y aumentar la colección de cadáveres de la sala, pero al mismo tiempo apareció por el suelo un rastro de hielo que lo perseguía y amenazó con congelarlo, cosa que tampoco resultó ya que Grasswind dio un salto que culminó en una voltereta y con una flecha lista para disparar. Fue cuando sintió que alguien se acercaba por atrás, así que dio un giro perfecto en 180 y soltó su flecha, solo para ver cómo rebotaba ante un campo de fuerza hecho de cristales de hielo.
Así como parece, ninguno dijo nada al otro, simplemente chocaron miradas y siguieron atacándose. Grasswind con otra flecha que también rebotó en un campo de fuerza, pero con una diferencia de milisegundos había disparado otra que tenía en esa misma mano, obligando a Rundas a bloquearla con su brazo que convirtió en cuchilla de hielo; este resurrecto contraatacó expulsando escarcha concentrada que habría congelado al arquero de no ser porque se movió rápidamente entre las estalagmitas, pero al ocultarse detrás de una pudo percatarse de que encima le iba a caer una serie de bloques cúbicos, así que a cada bloque lo destruyó con golpes propinados con su arco al momento en el que se acercaron lo suficiente. Seguidamente, Rundas la arrojó un bloque pero de gran tamaño que primero hizo girar sobre sí mismo para obtener inercia, Grasswind huyó en sentido contrario mientras el hielo arrasaba con todo a su paso y, de forma precisa, dio un salto en voltereta cuando estuvo cerca de ser aplastado; Viento Esmeralda cayó con una rodilla apoyada sobre el suelo, giró su tronco con una flecha explosiva preparada y disparó a Rundas, quien estaba acercándose mediante un patín de hielo con un brazo convertido en sable. La flecha, mejorada con Phazon, destruyó su armadura de hielo mas no lo detuvo, y así alcanzó a arañar la cota del arquero quien se echó atrás a último momento, solo así evitó que la hoja alcanzara a tocar su cuerpo. Rundas no se detuvo, siguió acuchillando y lo mismo hacía Grasswind, ya que a su arco le puso algunas hojas afiladas que le dieron ventaja en el cuerpo a cuerpo. Pero Rundas era superior en fuerza bruta, tanto que rompió la guardia del arquero tras acorrarlarlo y le congeló el brazo contra una pared, el mismo brazo con el que sostenía su arco, y dispuesto a darle el golpe final, Grasswind tomó una flecha explosiva con su mano libre y lo arrojó tal como un cuchillo de lanzamiento. La flecha dañó a Rundas, lo empujó y cayó al suelo, pero al mismo tiempo este hizo brotar una estaca del suelo que se incrustó en el hombro izquierdo del cazarrecompensas. Ambos con heridas leves, Rundas se reincorporó y regeneró su armadura helada, mientras que Grasswind liberó su brazo derecho con el que rompió la estaca que inmovilizó su otra extremidad. Caminando en círculos brevemente y mirándose, Grasswind disparó una flecha al aire y volvió a cargar en combate cuerpo a cuerpo mientras destruía bloques pequeños y esquivaba la escarcha congelante. Grasswind salió ileso y alcanzó a intercambiar algunos golpes con Rundas en donde nadie salió lastimado, no hasta que la flecha disparada anteriormente cayó por acción de la gravedad sobre el antebrazo de Rundas, cosa que lo hizo desprotegerse y quedó vulnerable a un ataque directo. Un tajo cruzado en su pecho, dos flechas normales y una explosiva en su centro del cuerpo, Grasswind se alejó mediante saltos traseros en voltereta para no resultar dañado con la explosión cuyo humo cubrió a su oponente completamente. Según sus cálculos, Rundas debió haber muerto con eso, sin embargo no contó con una cosa, y es que al igual que con Ghor, Rundas liberó todo su poder de Phazon con el que pudo soportar la explosión. Por otra parte, Soren y varias de las brigadas lograron entrar a la cámara del rey, donde los esperó una fuerte resistencia enemiga. No solo eran los KiHunters que además, no se ha dicho, estaban potenciados por el Hiperestado, sino que el rey iba protegido por una guardia de élite de Súper KiHunters y Whipvines, siendo estas últimas unas flores con un filamento que atrapan a los enemigos y que también pueden arrojar esferas explosivas. Había una relación simbiótica entre ambos tipos de enemigos, todo en pos de mantener a salvo a su alteza insectoide. Esta cámara era mucho más grande que la de la Nave Botella, así que la cantidad de hostiles también era mucho mayor. Los nuevos KiHunter eran más resistentes y propinaban mayor daño, también poseían una mejor inteligencia cuando se demostró que eran capaces de recoger las armas de los soldados muertos y usarlas en contra, y quizás no con la misma destreza, pero el peligro radicaba en que podían usar un fusil de asalto en cada mano, o incluso tomar la torreta de un VCI y disparar con ella. No fueron pocos los que murieron de esta forma, asesinados por sus propias armas, pero nadie estaba dispuesto a echarse hacia atrás.
Algunos que trataron de destruir las flores cuando se abrían fueron incinerados por completo debido a las esferas candentes arrojadas, pero la mayoría pudo hacer su trabajo en destruirlas mientras otros protegían a sus compañeros de los montones de KiHunters superiores. Los VCI dejaron de ser eficaces en este punto debido a que los avispones también usaban lanzamisiles en su contra, así que se retiraron y solo quedaron las esferas de batalla, que si bien causaban muchos destrozos con sus misiles y rayos de energía térmica, no tenían el blindaje suficiente como para soportar los tajos del enemigo, sus cuchillas rompían toda la estructura externa y sus aguijones perforaban el cristal de las cabinas, por ende los conductores eran apuñalados y morían al instante, o por acción del veneno inoculado. Soren tenía el poder para enfrentarse a ambos enemigos por sí solo y salir con heridas leves, con su fusil de asalto mataba a las avispas y con su lanzamisiles a las flores, a veces era apuñalado por la espalda, picoteado en el pecho o fusilado con armas enemigas, pero eso no lo detuvo. Entre todos ellos, los soportes de la estructura fueron destruidos y el KiHunter quedó expuesto, un ser que a simple vista parece ser un gusano con patas con su cuerpo unido a la misma estructura donde reside.
Para el plan B se transportó una pequeña bomba de unos cuantos kilotones que destruiría al rey y a toda su guardia de élite, una bomba cronometrada en 10 minutos que daría el tiempo necesario para escapar. La dejaron oculta entre los cadáveres de las avispas, y hecho esto todos abordaron los vehículos, los que ya no pudieron entrar se sentaron encima en la parte de afuera.
Volviendo con Grasswind, la situación empeoró para él. Fue igual que con Firebrand y Ghor, Rundas liberó todo su poder y probó ser demasiado para alguien de la talla del arquero, quien tenía quemaduras en el cuerpo provocadas por frío y las manos congeladas, algo que podía causarle amputación si no se atendía pronto; Rundas seguía entero por su parte, lejos de ser derrotado. Aun así el arquero de esmeralda no se rindió, tenía el cuerpo con congelamiento, pero siguió combatiendo ahora con nuevas estrategias. Probó en crear cercos explosivos que detonaba cuando Rundas se metía en ellos, disparaba múltiples flechas en el aire que luego caían como lluvia, e incluso llegó a atinar tres flechas explosivas que disparó en un único tiro; pero nada de esto funcionó ni porque estaban potenciadas con Phazon, Rundas era demasiado poderoso para él, y este resurrecto respondió arrojándole una serie de estacas delgadas, tanto que en segundos se derretían pero podían atravesarte. Más ataques involucraron el descenso drástico de la temperatura ambiente al punto en el que el frío calaba los huesos, o la licuefacción del nitrógeno en el ambiente que se encerró a presión en capas de hielo, y de esta forma, al arrojarlas, se rompían liberando el nitrógeno líquido contenido de manera expansiva, lo cual era letal contra enemigos no protegidos. Grasswind estuvo a punto de caer de rodillas, solo se sostenía por su instinto de batalla que no le permitía admitir la derrota y morir a manos de su némesis.
Entonces a Grasswind le llegó el mensaje de Soren, y fue cuando comprendió que no iba a poder vencer a Rundas, y que si se quedaba intentándolo iba a morir por su mano o por la bomba a punto de estallar, así que decidió abandonar el combate. Abandonar ahora, perder la batalla, pero no la guerra.
Y así termina esta historia. Todos los reyes en el planeta Hornet I fueron eliminados, los KiHunters quedaron desorganizados y en crisis como resultado, por el momento no iban a ser una gran amenaza como antes. Soren perdió un 20% de sus fuerzas y otro 5% regresó con heridas que variaban en gravedad. Grasswind también pudo salir del nido tras jurar venganza contra Rundas, atendió sus partes congeladas y gracias a ello es que no perdió nada de su cuerpo. |
Capítulo 26
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Centauri |
En el caso de Centauri se iba a necesitar de un trabajo conjunto, un grupo dedicado a enfrentar a la flota Tusk y otro que se adentraría al anillo de fragatas en el planeta gaseoso. Se decidió que una flota dirigida por Rosalía Sedna, la misma que dirigió el ataque a Cielolab, era la indicada para enfrentar al enemigo en órbita, mientras que la Sociedad de Cazarrecompensas se encargaría de las fragatas, ellos al mando de Rowina Salem. La flota enemiga se colocó en formación de batalla en cuanto detectaron a las fuerzas de Rosalía y de la Sociedad de Cazarrecompensas, y no pasó mucho tiempo antes de que ambos bandos empezaran a matarse entre sí. La nave madre de la Sociedad, una de las tantas estaciones de la institución que HWCASE decidió usar como cuartel general, se mantuvo al margen protegida por las fragatas Draco del MNE mientras los cazarrecompensas abordaban sus naves para posteriormente adentrarse en el planeta.
Mientras los cazas y todas las otras naves se destruían entre sí, los cazarrecompensas se escabulleron en dirección a Centauri, usando también el cinturón de asteroides para evitar ser seguidos por los escuadrones de interceptores enemigos. Al entrar, se encontraron con un orbe gaseoso de nubes rosadas y otras tonalidades cercanas a este color, los vientos fuertes dificultando el vuelo y el anillo de fragatas tratando de frenar a las naves; se dijo que no había torres de defensa ni escudos, pero cada fragata tenía cañones de menor calibre, no tan eficaces en la tarea de derribar enemigos aéreos, pero eran muchas de ellas y en conjunto podían hacer mucho daño. Afortunadamente hizo falta más para poder derribar a los cazarrecompensas, cada uno de ellos llegó a su objetivo luego de saltar.
Las balas penetraron el blindaje y esto permitió a Rowina poder entrar a la fragata al romper el pedazo que dañó. Cayó en un corredor algo estrecho con luces y hologramas en los muros, se percató de que mató a algunos piratas con sus balas, pero otros seguían vivos y con sus armas preparadas. Rowina fue más rápida gracias a que no resintió el impacto de la caída debido a unas modificaciones en los músculos de sus piernas, y con su fusil mató a los otros piratas convirtiéndolos en masas de carne amorfas, destruyendo los muros y atravesando la puerta que había tras de ellos, que muy seguramente al otro lado algunos tantos más murieron. Rowina cargó contra la puerta interponiendo su arma al frente y la derribo, apareciendo en un área de investigación.
Rowina disparó indiscriminadamente contra todo el personal presente que a duras penas pudo defenderse, pues aunque algunos alcanzaron a abrir fuego no lograron darle a Rowina, las torretas perimetrales tampoco pudieron hacer nada ya que fueron de los primeros objetivos que Rowina destruyó. Sus superbalas prácticamente hicieron añicos toda la sala, destruyó muchas de las consolas y demás equipo electrónico, las paredes quedaron cubiertas de hoyos y todo el lugar se llenó de humo; ningún pirata sobrevivió, pero varios refuerzos aparecieron desde los otros accesos, pudiendo rodear a Rowina.
Eran tan poderosas sus balas que ni los piratas en Hiperestado podían aguantarlas, sus cuerpos explotaban en pedazos y manchaban todo el alrededor de su sangre verde y vísceras, los que llegaron tampoco pudieron atinar ni un solo tiro a la intrusa, y de hecho ella ni se movía de su posición, le daba completamente igual los rayos que pasaban por su lado, como si realmente supiera que no iba a sucederle nada. Muertos ellos, Rowina no pudo ver que un cuarteto de Piratas Oscuros se escabulleron al andar por el techo como lagartijas y luego se dejaron caer sobre la cazarrecompensas.
Sabiamente estos piratas no usaron el Hiperestado, ya que el Phazon no era ocultado por el camuflaje, y para ellos era esencial el ocultamiento. Estos, a diferencia de los demás, pudieron herir a Rowina aunque solo de forma principal, mientras que ella, guiándose por los infrarrojos de su parche, podía defenderse de ellos. Un sable iba hacia ella, Rowina lo bloqueaba con su arma, empujaba y rápidamente se cubría de otro ataque, de ahí pasaba a golpearlos con su rifle, y a uno pudo matarlo cuando azotó el cañón rotatorio sobre la cabeza de un pirata, rompiendo su cráneo y destrozando su cerebro; en ese instante Rowina recibió un roce en el brazo derecho, se giró y degolló a su atacante con sus uñas, al mismo tiempo que dio una patada en reversa para quitarse de encima al tercer pirata; con el cuarto pirata, Rowina se agachó y enterró su mano en el corazón del agresor, lo arrancó y con él atragantó al tercer pirata que lo alejó con una patada, atascándole la mandíbula con un culatazo de su rifle.
Y fue ahí cuando se dio cuenta de lo que siempre estuvo ante sus ojos, pero por el calor de la batalla no le prestó la más mínima atención. En ese mismo laboratorio había un tanque de xenomas, uno con el tamaño suficiente como para contener a un pirata Tusk, y de hecho era lo que parecía ser un pirata lo que había adentro, uno que sobrevivió al golpe de adrenalina de Rowina cuando arrasó con medio laboratorio. Pero no era un pirata cualquiera, sus ojos y en general toda su frente estaba cubierta de una membrana opaca de color amarillo, aparte de que su cabeza pareció “alargarse” ligeramente hacia atrás y culminando en forma de pico; su piel pareció endurecerse, carecía de armamento, y además tenía una larga cola que terminaba en una cuchilla. Ya has visto a este ser antes, en la historia de Samus como Tyhun Mura: era un Praedon Paragomsis. Cuando Rowina contemplaba a este ser, recibió nuevas notificaciones de sus compañeros, malas noticias.
Rowina por fin comprendió lo que sucedía, por lo tanto dirigió su mirada nuevamente al Praedon Paragomsis, y ya no tuvo dudas cuando vio que aquella criatura comenzó a moverse y violentamente golpeaba su tanque de contención, mientras el líquido en el interior burbujeaba. Rowina decidió acabar con aquello de una buena vez, por lo tanto abrió fuego y rompió toda la cápsula, pero también pareció destrozar al experimento contenido que terminó cayendo al suelo y siendo arrastrado por todo el líquido derramado. Rowina rápidamente fue tras él para rematarlo, pero al llegar donde el Praedon debía estar no encontró nada, solo un rastro de sangre mezclada con el agua; peor era que la sala quedó oscura debido a la destrucción, así que activó nuevamente sus infrarrojos, sin embargo cuando lo hizo se llevó la sorpresa de su vida: Praedon la acechaba desde un rincón oscuro y en ese instante le asestó un coletazo que por fortuna solo laceró el chaleco antibalas de Rowina. Aunque el hecho de que la criatura seguía viva era el menor de sus problemas, pues Rowina notó que estaba en perfectas condiciones para su sorpresa.
¿Y qué ha estado ocurriendo con Vaporwave, además de que por su lado también huyeron los piratas espaciales? Ella, antes que cualquiera, se enfrentó a un Praedon Paragomsis, y de todos sus compañeros fue la primera en derrotar a uno tras llevarlo al núcleo del reactor de la fragata, donde Agua Rubí consiguió arrojar a la criatura regeneradora directo al núcleo, ni de broma pudo ser capaz de regenerarse. Y por fortuna, Vaporwave acabó con heridas insignificantes, rozaduras y toda la cosa, nada grave, pero volvió a colocarse en guardia cuando escuchó que alguien se acercó por detrás, apuntó a esa dirección con los atomizadores de sus manos.
Vaporwave original dio un salto y se acopló al muro con sus pinzas que tenía por pies, luego hizo lo mismo con sus rociadores que cortaron de todo menos a la copia, quien saltó todavía más alto hasta acoplarse en el techo. Ahora viéndose frente a frente, ambas avanzaron contra la otra y disparándose pequeños chorros presurizados que pudieron esquivar, y ya las dos en el techo comenzaron a batallar mano a mano. O mejor dicho, pierna a pierna, ya que usaban casi exclusivamente sus pinzas para atacarse, sin perder el equilibrio ni desprenderse de la altura, en raras veces dando zarpazos con sus manos o usando los chorros a presión para simular sables, que al chocar entre sí ellas acababan empapadas de agua. A decir verdad, cuando lograron separarse un poco, la copia se sorprendió de una táctica que no le funcionó.
La copia reveló ser Gandrayda cuando el aspecto de Vaporwave se desvaneció entre algunos arcos eléctricos para luego tomar la forma original de la joviana.
Vaporwave dio el primer golpe con un chorro doble de sus manos que Gandrayda evitó con un salto giratorio pero en posición diagonal, quedando su cuerpo entre ambos chorros sin ser tocada, y en cambio ella generó un par de discos eléctricos en sus manos y los arrojó contra su oponente, quien quedó aturdida temporalmente debido a la estática, quedando a merced de Gandrayda que inmediatamente saltó sobre Vaporwave. Encima de la cazadora de agua, usó sus uñas para rasguñar varias veces su máscara de gas, y finalmente se separó de ella pero no sin antes culminar con una patada en su pecho. Vaporwave terminó en el suelo aunque ya libre de la estática, y al ver que Gandrayda dio un golpe en el suelo que liberó una centella perseguidora en su contra, Vaporwave saltó hasta anexarse en el techo.
La sala del reactor comenzó a llenarse de una cortina intensa de vapor, y Gandrayda quiso evitarlo al dispararle a distancia bajo la forma de un pirata Tusk, pero fue tarde, el vapor se había propagado y no tuvo la certeza de que haber atinado alguno de sus disparos, así que volvió a la normalidad y miró a su alrededor. Por acá nada, por allá tampoco, solo escuchaba los suaves pasos de su enemiga, así que creyó que lo mejor era seguirle el juego y se convirtió en un Reptilicus, bajo esta forma persiguió los sonidos y los suaves revoloteos del vapor en el ambiente, y cuando creyó que había encontrado a Agua Rubí le arrojó un disco pudo despegar a la silueta del techo. Sin embargo, Gandrayda supo que algo andaba mal cuando la figura de Vaporwave se desintegró en un montón de hologramas que se encerraron en un dispositivo redondo y plano.
Gandrayda se transformó en un ave gigante rapaz de color negro, capaz de lanzar sus plumas como flechas en un radio de 180°, y esto fue lo que hizo a una dirección donde una silueta se movía, y si bien pudo provocar algunos cortes en Vaporwave, no fue lo suficiente como para detenerla e impedir que se acercara a ella, donde la hirió fatalmente con un corte cruzado, haciéndola estrellarse contra el suelo igual que cuando un ave cualquiera se estampa contra el pavimento.
Sin disipar el vapor, la cazadora de agua se acercó al cuerpo inerte (y el original) de Gandrayda, pero rápidamente retrocedió cuando este cadáver comenzó a brillar y a mostrar apéndices, entonces Grandrayda volvió a levantarse para la sorpresa de Agua Rubí.
Vaporwave disparó a la vez que se ocultó en la niebla, y esta vez Gandrayda no resintió nada, siguió de pie ignorando sus heridas y pasó a transformarse en otra cosa. Se convirtió en un montón de Estorninos que se agruparon en forma de un tornado, uno de tanta fuerza que hizo desaparecer el vapor en la sala, dejando expuesta a Vaporwave.
Esta breve fase no duró más de 30 segundos, ambas se atacaron con toda clase de movimientos acrobáticos, chorros de agua, discos eléctricos, patadas, llaves, zarpazos y un largo etcétera. Solo 30 segundos en el que se aplicaron todas estas técnicas entre sí, y hubo una sola ganadora: Gandrayda. Sus discos cortaron varias arterias de Vaporwave, además fue empujada al borde del reactor, donde se sostenía con un brazo para no caer el núcleo; Gandrayda, segura de haber ganado, caminó frente a ella de un lado a otro mientras hablaba.
Vaporwave lo arrojó al núcleo, resultando ser una bomba con la potencia suficiente como para provocar la desestabilización del lugar y de toda la fragata. La nave pronto comenzó a sufrir pequeñas explosiones por todas partes, con una voz advirtiendo de la evacuación inmediata y de que solo había unos pocos minutos para escapar. Gandrayda se vio sorprendida ante esta situación, oportunidad que Vaporwave aprovechó para apartarla con un chorro de agua de su mano libre, regresar a suelo firme y huir como alma que lleva el diablo de regreso a su nave, pero no sin antes haber obstruido la salida luego de rociar el techo, haciendo que múltiples escombros cayeran encima.
Y Rowina recibió este informe, ella ya habiendo derrotado al Praedon tras fulminarlo completamente con su rifle, de ahí se dirigió al núcleo y también lo dañó con sus balas. Cuando hizo esto último, respondió al aviso de Vaporwave.
Vaporwave iba severamente lastimada y todavía sangrando, pero habiendo sobrevivido a cosas peores eso no la iba a detener. Corrió entre el desorden y el fuego que iba produciéndose por todas partes, andando en los muros o en el techo cuando era necesario, y faltando 2:52 minutos pudo llegar a su nave, un vehículo en forma de un molar por así decirlo, con dos picos en los costados apuntando al frente, la cabina en el centro y los propulsores atrás. Pero antes de abordar, supo gracias al reflejo del blindaje de su nave que Gandrayda estaba detrás de ella y le había arrojado un disco, así que se agachó y se giró con sus manos al frente.
Esto no iba a terminar bien para Vaporwave, ella lo sabía y su oponente también, pero no tenía otra opción. Y en efecto, este pudo haber sido el final de Vaporwave de no ser porque Rowina, ya en pleno vuelo, avistó a su compañera y supo que tenía problemas; como la buena persona que es, fue a ayudarla y se mostró ante ellas.
Ambas y otros dos cazarrecompensas escaparon, las fragatas fueron eliminadas y sus restos se perdieron en el planeta gaseoso. Por otra parte, Rosalía cumplió con su meta autoestablecida: pudo derrotar a los Tusk y también minimizó las bajas. Con esta victoria, los tres planetas del sistema cayeron, los piratas espaciales perdieron una fábrica de Ídolos, uno de sus aliados sufrió una seria derrota, y unos experimentos científicos fueron saboteados. ¿Saboteados? Bueno, no del todo, porque uno de los cazarrecompensas sobrevivientes examinó uno de los ordenadores y halló algo: los datos de la investigación acerca del Praedon Paragomsis, no se perdieron con la explosión, también se enviaron a un destino desconocido, y ahora iban a poder ser producidos en masa. |
Capítulo 27
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Día festivo |
Planeta Tierra. Nueva Atlantis. 6 de agosto del 2182. Día del gran triunfo. El día del gran triunfo es una de las fechas más importantes en el planeta Tierra y en lo que solía ser la Federación Galáctica, pero sobre todo en la Tierra. ¿Por qué razón? Porque se conmemora el día en el que los Piratas Espaciales fueron derrotados y su intento de conquista fue frustrado, algo que sucedió a principios del milenio y gracias a la ayuda prestada por seres extraterrestres a los aborígenes del planeta. Y aunque la Federación fue completamente eliminada, para los habitantes de este planeta seguía siendo una fecha digna de conmemorar, con desfiles militares por todo el mundo y toda clase de festivales que se dan en las avenidas de todas las ciudades, sobre todo en Nueva Atlantis, donde toda la plaza central y alrededor cierran sus accesos para que la gente pueda poner a la venta sus mercancías y para que la gente se pasee fuera de las aceras. El día llegó en el momento perfecto, justo después de que el MNE destruyera las tres bases donde participó el trío elemental. Samus y otros oficiales se encargaron de hacer los preparativos para el desfile, comenzando desde el ensayo que tomó un mes y toda la logística en general. Entonces el día llegó, Samus, Soren, Sagnar y otros oficiales se dirigieron a la torre gubernamental en la explanada de la ciudad, frente al monumento de la unión; quedaba una hora para que diera inicio a la ceremonia, tiempo en el que los oficiales se hicieron sus últimos arreglos personales antes de dar la cara al público y a los soldados que marcharían alrededor de la explanada.
Samus abandonó el probador y se dirigió a la terraza de la torre, en el camino era recibida por soldados formados a los lados y saludándola de forma firme. Al llegar a una encrucijada con un camino llevando directo a la terraza, se topó con Soren, su subordinado quien por primera usaba un uniforme formal militar. Era de aspecto clásico, de color verde olivo y bien planchado, también con varias medallas en su pecho, solo que a diferencia de Samus, él portaba una gorra de plato con el logotipo del MNE en el centro.
Tal como Soren dijo, el resto de los oficiales del ejército ya estaban en el balcón frente a una multitud de personas ansiosas por ver el desfile. Cuando la gente vio a Samus, comenzaron a gritar de júbilo. Por otra parte, Rowina, Alexa y su hijo, los tres juntos tenían reservado un lugar especial donde podían ver la marcha con toda la claridad del mundo.
Llegaron justo a tiempo a los lugares reservados, apartados de la multitud y con la explanada perfectamente visible, de hecho llegaron al mismo tiempo en el que Samus y Soren se mostraron en la terraza, siendo esta la señal para que diera inicio el esperado desfile militar. Los músicos tocaron sus cornetas y sus tambores de guerra, entonces llegaron los primeros contingentes marchando al ritmo de la melodía alrededor de la explanada, dirigiendo sus miradas hacia Samus cuando pasaban frente a ella, y de ahí continuaban hasta salir de la plaza por medio de una ancha avenida. Soldados, marines, vehículos de guerra, y también el ansiado espectáculo aéreo de los cazas que llegaron por detrás de las Cosmo Liners, los Vimanas realizaron todo tipo de acrobacias en el que soltaban humo de los colores de la bandera del mancomunado; no se puede describir lo que sintió Alexa, era la primera vez que lo veía en persona, tan solo se puede saber que no quitaba la mirada del cielo.
Y así siguió por una hora aproximadamente, donde concluyó con unos últimos contingentes compuestos de policías militares, bomberos, médicos, y en general todo lo que tenga que ver con protección ciudadana. Y para dar fin a la ceremonia, Samus debía dar un discurso ante el público y las cámaras, como marca la tradición.
Otras ojivas más fueron lanzadas y todo el cielo sobre la explanada se cubrió de destellos de distintos colores, se vieron con tanta claridad a pesar de ser mediodía. Con estos petardos, la ceremonia terminó y la gente se dispersó hacia el resto de las avenidas cercanas para pasar el resto del día. En tanto, el trío de antes también abandonó sus lugares para ver qué cosa iban a hacer durante el resto del día, después de todo era día de descanso para todos.
Era Soren, salió de la torre para reunirse con ellos y ver qué planes tenían para pasar el resto del día.
Los salones de realidad virtual es justo como lo imaginas: varios asientos organizados en filas con un casco de RV cada uno, te sientas y te colocas el casco encima, entonces solo así disfrutas de lo que está programado en cartelera. En otras palabras, también la hacen de cines, pero además de entretenimiento también transmiten documentales y otros materiales educativos, y fue a una de estas salas educativas donde el grupo se dirigió. Apenas alcanzaron lugar ya que la sala se hallaba llena de gente, y al iniciar la función, el documental de 40 minutos comenzó con una introducción basada en antecedentes previos al día de la victoria.
Cuando esta narración terminó, lo verdaderamente interesante vino. Los asistentes de la sala veían mediante las gafas la esperada recreación: cientos y cientos de cazas humanos, los últimos que quedaban, en compañía de cazas alienígenas, todos sobre el océano atlántico dirigiéndose a atacar la nave nodriza enemiga, que parecía ser un tipo de embudo metálico, invertido y enorme, y no solo participaron todas estas naves, sino las flotas marítimas de las principales potencias. Al ser detectado este ataque masivo, la nave nodriza desplegó a todas sus naves de combate, y el cielo se llenó de destellos y fuego de las naves derribadas que caían sobre el mar. Pero lo que realmente tenía planeado aquella alianza era destruir la nave desde adentro, pues ni todos juntos iban a poder derrotar a la flota enemiga que prácticamente no estaba sufriendo daños, ya que tenían fuerzas alrededor de todo el globo y los refuerzos reemplazaban a las naves caídas, de esta forma parecían ser que sus números eran infinitos. Con esto en mente, los cazas aliados debían abrir caminos para una serie de transportes cargados de soldados que entrarían a la nave a desestabilizar las fuentes de energía primaria. Quienes estaban en la sala veían impresionados la simulación en realidad virtual, la forma en cómo las más de 4 mil tropas invadían la enorme nave y colocaban los explosivos en las fuentes de energía. El tercer acto de la simulación finalizó en la destrucción total de la nave nodriza enemiga que cayó sobre las aguas del atlántico, y sin ella fue posible la derrota del resto de las fuerzas piratas en todo el planeta. Miles de millones de vidas se perdieron en el conflicto más sangriento que la humanidad jamás conoció, pero al menos se pudo reconstruir lo perdido con la asistencia de los extraterrestres aliados. Más tarde, los humanos serían una de las especies fundadores de la Federación Galáctica en el año 2003, las naciones se unieron en un solo gobierno y se erigió la capital humana encima de los restos de la nave nodriza hundida, y esta misma ciudad se convirtió también en el corazón del nuevo gobierno galáctico. Y desde entonces, cada año se celebra mundialmente el día del gran triunfo. La función terminó y todos dejaron la sala, pero nuestro grupo se quedó un poco de tiempo más a discutir lo que vieron.
El resto de la tarde se dedicaron a dar un paseo por todo el centro de la ciudad, pasaron por la ruta gastronómica donde puedes encontrar comida callejera de todo tipo, una pequeña porción en cada puesto ambulante a un precio razonable, pero entre cada bocadillo podías quedar no saciado, sino lleno; claro, Rowina por ser aldebarana aguantó más que los demás, encima se echó al estómago doce tarros de cerveza artesanal y le cupo para un algodón de azúcar como postre. Aún con todo eso, llegó la noche y ella pudo asistir al banquete nocturno junto con sus dos amigos, un banquete de cuatro tiempos (entrada, sopa, plato fuerte y postre) con su respectivo maridaje. Los invitados eran los mayores oficiales de la milicia del MNE, todos sentados en una mesa de herradura que se usa para los banquetes de tipo imperial como en este caso, con Samus sentada en medio de la parte perpendicular de la mesa, a su derecha estando Soren y a su izquierda Sagnar; al lado de Soren estaban Alexa y Rowina. Cada quien hablaba con los que tenían a su lado o a lo mucho a tres sillas de distancia.
Último tiempo: una tarta de frutos rojos acompañado de un vino rosado y dulce, un Lambrusco. A la vez que comían, a Soren le dio por preguntar por qué su mentora esperaba este postre.
Incluso Sagnar y Rosalía pusieron atención a esta historia desconocida para muchos, de cómo el MNE, llamado en aquel entonces "Sucesores de los Altos", puso un alto a un ataque Kriken del clan Ziory, comandado por la reina Eria junto a su más poderoso esbirro: Trace. Detalló que su ejército actuó entre las sombras para vencerlos, en muchas ocasiones ayudó a la Federación sin que estos lo supieran, y la batalla final que decidió la derrota de este clan recayó por completo en Samus y todas sus tropas. Al final concluyó en que llegó malherida de regreso a su cuartel, pero fue ayudada entre varios de sus hombres para ser llevada a recuperación, donde un par de días después un grupo de ellos decidió hacerle una visita sorpresa junto con un pastel, como felicitación y reconocimiento por acabar finalmente con la amenaza del Imperio.
Soren salió a la terraza y nuevamente ofreció un espectáculo de fuegos artificiales. Ahora que era de noche, las luces se veían con mucha mejor claridad y la gente solo aplaudía y aclamaba. Un día de relajación, un día en el que todos se olvidaron de los problemas que acechan a la galaxia. Un día como ese era lo que Samus buscaba para el futuro, cosa que solo podría conseguir matando al Discípulo Mayor y eliminando al Phazon para siempre. |
Capítulo 28
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Batalla de Marte. Parte I |
Situación de emergencia. Se dio un inusual movimiento por parte de los Piratas Espaciales: organizaron un ataque directo al sistema solar de la Tierra. Sin embargo, el enemigo no pretendió ir directamente contra este planeta, sabían que daba igual se usaban los agujeros de gusano, no iban a poder vencer a las sólidas defensas de Rosalía Sedna y fallarían estrepitosamente; en lugar de la Tierra, tuvieron como objetivo a Marte, a la colonia humana de 10 millones de habitantes en donde implantarían un nuevo Leviatán, pero no solo eso, sino que tomando este planeta lo convertirían en un punto de control para un ataque masivo contra la Tierra, que esta vez sin duda sería difícil de contener. Computer Man pudo descubrir lo que los Piratas Espaciales tramaban, y gracias a eso se pudo tomar medidas. Con el uso de los teleportales, las defensas de Ciudad Roja se vieron reforzadas en un 200%, Samus, Soren y varios cazarrecompensas al mando de Rowina también se dirigieron al área de conflicto. ¿Por qué tanto exceso? Bueno, Computer Man descubrió más cosas: N-Yul encabezaba la invasión y contrató a Weavel, pero también planeaba usar a sus Metroides mutados con Phazon, criaturas que fueron clave para la caída de Daiban. El día llegó, la Nave Leviatán de N-Yul apareció frente a Marte en compañía de varias naves más, y todas ellas fueron atacadas desde tierra mediante torres de defensa y con ayuda de una porción de las fuerzas espaciales de Rosalía. Aún así no impidieron la entrada de cientos de tropas Urtraghianas y Metroides que desataron el terror en aquella urbe, aunque por suerte se pudo evacuar a todos y cada uno de los ciudadanos de forma oportuna.
Este pelotón combatía en un área residencial de casas pequeñas de dos pisos máximo, pero más allá había algunos complejos de hasta diez pisos, más baratos de rentar o comprar, aunque esto no es relevante. Algunos de los piratas aterrizaban aquí para luego abrirse paso hacia el centro, zona de los grandes rascacielos, pero antes debían derrotar a varias posiciones que defendían el lugar. Quizás los soldados del MNE habrían resistido por su cuenta teniendo los teleportales de su lado, pero aún así fue Rowina a ayudarlos, apareció en el interior de una casa y salió al exterior disparando a todo dios, mató a muchos piratas con sus ráfagas y destruyó algunos de sus tanques, pero hubo cuatro Soldados Aerotransportados que la sorprendieron y le arrojaron misiles; Rowina derribó algunos y esquivó los demás, entonces los hombres del MNE le ayudaron al atacar a estos piratas con lanzamisiles, pudiendo derribarlos sin complicaciones hasta estrellarse sobre el pavimento.
Era un diminuto meteorito que simplemente destruyó una de las casas y provocó daños alrededor debido a que aminoró su velocidad justo antes de tocar tierra, este meteorito llevaba consigo a una Matriz Metroid y varios Metroides Saltones, y eso sin sumar los Metroides de Phazon que una matriz puede generar en sus entrañas. Ya todas las fuerzas del MNE sabían que el poder del Hiperestado era lo mejor para usar en contra de estas aberraciones, en especial porque ellos también podían entrar en este modo potenciado. Las fuerzas defensivas podían mantenerlos a raya, del lado de Rowina aparecían trepando las casas como hormigas mientras eran recibidas por todas las balas; Rowina y los tanques decidieron volar en pedazos aquellas casas para matar a numerosos grupos de metroides.
Los metroides se volvieron intangibles y esto los salvó de las ráfagas en su contra, al mismo tiempo se acercaron y sobrecargaron a sus presas con Phazon mediante sus "arcos eléctricos" que expelen. Quienes fueron víctimas de esto murieron rápido, mas no sin dolor, pues experimentaron lo que se siente cuando el Hiperestado falla y el Phazon consume cada pulgada de tu cuerpo desde adentro hacia afuera, y desde afuera hacia adentro, hasta no quedar ni un solo rastro de ellos excepto por sus armas y uniformes que quedaban en el suelo. Tres soldados retrocedían y mantenían el gatillo contra cuatro metroides intangibles, sus gritos de desesperación se debían a que no podían destruir a los ectoparásitos, y estos gritos solo se intensificaron cuando los metroides finalmente se lanzaron contra ellos y los secaron por completo hasta el punto de la pulverización.
En eso, la Matriz hizo acto de presencia y con su ataque giratorio casi decapitó a la cazarrecompensas de no ser porque se tumbó al suelo inmediatamente, entonces rápidamente se reincorporó y usó una moderada cantidad de sus balas de energía para destruir el cuerpo del metroide evolucionado, el poder de su rifle fue suficiente como para hacer el trabajo y darle muerte. Pero sucedió que la Matriz no era el metroide principal que apareció en aquel meteorito, muy como en Daiban, la roca explotó y un Metroid Prime se liberó.
La aberración cósmica fue recibida por misiles y balas de alto impacto, pero nada rindió frutos, su debilidad era su cutis interior al que era difícil alcanzar debido a sus movimientos y que continuamente escondía su cara cual tortuga. El Metroid Prime destruía los tanques y esferas con solo pisar encima de ellos, a las naves que atacaban desde arriba las derribó con sus biomisiles que se forman en la epidermis. Fue cuando el MNE decidió usar uno de los obuses montados sobre un autorriel, que debe recalcarse, es un arma diseñada para enfrentar a los Ídolos; los operadores apuntaron a la bestia y la derribaron, mas no la mataron, sino que se retorcía en el suelo tratando de ponerse nuevamente de pie, así que rápidamente los encargados del obús recargaron y apuntaron directo a la boca inferior del Metroid Prime que estaba expuesta.
El Metroid Prime permitió una reagrupación enemiga que se dispuso a asaltar la última línea de defensa, así tendrían un camino libre hacia el centro de la ciudad donde se reunirían con el resto de las tropas comandadas por N-Yul. El Metroid Prime iba al frente destruyendo todo a su paso, el resto de los soldados piratas vestidos con armaduras amarillas le daban soporte al igual que los tanques araña; los blindados del MNE no podían frenar a sus enemigos, estaban siendo aplastados y el centro de la ciudad quedaría en un riesgo mayor de lo que ya estaba.
Usando la esfera envió múltiples misiles contra la infantería y los tanques araña, así como algunos de los tanques bípedos de artillería, entonces los soldados aerotransportados y los NTA se enfocaron en destruirla a ella, pero no tenían idea de que la nave Cestus la apoyaba, y los tomó desprevenidos al derribar los transportes con explosivos y a los soldados con propulsores los acribilló con balas de energía. El metroide quedó solo y este intentó destruir la esfera con un láser de Phazon proveniente de sus fauces, pero Rowina maniobró bien y además su Cestus bombardeó a la criatura, lo cual la dejó desorientada momentáneamente; Rowina usó esta oportunidad para vaciar todas las municiones del vehículo, y al quedarse sin nada estrelló la esfera contra el metroide tras activar el Turbo, sin embargo Rowina sobrevivió gracias a que se eyectó de la cabina justo antes de acelerar.
Sabia decisión, porque sus peores temores fueron confirmados: el Metroid Prime seguía vivo y completamente sano, pues si no se le ataca directo a su cara, no hay otra manera de acabar con él si no es con un arma de destrucción masiva. El Metroid Prime escupió otro láser parecido al de antes de forma ciega debido al humo, no estuvo ni cerca de haberle dado a Rowina, pero sí la hizo reaccionar para moverse a otro lugar. Los ojos brillantes del Metroid Prime se notaron entre el humo, de ahí se reveló ante Rowina, siendo el principio de la batalla entre ambos.
Por otra parte, Soren se hallaba en compañía de un escuadrón con un obús, dedicándose a derribar Ídolos que atacaban el corazón de la colonia marciana. El arma la instalaron en la torre más alta de la ciudad, en uno de sus helipuertos, y el resto de la torre estaba ocupada por soldados del escuadrón de Soren, todo con el fin de defender el arma en cuestión.
Un NTA se posó sobre los encargados del cañón y amenazó con quitarles la vida, pero Soren derribó a aquella nave con un misil de energía, cosa que llamó la atención de algunos de los soldados enemigos revestidos en armadura verde. Cuando uno terminó de arrancarle toda la piel de un jalón a un militar del mancomunado, y otro le mordió la cabeza hasta haber alcanzado el cerebro del cual arrancó un pedazo, se centraron en Soren y fueron a atacarlo con ataques de cuerpo a cuerpo, uno de ellos saltó y echó su brazo con la guadaña hacia atrás para obtener potencia, pero Soren no solo lo esquivó sino que también mató a su agresor al mismo tiempo con un movimiento de su Narpas Sword; el otro se impulsó contra el general con sus propulsores dorsales, y Soren simplemente dio un paso lateral trasero, quedando de forma paralela con el pirata, quien al pasar frente a Soren fue decapitado, y su cuerpo cayó en la orilla del edificio. Los otros piratas y el resto de los NTA también fueron eliminados, pero todo el escándalo atrajo a un Ídolo hacia la torre, y este era más hábil en esquivar las ojivas que lo habrían derribado fácilmente. Nadie impidió que se posara frente al obús, aunque no pudo destruirlo con su aliento cinético porque Soren le disparó con un misil en la cara, haciendo que el ataque fuera desviado hacia el cielo; entonces, Soren saltó y con su mano izquierda se sostuvo de la cola del Ídolo, pero sin tocar la punta de la misma.
El falso Ridley se sacudió hasta que Soren no pudo sostenerse más, sin embargo se soltó cuando la cola se zarandeó lo más posible hacia arriba, de esta forma salió impulsado hacia esa misma dirección y aterrizó sobre la espalda del robot. Soren disparó a quemarropa con su fusil de asalto hasta el punto en el que las placas externas se vieron comprometidas, pero el Ídolo alcanzó a agarrarlo con una de sus manos y estrujó hasta asfixiar a Soren, además se preparó para carbonizarlo con el plasma ardiente. Por fortuna no sucedió, Soren tenía su brazo derecho libre y disparó un misil energético justo en la boca de su enemigo, solo así Soren pudo soltarse y disparar otro misil ahora al pecho, y para no estamparse contra el pavimento en el fondo, usó su mano izquierda contra un edificio cercano para aminorar su velocidad de caída hasta detenerse, dejando un rastro de concreto dañado encima de él. El Ídolo iba en caída libre pareciendo que fue derrotado, pero no, volvió a mantenerse en vuelo y Soren, en respuesta, cayó justo sobre su cabeza, donde una vez más usó otro misil en la boca que ahora sí lo atravesó de lado a lado hasta destruir su cerebro mecánico; el Ídolo cayó "muerto" y Soren sobre sus tres puntos de apoyo, terminando así con la batalla.
Por último, Samus combatía en el sector industrial de la colonia, estaba ella sola con unos cuantos guerreros de la Orden Metroid. Y como los piratas se encontraron con su eterna enemiga, no fueron nada reservados en contra de ella, pues enviaron un meteorito con metroides, los mejores soldados que vestían la armadura amarilla, naves de asalto y hasta múltiples tanques bípedos de multimisiles. Ellos disparaban todas sus municiones, pero no le hacían daño, o bien no podían dar en el blanco. Samus estaba en una avenida por donde se aproximaba un pelotón de soldados de asalto, pero con su multirráfaga de rayos los mató a todos casi al mismo tiempo; tres naves de asalto y otros dos montones de soldados se acercaron desde esa misma dirección, y con el Localizador las naves fueron destruidas en pleno vuelo, mientras que los montones de piratas sucumbieron ante las explosiones; otro escuadrón de soldados armados únicamente con cuchillas aparecieron desde las ventanas de una planta de desarrollo de software, eran un tipo de piratas extremadamente hábiles en el manejo de la guadaña láser, pero ni así pudieron hacerle un solo rasguño a la cazarrecompensas, ella simplemente activó el desplazamiento en fase y, uno por uno, los acabó con golpes físicos, dando patadas en las costillas que picaban el corazón o los pulmones, azotes con el cañón sobre los cráneos, puñetazos directo al estómago en donde su mano atravesaba hasta el otro lado, entre otros detalles crudos. Entonces fue el turno de un tanque bípedo en la lejanía, el cual usó toda su artillería tras haber apuntado, pero la armadura eléctrica protegió perfectamente a Samus, y en respuesta ella eliminó al tanque con un supermisil. Tras esto, no aparecieron más tropas regulares, los demás seguían enfrentándose a la Orden Metroid en otros puntos del sector, pero eso no quiere decir que Samus quedó sola, no cuando escuchó algunos aplausos.
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Capítulo 29
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Batalla de Marte. Parte II |
vs. Metroid Prime (Harmony of a Hunter 101%) Rowina fue la del primer ataque al disparar contra la cara del Metroid Prime, llegando a dañarlo con las primeras ráfagas, pero la criatura ocultó su cara y usó sus rayos paralizantes para adherirse sobre el fusil personalizado de la cazarrecompensas, acto seguido se lo quitó de un jalón hasta caer bajo las patas del metroide.
Rowina no tuvo más remedio que ocultarse detrás de un VCI destruido con tal de evitar la lluvia de misiles biológicos, donde tomó de un cadáver un lanzacohetes RPG con una ojiva rellena de Phazon; pero al recogerlo, el Metroid Prime enterró un espolón suyo sobre el VCI y lo arrastró para tener descubierta a Rowina, luego con su otro espolón quiso empalarla, pero ella salió huyendo de ahí mientras era perseguida, con la criatura siendo más rápida. Rowina volvió a caer al suelo cuando evitó una puñalada mortal, aunque esta vez lo hizo bocarriba y así pudo disparar su lanzacohetes prestado directo a la cara desprotegida del Metroid Prime, y viéndolo desorientado, Rowina se puso de pie y rápidamente se dirigió a recoger su fusil.
El Metroid Prime falló a propósito, porque su blanco no era Rowina sino lo que había más allá: los restos incinerados de una Cosmo Liner. El metroide jaló con fuerza y arrastró esos restos directo hacia Rowina con el fin de aplastarla, la aldebarana pegó un salto que no tuvo la suficiente altura para haberlo esquivado, pero al menos si pudo pisar arriba de la nave cuando pasó justo sobre ella, ganando así un impulso extra que le permitió salir ilesa. De ahí aterrizó correctamente y su fusil quedó más cerca que antes, pero no lo alcanzó porque el Metroid Prime la siguió persiguiendo, incansablemente.
Aunque con el poder de Phazon, las granadas no hicieron mucho, excepto dejarlo aturdido cerca de dos segundos, pero eso le bastó a Rowina para quitarle el fusil de asalto a un soldado pirata muerto, un fusil de grandes dimensiones para el tamaño de una aldebarana como ella, así que para disparar debía sostener el arma frente a su pecho con ambas manos, como cuando uno coloca las manos sobre el volante del coche. Con este fusil destruyó un par de esferas que el metroide liberó desde sus emisores de partículas, seguidamente vació todas las municiones sobre su cara y lo obligó a ocultarla bajo su exoesqueleto. Oculto, el Metroid Prime usó un nuevo ataque que antes no había mostrado: un Aliento Ultracongelante con el que congeló las piernas de Rowina.
Fue como si le hubiera pasado un camión a una velocidad de 50 kilómetros por hora, como te lo imaginarás, Rowina quedó destrozada en el suelo, con varios huesos rotos, sus pantorrillas amputadas porque el congelamiento hizo que estas se quedaran ancladas al suelo, y su cuerpo lleno de laceraciones y raspones que sangraban profundamente. Adolorida al extremo, finalmente tuvo su fusil al alcance, pero el Metroid Prime se colocó encima de ella y amenazó con devorarla usando sus mandíbulas inferiores; la mandíbula se abrió de forma grotesca y liberando un fluido transparente que llegó a caer adentro de la boca de Rowina. Entonces dio un mordisco , Rowina rodó para esquivarlo y se alejó un metro de su arma, luego el Metroid Prime volvió a atacar de la misma manera, pero antes de hacerlo a Rowina se le ocurrió una cosa.
Rowina sabía que el Metroid Prime tiene como origen un Metroid Talloniano, venía en los informes después de todo. Por ende, Rowina también sabía que esta variante, más débil que la variante original de SR388, podía ser destruida si se le sobrecargaba de energía, sobre todo de energía de Phazon, razón por la cual no solo se conformó con introducirle el cable de su contenedor (también tuvo que quitarse su chaleco para no ser zarandeada por los bruscos movimientos de su oponente), sino que rápidamente se arrastró cuando vio que el Metroid Prime se apartó y se retorcía del dolor, sin poder quitarse el cable de la boca, y Rowina recogió su rifle. Con su arma en mano, y aprovechando lo último que le quedaba de energía en sus tres baterías complementarias que parecían ser cartuchos cúbicos, apuntó a la cara del metroide.
Con la poca energía de su fusil, siguió atacando a la cara hasta haberle destruido un ojo y causarle sangrado, entonces en su agonía, el cable salió de la boca del metroide y Rowina rápidamente se arrastró hasta alcanzarlo y reconectarlo en su arma.
Sin poder moverse bien, Rowina llamó a su nave Cestus y esta aterrizó frente a su dueña.
Rowina se colocó una pantorrilla en su lugar previo, igual que cuando se coloca una pieza en el rompecabezas, seguidamente tomó una inyección de nanorrobots de un tipo similar a los que Soren segrega de su cerebro cuando está en estado crítico, y estos hicieron el trabajo de soldar ambas piezas; lo mismo hizo con la otra pantorrilla, y ya para finalizar, derramó sobre las marcas un líquido que se gelifica al contacto con la piel, pero que a los cinco segundos elimina cualquier cicatriz. Y curada, incluyendo sus huesos gracias a los nanorrobots, pudo reincorporarse sin contratiempos.
vs. N-Yul (mix de Hauntershadow) Soren estaba metido en un gran problema al momento en el que N-Yul apareció con su Quadraxis. Soren pensó en que lo mejor que podía hacer era usar los edificios a su favor, así que huyó entre las calles pequeñas cuando la primera tanta de misiles salieron del robot. La calle se llenó de explosiones, pero Soren pudo mantenerse a salvo, aunque no por mucho, ya que N-Yul fue tras él y atravesando los edificios como si fueran cortinas de papel, e incluso si los pesadísimos escombros le caían encima, no sufría ningún daño.
Parte del edificio colapsó e interrumpió el salto de Soren, pero afortunadamente pudo salvarse gracias a su rayo enganche, el cual se sujetó sobre un ornamento metálico que sobresalía del edificio que seguía completo, y así pudo subir a lo alto. Cabe resaltar que Soren pasó por una mejora en la que su rayo enganche dejó de funcionar mediante su cañón, ahora salía de la luz encontrada en el dorso de su mano izquierda. Alcanzado este punto, Soren apuntó a una de las cuatro rodillas y la destruyó con uno de sus misiles, y solo se escuchó un grito de N-Yul acompañado de una frase.
De no ser porque Soren se apuró en salir de aquella zona usando su rayo enganche sobre las estructuras para columpiarse de punto en punto, igual que un majestuoso Hombre Araña, el centrifugado lo habría absorbido y liquidado en el torbellino que se forma cuando el Quadraxis comienza a girar sobre su propio eje a velocidad centrífuga. Este ataque acabó con varias manzanas a su alrededor, llevándose por delante incluso a muchos soldados del MNE y soldados de los Piratas Espaciales por igual. Soren casi fue arrastrado, pero logró ponerse a salvo, aunque no pudo estar a salvo cuando N-Yul dejó el torbellino y disparó múltiples veces con rayos normales de materia-antimateria, en conjunto con un bombardeo de misiles que obligaron a Soren a volver al fondo, cayendo de espalda en la avenida principal de la ciudad. Tras ponerse de pie y sacudirse el polvo, vio que N-Yul lo alcanzó, así que atacó a otra articulación de las patas, pero falló el tiro porque el Quadraxis movió su cuerpo, y el proyectil impactó en otra parte.
Las ondas de choque empujaron violentamente a Soren contra un socavón, además de haberle causado daño por electricidad. Quedó paralizado tan solo un par de segundos, pero N-Yul avanzó hacia él y su cercanía se delató por los temblores que provocaban las cuatro patas de la máquina, entonces quedó frente a Soren, con el módulo de mando mirándolo hacia abajo.
N-Yul le disparó un rayo normal de materia-antimateria que, debido a su velocidad similar al del sonido, Soren fue incapaz de esquivar, así que lo recibió de lleno y varias piezas de su armadura se desprendieron de su cuerpo. Soren quedó tirado en el suelo, pero aún podía luchar, y contraatacó con otro misil a una tercera articulación; a N-Yul le dio completamente igual, estaba segura de su victoria, y solo respondió con unos cuantos disparos de sus ametralladoras antipersona que dejaron al cazarrecompensas en un peor estado.
En eso, la última articulación recibió el impacto de una ojiva lanzada desde un lugar alto, y no fue otra cosa que el obús del escuadrón de Soren. La destrucción de la última rodilla llevó al colapso del cuerpo principal del Quadraxis, ya no pudo sostenerse más y solo quedó activa el módulo de mando que comenzó a desprenderse del cuerpo.
El estallido empujó a Soren de regreso al pavimento, solo que esta vez se enganchó a una varilla metálica que sobresalía de un edificio dañado y aterrizó bien; por otra parte, el módulo de mando perdió el control hasta estrellarse sobre un taller automotriz del cual no quedó nada, ya que el módulo explotó como una bomba que arrasó con todo el interior y gran parte del exterior también, quedando únicamente una estructura ardiente.
Lamentablemente la batalla todavía seguía su curso, y es que los reflejos de Soren hicieron clic cuando un escombro levitó y salió disparado hacia él, por ende pudo agacharse y salvarse de no ser decapitado. Al girarse hacia aquella dirección, se dio cuenta que más escombros estaban flotando de forma inexplicable, y solo había una respuesta para este fenómeno.
Los escombros, excepto por uno, fueron arrojados contra Soren y por él fueron destruidos con disparos de escopeta, pero justo antes de derribar al último, súbitamente sintió una parálisis en su cuerpo: no podía mover ni un solo dedo, y rápidamente entendió que N-Yul lo inmovilizó con sus poderes psíquicos. De esta forma, Soren no pudo hacer nada en contra del objeto de concreto con varillas de acero en su interior, fue golpeado y lanzado contra un tanque destruido, pero la luminaria no lo soltó, lo arrastró por el suelo y luego lo estrelló múltiples veces contra diferentes superficies en el entorno, hasta que finalmente lo alzó en el aire. Cuando esto sucedió, las constantes vitales de Soren se alteraron todavía más, tanto que Alexa se preocupó al grado de enlazar con él en imagen directa, viendo la situación a través del visor de su compañero.
N-Yul inició despidiendo varios haces de luz que Soren no solo evitó, sino que reaccionó con un misil energético de su cañón, solo que la luminaria lo bloqueó con su escudo, que no hay que olvidar que se activa a la velocidad de la luz, como cuando se enciende un foco. N-Yul descendió también al suelo a la vez movió más objetos contra Soren, esta vez no usó armas de energía sino su sable para deshacerse de estas cosas, aunque en una de esas su enemiga aprovechó para arrojarle materia oscura que congeló gran parte de su cuerpo.
N-Yul no lo vio venir: el rayo enganche de Soren le pasó justo al lado de su cabeza pero sin tocarla, siendo que se enganchó contra el cuerpo de un faro que estaba detrás de ella, entonces la fuerza del haz jaló a Soren directo contra su enemiga, teniendo él su Hoja de Damasco equipada, y le asestó un duro ataque a N-Yul que terminó por quebrantar su escudo, y no solo eso, le rozó el brazo hasta causarle una herida profunda.
Luego de estas palabras, un quinteto de Metroides de Phazon rodearon a Soren, mientras que N-Yul abrió un agujero de gusano detrás de ella por el que iba a escapar.
Y por último, Samus tenía a Weavel al frente, un antiguo enemigo al que no había vuelto a enfrentar desde lo ocurrido en el Sector Alímbico. En medio del diálogo, Samus lo escaneó y los resultados arrojaron algo curioso.
El momento llegó para batirse en un duelo por tercera vez, un duelo en el que pareció que había un claro ganador desde el comienzo, pero a veces las cosas nunca son lo que aparentan. Samus ralentizó su alrededor y atacó a Weavel con su cañón cargado, buscando matarlo con un solo rayo de plasma, pero para su sorpresa Weavel pudo moverse dentro de este espectro alterado por el desplazamiento en fase. Weavel tomó su pistola en la mano izquierda y disparo un glóbulo de su Destruktor, mismo que chocó contra el plasma de Samus y ambos se destruyeron a medio camino de sus respectivos objetivos. Samus no dijo nada, pero su impresión se hizo notar en su mirada.
Por esta ocasión, el Desplazamiento en Fase no iba a ser una herramienta útil contra Weavel, usarlo supondría un desperdicio de energía de reserva que bien se podía aprovechar para otros poderes. El cazador pirata siguió disparando glóbulos reforzados que Samus recibió pero con su armadura eléctrica activa, y en respuesta ella liberó un supermisil que Weavel partió en dos con su hoja, pero no iba a poder hacer lo mismo con otros cinco misiles teledirigidos, ahí tuvo que huir y usar una red de tuberías de la refinería cercana para no dejarse alcanzar. Los misiles se estrellaron contra varias superficies sin afectar a Weavel, aunque Samus también se movilizó y sorprendió a su enemigo justo en un andador estrecho, dándole un fuerte golpe con su cañón potenciado por su armadura eléctrica que lo hizo retroceder, y seguidamente Samus le disparó un rayo cargado que pudo haber terminado el combate, excepto que Weavel dividió su cuerpo y el rayo pasó entre el espacio de ambas mitades.
Samus bloqueó, Weavel aterrizó en el suelo y pegó un salto frontal usando sus manos, dando una cuchillada doble que Samus resintió, y aunque pudo detener una tercera cuchillada al dar otro contragolpe con su cañón, donde el torso de Weavel salió despedido fuera del andador y pudo sujetarse de la orilla, la mitad inferior del cazarrecompensas seguía ahí en el fondo y disparó a Samus, que además de lastimarla la empujó fuera hasta caer en una plataforma metálica mucho más amplia. La Semitorreta siguió atacando desde arriba, Samus se protegió con su escudo eléctrico y atacó con un supermisil que destruyó el andador e hizo caer las piernas a una zona todavía más baja; en tanto, el torso reapareció y Samus esquivó al convertirse en Morfosfera, pero al mismo tiempo depositó una Bomba de Energía que Weavel alcanzó a notar, así que saltó por la orilla de la plataforma justo antes del estallido del explosivo, y Samus cayó a lo más bajo mediante un salto giratorio con el Ataque Barrena, pudiendo así no ser detenida por ningún obstáculo en su trayectoria. Ahora Samus estaba en un lugar abierto de la refinería, sin encontrar ni un rastro de Weavel ni con su Visor de Rayos X, en parte gracias al plomo predominante entre los metales y muros de concreto. Al pasar unos pocos segundos, Weavel seguía sin aparecer, pero sí que llegó su nave de combate que desde lejos atacó a Samus con sus torretas de rayos nova que evitó al deslizarse lateralmente, y ella respondió con su Multirráfaga de Rayos, llegando a asestar algunos tantos tiros que si bien hicieron algo de daño a la nave, no bastó para derribarla, y posteriormente ese caza soltó misiles Helix por todo el lugar, aunque de manera ciega al no haber hecho ni un rasguño a Samus. La nave se alejó pero luego retornó a atacar, y fue cuando Samus optó por destruirla finalmente con otro torrente de rayos más, sin embargo su instinto le advirtió de otra cosa. Era Weavel, ahora montado sobre su característica moto flotante, aproximándose por la retaguardia de Samus con el fin de decapitarla, pero ella se giró e interpuso su cañón, Weavel pasó de largo y frenó, después se dio media vuelta y nuevamente se preparó para avanzar. Mientras tanto, su nave seguía al acecho al haber disparado otro misil, pero esta vez Samus la dejó acercarse y le provocó daños severos al golpearla con el Ataque Barrena. De esta forma la nave no volvió a molestar, aunque Weavel todavía seguía combatiendo
Y entonces arrancó, instante en el que reveló que su moto tenía dos cañones de rayos frontales con el que comenzó a disparar. Samus también avanzó corriendo, y ahora esquivando los rayos al ya tener poca energía de reserva, pero se las arregló para no salir lastimada por los rayos de la moto flotante; al estar cerca ambos, Weavel volvió a preparar su guadaña, y al estar en una distancia crítica, Samus dio un salto frontal y Weavel blandió su hoja, donde al final ambos llegaron a rozarse. Samus tumbó a Weavel de la moto con un disparo a quemarropa de la Multirráfaga de Rayos, y la moto derrapó sin control hasta chocar contra un montón de cajas, mientras que Samus sufrió un corte en el área de las costillas y terminó rodando en el suelo, aunque recuperó el control y quedó de rodillas frente a Weavel.
Si bien ambos se atacaron mutuamente, Weavel terminó en peor estado al grado en el que su peto se desprendió y quedó a la vista su corazón artificial junto con todos los mecanismos internos; Samus habría quedado igual de no ser por la protección ofrecida por la mezcla de su Traje Climático con el Traje Gravitatorio. Weavel le costó ponerse de pie, llamó a su moto que seguía entera y se apoyó sobre ella.
Weavel se dirigió a su nave que lo esperaba lejos de la refinería en cierto punto de la zona industrial, entró en ella con todo y moto y pasó a retirarse del planeta. Samus y Soren derrotaron a dos objetivos de alta peligrosidad, y Rowina hizo lo mismo con el Metroid Prime que atacó la zona residencial, pero la guerra siguió incluso tras estas batallas. La noche llegó y el fuego fue la principal iluminación que la ciudad tenía, pero al final todo acabó al amanecer. Las fuerzas del MNE derrotaron a los Piratas Espaciales en tierra y en órbita, forzando la retirada del resto de las fuerzas enemigas y de la Nave Leviatán. Este ataque fue tan solo una muestra del poder que los Piratas Espaciales seguían acumulando con el poder del Phazon. Samus comprendió que la situación ya no podía esperar más, que había llegado el momento para exterminar a los Piratas Espaciales y al Phazon de una vez y por todas. Habiendo atacado previamente al enemigo en los tres planetas custodiados por los cazarrecompensas resurrectos, y con la certeza de que los fanáticos ya no suponían ser una amenaza importante gracias a la purga de los parásitos de Phazon en los cerebros de los ciudadanos, el siguiente movimiento estaba más claro que el agua: invadir Permalux y expulsar a las fuerzas enemigas, y finalmente hacer lo mismo en Valrein, la guarida del absoluto líder de los piratas, Narog. Sin embargo, al momento de estar organizando el asalto a Permalux, Computer Man descubrió algo que dejó a todos perplejos. Permalux, la segunda fortaleza enemiga más importante, quedó completamente desprovisto de tropas y flotas de defensa orbital. |
Capítulo 30
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Invitación |
Marte quedó a salvo del intento de conquista de los Piratas Espaciales, no solo N-Yul y Weavel fueron vencidos, sino que las fuerzas del MNE destruyeron una cosechadora que pretendió implantar bajo la corteza terrestre a un Leviatán. Este incidente fue lo que aceleró los planes para dar el golpe final al enemigo, que empezaría al atacar Permalux y finalmente Valrein, donde residía la fuente principal del Phazon Alfa, la variante del mutágeno que permitió su supervivencia tras la explosión de Phaaze. Pero Computer Man descubrió algo que quiso discutir con todos los demás altos miembros de la organización, así que Samus, Soren y Rowina regresaron a la Tierra, al cuartel para estar presentes en la reunión.
Nadie se opuso, por lo tanto Samus se reunió con su guardia y se encaminaron a Permalux, aquel planeta en el que la noche era prácticamente inexistente al orbitar más de una estrella. Llegaron y se encontraron con lo esperado: nada, ni una triste nave pequeña en las cercanías del planeta, fue tal como lo mostraban las imágenes, la órbita vacía. El Águila de Dryn se posicionó en espera mientras la Nave de Samus se eyectó hacia el planeta, llegando a aterrizar cerca del mismo lugar donde Soren y Rowina encontraron la base pirata en el pasado, es decir en el interior de un cañón cubierto por la jungla, a donde pocos rayos solares podían bañar. La nave atracó en un claro en medio del bosque tropical y Samus salió por la escotilla inferior.
Samus siguió avanzando a la vez que mataba a toda especie silvestre que fuera una amenaza, todos pequeños y de un bajo nivel de amenaza a pesar de las mutaciones que habían sufrido, siendo un Groganch la única excepción. El Groganch se volvió más resistente y tenía dos pares de ojos, aparte de que sus glóbulos de gas tóxico fueron reemplazados por glóbulos de gas Phazon; sin embargo, Samus no batalló nada contra esta criatura, sabía de lo que era capaz y contaba con el armamento suficiente para derrotarlo en menos de 25 segundos.
Finalmente llegó al gran cañón, una enorme mina de Phazon que se usaba para extraer el mineral del subsuelo y enviar el material recogido a procesar a otras partes del planeta. Pegó un salto y giró hasta caer al fondo, en medio de la zona segura que era donde abarcaban las instalaciones enemigas. Suelo infértil, rocas, oscuridad iluminada por el fulgor azul del veneno, había todo esto excepto Piratas Espaciales; Samus no fue nada discreta al caer, era para que las alarmas sonaran y cientos de fuerzas cargaran contra ella, pero no pasó nada. En efecto, Permalux quedó vacío por completo, y no parecía haber trampas de por medio.
Samus entró por la puerta de la torre y de ahí se dirigió a un ascensor en el extremo opuesto, pero al dar los primeros pasos fue recibida por dos torretas perimetrales de clase Tormento. Los mecanismos abrieron fuego y Samus esquivó con una voltereta trasera, e inmediatamente se deshizo de ellas con un misil sobre cada una de forma simultánea. Estas torretas siguieron activas junto a toda la torre de arquitectura Urtraghiana, viéndose en los distintos sistemas que seguían funcionando en la planta baja. Ignorando el entorno y maquinaria, Samus se posó sobre el ascensor y subió a lo más alto, punto de donde provenía la señal captada por su armadura. En la cima se encontró con una sala circular que daba una vuelta completa alrededor de la torre, y que contaba con ventanas hacia el exterior frente a toda una serie de ordenadores y pantallas de todo tipo, y recorriendo este lugar fue que Samus encontró la fuente de la señal. Un Panel Pirata de Rayos X, Samus usó sus propios rayos X para averiguar la combinación y digitarla en el panel. Esto activó un mensaje de voz que no era de otro que del mismo Narog.
Terminando de reproducirse el mensaje, el panel se desactivó. Samus no fue la única que lo escucho, también todos los que veían el desarrollo de la misión mediante su visor.
A pesar de ser considerado como una gran victoria para el MNE, Samus y los demás tenían un mal presentimiento. El satélite enviado a Valrein logró transmitir información, y nuevamente reveló lo esperado: hubo un aumento inusual de naves estacionadas en órbita, entre ellos dos cruceros clase Merodeador que eran las contrapartes de los cruceros Thule del MNE. Efectivamente, el enemigo que solía estar presente en Permalux pasó a reforzar las defensas en Valrein, complicando todavía más cualquier intento de ataque. ¿Pero qué más se podía hacer? La información proporcionada por el Córtex Gigas y otras UAs capturadas, como la 217 en Elysia, era clara: ya no debía haber ninguna fortaleza oculta como el trío de planetas de antes, esta vez se pudo confirmar tras un exhaustivo trabajo de espionaje y reconocimiento a lo largo y ancho de la galaxia conocida. Con esto en mente, solo quedaba la opción de organizarse e lanzar el ataque final hacia Valrein, teniendo presente que Narog podía tener algún as bajo la manga, pero era ahora o nunca. Un as bajo la manga... Completamente factible, el Discípulo Mayor es alguien de quien se puede esperar cualquier sorpresa, algo que ha demostrado en múltiples ocasiones ya. Ni Samus ni nadie sabía exactamente lo que tramaba, de hecho tampoco sus subordinados más cercanos, pero había un plan secreto.
Y sabiendo que Valrein podía marcar el fin de un largo conflicto, Samus reunió a todas sus fuerzas y simpatizantes para organizar el último asalto, pero no se conformó con ello, por lo tanto se dedicó a rastrear a cierto grupo de gente que esperaba se unieran a ella para cuando llegase el día. Dio con ellos en el desierto de cierto planeta lejos del alcance del MNE, refugiados todos en una cueva para cubrirse de las tormentas de arena y los intensos rayos del sol. Samus se posó frente a la entrada de la cueva y varios soldados de la Federación, los últimos que todavía resistían a pesar de la caída del gobierno al que servían, interceptaron a la nave de la lideresa del MNE. Ella descendió y lentamente caminó hacia los hombres, algunos no tenían cascos y se les podía notar el miedo en sus ojos junto al sudor que secretaban, que no parecía ser causado por el calor. Pero antes de que hubiese un primer agresor, alguien importante se asomó desde adentro de la vueva para detener a sus tropas, aunque no se mostró del todo, seguía cubierto por las sombras del interior.
Hubo un silencio largo en el que solo se escuchaba el soplo del viento caliente, pero finalmente Samus decidió romper el hielo.
Dicho esto, Samus se fue de aquel planeta, dejando a los soldados de la Federación solos, a que tomaran una decisión. Anthony simplemente se quedó mirando el transmisor, preguntándose qué debía hacer ahora, en especial por el bien de sus soldados. |
Capítulo 31
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Invasión a Valrein. Parte 1 |
Valrein, otrora un hermoso mundo, sobre todo por sus paisajes de taiga y un temperatura fría, se convirtió en un páramo ponzoñoso repleto de tentáculos de Phazon, en un orbe reluciente en la penumbra del cosmos hasta casi opacar la luz de su propia estrella madre, en un casi completo clon de Phaaze, un clon protegido por la última gran flota pirata liderada por N-Yul en su Nave Leviatán. Y después de algunos días de la misión en Permalux, el mancomunado llevó a cabo los preparativos para dar el último golpe a los Piratas Espaciales en su propia cancha, algo que obligó a Samus a emplear a casi todas sus fuerzas disponibles, ir con todo.
Los destructores piratas abrieron fuego contra las naves de mayor tamaño, algunas siendo destruidas en el mismo instante, pero los otros hacían lo mismo con sus fragatas Draco contra las naves nodrizas y los destructores. Los cazas se atacaban entre sí y otros eran derribados por las naves grandes cuando se acercaban demasiado, no había caza superior a otro, lo único que marcaba la diferencia era la habilidad de los pilotos. El Águila de Dryn y toda la fuerza de asalto se fue aproximando al planeta, pero la Nave Leviatán los interceptó.
Lo dicho, el asteroide de PE-10 hizo acto de presencia y solo se veía más grande que la última vez al haber acumulado todavía más basura espacial. Los Cibernéticos iban a ser los responsables de la eliminación de la Nave Leviatán, su apoyo era imprescindible.
Ambos cometas se atacaron entre sí con sus armas más poderosas, pero entre los disparos viajaba PE-10 junto con cientos de fuerzas cibernéticas en dirección al Leviatán, para tratar de entrar por los agujeros del escudo y de ahí infiltrarse al interior de la nave. Así lo hicieron, pero no pudieron llegar directamente al puente de mando, en el cráneo de la bestia, sino que tuvieron que circundar hasta entrar por la parte de atrás, en un lugar lleno de Plataformas Tentaculares y Hongos Parasíticos. Al hacerlo, fueron recibidos por fuerzas metroide de distintos tipos.
Era cuestión de tiempo para que aparecieran los Metroid Prime. Uno de ellos sorprendió a PE-16 por la espalda y le provocó una herida profunda en la espalda con sus espolones, pero para un cibernético no era un daño tan grave y PE-16 expulsó una bomba de gas de Phazon que hizo ocultar la cara del Prime, de ahí se defendió ante los ataques erráticos de este ser al no poder ver bien, aunque pronto el gas se disipó y, ya viendo correctamente, usó uno de sus láseres que empujó al cibernético contra uno de los grandes hongos, causándole un mayor daño que antes. 17 y 18 combatían juntos contra otro de estos Metroides, con 18 atrayendo su rabia al golpear y esquivar para no ser alcanzada por los ataques del Prime, mientras que 17 usaba todo el poder de sus bobinas sobre el punto débil del metroide. En un principio iban bien, el plan resultaba, pero el Metroid Prime congeló a 18 con hielo y después roció a 17 con misiles, y él estando en el aire pudo destruir algunos excepto uno que lo derribó sobre una plataforma; 18 logró liberarse, sin embargo tardó en entrar en carrera y el Metroid Prime la arrolló. Ambos siguieron vivos, pero esta aberración les suponía un desafío y estaban recibiendo una golpiza como ninguna otra, además otros metroides menores se acercaron para intervenir. PE-10 enfrentó a otro de ellos. Soportó el ataque de los emisores de partículas y respondió con varias flechas explosivas, el Metroid Prime arrojó misiles y rayos de su boca, también trató de congelarlo, pero PE-10 era el tanque definitivo, una mole extremadamente resistente que mejoró todavía más cuando su creador, Justin Bailey, lo mejoró con Phazon al igual que al resto de los Cibernéticos. Por ende, PE-10 acabó por matar a su oponente al sacar el largo cañón de su torso, con el que disparó su proyectil más poderoso que el Metroid Prime no pudo bloquear no porque ocultó su rostro, simplemente este rayo de partículas con Phazon atravesó la coraza de un lado a otro, dejando un enorme agujero al rojo vivo, y la criatura simplemente se desplomó. Pero el asunto no acabó ahí, sino otros Metroid Prime se presentaron en el lugar al igual que otras hordas de metroides menores. Afortunadamente también llegaron refuerzos de los Cibernéticos, todos dispuestos a una cosa.
PE-10 recorrió el camino eliminando a una serie de órganos oculares hasta que topó con otra puerta y también la destruyó, encontrándose así en Núcleo del Leviatán, un lugar espacioso lleno de conductos enormes a los lados junto a otros elementos más hechos de Phazon, y encima una gran válvula que almacenaba al Núcleo del Leviatán (era el nombre dado tanto al espacio en cuestión como al dispersador de Phazon), que igualmente daba al puente de mando de la semilla. PE-10 sintió un aire ominoso en ese lugar que no se sentía ni con los Metroid Prime, su instinto no se equivocaba, estaba a punto de enfrentar a N-Yul, y como preparativo hizo uso de los nuevos inventos que le proporcionó Narpas. Varios robots hexagonales, que medían 10 centímetros de vértice a vértice, se desprendieron de la espalda de PE-10 y rápidamente hicieron un sistema de flote para dispersarse por todo el terreno de forma discreta, también se ocultaron a simple vista. Hecho esto, N-Yul habló.
Y fue cuando los hexágonos de antes se volvieron clave para salvar a PE-10, estos siguieron moviéndose muy discretamente, levitando hasta posicionarse en un patrón específico, y entonces PE-10 usó todas sus fuerzas para mover su brazo cañón unos tres centímetros hacia arriba hasta apuntar a uno de los hexágonos. Y PE-10 abrió fuego, la flecha rebotó al hacer contacto con el objeto hacia otro hexágono, luego a otro, y luego a otro, rebotó varias veces hasta que finalmente la flecha de energía salió disparada contra N-Yul, cuyo escudo mental reaccionó para protegerla, aunque eso conllevó a que soltara a PE-10 de su yugo telequinético.
Con aquellos hexágonos, N-Yul aceptó el hecho de que usar sus ataques psíquicos era una cosa arriesgada, así que combatió a la vieja usanza con ayuda del poder de Phazon. Usando una espada luminaria que podía modificar su polaridad gracias a un cristal luminario sobre la empuñadura, N-Yul cargó contra el enemigo sin tocar el suelo, cosa que también hizo PE-10 con ayuda de sus alas y con su otro brazo convertido en una guja. Ambos chocaron sus armas, se separaron y volvieron a chocarlas múltiples veces, hasta que en una de esas N-Yul cubrió la hoja con energía oscura y al hacer contacto con la guja de PE-10 comenzó a cubrirse hasta congelarse; PE-10 se alejó y atacó con misiles lanzados desde unos disparadores ubicados en sus pectorales, N-Yul usó el rayo de luz para crear una extensión lumínica sobre su hoja y con eso se deshizo de todos los proyectiles con un solo movimiento, casi al mismo tiempo que el cibernético rompió la materia oscura solidificada de su brazo. N-Yul usó la misma espada potenciada con luz y la azotó sobre su oponente, creando un estallido lumínico que no solo le causó daño, sino que incineró parte de su ropa, concretamente todo lo que vestía en el tronco. PE-10 contraatacó con una versión metralla de sus flechas que debilitaron aún más al escudo telequinético, la otra disparó múltiples ráfagas oscuras seguidas de una media luna en forma horizontal hecha de esta misma energía, solo que el cibernético interceptó todos los ataques con más metralla, y hecho esto volvió a cargar contra la luminaria usando su brazo convertido en arma blanca, ella hizo lo mismo y siguieron intercambiando ataques de combate cercano. Por otro lado, el combate en la superficie de Valrein era mucho más intenso que en órbita. Las defensas piratas se estaban centrando mucho en defender una estructura en particular sobre todas las demás: una estructura similar a la mezquita de Santa Sofía en Estambul, pero con un aspecto propio de la arquitectura urtraghiana y con un tamaño cuatro veces mayor en extensión; por esto, y porque cuando el Águila la bombardeó desde el cielo sufrió pocos daños, no cabía duda de que Narog aguardaba en aquel lugar. Los últimos pocos Ídolos de Ridley protegían el exterior junto con miles de tropas piratas de todos los clanes y metroides que provenían de distintos puntos del planeta al haber múltiples nidos. La estrategia de Samus fue la siguiente: enviar a los soldados y cazarrecompensas a acabar con los nidos, pero para atacar el templo pirata usó a su Orden, a los marines y a un escuadrón especial, el de Anthony Higgs. Así es, Anthony y su gente aceptaron la petición de Samus, comprendieron que la galaxia pendía de un hilo y que era responsabilidad de todos impedir la total destrucción; Anthony pasó por una cirugía de reconstrucción para colocarle una prótesis craneal-ocular y cerebral, junto con un nuevo par de pulmones sintéticos y un corazón también sintético, con eso estuvo listo para volver a la acción.
Esferas de Batalla y naves siendo destruidas, marines siendo atacados desde lejos por un tanque bípedo estacionado justo frente a la entrada del templo, piratas como soldados de armadura amarilla, tanto terrestres como voladores, y zebesianos liderados por los de color plateado, todos ellos iban empujando con cada vez más fuerza. Los marines del mancomunado la estaban pasando mal aun si los Ídolos eran mantenidos ocupados por la Orden, después de todo estaban enfrentándose a una fiera oposición que nunca antes habían visto en previas batallas. Samus era la única que podía atravesar ese grueso cerco, era la ayuda que Anthony esperaba, pero estaba ocupada matando Ídolos junto a su mejor alumno, es decir Soren. Su pupilo se hallaba sobre la cabeza de uno de los robots y disparó varias veces a la cabeza hasta alcanzar el cerebro, aunque esto no lo destruyó sino que lo descontroló, los daños le hicieron disparar erráticamente todas sus armas a cualquier dirección y con el riesgo de alcanzar a las fuerzas aliadas, también zarandeó a Soren hasta que él se soltó; sin embargo, él usó su rayo enganche para colgarse de uno de los brazos, y las violentas sacudidas del Ídolo columpiaron a Soren hasta salir disparado hacia arriba, encima de su enemigo, y finalmente lo eliminó decapitándolo con su sable. Ambos terminaron en el suelo, pero Soren salió ileso, tan solo se sacudió.
Gran parte de la Orden pasó a reforzar a las fuerzas de choque que querían entrar al templo, lo hicieron atacando a los vehículos blindados y a los piratas más poderosos, lo hacían con el fin de abrirle paso a Samus para que abriera una brecha en la gran puerta de piedra que iba reforzada con phazita y metales, para ello se dispuso a usar su Láser Zero aumentado a toda la potencia, porque la defensa de ese templo era tan alta como el de un Leviatán.
Los marines y las fuerzas de Anthony acataron la orden, también se colocaron pecho tierra, y aún así resintieron la onda expansiva del Cañón Norfair. El omnipotente láser chocó contra la enorme puerta, pero al cabo de unos tres segundos se resquebrajó y finalmente se rompió en pedazos, y como extra el láser fue más allá arrasando con lo que había en su camino hasta detenerse cuando Samus consideró que fue suficiente. Con el templo abierto, las tropas del mancomunado entraron al grito de guerra, Samus se sintió con mareos moderados por usar el cañón y hasta Soren se preocupó.
El templo estaba compuesto de miles de habitaciones, pero el área principal fue el hallado detrás de la puerta principal, que era un punto de reunión sostenido por múltiples pilares, suelo de mármol negro con el logotipo de la Luz Eterna formado con alfombras rojas, y lo más destacado era un podio en el extremo contrario de la puerta, un podio en cuya pared estaba colgado un emblema de los Piratas Espaciales hecho de metal rojo y brillante, y varias banderas con el mismo logotipo colgaban en los pilares. La batalla se continuó adentro, donde esperaron más fuerzas piratas, pero entre ellos había un nuevo tipo de ellos. Una unidad de Anthony había eliminado a otra unidad enemiga con ayuda de sus balas penetrantes, pero, sin avisar, tres haces de luz se generaron detrás de ellos y ahí aparecieron: eran Piratas de Choque, los soldados más poderosos en el ejército de Narog, sus discípulos, el equivalente a la Orden Metroid de Samus.
El dúo de antes dejó la sala anterior y continuaron por el ala oeste del templo junto a un puñado de marines, gracias a un rápido mapeado del templo se descubrió un ascensor en el centro de la estructura accesible mediante tres puntos distintos y separados, solo que ellos iban por el camino corto. En el transcurso, Samus y Soren mataban piratas de choque, los marines y guerreros se quedaban atrás o seguían por otros rumbos para seguir limpiando el templo, así fue hasta que el dúo se quedó solo y encontraron el ascensor en un lugar de forma octagonal con emblemas de la luz eterna tallados en los muros. Ahora solo debían continuar, pero el Comandante Pirata de antes les cortó el paso cuando apareció detrás de Soren y lo tomó del cuello, de ahí lo arrojó violentamente contra la puerta por donde él y Samus entraron, rompiéndola en el acto.
En tanto, Samus siguió adelante y descendió hasta llegar a un lugar cavernoso, invadido de plantas de Phazon y rocas invadidas por el mismo veneno que servían como fuente de iluminación también. Y no era cualquier caverna, su tamaño era considerable, parecía que en un principio solía ser una gruta donde había un intenso flujo de agua proveniente de alguna otra parte, pero gracias al radical cambio provocado por el Phazon dejó de ser así. Esta parte de la historia finaliza con Samus andando en busca de la espiga de energía, pero se detuvo cuando sintió la presencia de varios enemigos que la esperaban, enemigos que ya conocía a la perfección.
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Capítulo 32
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Invasión a Valrein. Parte 2 |
En uno de los tantos nidos metroide, Rowina encabezaba el ataque, todo con el fin de forzar a los metroides a combatirlos a ellos en lugar de que fueran a interferir en el frente del templo, incluso si no era posible la destrucción de los nidos y de todos los especímenes responsables de la propagación de la especie. El fin era distraerlos hasta que Narog y el cristal de Phazon Rojo fueran eliminados, solo así los metroides también se extinguirían y el planeta quedaría a salvo de la contaminación, pues aún no estaba totalmente corrupto. Eso sí, la atmósfera estaba tan contaminada que, y es algo que no se mencionó previamente, todas las fuerzas enviadas a la batalla debieron administrarse previamente una vacuna antiphazon para evitar el ingreso de las partículas en el cuerpo, y las únicas excepciones fueron unos pocos cazarrecompensas que tenían trajes protectores, los Cibernéticos, los marines y Samus, etcétera, cuyas armaduras los mantuvieron a salvo.
El trayecto a esta nueva zona siguió siendo igual que antes, con múltiples metroides de todos los tipos atacando por montones como marabuntas, varios hombres terminaron desollados, descuartizados o convertidos en momia, pero eran más los metroides muertos. Rowina y el otro escuadrón siguieron matando y matando hasta que sucedió un imprevisto.
Hasta el momento solo se conocían los Ídolos de Ridley, que si bien eran poderosos, no podían compararse con el dragón original que aterrorizó a la galaxia por décadas. Lo que nadie sabía es que los Piratas Espaciales construyeron otro tipo de ídolo que no proliferó como lo hicieron las versiones draconianas debido a su complejísimo diseño, pobre movilidad a raíz de su colosal tamaño y peso, y la quema excesiva de combustible, pero aún así construyeron unos pocos modelos de estos otros ídolos para reforzar los nidos metroide todavía más, pues si bien eran imprácticos en el ataque, en la defensa se consideraron que eran más que perfectos. Hablamos de que frente a Rowina apareció un Ídolo de Kraid, un robot hecho a su imagen y con las más pesadas aleaciones metálicas que lo hacían igual de resistente que el reptil original, poseía un casco metálico que cubría sus ojos, sus brazos eran cañones de rayos de Phazon, sus proyectiles ventrales fueron sustituidos por lanzamisiles, y en vez de piernas tenía orugas con las que podía moverse hasta un máximo de 50 metros hacia adelante o hacia atrás.
Con sus rayos, el Kraid robótico desintegró a la infantería, con sus misiles destruyó la esfera que los acompañaba y también dirigió unos cuantos de estos contra Rowina, quien salió ilesa al interceptarlos con sus balas de partículas. Quedando completamente sola, Rowina reintentó con sus ataques sobre el cuerpo de Kraid, pero nuevamente no le hizo nada y el robot respondió con más rayos que Rowina evitó al cambiar rápidamente de posición, donde se ocultó detrás de un muro luego de darse cuenta de la pobre movilidad de la máquina. Rowina sabía que el Kraid mecánico no podía perseguirla de ninguna forma, dándole tiempo de pensar en algo antes de volver a la acción mientras la máquina emitía rugidos sintéticos.
Excepto que Rowina no estaba a salvo del todo, pues Kraid liberó algunos misiles diferentes a los de antes, unos misiles que viajaban lentamente y que estaban recorriendo todo el lugar, como si fueran perros olfateando a su presa para dar con ella. Viendo el comportamiento de los misiles, a Rowina le quedó claro lo que eran.
El misil aceleró repentinamente y estalló al hacer contacto con el escondite de Rowina, pues ella alcanzó a quitarse, pero también quedó expuesta y el resto de los proyectiles fueron tras ella. Rowina no tenía tiempo de derribarlos con sus ráfagas, así que se dedicó a correr en los alrededores y aprovechando el terreno irregular para hacer estrellar la balística sobre los obstáculos alrededor; el último misil la alcanzó muy cerca y ella salió arrojada por la onda expansiva, pero también se le incrustó un poco de metralla en brazos y piernas, no fue nada grave, solo que quedó en la mira de los cañones de rayos del Ídolo de Kraid. Por otro lado, PE-10 y N-Yul seguían su enfrentamiento en el interior de la Nave Leviatán que complicaba las cosas en la batalla espacial. El cibernético generó algunas centellas que posteriormente dirigió a la luminaria, quien las deshizo blandiendo su espada, y esta respondió cargando su Rayo Aniquilador que hirió y aturdió a PE-10, pues el estallido sonoro es difícil de soportar hasta para alguien de su talla. N-Yul pasó a congelarlo con materia oscura aprovechando la oportunidad, y su siguiente movimiento fue crear otra hoja de luz que dejó caer sobre PE-10. Él alcanzó a romper la materia de su brazo izquierdo y la restauró a una mano común, con la que detuvo la luz momentáneamente hasta poder romper la materia oscura en su brazo contrario donde era más abundante. N-Yul usó todas sus fuerzas para vencer la resistencia de PE-10, casi lo logró cuando el filo rozó su hombro, pero PE-10 liberó su brazo derecho con éxito y disparó a N-Yul, dejando su escudo en estado crítico y empujándola lejos contra unas rocas de Phazon, al mismo tiempo que la luz se desvaneció y su hoja volvió a la normalidad.
Al encerrarlo, supo que le sería muy difícil liberarse de varias toneladas de roca, la masa a romper era mucho mayor que la de la materia oscura, así que le dio más tiempo a N-Yul de cargar su hoja con el Rayo Aniquilador. Esta vez, el arma se rodeó de energía oscura, y al mismo tiempo la luz volvió a aparecer en la punta, tornándose de un color rojizo. N-Yul colocó su arma de forma horizontal y por último la blandió, la luz roja salió disparada a velocidad supersónica que destruyó la tumba de rocas y también generó una grieta espaciotemporal.
Las cosas no iban bien para la luminaria, quien apenas había hecho un daño moderado al cuerpo de PE-10 con sus armas, pero ella ya presentaba múltiples heridas y su escudo de energía ya no pudo más. N-Yul trató de alcanzar su espada, pero PE-10 la destruyó con un disparo directo al cristal.
La batalla todavía no terminaba, pues N-Yul alzó su mano y el Núcleo del Leviatán descendió desde lo alto. PE-10 lo atacó, pero para su sorpresa no le hizo ningún daño, y la criatura abrió su boca para permitirle a N-Yul meterse en la cavidad, lo hizo flotando lentamente mientras era rociada con Phazon que salía de la misma cavidad del núcleo. PE-10, entonces, atacó a N-Yul, pero ella al recibir el Phazon restauró un poco de su fuerza y fue capaz de generar nuevamente su escudo que la protegió del daño.
N-Yul acabó fusionándose con el Núcleo, que no cambió de forma, pero al igual que el resto de la semilla, también fue modificado cibernéticamente, por lo tanto pudo usar las armas opuestas que N-Yul tenía en su inventario. N-Yul Núcleo, era el nombre de esta fusión que fue la que puso en aprietos al cibernético.
N-Yul Núcleo también generó una serie de discos lumínicos alrededor que PE-10 no dudó en atacar con misiles, pero los discos fueron más rápidos en expedir una serie de rayos de Luz de Éter que derribaron al cibernético. PE-10 trató de reincorporarse, pero esta vez el daño fue mucho mayor a todo lo que había recibido previamente, y fue ahí que entendió lo que le hicieron las moscas: se adentraron más allá de la superficie y esparcieron adentro del cuerpo trazos de materia oscura, así que al recibir el siguiente ataque de luz, el daño se duplicó al considerarse a PE-10 como un enemigo oscuro. PE-10 sintió algunos pedazos de su cuerpo desprendiéndose, arcos eléctricos recorrían su cuerpo pero no con tanta intensidad, y su corazón, es decir su fuente de energía, parpadeó un poco.
¿Y Samus? No la iba a tener fácil aun con sus poderes. Tenía a tres cazarrecompensas de alto poder a su alrededor que iban acercándosele poco a poco, los tres con el Hiperestado activado desde un inicio para darle fin de forma inmediata. Pero eso no era lo más grave, ya que cuando Samus los analizó, encontró que ellos portaban la misma tecnología que anula las ondas del Deplazamiento en Fase, aquello con lo que Weavel se equipó previamente durante la batalla en Marte, y eran dispositivos que sustituían a la Pila de Phazon que estos cazadores solían portar en el pasado. Viéndose rodeada, Samus activó su configuración de misiles y se colocó en posición de ataque, decidiéndose a quién atacar primero, pensando en lo que sucedería después de que comenzar la primera agresión. Al final se decantó por otra estrategia.
El derrumbe obligó al trío de resurrectos a esquivar las rocas para no ser aplastados, con Rundas patinando en el aire, Ghor destruyéndolas con su plasma y Gandrayda evitándolas ágilmente con sus gráciles acrobacias. Con esta distracción, Samus se impulsó contra Ghor usando el Ataque Barrena, pudiendo atravesar su escudo de energía y dañando su armadura de guerra; Samus rebotó después de haber hecho contacto con la armadura, y fue cuando usó sus rayos para destruir cuatro bloques de hielo, pero disparó un quinto rayo que asestó sobre Rundas y con ello le rompió su coraza helada. Samus volvió al suelo y rápidamente se vio atrapada por un látigo que también le condujo electricidad, era Gandrayda luego de haberse convertido en un Reptilicus, y con otro de sus seis brazos le arrojó a su rival un disco energizado con Phazon, pero Samus pensó rápido en convertirse en bola y librarse así del látigo, para luego acelerar y darle un golpe al falso reptil, cosa que hizo que Gandrayda restaurase su forma original.
Ghor fue rápido y continuó disparando un rayo de Phazon que empujó a Samus contra las rocas, ella se protegió con la armadura eléctrica y salió de ahí rodando en Morfosfera al ver aproximándose una lluvia de misiles, luego se acercó a Ghor y le depositó una Bomba de Energía que no lo mató porque el wotano se cubrió con su escudo, y no solo eso, alzó el vuelo y se alejó lo suficiente, así la detonación solo causó otro derrumbe pero más ligero. Ghor recibió un supermisil y aquello acabó con una parte de su armadura, él contestó acelerando a toda velocidad y girando la mitad superior de su cuerpo en un ataque torbellino que, ayudado con las cuchillas de sus brazos, fue arrasando con toda cosa en su camino. Samus no pensó en evitarlo, sino en potenciar su contragolpe con la armadura eléctrica, así lo hizo y mandó de regreso a Ghor, quien además dejó de girar en consecuencia y quedó aturdido.
Resulta que detrás se Samus aparecieron algunos "hombres de hielo", seres de hielo de forma humanoide pero de estructura poligonal como si fueran modelos en 3D hechos por un novato, y que fueron creados por Rundas aprovechando el vapor que dejó la Bomba de Energía de antes. Sus brazos eran guadañas y eran medianamente resistentes, también eran veloces como un guepardo, pero no fueron rivales para Samus, quien destruyó a todo ese pequeño ejército con su multirráfaga. Eso, sin embargo, no la salvó de ser arrollada por un enorme bloque de hielo, por lo tanto acabó en el suelo y ahí le llovió múltiples estalactitas que la dejaron enterrada. Y Gandrayda reapareció, ahora convertida en la propia Samus Aran pero no al 100% como ella, apuntó hacia los montones de hielo y disparó plasma varias veces que fácilmente atravesó la gruesa capa de agua congelada.
Gandrayda todavía no se reponía y delante se le apareció Samus, quien le dio una buena patada directo a la cara que la arrojó contra un muro de roca, mismo que liberó un intenso flujo de Phazon al abrirse una brecha. Rundas usó escarcha para tratar de congelarla, pero Samus esquivó con movimientos rápidos a la vez que se acercaba, así que el cazador helado generó un sable de hielo en su brazo y pasó a acuchillar, con cada golpe siendo bloqueado por el cañón de Samus; al final, la guardia de Rundas se rompió cuando su enemiga le hizo el contragolpe, y posteriormente lo remató con un tiro a quemarropa de plasma. Ghor usó su rayo de Phazon con tal de incinerar a su vieja compañera, solo que ella activó su armadura eléctrica y lentamente fue caminando hacia Ghor hasta quedar lo suficientemente cerca; hecho esto, usó un supermisil junto a cinco misiles comunes, con eso destruyó todo el blindaje frontal y también dejó el CPU de Ghor vulnerable al ya no poder generar su escudo de energía. Y en otro frente, Soren seguía combatiendo al Comandante Pirata que lo obligó a separarse de su mentora. El duelo no solo se desarrolló en la arena donde ambos terminaron, sino que siguieron desplazándose por diferentes partes del templo mientras se intercambiaban todo tipo de ataques, y muchas veces el comandante rojo llamaba refuerzos para que le asistieran. Al final, todos ellos terminaron en una terraza al aire libre, con el comandante parado sobre la entrada y sus tropas rodeando a Soren.
Soren convirtió su brazo en la Narpas Sword y trató de no descuidar a ningún pirata a su alrededor, quienes fueron acercándose lenta pero amenazantemente también con sus guadañas activadas. Pero al final donde las dan, las toman, y quiere decir que Soren también sabía jugar sucio al igual que el comandante. Cuando los soldados de choque se abalanzaron al mismo tiempo, Soren saltó alto hacia afuera de la terraza, aparentando que cayó al vacío, pero nada más lejos de la realidad: su nave lo esperaba abajo y ahí fue a donde fue a parar, arriba del casco.
Él y el pirata chocaron armas repetidas veces sin salirse del escaso diámetro del casco de la nave, misma que mantenía su posición para no desequilibrar a nadie. El comandante llegó a rozar el casco de Soren, al mismo tiempo el general del mancomunado propinó un corte en el pecho del enemigo, pero no atravesó tanto como esperaba y retrocedió.
Soren dio con la respuesta cuando vio a su contrincante parado sobre el almacén de combustible de una de las alas de su caza. Soren convirtió su brazo en lanzamisiles y disparó al contenedor, provocando una explosión de Gel que prendió en llamas al comandante y lo expulsó del vehículo, mismo que empezó a descontrolarse. Soren saltó de regreso a la terraza (algo destruida debido al ataque del Caza Tallon) y dejó ir a su nave para que fuera a autorrepararse; observó al comandante de pie y apagando las llamas que lo rodeaban, y fue cuando se preparó para dar el golpe final, porque el fuego del Gel tampoco le hizo tanto daño.
Hablando de Samus, recién acababa de herir a sus oponentes resurrectos, pero ellos no estaban dispuestos a rendirse y rápidamente se reincorporaron. Samus estaba en medio de ellos con su cañón alzado, pero bajó la guardia y quedó en estancia neutral por una razón.
Rundas sintió la presencia de un enemigo nuevo que se ocultaba entre unas rocas a lo lejos, así que atacó con escarcha helada que congeló las rocas de Phazon, pero no al nuevo agente que respondió disparando algunas flechas explosivas que Rundas congeló cuando viajaban en el aire. Los sensores de Ghor también le alertaron lo mismo, instante en el que se giró y bloqueó con sus brazos el impacto de una masiva espada de fuego, lo apartó de un empujón y le atacó con misiles, solo para que estos fueran incinerados y el último partido en dos. Gandrayda, al ver que sus compañeros fueron atacados, rápidamente reaccionó dando volteretas traseras temiendo que también sería víctima de una agresión; no se equivocó, mientras saltaba evitó varios chorros de agua disparados a presión y que provenían del techo, así que ella arrojó un disco eléctrico a esa dirección y obligó a su agresora a bajar.
Soren también hizo acto de presencia, encontrándose con el grupo compuesto enteramente de cazarrecompensas, y ubicó a su maestra.
Y así, Samus y Soren tuvieron el camino libre para continuar y terminar con la amenaza del Phazon. ¿Qué les aguarda más adelante? Era su única preocupación, no lo que ocurría en el templo y afuera de él, debían confiar en sus aliados de que saldrían con vida. |
Capítulo 33
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Invasión a Valrein. Parte 3 |
Duelo final (obra de SamoStudios) Samus y Soren atravesaron el resto de la gruta siguiendo la espiga de energía detectada previamente, topándose al final con una compuerta que abrieron usando el Visor de Escaneo. Llegaron a su objetivo: una sala circular de gran tamaño iluminada por el Phazon, con máquinas y cables por doquier, un pedestal en forma de una mano abierta pero con garras en vez de dedos al centro, y frente al pedestal tres cápsulas de contención opacas que fue donde resurgieron los cazarrecompensas resurrectos.
El Discípulo Mayor, Narog, los recibió dándoles la espalda, pues estaba parado frente al pedestal en forma de mano abierta, pero a su vez, encima flotaba el cristal de Phazon rojo y giraba sobre su propio eje. Era la fuente primaria del Phazon Alfa que había que destruir, pero al estar girando encima de aquella mano, también liberaba un pilar de energía roja que iba dirigida a un agujero en el centro del pedestal, que conducía a un lugar subterráneo.
Narog levitó en el aire y generó energía de Phazon en sus manos, para entonces acumuló más poder y ya no le era necesario tener el bastón con el cristal rojo, con la consecuencia de que por lo mismo ya no iba a tener disponible el Phazon rojo de su lado. Pero no por eso dejó de ser un peligro para los protagonistas, porque cuando ellos avanzaron con sus armas preparadas, Narog les arrojó descargas de Phazon que parecían ser arcos eléctricos, ellos dos rodaron lateralmente y dispararon sincronizadamente, solo para ver cómo sus ataques eran absorbidos en sus manos.
Samus disparó cinco misiles y un supermisil como asistencia a Soren, no importó si Narog usó su "Phazon eléctrico" para derribar los misiles menores, y para el supermisil generó un campo de fuerza alrededor suyo que cebó al proyectil. En lo que esto sucedía, Soren siguió avanzando sin interrupción, solo que a 3/4 de distancia Narog se preparó para arrojar otros dos shurikens. "¡El Phazon te consumirá!", gritó cuando estuvo seguro que no fallaría, pero sin que se diera cuenta, Samus apareció detrás de él como un rayo. Samus usó el Desplazamiento en Fase al detectar que el monje no tenía la tecnología anuladora.
Los clones se dividieron en dos equipos, cada uno yendo a atacar a su respectivo enemigo y esta vez empleando ataques cuerpo a cuerpo. Y si bien no eran tan desafiantes como el original, todavía podían provocar interferencias en otros visores aparte del de Combate, también eran reemplazados fácilmente cuando un clon moría. Es decir, que si Soren mantenía bien su guardia contra cuatro copias y llegaba a matar a uno, una copia de las tres restantes generaba un reemplazo para volver a ser cuatro. Soren recibió varios golpes de Phazon puro, pero también mataba a muchos clones, y lo mismo con Samus, que si bien también sufría daños, no lo pasaba como Soren al tener de su lado la armadura eléctrica y sus demás poderes. Y hablando de los poderes de Samus, decidió ralentizar el tiempo y al mismo tiempo matar a sus cuatro oponentes con la multirráfaga, pero al hacerlo, uno de los clones que peleaba con Soren se dividió desde la espalda y la nueva copia fue tras Samus, al mismo tiempo que este se multiplicó en otros tres ecos. Los cuatro concentraron un láser de Phazon y dispararon al mismo tiempo, con los láseres convergiendo en uno venablo y que impactó sobre Samus, formando una explosión que la cubrió totalmente.
A la vez que maestra y alumno libraban el combate final contra Narog, lo mismo hacían los tres cazarrecompensas de la Sociedad contra los cazarrecompensas revividos. Como antes, cada quien se fue contra su respectivo oponente, ahora con los cazadores aliados más preparados que nunca al saber ya que esperar de los otros tres. Comenzando con Grasswind el Viento Esmeralda, mantenía un combate mano a mano con Rundas, usando como arma su característico arco que poseía navajas en los extremos, hechas de un material sumamente filoso derivado del mineral de Phazon, por lo que se volvieron eficaces contra enemigos hechos de Phazon como Rundas en su Hiperestado. Por un minuto se intercambiaron todo tipo de golpes pero sin llegar a hacerse daño, o eso hasta que Grasswind laceró la armadura del phrygisiano e inmediatamente se desplazó hacia atrás, donde a una distancia corta le atacó con tres flechas penetrantes que se encajaron en la placa helada pero sin ir más allá; Rundas usó una tormenta de escarcha que no congeló al arquero, pues modificó su atuendo con un material anticongelante originario de su mundo, pero los pedazos de hielo eran afilados y fueron hacia él como balas, llegando a incrustarse en Grasswind y también lo empujaron seis metros, aunque al menos aterrizó de cuclillas. Aun así esto no lo detuvo, ya que Grasswind le había tendido una trampa al phrygisiano, y es que las flechas de antes no eran penetrantes en realidad, sino explosivas pero a control remoto, así Rundas no las habría congelado en un principio. Grasswind las hizo explotar y no solo aturdieron a Rundas, sino que también debilitaron su armadura, bastó con otra flecha explosiva (de contacto directo) para rompérsela y además dañó su cuerpo. Grasswind no se detuvo y avanzó hacia Rundas corriendo a toda velocidad, con los brazos echados hacia atrás y el cuerpo por delante, buscando atacar nuevamente con las navajas de su arco. Rundas, sin embargo, generó una lluvia de estalactitas que Viento Esmeralda debió evitar para no morir empalado, pero no eran simples estalactitas, ya que al caer en el suelo se "desenvolvieron" cual rosa al florecer, revelando que eran autómatas de hielo como los que enfrentó Samus minutos atrás, y que en realidad eran controlados por Phazon Líquido alojados y distribuidos por todo el cuerpo frío. Igual que antes, su nivel de amenaza era mínimo, ni siquiera era necesario confrontarlos con armas de Phazon, aunque eso no quita el hecho de que podían a llegar a ser molestos; Grasswind decidió no gastar flechas en ellos y fue destruyéndolos con golpes de su arco, llegando a recibir uno que otro arañazo, nada grave, y logró acabar con todos ellos Pero ahí iba Rundas, cargando contra Grasswind sobre su plataforma de hielo con la que se desliza en el aire, iba tan rápido que ni el arquero pudo reaccionar de ninguna forma, Rundas se lo llevó y lo hizo dar un paseo en el aire antes de estrellarlo contra un pilar de hielo que se erigió casi en un instante. El impacto de milagro no le rompió la espalda, pero sí otros huesos y le causó una contusión cerebral que no le permitió aterrizar adecuadamente cuando Rundas lo soltó, se estampó contra el suelo y ahí quedó debilitado, bocarriba, con arco en mano y con una flecha explosiva preparada, pero Rundas se le adelantó y lo tenía en la mira con un pesado bloque de hielo con el que pretendía aplastarle el cráneo.
Cerca, Firebrand y Ghor eran como titanes enfrentándose a muerte por una última vez, fuerza bruta contra fuerza bruta. Ghor se impulsó y chocó con el mandoble de Firebrand sin lograr moverlo ni un solo centímetro, el espadachín mantuvo un buen punto de gravedad y encendió su arma con fuego de Phazon para alejar a Ghor, solo así pudo propinar cuatro ataques que acabaron siendo rebotados por los afilados brazos del wotano, quien tras el último espadazo giró su cuerpo y apartó a Firebrand al rozarle su peto.
Ghor accionó sus misiles, Firebrand no tenía manera de lidiar uno a uno con ellos, pero sí que podía destruirlos todos al mismo tiempo. Avivó las llamas de su mandoble y luego la blandió, generando una media luna de fuego de Phazon que hizo detonar el primer misil, luego al que iba detrás, y así sucesivamente hasta haberlos detonado todos con la irradiación. La media luna también alcanzó a Ghor y partes de su armadura ardieron hasta derretirse, pero eso no bastó para vencerlo, ya que expulsó un rayo de Phazon que Fuego Zafiro frenó al poner su mandoble por delante; Firebrand detenía el láser con mucho esfuerzo, desafortunadamente no estaba siendo disparado a la máxima potencia, así que cuando Ghor incrementó el poder, Firebrand fue arrastrado y empujado contra un cuadrante de Phazon mineralizado y finalmente contra varias protuberancias de Phazon, donde se desató una explosión que fácilmente habría matado a un pelotón de soldados. Pero no sucedió con Firebrand, siguió con vida y arrojó su mandoble con todas sus fuerzas hacia Ghor, tal como lo hacen los lanzadores de hachas, y aunque no le pudo dar directamente a su cuerpo desprotegido, si la pudo enterrar en la junta del hombro y el brazo derecho. La alta temperatura estaba permitiendo el derretimiento del metal que unía el brazo con el cuerpo, simplemente Firebrand tuvo que acercarse a toda velocidad y tomar su arma, de ahí terminó por rebanar por completo el brazo e inmediatamente volvió a dar otro espadazo directo al centro de la armadura, llegando a alcanzar el pecho del piloto y parte de sus circuitos internos.
Ghor se eyectó de su armadura tal como lo hace un piloto de su avión y cayó lejos de Firebrand, quien pensó en ir tras el debilitado wotano con la herida de su pecho al rojo vivo; pero Ghor no simplemente se eyectó, programó la autodestrucción inmediata de su armadura que consumió al espadachín. Con el daño sufrido previamente y ahora con esto, Firebrand resultó severamente debilitado, quedando de rodillas y apoyándose con su arma. Y como ya es sabido, Ghor era alguien débil sin su armadura, pero lejos de ser alguien indefenso, aún podía disparar Phazon de su cañón en el brazo derecho.
Rundas contra Grasswind, Ghor contra Firebrand. Dos batallas que se libraban al mismo tiempo, pero cerca de ellos también se enfrentaban Gandrayda y Vaporwave, las más ágiles de sus respectivos grupos y ambas especialistas en los ataques sorpresa, así como en técnicas de engaño, aunque esto último cada quien lo hacía a su manera. En fin, Gandrayda luchaba en su forma normal generando látigos de Phazon en sus manos, sus movimientos eran como los de un domador de animales salvajes, cada latigazo que propinaba liberaba una potente descarga que recorría el cuerpo de Vaporwave, por lo que ella debía usar sus rociadores a presión para generar chorros con los que pudiera defenderse. Gandrayda atacó con un látigo seguido del otro, dándole a los chorros de agua, Vaporwave respondió con "balas de agua" presurizadas que la joviana evitó con volteretas y otros movimientos acrobáticos, siendo uno de estos movimientos lo que la impulsó en el aire para luego aterrizar con un movimiento giratorio que le sirvió para azotar sus látigos nuevamente contra el agua de Vaporwave.
Vaporwave alzó sus brazos y expulsó agua de Phazon a una roca del techo, haciendo que se desprendiera para caer directo sobre Gandrayda. Esta mujer joviana dio un salto hacia atrás para no ser aplastada, pero Vaporwave avanzó queriendo perseguirla y hacerla pedazos con sus hidrochorros, solo que de un momento al otro Gandrayda desapareció de su vista sin explicación. Usó un visor térmico y nada, no fue hasta que miró en el suelo y notó un agujero que no debía estar ahí, parecía como si algo hubiese cavado. Fue entonces que Gandrayda salió del subsuelo bajo la forma de un conejo de tierra, la forma de HWCASE, e inmediatamente se revirtió a su forma normal para azotar sus manos sobre la tierra, lo cual creó un rastro eléctrico que alcanzó a Vaporwave y la dejó paralizada dos segundos. Aprovechando su estado, Gandrayda se le subió encima y le arañó el casco algunas veces, luego se separó de ella mediante una patada doble en su pecho. Vaporwave quedó en el suelo y la otra de pie.
Gandrayda evitó su muerte al convertirse en un guiverno bicéfalo, el depredador ápice del planeta Venreo, y Vaporwave ya no estaba encima de la cazarrecompensas resurrecta sino encima del pecho de un dragón de dos cabezas. Vaporwave no lo pensó más y expulsó su agua, pero la coraza aceitosa del guiverno hizo que el agua resbalara sin poder perforar nada, era un aceite ignífugo que también le dio problemas a Firebrand cuando enfrentó a un dragón así en Venreo. Con una de sus cabezas, Gandrayda casi devoró a Vaporwave, pero no, solo la alejó y le dio tiempo para ponerse de pie, donde continuó sus ataques con chorros de ácido de Phazon que podía significar la perdición de Agua Rubí, por lo que tuvo que moverse de un lado a otro, sobre los muros y el techo, con tal de no ser alcanzada por aquella sustancia que pocos materiales soportan; Vaporwave hizo de todo para superar esa coraza, pero nada, Gandrayda conocía las partes blandas y siempre procuró ocultarlas. Al final, Vaporwave quedó colgada de una roca en el techo, agotada y con su generador de vapor parcialmente dañado por las salpicaduras de ácido. Era oficial, no podía derrotar a Gandrayda bajo esa forma.
Vaporwave disparó varias balas a presión, pero no las dirigió a Gandrayda, sino a Rundas, quien estuvo a punto de aplastar a Grasswind con su bloque de hielo; las balas de agua presurizadas atravesaron a Rundas de un lado a otro en diferentes puntos de su cuerpo, poniéndolo en un estado de salud tan grave que su bloque de hielo desapareció y él colapsó. Grasswind quedó a salvo y pudo usar su flecha, pero en contra de Ghor, la flecha explosiva se incrustó en el tronco metálico del wotano y detonó, partiéndolo en dos y afectando su soporte de vida. Fue el turno de Firebrand, quien rápidamente se puso de pie, cargó su mandoble y expulsó una media luna a toda potencia contra una cabeza de Gandrayda, rebanándosela por completo y revirtiéndola a su forma original, revelando que le había cortado un brazo; y si eso fuera poco, la media luna la prendió en llamas y acabó con quemaduras de tercer y cuarto grado en un 96% de su cuerpo. No quedó ninguna duda, quienes ganaron esta contienda fueron los cazarrecompensas de la Sociedad, finalmente ajustaron cuentas con sus rivales, finalmente derrotaron a tres sujetos clave de los Piratas Espaciales. Satisfechos, los tres se reunieron en un punto del mapa y alzaron sus armas en un gesto de victoria, formando un triángulo.
Pero no es que iban a levantarse nuevamente a seguir combatiendo, no. Sus cuerpos se elevaron en el aire mediante una fuerza invisible, inmediatamente apareció detrás de ellos un ente en forma del clásico espectro oscuro cubierto por una túnica con capucha, tratándose en este caso de una manifestación espiritual de Narog, quien convirtió los cuerpos de los cazadores resurrectos en partículas que absorbió. Cuando ellos desaparecieron, los espectros también se esfumaron en el aire, ante la mirada desconcertada de los cazadores elementales, que no entendieron lo que sucedió.
Volviendo con Samus y Soren, todavía batallaban con los ecos del Discípulo Mayor, que por más que destruían seguían apareciendo hasta el punto de no tener fin. Soren tenía cicatrices a lo largo de toda su armadura, Samus mostraba arañazos también y rastros de hollín, aunque lo bueno es que ninguno sufrió grandes heridas. Lo malo es que no podían seguir así, eventualmente iban a perder si no encontraban al monje original, y era algo que Samus sabía perfectamente. Afortunadamente, logró darse una idea de dónde podía estar ocultándose el líder pirata.
Así se hizo, Soren se juntó con Samus y los ecos también se reunieron con los otros, y fue cuando Samus le propinó una patada muy fuerte a Soren que lo lanzó a varios metros de distancia, fuera del radio de alcance de una Bomba de Energía. Y hablando de esta arma, Samus la usó y se deshizo de todos los ecos, rápidamente activó su multirráfaga de rayos y atacó a un punto cualquiera del escudo invisible alrededor del pedestal y el cristal, la idea era enfocar todos los ataques en un mismo lugar para crear una zona vulnerable. Samus siguió y siguió con el gatillo accionado hasta que su energía se terminó, y no logró romper la barrera, así que dio un giro rápido de 180° y apuntó su cañón a Soren, quien iba de regreso corriendo a toda velocidad. Soren entendió lo que su maestra quería hacer, así que colocó su brazo izquierdo al frente, y Samus disparó su rayo enganche que se anexó al dorso de la mano de su alumno; finalmente, Samus retrajo su rayo y jaló a Soren de una forma más rápida de lo que él podría correr, y no solo eso, lo mandó directo hacia el punto vulnerable de la barrera.
Dio la estocada cuando tuvo el alcance, la punta entró por el punto vulnerable y Soren siguió empujando con todas sus fuerzas, su grito solo lo hacía segregar más adrenalina que le permitió enterrar cada vez más su brazo, al final pudiendo desestabilizar la barrera y destruirla como tal. Soren retrocedió, y apuntó junto a Samus hacia el cristal.
Fallaron en destruir el cristal, pero hirieron de muerte a Narog, su escudo que generó en el último momento no lo protegió bien del todo. Su cuerpo se desangraba por todas partes (su sangre siendo de color azul por el Phazon), tenía ambos brazos completamente convertidos en plastas de carne y tendones colgantes, su cabeza abierta al punto de verse su cerebro, y sus intestinos escapándose por medio de una muy profunda herida de su vientre.
Las masas solo sirvieron de distracción para que Narog pudiera hacer un último intento de derrotar a los principales líderes del mancomunado. Él cristal rojo comenzó a desprender un fulgor más intenso y casi instantáneamente aparecieron múltiples rayos que rodearon a Narog, y estos lo elevaron en el aire, quedando él con sus brazos extendidos a los lados y sus piernas juntas, con su cabeza mirando hacia el techo; sus ojos se tornaron blancos y también gritaba intensamente de dolor, aun si aquello no parecía estar causándole daño alguno. Presagiando algo malo, el dúo de maestra y alumno se dispusieron a freír a Narog, pero al momento en el que apuntaron, una fuerte onda expansiva los empujó lejos contra el suelo y también interfirió con sus visores momentáneamente, llenándolos de estática. Cuando recuperaron la vista, Narog se vio rodeado de lo que parecían ser tres espectros, tres sombras que revoloteaban alrededor suyo, indistinguibles desde un principio hasta que Samus miró con detenimiento.
Y los espíritus se adentraron en su cuerpo, provocando una mutación en Narog que cambió por completo su apariencia. ¿En qué se convirtió? Se sabrá después, pues es difícil de describirlo sin una imagen que lo demuestre, pero en resumen, era una mezcolanza de los tres cazarrecompensas resurrectos con el mismo monje, su cuerpo emanaba un aura roja producto del Phazon Rojo. |
Capítulo 34
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Invasión a Valrein. Parte 4 |
Más allá en los confines de Valrein, tanto en el templo o en los nidos, la batalla seguía. El poderoso ejército y armada del MNE haciendo su mayor esfuerzo por eliminar a la amenaza pirata, ayudados por todos sus aliados del cosmos en distintas maneras, dando su vida para que su amada líder - Samus -, y su honorable general - Soren -, pudiesen destruir la fuente primaria del Phazon Alfa. Incluso aquellos que no simpatizaban con Samus, esperaban y rogaban por su victoria, preferible ella que los desalmados Piratas Espaciales, y el ejemplo perfecto de la gente que se agrupaba en esta categoría era Anthony. Anthony y los últimos soldados de la Federación decidieron participar en la gran batalla de Valrein, ellos pudieron adentrarse al templo mayor de la Luz Eterna e instantáneamente se vieron envueltos en un combate muy pesado, tan pesado que ni la ayuda prestada por la Orden Metroid podía permitir el darse siquiera un pequeño respiro. Un marine del MNE perdió la pierna gracias a un pirata de choque que la hizo explotar con su armamento de rayos, pero si no murió fue porque Anthony le salvó la vida al vaciar un cargador completo de sus balas penetrantes sobre el pirata.
Un pirata les disparó al verlos pero falló sus tiros, Anthony abrió fuego en respuesta y mató al agresor al momento en el que un médico llegó para atender al amputado. Pero al mismo tiempo, Anthony se sentía agobiado porque no paraban de salir y ya casi no tenía munición. Los médicos eran conocidos por tener consigo cuatro drones autónomos de apoyo, no atacaban pero podían cargar a los heridos con una luz que salía de sus "ojos".
Los campeones y caballeros poseídos han sido un elemento recurrente por parte del nuevo ejército enemigo, y si bien uno como lector no se ha enterado de su existencia, sí han estado presentes en otros frentes y batallas menores, o en las mismas batallas importantes pero "detrás de cámaras". Bueno, un campeón se mostró en el salón principal del templo, quien fue interceptado por algunos guerreros de la Orden solo para descubrir que sus ataques no eran efectivos, y el pirata mutado simplemente se los quitaba de encima con movimientos bruscos y ondas expansivas de Phazon creadas con sus manos, aunque no mató a ni uno. A los que sí mató fue a los marines que lo interceptaron con sus armas, pero la coraza del campeón era tan dura que nuevamente salió ileso; en cambio, las armaduras de los marines no resistieron el láser bucal del campeón y sus esferas de energía que saca de su cabeza. Anthony no hubiese encarado a aquel fenómeno de no ser porque su batallón corría peligro: el campeón fijó su atención en ellos y se les acercó, dándole igual las balas que recibía.
El campeón inició escupiendo Phazon corrosivo de su boca del que Anthony se cubrió detrás de una barrera metálica, entre los cadáveres de dos marines fallecidos. El escupitajo, sin embargo, fue tan corrosivo que hasta la placa de metal se derretía al igual que el guardabrazo derecho del general, quien rápidamente se lo quitó antes de que el químico cayera sobre su piel. El campeón se acercó velozmente y siguió atacando con golpes en el suelo, liberando ondas de longitud cortas que Anthony de milagro evitó al huir como alma que lleva al diablo, pero el mutante siguió persiguiéndolo y usó un láser de Phazon que casi le dio, pero no, solo hizo volar a Anthony unos metros hacia adelante, lastimándolo y dejándolo desorientado.
Anthony habría muerto al momento en el que el campeón lo atacó con sus esferas azules, pero si se salvó fue porque llegó un guerrero de la Orden Metroid a salvarlo, vino desplazándose como rayo y con su lanza rebotó la esfera de regreso a donde vino, es decir a la cabeza del campeón, y en consecuencia se rompió el blindaje de su cabeza, lo que dejó su punto débil descubierto. El campeón siguió en la ofensiva pero ahora lanzando un orbe rojo imposible de rebotar, obligando al guerrero a esquivarlo con un salto lateral, este contraatacó con rayos sacados de la punta de la lanza directo a las partes blandas del enemigo, y posteriormente decidió darle el golpe final. El guerrero de la Orden avanzó hacia el campeón mientras usaba todo su repertorio de ataques en su contra, pero todos los falló, y lo último que vio fue al guerrero pegando un salto alto, este colocó su arma con el filo apuntando hacia abajo y se dejó caer sobre el punto débil del campeón. El arma se enterró en el cerebro, su portador retorció varias veces hasta que el mutante colapsó, el guerrero pegó otro salto para desprenderse del cadáver, y por último sacudió su lanza para limpiarla de la sangre. Anthony se quedó sin palabras cuando observó lo sumamente fácil que fue para el guerrero eliminar a un monstruo de ese calibre, pero al menos podía hablar todavía.
Fue en ese instante en el que se sintió un terremoto que duró dos segundos pero que sacudió fuertemente tanto a aliados como a enemigos. Nadie supo qué lo causó, hasta los mismos piratas estaban confundidos al respecto.
Nadie la tenía fácil, tampoco Rowina. Hiciese lo que hiciese, sus ataques no afectaban al Ídolo de Kraid en lo más mínimo, excepto los brazos que destruyó al atacar las juntas, pero teniendo los misiles perseguidores ventrales no hacía mucha diferencia. Rowina ya estaba agotada, la energía de su arma en niveles bajos por disparar muchas veces seguidas, y era cuestión de tiempo antes de ser asesinada por ese mastodóntico robot.
¿Y qué era lo más triste de todo esto? Que eran pocos los que se retiraban debido a los robots reptilianos, la gran mayoría de las divisiones comenzaban a retirarse al no poder soportar más los ataques de los metroides, ya habían muerto muchos soldados y cazarrecompensas de clase mediana-baja. La única forma de evitar más muertes era esperar que Samus y Soren destruyesen a Narog y a su cristal rojo.
Sin el casco, solo quedó visible un núcleo verde que era el CPU, carecía de la mitad superior de su cabeza, contando solo con la mandíbula inferior y unos parlantes por donde salían sus rugidos. Rowina atacó a este punto y el daño fue evidente, no lo destruyó pero sí ocasionó reacciones en cadena por el resto de su cuerpo, en forma de explosiones, placas de metal desprendiéndose, humo negro saliendo de varias partes y hasta fuego. Pero faltaba un poco más de daño para destruirlo completamente y el robot no iba a permitir ser derrotado, pues desde su núcleo podía disparar ráfagas de tres rayos nova por disparo, tan rápidos que a Rowina se le dificultó el poder esquivarlos, más por el hecho de que todas las coberturas en los alrededores fueron destruidas casi por completo luego de múltiples ataques con misiles y rayos procedentes de los brazos del Ídolo. Kraid robot usó otra vez sus misiles, pero en esta ocasión fue Weavel quien se encargó de hacerlos explotar en el aire con sus glóbulos nucleares, así le permitió a Rowina guardar lo último de su energía para acabar de una vez y por todas con el enemigo gigante. Las últimas ráfagas destruyeron el CPU y con él todo el cuerpo totalmente, Rowina se cubrió de la onda expansiva mientras la mole metálica ardía en llamas por dentro y por fuera. Rowina se recargó contra una roca para darse un respiro, al poco se reunió Weavel con ella.
Llegó el momento para que el asunto entre PE-10 y N-Yul llegase a su fin. N-Yul fue de los pocos individuos capaces de haber puesto de rodillas al todopoderoso cibernético PE-10. Él no pudo evitar que las moscas oscuras cubrieran de materia oscura su cuerpo, lo cual lo hacía extremadamente vulnerable contra los rayos concentrados de luz; pero eso no era todo, N-Yul aplicaba el poder de su rayo aniquilador en emitir infrasonidos que afectaban el equilibrio y concentración de PE-10 sin que en un principio se diese cuenta. PE-10 usó el cañón principal que le brota de su pecho, pero ni eso bastó para acabar con algo tan extremadamente duro como un Núcleo del Leviatán, quien en respuesta formó varios espirales de luz (parecían galaxias en miniatura alrededor del núcleo) y los lanzó como discos a una velocidad casi imperceptible que terminaron por exponer el interior abdominal del cíborg, perdió su brazo izquierdo y parte de su pierna derecha quedó deshecha, aunque aún podía estar de pie y andar, sus gafas sufrieron una brecha lo suficientemente grande como para que sus ojos fueran visibles desde lejos.
Y así, N-Yul vertió el Phazon del núcleo sobre PE-10 con el fin de corromperlo. La energía debería haberlo convertido al lado de Narog, pero su cuerpo lo resistía debido a su condición de cíborg y a sus mejoras de Phazon común, no quedaría corrupto tan fácilmente. ¿Aunque cuánto tiempo lograría soportar? Lentamente el veneno se adentraba en sus circuitos, en sus bujías, pero si llegaba a su cerebro y corazón, todo habría terminado para él. Incluso Justin Bailey se vio alarmado ante tal situación.
N-Yul aceleró el proceso al aumentar el flujo de Phazon, completamente segura de su victoria sobre el invencible PE-10. Pero quizás no debió confiarse tanto, lo que es más, quizás debió haber optado por eliminar a PE-10 cuando tuvo la oportunidad.
Al inicio de la batalla, PE-10 había liberado varios hexágonos reflectores desde su espalda que esparció por todo el cuadrante. Si N-Yul intentaba inmovilizar a su oponente usando sus poderes, los hexágonos se acomodarían alrededor de tal forma que PE-10 podía disparar y siempre acertaría sobre un reflector, que desviaría el tiro hacia otros hexágonos hasta caer sobre la luminaria. N-Yul olvidó que tales objetos todavía se encontraban por ahí, y también desconocía que no eran simples reflectores, sino algo más. Pronto se enteraría desde el momento en el que se movieron y se adentraron en la boca del núcleo.
Fueron como pequeños C-4 que al detonar destruyeron todo el interior del núcleo, pero las explosiones se abrieron camino hasta volar en pedazos a toda la criatura, con sus trozos y fluidos bañando a PE-10 y todo el suelo a su alrededor. El jefe cibernético hizo un esfuerzo por ponerse de pie y examinó el entorno, encontrando un cacho de núcleo que seguía bien conservado por una razón: N-Yul estaba adherida en esa porción, y usó su barrera telequinética para cubrirse, pero si bien esto impidió su muerte, no impidió quedar gravemente herida, pues no fue suficiente para salir bien librada. N-Yul tosía sangre, su cuerpo también sangraba por todas partes, tenía quemaduras y esto se delataba por el humo que emanaba; también emitía gemidos de agonía, y no paraba de pensar en cómo fue que había perdido el combate.
Pero antes de irse, PE-10 todavía tenía que hacer algo con N-Yul, quien trataba de disparar alguna de sus armas o usar cualquiera de sus poderes psíquicos, todo en vano, tan solo quedaba de ella un último soplo. Aun así, PE-10 decidió matarla con sus manos, o mejor dicho, con su cañón pectoral.
Los que estaban luchando en la órbita de Valrein fueron testigos de la destrucción de la Nave Leviatán, la semilla modificada explotó de adentro hacia afuera hasta culminar en un gran estallido que dejó pocos restos de la misma. Los cibernéticos lograron huir a tiempo y no hubo víctimas por esto. Los pilotos y tripulaciones de naves vieron su moral aumentada, muchos aplaudieron y vitorearon.
N-Yul, la mano derecha de Narog, fue neutralizada. Ahora solo quedaba una última tarea por hacer, algo que le correspondía a Samus y a Soren. Ambos cara a cara con Narog bajo una nueva forma que se puede ver justo al lado del texto.
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Capítulo 35
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Invasión a Valrein. Parte 5 |
Narog Final representaba el último obstáculo a vencer, pero primero hay que saber lo que era él, o ellos. Producto de la fusión entre el Discípulo Mayor y las esencias de los cazarrecompensas resurrectos, esta entidad se caracteriza por tres cosas que se distinguen de todo lo demás: posee los tres elementos que caracterizan a los citados cazarrecompensas, algunas de sus características biológicas, y es extremadamente veloz gracias al poder aumentado brindado por el Phazon rojo. Con las propiedades metamórficas de Gandrayda mezcladas con la condición de cíborg de Ghor, Narog Final puede modificar partes de su cuerpo a voluntad, es capaz de convertir ambos brazos en todo tipo de armas blancas, inclusive materializar hasta dos cañones, era algo similar a lo que pueden hacer los Cibernéticos o el mismo Soren; también podía crear cianoacrilatos avanzados que endurecen con un poco de agua proveniente de hielo derretido, y con ello era capaz de cauterizar cualquier tipo de lesión. Pero su mayor poder radicaba en su balística que consistía en un único ataque: bolas de fuego rodeadas de cristales de hielo y trazos de electricidad. Samus esquivó una de estas bolas que chocó contra las rocas, fue tanta su potencia que se formó un agujero de cinco metros de diámetro y apareció una capa de hielo encima, también se liberaron múltiples fogatas sobre el suelo, y flujos de electricidad aparecían sobre el hielo en intervalos, pero esto duró solo un par de segundos. Samus respondió con un tiro cargado de plasma que Narog Final evitó con su misma hipervelocidad, y ella reaccionó activando el Desplazamiento en Fase. Este poder le hizo saber que Narog no obtuvo la tecnología anuladora, pero dio totalmente igual, porque él era tan rápido que, aún activada esta habilidad, tan solo pasaba a moverse a una velocidad comparable a la de Samus, y encima no iba a ser por mucho tiempo pues la energía de reserva se agotaba rápidamente.
Samus pensó que era el momento correcto para desactivar su poder de ralentización, pero comprobó que Narog Final todavía podía moverse mientras cerraba sus heridas. Narog Final evitó cuatro de cinco misiles eyectados en su contra, mientras que el último lo atrapó al abrir su cañón izquierdo y cerrarlo en el momento preciso; hecho esto, lo devolvió hacia Samus sin hacerle nada porque ella destruyó el explosivo a medio camino, aunque el humo que se generó solo la perjudicó. No pudo ver cuando Narog Final se movió de su posición, ni siquiera sus reflejos sensoriales pudieron evitar que el enemigo le propinase un corte profundo en la espalda con su disco giratorio, seguido de un doble disparo dado con dos cañones que la arrojaron violentamente contra un muro, creando un agujero donde Samus fue a parar. Amortiguó los daños gracias a su armadura eléctrica, con la consecuencia de que esto fundió toda su energía de reserva y quedó vulnerable a otro disparo doble. Narog se dispuso a disparar y Samus también hizo lo mismo, pero ninguno abrió fuego porque Soren volvió al juego. Atacó a Narog Final por la espalda usando su lanzamisiles, esto lo derribó en el suelo y el pupilo de Samus no se detuvo, cambió a su escopeta y siguió rafagueando mientras el otro seguía tirado.
El monje continuó con la ofensiva al moverse instantáneamente hacia Soren y lo tomó de la cabeza con una mano gigante de tres garras, lo alzó unos centímetros sobre el suelo y apretó, pero también preparó su otro cañón con el que le iba a dar fin. Por fortuna, Soren pudo darle tiempo a Samus de recargar su energía de reserva y activó la multirráfaga, posó la retícula de su visor sobre el enemigo y abrió fuego; Narog Final se dio cuenta al mirar de reojo y soltó a Soren para esquivar los torrentes de plasma, pasando a centrarse en la cazarrecompensas quien claramente era la mayor amenaza para él. Esta vez usó movimientos fugaces en zigzag para acercarse a Samus, ella decidió no usar la ralentización del entorno y en vez de eso prefirió calcular el momento idóneo para atacar; por fortuna pudo acertar, propinó una patada Chozo directo a la cara de Narog Final cuando quedó lo suficientemente cerca, cosa que lo hizo caer de rodillas.
Ambos accionaron el gatillo al mismo tiempo y el cristal sufrió severos daños al grado en el que se fisuró. El ataque conjunto movió algo en Narog Final, quien soltó un terrible alarido que habría dejado sordo a cualquiera que estuviese cerca, y no fue todo, a partir de este punto su poder de combate aumentó todavía más. Bajo su control, el cristal liberó relámpagos de forma errática por toda la sala que obligaron al dúo a moverse constantemente para no ser golpeados por uno de estos truenos, y eventualmente lo relámpagos se detuvieron.
No era telequinesis como N-Yul, era algo que provenía del interior de sus cañones, una fuerza magnética que actuó sobre los trajes metálicos de ambos. Samus y Soren, sin embargo, todavía podían mover sus cañones, así que atacaron a Narog Final con rayos y balas, pero no contaban con que este pirata abriría un micro agujero de gusano justo a unos centímetros de distancia frente a su cara, lo cual no solo atrajo los rayos disparados en su contra sino que los envió al olvido. Hecho esto, Narog Final atrajo a los dos hacia sí mismo con tal fuerza que no pudieron liberarse, dieron a parar directamente hacia sus cañones que cerró tal como cuando un cocodrilo cierra su hocico al atrapar una presa; ambos sentían los dientes serrados de los cañones mientras sus niveles de energía descendían todavía más, y aprovechando que los tenía capturados, Narog Final disparó una bola de fuego en cada brazo. Las bolas de fuego empujaron a Samus y a Soren directo al suelo, donde estallaron de la misma forma en que lo hicieron la última vez cuando Samus casi fue alcanzada por uno de estos tiros; esto dejó a los dos en un estado crítico, para Samus fue la primera vez en mucho tiempo en el que un oponente suyo le hizo algo más que unos simples rasguños, en esta ocasión su visor y las luces de su armadura brillaban en rojo. Narog no pretendió dar ni un respiro a Samus, siguió atacándola desde arriba con más proyectiles de esos que en un principio no hacían daño porque ella activó su protección eléctrica, pero ambos sabían que no duraría por siempre. Soren se percató de que su maestra se había metido en un gran problema, así que, arrastrándose para finalmente apoyarse con una rodilla sobre el suelo, con su armadura hecha añicos en gran parte, llamó la atención de Narog Final al disparar un misil de energía al cristal. Lo logró, pero no solo llamó su atención, también lo provocó, y no fue hasta pasado un segundo que Soren sintió una fuerte y dolorosa punzada en su vientre.
Soren dio el puñetazo más fuerte que había dado en toda su vida, lo dio directo en la cabeza de Narog Final, y fue tan duro que varias fisuras aparecieron en la superficie. Hubo un segundo golpe en el que finalmente le rompió la cabeza y lo hizo sangrar profundamente, esto lo hizo retroceder y desencajó su triple hoja del abdomen de Soren, restauró su brazo y se llevó la mano hacia la herida, tratando de impedir que pedazos de su cerebro y huesos cayeran al suelo. Narog Final necesitaba regenerarse con cianoacrilato, pero ahora tenía frente a él a un Soren más preparado para luchar como nunca antes, después de todo sus nanomáquinas cerebrales actuaban sobre su herida para ralentizar las hemorragias.
Tal vez Soren ni lo hizo con la intención, seguramente ni se le pasó por la mente lo que sucedería, pero al golpear de tal forma a Narog Final en la cabeza, afectó gravemente sus funciones motoras. Narog seguía siendo rápido, pero ya no podía moverse como rayo, también presentó problemas de equilibrio y a veces se tambaleaba, es decir que sus cauterizaciones solo sirvieron para evitar que el daño se agravase, pero el mismo ya estaba hecho. Narog atacó con varias rondas de bolas de fuego que Soren evitó al usar su rayo enganche sobre un metal en el techo, ascendió y las bolas terminaron en otra parte; Soren se soltó, dio una voltereta en el aire, apuntó con su lanzamisiles y abrió fuego, cosa que no resultó porque Narog Final abrió otro micro agujero de gusano que absorbió el proyectil explosivo. Pero en cuanto se cerró el pequeño agujero, Narog Final vio a Soren cayéndole encima con su Narpas Sword activada, por lo que el monje se echó atrás para esquivar, y seguidamente modificó su brazo derecho para convertirlos en cinco látigos repletos de púas metálicas que azotó sobre Soren, pudiendo con ello tumbarle una hombrera y alcanzar a lastimar una clavícula. Soren se cubría lo mejor que podía para mitigar el daño, solo que no previó que Narog lo atraparía con sus látigos, uno en cada extremidad, sobrando uno con el que le dio un latigazo justo en la mascarilla con la fuerza suficiente como para quitárselo y dejar al descubierto su mitad inferior de la cara.
Soren liberó su brazo derecho al restaurarlo y dejar su mano con forma de pistola semiautomática, solo así disminuyó el volumen que ocupaba la configuración de lanzamisiles y con ello se liberó del tentáculo; solo necesitó de una simple pistola, con ella atacó a la boca del cañón de Narog y provocó una explosión que le destruyó por completo el brazo. Entre gritos de dolor, Soren cambió a su subfusil teniendo en mente poner varias balas en el cráneo de Narog Final, pero ocurrió un fenómeno natural que frenó totalmente su estrategia: otro intenso terremoto de pocos segundos que lo sacudieron y lo hicieron perder el equilibrio, también falló sus ráfagas como consecuencia. Narog, sorprendentemente a pesar de su estado, mantuvo el equilibrio y envolvió un látigo en el tobillo de Soren, jaló con fuerza y no solo lo derribó sino que lo arrastró hacia sí mismo, acto seguido convirtió su brazo restante en un gran martillo con el que le dio un mazazo. El impacto lo hizo escupir un chorro de sangre y rompió todas sus costillas, esto último provocó que un pulmón suyo fuera perforado. Con tan poderoso golpe, Soren ya no pudo combatir más, también estaba el hecho de su lesión previa con la triple hoja de Narog Final.
El láser fue más rápido que el monje pirata, no pudo esquivarlo, lo recibió de lleno con los brazos abiertos y fue empujado directamente hacia el cristal. Narog Final opuso resistencia al liberar toda su energía para frenar el láser, pero ni con eso pudo rivalizar al poder del legendario Cañón Norfair, por ende buscó otra alternativa como materializar un agujero de gusano pequeño. Ni esto lo salvó, pues era cierto que parte de la energía del láser se perdía en aquella cuenca espacio-temporal, pero solo una pequeña parte, no fue suficiente, Narog siguió recibiendo la mayor parte de la energía. Al final no pudo resistir más, tan solo se escuchó un estridente grito de su parte, cedió ante el poder del cañón y su láser acabó alcanzando al cristal, que simplemente se dañó a un nivel irreversible y comprometedor. El Láser Zero desapareció, Narog cayó bocabajo pero envuelto completamente en una masa de Phazon que se evaporó en el aire al cabo de poco, dejando ver que Narog volvió a su forma original antes de fusionarse con las esencias de lo resurrectos. El cristal tampoco resistió más, al final brilló con una intensidad no vista antes y explotó en partículas que se perdieron en el ambiente, pero al mismo tiempo liberó un potente torrente de energía que se elevó al techo y más allá; este torrente afectó los soportes de toda las cavernas subterráneas y provocó el rápido colapso de las mismas, por ende también el gran templo de la Luz Eterna iba a derrumbarse al cabo de poco.
Sin embargo, antes de dejar la sala, ambos escucharon una pequeña carcajada que venía detrás de ellos. Era Narog, siguió con vida, y no hacía otra cosa que reírse por alguna razón. El dúo pensó en matarlo ya de una vez y por todas, pero no fue necesario, una roca de arriba se desprendió y lo aplastó, algo que sin duda acabó con su vida. Arriba, en el templo y cerca, los marines del mancomunado y las fuerzas de Anthony abandonaron el área lo más rápido posible, se apresuraron especialmente cuando el suelo de la planta baja comenzó a romperse y muchas estructuras fueron derrumbándose. Los piratas también dejaron de luchar e hicieron todo lo posible por huir del templo. En los nidos, por otro lado, los metroides se desintegraron en el aire al ya no existir el cristal, y permitió a las fuerzas del ejército y a los cazarrecompensas el poder salir de aquellos agujeros sin más complicaciones, lo que es mejor, no debían preocuparse de ningún derrumbe. Al final, el templo se demolió hasta los cimientos, los restos se hundieron cuando la tierra se abrió y formó un gigantesco boquete. Por parte del mancomunado no hubo pérdidas, por parte de los piratas quién sabe, pero algunos sí quedaron vivos y fueron hechos prisioneros posteriormente. Samus y Soren también pudieron salir antes de que fuera demasiado tarde, y la maestra se apresuró a llevarlo a recibir atención médica en su nave insignia, el Águila de Dryn.
En lo general, la misión fue un éxito, y los hombres del mancomunado, sintiéndose libres de peligro, cantaron victoria a todo pulmón; hubo abrazos, besos, simples descansos al sentarse sobre rocas o donde fuese posible. Se lo merecían, el Phazon Alfa fue borrado de la faz del cosmos gracias a los esfuerzos de todos... ¿Verdad? Fueron muy ingenuos, porque en lo profundo del planeta, en el núcleo, el Phazon Alfa persistía. No solo eso, había una especie de capullo que brillaba de rojo y palpitaba despacio en un principio, pero al poco rato comenzó a palpitar todavía más fuerte, como cuando el corazón pasa por una taquicardia. El brillo rojo permitía vislumbrar algo en su interior: unos gruesos tentáculos que revoloteaban violentamente, mismos que eventualmente desaparecieron al encogerse. El capullo se calmó momentáneamente antes de reventar, liberando Phazon en estado líquido... junto a una entidad humanoide. 1.90 metros de alto, una armadura plateada con líneas rojas, hombreras alargadas hacia arriba que daban el aspecto de ser lágrimas con dos puntos anaranjados en el centro hacia el frente, un visor en forma de T también de color rojo con otro punto anaranjado justo encima. Volvió a la vida. Una de las figuras más temidas en la galaxia, comparable al terror que inspiraba Ridley o Cerebro Madre, resurgió del infierno luego de un largo tiempo... Apoyada en el suelo con una mano y una rodilla, lentamente se reincorporó hasta quedar derecha, miró hacia arriba y solo se limitó a mencionar un nombre.
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Sombras del Caos[]
Capítulo 36
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La oscuridad ya viene |
La galaxia debía estar festejando la indiscutible victoria del mancomunado, el fin del Phazon mejorado con Aeion, la derrota final pirata. Pero no era así, ni Samus ni nadie comunicó a la ciudadanía de la galaxia acerca de esta victoria, tan solo esparcieron como noticia que "el final de la guerra estaba muy cerca". ¿Por qué el gobierno de Samus se abstuvo de dar las buenas noticias? Había una razón. Tres días pasaron desde la batalla final, las tropas de Anthony se retiraron a un lugar desconocido tras haber prestado sus servicios una última vez, Weavel también desapareció luego de escapar de uno de los nidos junto con Rowina. Y dentro del mancomunado, Soren se recuperó medianamente y se reunió junto con Samus y Rowina en la sala de reuniones del Águila de Dryn, participando también los otros mandos en forma holográfica, excepto PE-10 como era usual. Había algo que discutir, algo muy inquietante.
La antimateria, muy potente pero demasiado inestable, igualmente es extremadamente difícil de obtener y eso la hace muy costosa. Por estos motivos, es demasiado inviable para ser adoptada como fuente de energía, el Gel Fuel o la energía alternativa son mejores opciones a considerar. Sin embargo, la extinta Federación Galáctica había llegado a pensar en un prototipo de bomba de antimateria en el pasado, una bomba con el potencial de reducir a escombros enteros, pero el proyecto fue abandonado por los problemas económicos y del riesgo de explosión al ser transportada. Gracias a Computer Man, el mancomunado rescató la información de este proyecto y Samus ordenó la construcción del cuerpo de la bomba, mas indicó que no debía ser incluido el componente más importante que era la antimateria; Samus había previsto que podía llegar a necesitar uno de estos peligrosísimos artefactos, y al final el tiempo le dio la razón.
No fue solo en el Águila, fue en todas las naves importantes: miles de reportes provenientes de las fuerzas en tierra. La reunión se interrumpió, Samus, Soren y Rowina corrieron hacia el puente de mando para informarse.
La flota, junto a los pocos soldados, se alejaron de Valrein a velocidad luz hacia el satélite natural del planeta. La distancia fue perfecta para mantenerse a salvo y ser testigos de lo que ocurrió después: el planeta explotó, sus fragmentos fueron disparados a toda dirección posible y solo quedó una incandescencia azul proveniente del núcleo, tan brilloso que algunos tuvieron que cubrirse parcialmente los ojos con una mano.
Había planetas con civilizaciones, particularmente aquellos que recientemente aún pertenecían a la Federación, en donde todavía no llegaba el suministro de antiparasitarios para los parásitos cerebrales de Phazon. Por el momento aún seguía habiendo control militar en los guetos donde se confinó a esta gente, a los enfermos por el virus azul y los fanáticos que seguían a las Voces de Narog sin siquiera tener un parásito en sus cuerpos. Aclarado esto, las imágenes que ofreció Computer Man eran en vivo y provenían de estos lugares. Los pobladores de estos guetos se movilizaban entre las calles guiados por las Voces de Narog, pero no parecían tener un rumbo fijo, era como ver aquellas procesiones que se hacían en varios países occidentales durante una parte del siglo 21 y antes. Todos, sin excepción, repetían una y otra vez la misma frase: "Salve la Luz Eterna, el reinado ha comenzado". Otros que no vagaban se colocaron de rodillas en medio de las calles, con sus manos entrelazadas puestas a la altura del pecho y mirando hacia el cielo. Nadie tenía idea de lo que sucedía, las noticias sobre esto y lo ocurrido en Valrein estaban corriendo como pólvora al punto en el que Alexa se comunicó con Soren.
Soren llevaba un tiempo conviviendo cercanamente con Samus, sabía que ella estaba en "modo introspectivo" al tener la mirada perdida y no escuchar lo que decían los demás a su alrededor, y sabía que algún resultado interesante saldría de sus palabras cuando terminase de pensar.
El resplandor que quedó al explotar el planeta ya se podía ver a simple vista, lo cual permitió vislumbrar algo que emergía de entre la luz. O no, mejor dicho, algo había ahí en medio que crecía conforme el resplandor desaparecía, cosa que sirvió para contemplar lo que era. Medía aproximadamente 100 kilómetros de diámetro en el primer escaneo; era una criatura colosal que seguía creciendo, parecía ser una fusión de fauces, ojos por doquier, tentáculos, membranas e incontables hileras de picos alrededor de todo ese cuerpo deforme, mismo cuya piel era entre pantanosa y burbujeante con poca materia puramente sólida. Su simple presencia estaba infundiendo un miedo indescriptible a quienes lo veían, mientras que los soldados rasos, los Cibernéticos y cazarrecompensas jamás se habían sentido tan intimidados en toda su vida, eso incluye a Soren, a Rowina y, aunque no lo creas, a PE-10, quien se suponía que no sentía ninguna clase de temor. Y Samus, ella pudo reconocer inmediatamente lo que era aquella cosa cuando otros no tenían idea, era el mismo ser que existía desde los primeros eones del universo y que era tan masivo que las galaxias eran como luciérnagas a su lado, la monstruosidad a la que los Altos Chozo, los antepasados Chozo que provenían de otro universo en estado agonizante, hicieron frente y que derrotaron a costa de haber estado muy cerca de la extinción. Samus supo de la existencia de esta abominación cósmica durante su encuentro con el espíritu del Dios de la Guerra en Solairon 12, donde lo conoció con un nombre.
Ahí lo tenían todos, el Caos Primordial que se revolvía sobre sí mismo, el ser más repulsivo que uno puede llegar a conocer. Se sabe que el sonido no se propaga en el espacio, pero los gritos de este ser eran audibles. Todos estaban aterrados, pero no pretendían romper filas y huir, quizás debido al hecho de que la propia Samus abordó su nave Cazadora y se unió a los cazas de ataque para aportar su parte, esto los habrá motivado aunque sea un poco. Samus acabó dando la orden de abrir fuego a discreción y empleando el armamento más potente disponible; desde cazas y Cosmo Liner, pasando por fragatas y las naves más grandes, todos liberaron sus más poderosos proyectiles que fácilmente hubiesen devastado a cualquier gigalópolis como las de Daiban. Para rematar, Samus salió al exterior mediante la escotilla superior de su nave, activó su Cañón Norfair, lo cargó a la máxima potencia y liberó el poderoso Láser Zero que se abrió camino entre la epidermis de la criatura hasta lo más profundo posible, tanto que, de hecho, el láser terminó saliendo por el otro lado. Toneladas y toneladas de explosivos junto con el arma más poderosa conocida, nada ni nadie debía sobrevivir a eso. ¿Y qué acabó por suceder? Primeramente pareció que lo habían destruido, pues el Caos Primordial poseía bioluminiscencia de Phazon que se apagó luego del ataque masivo que sufrió, aparte de que sus rugidos también cesaron y los miles de ojos a su alrededor se cerraron. "¿Lo matamos?" Fue la pregunta generalizada entre las tripulaciones y todos los que estaban presentes en el área, pero al cabo de 25 segundos se dieron cuenta de que no fue suficiente, la bioluminiscencia del Caos Primordial reapareció una vez más solo que esta vez en forma de pequeñas palpitaciones: se regeneraba de sus heridas al absorber el Phazon cercano incrustado en las rocas del extinto Valrein. Y eso no fue todo.
Las comunicaciones entre ambas partes se establecieron, pero nadie supo explicar cómo era posible, hablamos de una forma de vida completamente orgánica que no debería ser capaz de comunicarse de tal forma sin un equipo de radio. A eso se le sumaba el hecho de que, si el Caos Primordial quería comunicarse, era señal de que no era una criatura cualquiera: tenía inteligencia. Todas las dudas se resolvieron cuando se escuchó la voz del emisor.
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Capítulo 37
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Días de terror |
El Caos Primordial se movió de su lugar con tal de perseguir a las naves, de esta forma se reveló que poseía su propio campo gravitatorio. Las naves debían luchar contra la fuerza tractora de la criatura, algo que no suponía un problema hasta que esta comenzó a atacar. Desprendió fragmentos de sí mismo, meteros propulsados con Phazon que podían destruir a una fragata Draco de unos cuantos golpes; los cruceros Olimpo y Thule tampoco podían soportar bien estos proyectiles, cosa que se comprobó con las naves de Sagnar y Rosalía, que eran golpeadas constantemente sin que los escudos pudiesen defender bien en su contra, y la única forma de evitar daños era disparando a la rocas con las torretas dorsales y ventrales. En tanto, Samus y los cazas del MNE se dedicaron a interceptar las balas espaciales, a ellos también se les unió Soren y Rowina, esta última llamando de vuelta a su Cestus para poder ingresar en ella. Los Cibernéticos movieron su hogar hacia el agujero mientras sus defensas, llámese torretas o los cíborgs que seguían afuera, destruían los meteoros. Algunos cazarrecompensas también se esforzaron en defender a los demás, pero muchos caían en combate, y su estación espacial pronto se llenó de fuego y escombros en el interior, era la nave más lenta de todas y la que menos capacidad para defenderse tenía.
La estación usó toda la potencia de sus sistemas móviles para impulsarse contra el Caos Primordial, un acto que solo agravaba aún más los daños que había sufrido al momento, pero que provocaría un enorme daño en especial debido al campo gravitatorio de la criatura. Parecía que en cualquier momento que la nave explotaría anticipadamente, pero resistió lo suficiente y siguió en su rumbo de colisión, sin embargo al final no alcanzó su destino, porque del cuerpo del Caos Primordial emergió un largo tentáculo de cinco kilómetros que pulverizó la estación de un único golpe; esto destrozó gran parte del recién surgido órgano, pero no significó nada puesto que el monstruo cósmico podía generar más de esas extremidades o directamente regenerarlas. La nave de la Sociedad se perdió y no cambió ni un poco la situación, muchas naves seguían hundiéndose antes de entrar siquiera al agujero de gusano. Hasta los Cibernéticos sufrieron severas pérdidas.
Lamentablemente, no era el mismo caso para la flota de Samus. Con estas naves era cuestión de suerte no ser alcanzadas por ningún fragmento.
La poca tripulación que seguía viva en los dos cruceros se dirigió a las vainas de escape a sabiendas de que ya no había otra opción. En el camino fue muriendo más gente debido a las explosiones, otros tantos quedaron atrapados al colapsar los accesos, y se puede decir que solo un quinto de los hombres en ambos cruceros lograron salir con vida. Las vainas abandonaron los cruceros y, nada más al salir, un sexto de ellas fueron abatidas por la lluvia del Caos Primordial. Tras eso, el crucero de Sagnar había quedado en tan mal estado que ya no pudo mantener abierto el túnel espacio-temporal, explotó en medio del vacío y el portal se fue cerrando rápidamente.
El torrente habría eliminado a las pocas naves restantes que ya habían cruzado el umbral espacio-temporal, habría llegado a comprometer seriamente el cometa de los Cibernéticos. Pero si lograron sobrevivir fue porque el crucero de Rosalía, al ya no haber nadie quien pudiese mantener el control de la misma, llegó a interponerse entre la flota y el láser, y con los pocos niveles de escudo que tenía llegó a frenar el láser por solo un abrir y cerrar de ojos, un cacho de tiempo muy pequeño, pero el suficiente para permitir a la flota cruzar al otro lado antes de que el umbral fuera cerrado. El cometa, los cazarrecompensas y un 1% de la flota conjunta entre marines y soldados sobrevivieron, el láser se perdió en el vacío de la garganta espacio-temporal al cerrarse este, mientras que las fuerzas de Samus llegaron al territorio de la Tierra con un diezmado ejército.
Eventualmente, pasados los días, los eventos recientes ya no pudieron ser contenidos y las autoridades se vieron obligadas a informar a la ciudadanía la situación actual. Se programó una transmisión en vivo donde Samus iba a hablar frente a las cámaras, todo mientras sus otros subordinados hacían sus respectivas labores. Solo se mencionará lo que hacían Soren, Sagnar y Computer Man, pues lo suyo era lo más importante por hacer. Soren y Sagnar se dedicaron a reorganizar las fuerzas del ejército y de la naval, ambos cuerpos fueron eliminados casi por completo al estallar Valrein y era crucial reunir más gente, reclutar a jóvenes entre 12 y 29 años junto a adultos entre 30 y 50; ya no importaba si a la mayoría no se les adiestraba correctamente, con un curso rápido para enseñarles a disparar era suficiente. En el caso de Sagnar, buscó a toda persona capaz de pilotear cualquier tipo de nave e indicó a sus oficiales que debían capacitar a esta gente en el manejo de los sistemas de los cazas.
Por otra parte, Computer Man encontró que la caja negra del la estación de la Sociedad sobrevivió al tentáculo del Caos Primordial y a la explosión que esto provocó, y con este artefacto pudo ubicar a la criatura y supo que se movía en dirección a la Tierra, siendo esta la razón por la que Soren y Sagnar se dedicaron a reclutar para enviar a los nuevos reclutas hacia este mundo. Pero si no abría un agujero de gusano o se desplazaba a una velocidad mayor fue por una razón.
Resulta que en los planetas donde estaban las procesiones a nombre de Samus Oscura, la gente parasitada se desintegró en partículas y se perdió en los cielos de sus respectivos planetas. Del mismo modo, todos los leviatanes implantados anteriormente perecieron cuando el Caos Primordial pasó sobre ellos, pues este ser absorbió sus energías completamente al igual que todo el Phazon que alcanzaron a secretar, lo cual no solo le dio más poder, sino que incrementó su tamaño exponencialmente. Cuando secó al último Leviatán existente y a los últimos parásitos, el Caos Primordial había alcanzado el tamaño de Luna. Pero esto último era algo que todavía sucedía, aunque llegado el momento, tan solo al Caos, controlado por la propia Samus Oscura, le faltaría llegar a la Tierra y reclamar su victoria. Y hay una última cosa: al cruzar un mundo y drenar su Phazon, el Caos Primordial liberaba varios meteoritos, más pequeños que un Leviatán y con un aspecto más bulboso, que al tocar tierra comenzaban a producir entre cientos a miles de criaturas de Phazon, metroides incluidos.
El momento llegó y Samus se dirigió a su mancomunado, a ciudadanos y personal militar por igual, cualquier otra transmisión en emisión fue detenida para dar lugar al mensaje que su guía daría. De pie detrás de un podio, con banderas del mancomunado atrás de ella, habló.
Durante esos cuatro días, se presenció un éxodo masivo, uno como nunca antes visto, hubo naves yendo y viniendo en las cuatro rocas habitables del sistema: Venus, Tierra y su satélite, y Marte. El resto que no pudo viajar en nave se dirigió a los campamentos como indicó Samus, y entre pequeños grupos de personas se metieron a los teleportales que los llevó a otros sistemas lejanos. Al mismo tiempo, millones de nuevos reclutas llegaron a estos cuatro lugares para formar las defensas que recibirían al Caos Primordial, las flotas menores también hicieron acto de presencia y se centraron en defender a la Tierra. Rowina hizo lo suyo al repartir a sus cazarrecompensas, las fuerzas de PE-10 se agruparon en el planeta azul, y Anthony Higgs volvió a dar señales de vida al reunir a su gente también en este planeta. Todos se preparaban para el verdadero desafío final, Alexa incluida, quien decidió quedarse a ayudar, pero queriendo mantener a su hijo fuera del conflicto. Ambos estaban en el cuartel, entre las largas colas de gente esperando ser teletransportada a otras partes, y Ander tenía un pase directo a J-1A, el lugar donde nació y donde solía vivir junto a su madre antes de la revolución contra la Federación, y que ahora volvía a ser próspero gracias a la recuperación del Gel Fuel junto al orden impuesto por el Mancomunado. Alexa estaba despidiéndose de él, y ahí estaba Soren, aprovechando que debía inspeccionar la evacuación.
Viendo que ya no había tiempo, Alexa tomó a Ánder de los hombros y procedió a despedirse.
En ese instante, Soren recibió una transmisión de Samus, la cual atendió.
Soren viajó al otro planeta por medio de un teleportal, de ahí se dirigió a la gran torre de piedra, donde Samus lo esperaba en la planta baja con su armadura activada.
El objeto los llevó a un nivel todavía más abajo que el laboratorio donde se fabrican los guerreros de la Orden Metroid (quienes para este punto, se clonaron nuevamente aquellos que cayeron en combate en Valrein). Este nuevo lugar era mucho más pequeño en comparación, aunque igual de oscuro, salvo que una parte era iluminada por un resplandor azul emanando del techo, detrás de un campo de contención. Cuando Soren miró con detalle, notó que adentro había una bola azul del tamaño de un balón de fútbol, con filamentos revoloteantes alrededor. Bajo el campo de contención, existía un mecanismo que parecía ser la cabina de un ascensor, con luces blancas y una estructura metálica.
La compuerta se cerró, la máquina se activó, y quién sabe qué sucedió ahí adentro, pero solo se pudo contemplar que el dispositivo jaló energía desde el núcleo ubicado arriba, reflejándose en el hecho de que de adentro de la cabina hacia afuera salían varios rayos de Phazon de los que Soren se alejó por precaución, y estos iban acompañados de un peculiar sonido característico de la radiación y del alto voltaje. Duró alrededor de quince segundos, pero para Soren parecieron eternos, y para él apenas venía lo peor, cuando el proceso llegó a su fin, porque no sabía si el experimento dio resultado y, por ende, no sabía si de adentro saldría la Samus que conocía o, como dijo ella, un monstruo de Phazon.
Soren finalmente recuperó el aliento y se relajó cuando escuchó la confirmación.
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Capítulo 38
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Apocalípsis |
Finalmente llegó el infame cuarto día, y Samus había preparado a sus fuerzas bajo un plan discutido por todos. El grueso de las reservas recién reclutadas se acomodaron en la Tierra, en conjunto con los ejércitos menores de cada nación en el planeta; el grueso de las naves reunidas se estacionó en órbita, con los últimos cruceros salvaguardando el planeta, excepto uno que se suponía que debía estar ahí, pero no estaba presente: la NFG Ryleh, la que Samus capturó de la Federación durante el último ataque a Norion, la cual tenía a bordo a la Unidad Aurora 731. Hubo una razón, pero se sabrá más adelante. La Tierra quedó completamente desolada de presencia civil, desde la más grande de las ciudades hasta el más pequeño de los pueblos, no quedó nadie, tan solo varios millones de soldados esparcidos estratégicamente en los puntos más importantes. El asunto era igual con el resto de las colonias en el sistema. Y la espera no fue larga: a las pocas horas, se abrió un agujero de gusano cerca de Júpiter, poniendo rumbo hacia la Tierra.
Tal como se predijo, el Caos Primordial liberó bulbos que generaron miles de criaturas de Phazon dispuestas a aplastar al ejército marciano. Lo mismo en Luna, luego en Venus cuando la criatura decidió desviarse para alcanzar este planeta. Y entonces finalmente llegó a su destino final, su cuerpo se interpuso entre el planeta y el sol, lo cual formó un eclipse total solar en la superficie de la Tierra; su campo gravitatorio afectó las mareas del planeta al volverlas más intensas, poniendo en alto riesgo a las ciudades costeras, y los vientos se intensificaron hasta alcanzar más de 100 kilómetros por hora en muchos casos.
Antes se había dicho que el Caos Primordial, aquel que enfrentaron los Altos Chozo, era algo que ni las mentes más enfermas y torcidas serían capaces de imaginar, algo que hasta el mismo diablo le tendría miedo, el simple hecho de verlo podía infundir terror en los corazones de la gente más valiente que pueda existir, y al resto es muy seguro los induciría en la locura absoluta, el sueño les sería privado para la eternidad, pues jamás dejarían de escuchar los infernales gritos de este ser, audibles en el espacio a pesar de ser un lugar en el que el sonido no puede propagarse. Sin embargo, el nuevo Caos estaba muy lejos de tener estas características, jamás iba a ser lo que solía ser al ya no existir el "elemento Gorea", mismo que fue destruido por Samus años antes. Y si bien podía infundir muchísimo miedo debido a su forma y tamaño, no causaba el rendimiento emocional de quien lo veía, pues ningún soldado se vio incapaz de luchar, tan solo su temor fue aliviado por otras palabras más de Samus.
Y luego de un breve instante, Samus Oscura se comunicó con la flota de Samus, que hay que detallar en que no era simplemente de naves y marines, sino que los Cibernéticos y la Orden Metroid componían esta división también.
Al frente, entre la flota y el Caos, se abrió un agujero de gusano por donde emergió la NFG Ryleh, misma que no contenía ningún tipo de tripulación excepto por la UA 731, quien era la responsable del control total de la nave.
Pero Samus Oscura ignoraba que el plan de Samus y su equipo tenía a esta nave como elemento clave. Los ingenieros retiraron muchas cosas del interior del crucero, desde las piezas más grandes como consolas hasta lo más pequeño como los tomates dentro del frigorífico de la cocina; quitaron tantos elementos que fue posible añadirle a la nave dos capas adicionales de blindaje superpesado, sin llegar a sobrepasar el límite establecido de peso que puede soportar. Y eso no fue todo, claro que no, falta el elemento más importante en este plan: una bomba de antimateria, la misma con la que se pretendía destruir Valrein. La bomba fue cargada adentro de la nave, y se logró estabilizar un poco para asegurar que no explotase antes de tiempo, sino por la acción de los ataques del Caos Primordial y que debía suceder al estar lo más cerca posible. El crucero avanzó imparable contra el Caos, pudiendo resistir todo fragmento lanzado en su contra; no quiere decir que no le hacían daño, porque sí lo había, es solo que era mínimo. No fue hasta que salió el rayo de Phazon de una de las miles de bocas de la criatura que el blindaje extra comenzó a ceder, al mismo tiempo que varias zonas del interior fueron explotando y ardiendo en llamas. Aun así no bastó para detener a la nave, 731 no dejó de acelerar y se adentró más allá del campo gravitatorio del Caos Primordial.
La flota estaba en una zona segura, aunque no evitó que las fuerzas espaciales sintieran la intensidad de la explosión, sin embargo fue el Caos Primordial y Samus Oscura quienes se llevaron la peor parte. Cuando el fulgor desapareció (mismo que se pudo apreciar desde tierra), el Caos se retrajo en sí mismo y sus rastros de luz azul se apagaron, prácticamente se convirtió en algo similar a una luna rocosa al no parecer más un ser vivo.
Pero no iba a ser posible. El Caos Primordial desprendió miles de pedazos de su propio cuerpo y de distintos tamaños, algunos tan pequeños como un caza, y otros tan grandes como una fragata; los pedazos pronto se cubrieron de Phazon burbujeante que pronto se solidificó para dar vida y forma a una serie de bestias jamás vistas antes. Enormes ballenas cubiertas de púas y nervios ópticos a lo largo de sus cuerpos, barbas de ballena adentro de sus bocas que les sirve para alimentarse de sus presas, siendo los Protozoos su alimento principal; sobre sus cabezas poseían cuernos de un búfalo, y bajo las quijadas una barba hecha de rocas con la que podían destruir naves de uno o varios azotes. Nadie esperaba que estas cosas pertenecían a la especie Metroid, pero los análisis lo confirmaron: se les bautizó como Metroides Misticetos. Igualmente, las otras criaturas presentes eran también de la especie Metroid. Del tamaño de un caza promedio, con un cuerpo casi aplanado como una mantarraya y con forma circular, excepto que en un extremo tenía forma de un cáliz, de ahí hacia abajo seguía la forma circular, hasta la parte inferior que se alargaba hacia afuera y que se dividía en dos filamentos. Debajo del cuerpo tenían su membrana con un núcleo guinda, por donde podían disparar rayos de Phazon. A estas variantes de les llamó Metroides Mobula.
Finalmente los bulbos cayeron a lo largo y ancho de la ciudad, liberando un intenso flujo de Phazon que se derramó alrededor; el Phazon burbujeaba y fue tomando diferentes formas, pero todos coincidieron con el mismo patrón: piratas de la clase Urtraghiana, la mayoría cubierta con armaduras de Phazita sin excepción, otros eran de la orden de Campeones Poseídos, y junto a ellos los diferentes tipos de Metroides mutados a partir del Metroid de Phazon, incluyendo varios Metroides Prime. Pero lo que nadie sabía, era que este ejército hecho de Phazon tenía algo en especial: no solo se componía de los piratas hechos prisioneros en Valrein antes de su destrucción, había piratas que vivieron durante el primer reinado de Samus Oscura. En otras palabras, el ejército pirata de antaño, aquel que Samus asesinó durante su misiones en la Primera Guerra del Phazon, volvió a la vida, y aunque no tenían ninguna nave o vehículo consigo, los Metroides y el resto de las criaturas de Phazon compensaron esta falta. Los soldados del MNE encararon al enemigo tan pronto se materializó de entre las burbujas, pero sus armaduras les ayudaron a sobrevivir las primeras rondas y estos respondieron con sus propias armas de Phazon. La ciudad, y todo el planeta Tierra, conoció la devastación a los pocos minutos: Metroides Prime destruyendo fortificaciones con ayuda de los Metroides de Phazon, que simplemente les bastaba con atravesar cualquier muro para sorprender a sus enemigos y darles muerte succionando sus energías o convirtiéndolos en pupas de Phazon con sus rayos de largo alcance; los soldados piratas revividos mostraron ser más feroces de lo normal, incluso sin sus armaduras probaron ser muy resistentes, pudiendo resistir 1/3 de un cargador estándar potenciado con Hiperestado, y tampoco eran afectados por el retroceso; con esta resistencia, eran capaces de realizar cargas en grupos - con los metroides, campeones y caballeros poseídos a la vanguardia - y romper cualquier cerco defensivo. La única manera de enfrentar al enemigo era con la superioridad aérea, con las naves Cosmo Liner ofreciendo fuego de apoyo y algunos cazas bombardeando zonas clave donde la presencia enemiga era mayor.
La cosa no terminó ahí, porque los bulbos alrededor de la metrópoli liberaron una segunda dosis de Phazon burbujeante que produjo más enemigos. Fueron tantos que obligó a las fuerzas de la ciudad a replegarse más adentro, poniendo en peligro el cuartel general. La primera línea de defensa se rompió.
Soren sobrevoló el cielo disparando contra multitudes de enemigos con sus armas, todo esto antes de salir de ella y caer en tierra mediante un salto. Un pirata le saltó encima con intención de darle un golpe mortal mediante decapitación, pero Soren interpuso su hoja de Damasco mejorada con Phazon y no solamente lo detuvo, sino que su hoja fue capaz de atravesar la guadaña del pirata enemigo y de ahí le cortó la cabeza de forma diagonal, es decir que dividió su cabeza a partir de un ojo hacia la izquierda en forma diagonal. De ahí usó su cañón recién salido del horno, con el que mataba a los enemigos básicos de un único tiro, a los Campeones los eliminaba con dos: uno para romper la coraza y el otro para darles en el cerebro. Tenía el apoyo de su ejército que se encargaba mayormente de los soldados opuestos y criaturas simples como cochinillas, saltamones, Phaz-oscuros y metroides en fases no avanzadas; Soren se encargaba de los peligros mayores, en una ocasión llegando a encontrarse con un Metroid Prime al que le esquivó varios misiles, de ahí disipó partículas explosivas con sus rayos y posteriormente lidió con muchos ataques cuerpo a cuerpo del metroide; fue un encuentro más complicado, pero al final Soren triunfó cuando le saltó encima y le disparó a la cara múltiples veces a quemarropa.
Soren se dirigió a las coordenadas de donde vino la transmisión, encontrándose con un escuadrón prácticamente eliminado: cuerpos en todo el pavimento con heridas fatales causadas por Phazon, pero había un último miembro con vida y que disparaba erráticamente hacia todos lados; claramente se vio presa del pánico, tanto que al sentir a Soren también lo atacó, solo que este pudo esquivarlo.
Pero antes de darle una respuesta, una figura apareció detrás del soldado y se posó sobre lo que era un puesto de comida callejera. Soren lo vio y lo reconoció: era Narog en su forma normal, pero con una piel más oscurecida y con el Phazon brillando con mayor fuerza; sin embargo, no pudo hacer nada por el otro milico, quien fue atravesado de lado a lado por un relámpago que Narog expulsó de una mano.
Simplemente Narog lo atacó con más relámpagos, Soren esquivó y usó sus propios proyectiles que fueron absorbidos con el poder de absorción del discípulo. Los siguientes segundos fueron así, añadiendo que Narog también usaba venablos; Narog pasó a formar ecos de sí mismo y no le dio tregua a su oponente, pero esta vez Soren ya contaba con experiencia previa y tenía una nueva arma más eficaz. Los ecos eran destruidos con facilidad, de igual manera Narog no tenía dónde ocultarse, pues Soren también pasó por una serie de mejoras en su visor que le permitió no ser interferido por la intensa estática.
Con un misil distrajo a Narog, pues realmente lo que buscó fue dar un salto alto para alcanzar al monje, quien levitaba en el aire, y propinarle una cuchillada que obviamente no podía absorber como lo hacía con el armamento de energía. La cuchillada lo laceró en el pecho y lo hizo desplomarse contra el pavimento, donde aparentemente murió una vez más. Soren aterrizó al ya no haber ganado más altura y lentamente se acercó al cadáver, donde para su sorpresa descubrió que era otro Eco que rápidamente se desvaneció en partículas.
Todo lo contrario, Soren no tuvo que buscar a nadie. Un edificio cercano a él vio su entrada principal siendo derribada por el placaje de un monstruo. Lo que parecía ser un caballo pero con una coraza hecha de varias mezclas minerales, incluyendo Phazita, lo que le daba una textura rígida y reptiliana, siendo lo más llamativo que no poseía líneas de brillo azul, sino de brillo blanco; el mismo Narog, o específicamente su mitad superior del cuerpo, era la cabeza de aquel cuerpo equino, haciéndolo una especie de centauro, y por lo mismo ya no tenía sus piernas. Narog en sí no pasó por cambios mayores, solo estaba el detalle de que sobre su cabeza le creció una serie de protuberancias puntiagudas que simulaba una corona.
No fue todo, Narog Conquista - este siendo su nombre clave - usó sus poderes para fabricarse un arco de flechas hecho enteramente de energía Phazon, arma con la que agredió a Soren al disparar flechas de alto poder. Él esquivó dos de ellas y notó que, al impactar una superficie, liberaron metralla dañina hacia todas direcciones; la última no la esquivó, la bloqueó con su sable y aun así resintió el daño de la metralla que se incrustó en su piel y a veces llegó a perforar algunos músculos. Narog siguió en la ofensiva al cabalgar en un ataque frontal, siendo que su arco era de energía e igualmente hacía daño con el simple contacto; Soren quiso frenarlo con un misil, pero su enemigo absorbió el ataque y azotó la espalda del general con un golpe de su arma. Aunque no bastó para vencerlo, ya que Soren seguía de pie y rápidamente se giró, luego usó su rayo enganche para enganchar a una grúa de construcción encima de Narog, y con su fuerza la derribó para hacerla caer encima del jinete. Narog no se quitó, sino que generó dos flechas de Phazon, una bastándole para destruir la grúa mientras caía, mientras que la otra la disparó en el aire; en tanto, Soren aprovechó para acercarse y enfrentarlo en cuerpo a cuerpo, llegando a arañarlo en un costado, a lo que Narog respondió con una coz dirigido justo en la quijada de Soren, y si bien no lo derribó porque él maniobró para caer de rodillas y no bocarriba, sí le dio tiempo a Narog Conquista de preparar otra flecha. Sin embargo, Soren esperaba esto, que Narog Conquista usase sus dos manos, así no tendría manera de absorber ataques, y de ahí lo atacó con un misil, siendo él quien disparó primero. Narog Conquista no murió tan fácil, siguió con vida pero aturdido y a merced del cazarrecompensas, quien se acercó con el fin de enterrar su hoja en la frente del monje pirata. Aquí ya había olvidado por completo que Narog Conquista disparó una flecha hacia el cielo, acción realizada porque explotó en el aire y formó cientos de perdigones que cayeron como lluvia sobre Soren. Toda esta metralla atravesó su armadura, y de los orificios salió sangre a presión, aunque fue instantáneo y no le provocó desangramiento.
Rowina hacía lo suyo en otra parte. Era lo usual con ella: muchas veces iba sola matando a todo a su paso usando su rifle, y esta vez podía moverse con mayor facilidad sin el contenedor dorsal del que siempre había dependido. Las armaduras de Phazita de la infantería no resistían las superbalas de Rowina, incluso los Campeones Poseídos caían con suma facilidad. Rowina, estando bastante cerca de uno de los bulbos productores, había matado a un Campeón, en eso emergieron varios Metroides de Phazon por debajo del pavimento.
Acribilló al metroide junto a la progenie que engendró desde sus entrañas. Un escuadrón completo de piratas apareció desde una avenida a su derecha, alrededor de diez de ellos y muy juntos entre sí, pero no pudieron atacar debido a que Rowina los fusiló primero con una sola ráfaga que los mató a todos y los dejó amontonados en el pavimento.
Fue así como Rowina decidió atacar al bulbo antes de que produjera otra tanda de enemigos. Atacó a la parte más alta que parecía ser una roca de mineral, que era donde las olas de Phazon se diseminaban contra el suelo para dar forma a todo tipo de seres; con varias rondas sin descanso, al punto en el que el rifle casi se sobrecalentó. ¿Resultó? Pues varias fracturas se formaron alrededor de la roca y que siguieron acrecentándose, algo que Rowina celebró porque logró lo que otros no pudieron. Sin embargo, el gusto le duró poco, porque una serie de tentáculos emergieron desde el interior hasta hacer eclosionar la roca igual que como lo hace un polluelo al salir de su huevo, pero de una forma más agresiva.
Justo cuando Rowina apuntó, la esencia se volvió invisible, entonces Rowina abrió fuego pero no le dio a nada. Inmediatamente, algo golpeó a la cazarrecompensas en el vientre y la arrojó hasta estrellarse con una nave derribada, momento en el que comprendió que debía cambiar el modo de visión de su parche. Rayos X, nada; infrarrojos, bingo, ahí apareció en el espectro visible la esencia. Rowina atacó sin piedad y pudo herir al metroide, pero este con sus rápidos movimientos rodeó a la aldebarana y usó sus tentáculos para generar una onda de fuego en el suelo. Rowina esquivó a duras penas con una voltereta trasera, pues la onda se expandió demasiado rápido y casi fue alcanzada. Bien librada, Rowina atacó nuevamente, sus disparos condujeron a la esencia hasta chocar y meterse a un edificio; Rowina lo esperó afuera sin quitar el ojo de su mira, entonces una de las grandes ventanas del edificio se rompió desde adentro hacia afuera, solo que el infrarrojos no captó nada.
Excepto que Rowina cantó victoria muy pronto. El cuerpo inerte de la esencia comenzó a burbujear y adquirió más volumen, caso como cuando en forma de bulbo disemina Phazon para generar toda clase de infantería, pero esta vez actuó sobre sí mismo. Una masa viscosa e informe se elevó en el aire y lentamente fue adquiriendo forma: su aspecto cambió radicalmente, ahora pareciendo un metroide clásico, pero con mutaciones mucho más horridas. Su tamaño se multiplicó hasta medir lo que un edificio de cinco pisos, un grueso tronco óseo le sobresalió por abajo, y de este tronco le salieron cinco colmillos colocados de tal forma que parecían formar una mano; muchos tentáculos en su cuerpo, unos apéndices gruesos con aguijón, y adentro de su membrana no solo tenía sus núcleos sino que también varios ojos.
Las enfermedades y la putrefacción encarnadas en una única criatura. Un Metroide de la Peste que además desprendía un intenso hedor, al grado en el que los ojos de Rowina lagrimearon, pero ella tuvo que aguantar y enfrentar a esa cosa. Atacó primero con una ronda de su fusil y logró hacerle daño, así que se dispuso a fusilar al Metroide de la Peste, pero él estiró uno de sus apéndices con aguijón y atravesó el hombro de Rowina, la alzó unos centímetros en el aire, la sacudió violentamente y finalmente la arrojó contra el pavimento. Rowina seguía en buen estado, tan solo un hombro pinchado que sangraba, y en el suelo vio cómo el Metroide de la Peste regeneraba sus heridas; Rowina rápidamente se reincorporó y no para atacar, sino para escapar de unos chorros de ácido que el Metroide de la Peste excretaba al zarandear sus tentáculos, ácido capaz de derretir blindajes compuestos con facilidad, así que queda a la imaginación lo que podría hacer con la carne. Fue cuando llegó una nave Cosmo Liner al lugar y ayudó a Rowina con un torrente de misiles y rayos. Esta combinación hizo desprender varios tentáculos y hasta una apéndice con aguijón del metroide, pero el resultado siguió siendo el mismo, seguía con vida y contraatacó al expulsar uno de sus aguijones contra la cabina del piloto a una velocidad supersónica. El piloto quedó empalado y perdió el control de su nave, destruyéndose al tocar tierra; por otro lado vino un escuadrón de soldados del mancomunado acompañado por una esfera y un VCI, todos y cada uno de ellos abrieron fuego contra el metroide, un ataque combinado que llegó a romperle parte de la membrana y de uno de sus núcleos. Sorprendentemente no lo mataron, seguía flotando y moviéndose, liberando desde su tronco óseo una gran burbuja de Phazon que arrojó cerca de este escuadrón; la burbuja se diseminó y múltiples metroides se formaron en ella, quienes comenzaron a atacar de inmediato mientras su progenitor se regeneraba. Con las fuerzas del MNE ocupadas, el Metroide de la Peste se enfocó en Rowina, esta cosa sabía perfectamente que ella era su mayor amenaza.
Toda la Tierra sufría el martillo del Ejército Resurrecto, cualquier resistencia era fútil, la batalla estaba perdida a menos que Samus Oscura fuera destruida. Y si bien la situación era similar en las colonias del sistema solar, los enemigos que asediaban estos lugares no formaban parte del Ejército Resurrecto. No, aquí el enemigo era otro: todas las personas con parásitos en sus cerebros, así como varias de las Voces, todos aquellos que se desvanecieron en el aire con el paso del Caos Primordial en su camino hacia la Tierra o que murieron en combate en años anteriores, y no fueron pocos civiles precisamente, tampoco volvieron a la vida hechos a la imagen en como nacieron. Gente de Phazon, completamente lampiños y con piel de textura escamosa y rocosa, de donde sobresalían varias venas azules y brillantes. Sus caras torcidas hasta extremos imposibles, algunos tenían más de dos ojos, otros una boca repleta de colmillos y con una abertura que podía llegar de una oreja a otra. A veces uno se encontraba con personas con hasta 6 brazos y manos repletas de garras, u otros que llevaban Metroides de Phazon en sus pechos y que recibían el nombre de Humetroids. Y así entre muchas otros fenómenos que las fuerzas de la colonia tuvieron que enfrentar. La colonia venusina, cubierta por un gran domo que servía contra la gran presión exterior y con un interior respirable gracias a un estabilizador atmosférico, estaba resguardado por un personaje clave de alto poder: Firebrand. Varios bulbos penetraron el domo pero no lo atravesaron por completo, se quedaron atorados antes de alcanzar el suelo y sirvieron como tampones, aunque no evitó la diseminación de Phazon. La colonia se inundó de mutantes (también de otras criaturas menores encontradas en Phaaze) que no eran tan fuertes como los piratas revividos, pero sí eran más rápidos, capaces de trepar muros al ser más ligeros y encima eran demasiados.
Pero un nuevo enemigo apareció ante él al acabar con estos niños, o mejor dicho, un enemigo ya conocido y al que se había enfrentado tres veces. No era otro que Ghor, quien al igual que Narog tenía un aspecto más oscurecido y con brillos azules; pero lo más llamativo fue que ya no poseía su famosa armadura de combate, sino que estaba fusionado con una especie de criatura desconocida. La criatura en cuestión tenía el cuerpo de un gran felino con piel rocosa y escamosa, una coraza de quitina en el cuerpo principal, y un fulgor en sus líneas de color carmesí; su cabeza era como la de un águila pero careciendo de ojos y unida al cuerpo mediante un cuello grueso; Ghor estaba fusionado justo sobre el lomo de la criatura, por ende no tenía piernas, tan solo la mitad superior de su cuerpo.
No se puede huir de la guerra, pero sí se puede terminar con ella. Ghor Guerra generó en sus manos una espada de plasma energizado con Phazon, cabalgó contra Firebrand e intercambiaron algunos golpes, pero entonces la cabeza de águila atacó con algunos mordiscos que abollaron el guantelete derecho del cazarrecompensas, nada grave. Firebrand esquivó otra mordida y se dispuso a decapitar a la bestia, pero fue detenido por el fuego de Ghor Guerra, quien además colocó a su grifo sobre sus patas traseras y con las delanteras dio una serie de poderosos zarpazos que dejaron marca sobre el casco de Fuego Zafiro, y además lo hicieron retroceder. Acto seguido, la cabeza de águila abrió su pico y reveló que adentro tenía un lanzamisiles múltiple con ojivas orgánicas; los misiles fueron disparados y Firebrand los destruyó al mismo tiempo con una media luna de fuego, sin considerar que Ghor Guerra usaría la pantalla de humo resultante para cargar contra su rival y morderlo. Esta vez el mordisco desprendió una pieza de armadura del espadachín, también un espadazo de plasma dañó el peto, pero Firebrand pudo responder con un tajo superior que causó una herida profunda en un costado del grifo de Phazon.
En la colonia lunar ocurría otro conflicto, justo en el lado oscuro del satélite donde se levantó una colonia humana, de esta forma no sería visible desde la Tierra y no estropearía la vista natural del satélite que ha servido de inspiración para miles de personas a lo largo de los milenios. Pero eso es un tema aparte, lo importante es que había batalla en todo el cuadrante colonizado, nuevamente el enemigo siendo gente de Phazon; Vaporwave ayudaba en una planta extractora de helio 3 que había sido tomada por todo tipo de criaturas, incluyendo lo que parecían ser féminas en avanzado estado de embarazo, pero ancladas sobre las superficies mediante enredaderas azules, y cada tantos segundos parían una criatura de Phazon al azar, es decir que podían parir a un Phaz-Oscuro, a una Cochinilla de Phazon o a un Jelsac. A estas mujeres mutadas se les conoció como "Incubadoras".
No se molestó en intervenir en otros combates, usó su agilidad para llegar lo más pronto posible, y una vez allí se encontró con un escuadrón asesinado de formas espantosas como se dejó entrever con el mensaje del otro hombre. Cuerpos partidos desde la cintura, grandes y profundos mordiscos en los troncos, otros seguían completos pero con un aspecto casi irreconocible al estar llenos de rasguños. Hasta entonces, Vaporwave no había visto a algún ser capaz de semejante carnicería, ni siquiera los Metroides, pero la respuesta se hizo evidente cuando primero escuchó algunos jadeos similares a los de un perro pero de proporciones masivas, luego unas pisadas, y finalmente una presencia que se acercaba desde un rincón oscuro.
No es difícil imaginar a un animal mitológico como cerbero, el famoso perro de tres cabezas que cuida las puertas del inframundo según varias historias. Algo similar a esto fue lo que se topó Vaporwave, excepto que este cerbero era igual al grifo de Ghor o al caballo de Narog en el exterior, con una coraza y piel rocosa, junto a varias líneas brillantes que en este caso eran amarillas pero pálidas. Cada cabeza poseía cuatro pares de ojos colocados alrededor de toda la zona frontal de forma irregular y dos hileras de colmillos adentro de sus hocicos. Pero lo más llamativo fue su cola, cuya mitad inferior era normal, pero su mitad superior era el torso, brazos y cabeza de una joviana; era el tronco de Gandrayda fusionado a la cola del cerbero, y como ya es usual, su cuerpo se oscureció ligeramente y tampoco emitía un solo sonido de su parte.
La muerte viene en distintas formas. Lo primero que hizo Gandrayda Muerte fue generar en su mano derecha una guadaña de 1.5 metros de longitud hecha de electricidad rosa, pero imbuida con Phazon; lo segundo que hizo fue aumentar el voltaje de su cerbero, dándole a las tres cabezas el poder de lanzar rayos desde sus hocicos. Los arcos eléctricos arrojaron a Vaporwave contra un muro, pero lo pudo soportar y esta atacó con ráfagas de pequeñas gotas de agua que dejaron múltiples agujeros en el perro de brillo bayo; Vaporwave aprovechó para acercarse velozmente, caminando sobre los muros y usando cualquier objeto fijo como superficie donde pisar, y tuvo en la mira al cuerpo de Gandrayda Muerte. Agua Rubí generó un chorro con el que le causaría una herida fatal, pero fue detenida por la guadaña de la joviana, de ahí intercambiaron algunos ataques más hasta que Gandrayda Muerte llegó a repelerla cuando generó pequeñas hoces de electricidad a su alrededor que arrojó a su enemiga; Vaporwave no tuvo otro remedio que retroceder y destruir las hoces a distancia, con la consecuencia de que el perro tricéfalo empleó ataques cuerpo a cuerpo como mordidas y rasguños que Vaporwave supo esquivar. Quedando en un punto de descanso para ambos, Vaporwave le hizo una pregunta que al final no fue respondida.
No hace falta describir lo que ocurría en Marte, pues no distaba mucho de lo que sucedía en la Tierra o en su satélite. Solo queda hacer énfasis en que Anthony Higgs junto a su leal escuadrón, y en conjunto con el mancomunado, defendían la colonia marciana. Él y su escuadrón, sobre todo, se ubicaron en la torre más alta de la ciudad, lugar en donde podían atacar desde altura mediante las tantas ventanas que protegieron medianamente con barricadas, sobre las cuales montaron muchas ametralladoras tanto manuales como autónomas capaces de diferenciar aliados de enemigos. Anthony manipulaba una de estas torretas y atacaba todos los monstruos posibles.
Sin embargo, alguien le salvó el pellejo. Grasswind estaba en la terraza de un edificio más pequeño atacando con un ataúd lleno de flechas que llevó a sabiendas de que estaría en una posición fija por mucho tiempo, pero a pesar de estar a una altura menor que en donde estaba Anthony, pudo ver el momento en el que el hombre de Phazon trepó hasta arriba, e intervino disparando una flecha. Siendo un tirador experto, la flecha dio en el blanco y el mutante cayó al fondo, Anthony no supo cómo reaccionar y acabó por alzar el pulgar en señal de agradecimiento. Fue al hacer esta seña que Anthony fue esta vez quien se percató de una anomalía en el edificio donde Grasswind: una criatura de grandes proporciones estaba trepando la torre sin que el arquero se diera cuenta.
Un escorpión gigante envuelto en una coraza de hielo negro, poderosas tenazas capaces de aplastar cualquier vehículo blindado y con orificios por donde disparaban chorros de hielo, un aguijón que no podía ser detenido por ningún escudo, el torso de Rundas saliéndole por encima y con un aspecto ennegrecido. Rundas mismo cargaba una pesada balanza sobre su cuello que lo mantenía encorvado. Donde hay frío extremo, suele haber hambruna. Rundas Hambre obligó a Viento Esmeralda a saltar del edificio cuando cubrió toda la terraza con hielo, sin embargo no saltó al vacío, sino que usó una flecha especial que poseía una cuerda en rapel con la cual se columpió hasta tocar el fondo de una manera segura. Para su sorpresa, Rundas Hambre le siguió el paso y cayó detrás de él, donde agresivamente comenzó a atacarlo con sus tenazas y con estoques del aguijón, que además tenía la propiedad de disparar jabalinas heladas a una velocidad impresionante que perfectamente podían derribar naves. En una de esas, el escorpión atrapó a Grasswind y casi lo partió en dos, pero no lo logró debido a que el arquero supo reaccionar a tiempo para disparar una doble flecha en la cabeza del arácnido que hizo soltarlo; acto seguido, ya a salvo en el suelo, Viento Esmeralda dirigió una flecha explosiva al cuerpo de Rundas Hambre, pero este se protegió con una barrera helada y respondió con un bloque de hielo que no dio en el blanco, pero su fragmentación sí que lo hizo: varios pedazos se encajaron en el torso de Grasswind y le provocaron heridas internas no tan graves.
¿Y en órbita sobre la Tierra? Las cosas eran iguales de difíciles incluso si el Caos Primordial estaba temporalmente inactivo. Pero se iba a poner peor, algo que se verá después. |
Capítulo 39
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Voluntades férreas |
La misión de los Cibernéticos, el ejército terrestre de la Armada y la Orden Metroid, era avanzar junto con Samus directo al cuerpo del Caos Primordial, crear distracciones para permitir que Samus pudiese adentrarse en las entrañas de la abominación cósmica sin ser interrumpida por las hordas de monstruos que Samus Oscura enviaría en su contra. El cometa de la gente Esfandiary se quedó atrás con algunos de sus ciudadanos para ayudar a la flota, pero el Águila de Dryn sí que se dirigió a realizar un bombardeo en órbita sobre el Caos, lo que permitió un descenso seguro para el resto de las fuerzas.
Lo que importa es que miles, incluso millones, de seres vivos basados en Phazon emergieron de la "tierra" y prácticamente de cualquier parte. Una plaga completa de ellos interceptó a las fuerzas del MNE, los Marines se quedaron en la superficie e hicieron su deber en asesinar cuanto bicho fuera posible, de esta forma el resto de las fuerzas pudieron avanzar hacia adentro del cuerpo del Caos. Las entrañas se componían mayormente de túneles cubiertos de fluidos y materiales semisólidos, a diferencia de la superficie que era mayoritariamente rocosa, y sin duda habría sido complicado para los marines combatir en una zona como esta, así que los Cibernéticos y la Orden Metroid fueron los indicados para librar la batalla en estos subniveles. La artillería pesada de los cíborgs era perfecta contra los seres vivos más grandes, la versatilidad de la Orden Metroid sirvió para despejar el camino de organismos menores. Así siguieron hasta alcanzar una gran profundidad, donde Samus Oscura ya estaba cerca, punto en donde Samus entraría para hacer lo suyo.
En su último trayecto ya no hubo quien intentó detenerla, fue como si Samus Oscura hubiese ordenado a sus fuerzas desistir cualquier ataque en su contra, quizás porque sabía que nadie sería rival para Samus, menos con ese nuevo traje que no solo incrementó sus niveles defensivos, sino que permitía la regeneración automática de energía de reserva gracias al Núcleo del Leviatán en su interior, cinco unidades de energía por segundo. Samus atravesó túneles estrechos, caminos anchos, salas de gran tamaño llenas de membranas y vegetación. Nada relevante hasta que llegó al lugar más amplio casi en el centro de la criatura cósmica, un lugar que le recordó a Samus al Sancta Sanctórum de Phaaze; la diferencia fue que esta vez no había una escotilla pirata en el centro, sino un trono de aspecto godo, hecho de un material similar al hueso y con adornos de cristales de Phazon negro. Samus Oscura, con su armadura plateada, estaba sentada sobre él, había estado esperando pacientemente por la llegada de su eterna enemiga.
En ese instante, algo ocurrió que la dejó perpleja; repentinamente y sin haberlo visto venir, Samus Oscura desapareció de su vista sin que se hubiera dado cuenta, fue igual a cuando ella usa su Desplazamiento en Fase contra sus enemigos. Samus miró a todas partes y dio con Samus Oscura, quien ahora permanecía de pie sobre el techo.
Samus no dijo nada al respecto y simplemente disparó con su multirráfaga, pero no le dio a nada, Samus Oscura volvió a desaparecer y reapareció en otro punto de la sala, ahora caminando sobre una pared de mineral de Phazon.
Samus Oscura, de nueva cuenta, se esfumó frente a los ojos de Samus, esta vez para atacar finalmente. La doble oscura había aparecido detrás de la original y rápidamente se le acercó para propinarle un duro golpe a quemarropa con su cañón, pero Samus, tan pronto como su doppelgänger quedó cerca, se giró y repelió el ataque con un disparo suyo también a quemarropa, y ambas quedaron separadas frente a frente. Si esta vez pudo seguirle el paso a Samus Oscura fue porque activó su Desplazamiento en Fase.
Es cierto, Samus lo creyó imposible, pero era real. El Desplazamiento en Fase de Samus tan solo ralentizaba la velocidad en general de los objetos dentro de un determinado radio, pero el flujo del tiempo seguía inalterado, incluso uno podía estar fuera del alcance de las ondas ralentizadoras y ver adentro de ellas cómo las cosas se movían con lentitud. Pero la situación era diferente con Samus Oscura, ella literalmente había obtenido el poder de manipular el tiempo al contaminarlo con Phazon, y hacer con él dos cosas: ralentizarlo o acelerarlo, y no únicamente en un determinado radio, sino controlar el tiempo a escala universal. Sin embargo, había un límite para ella que mencionó tras haber dicho todo lo que acabas de leer.
Comenzaron al mismo tiempo disparándose entre sí múltiples ráfagas de Phazon (las de Samus azules y las de Samus Oscura rojas) que ni se molestaron en esquivar, varias de ellas pasaron por sus lados sin alcanzarlas, pero otras sí dieron en el blanco y lo resintieron. Cuando tuvieron suficiente, se dispararon un misil de gran poder que chocaron al llegar a un punto medio entre sus objetivos, levantando una cortina de humo que ambas cazadoras aprovecharon para avanzar una a la otra y entablar combate cuerpo a cuerpo. Empezó con un choque de cañones, luego una serie de patadas, pero Samus obtuvo la delantera cuando atrapó a su doble oscura con su Rayo Enganche y de ahí la arrojó hacia arriba, seguidamente la golpeó al propulsársele directamente con su Ataque Barrena hasta estrellarla contra el techo, y finalmente Samus dejó caerse de vuelta al suelo pero no sin antes haber disparado un rayo cargado de Phazon (igual a un rayo recarga normal pero siendo una bola más grande y azul) que disparó directo a la figura oscura atrapada arriba. Pero Samus Oscura había ralentizado el tiempo y salió del boquete antes de ser alcanzada, luego se escabulló detrás de Samus y la roció con metralla, inmediatamente le disparó un misil de Phazon que puso a Samus de rodillas, y por último se impulsó hacia ella, la atrapó entre sus brazos y de ahí siguió volando hacia arriba, atravesó el techo y más allá hasta llegar a la superficie del Caos Primordial; Samus Oscura la soltó al estar varios metros en el aire y violentamente la estampó contra el suelo al colocarse encima de ella y darle un culatazo con su cañón. Samus Oscura se envolvió en una masa de Phazon y como un cometa cayó sobre Samus con una fuerza asombrosa, algo que sin duda debió haberla aplastado. Pero no en realidad, porque Samus abandonó aquel punto del terreno y dejó una Bomba de Energía que estalló justo en la cara de Samus Oscura; tomando ventaja de esto, Samus la embistió con la Turbosfera y el golpe la arrastró varios metros sobre el suelo, pero en uno de esos rebotes logró ponerse de rodillas y se percató cuando Samus le apuntó con su cañón potenciado con la multirráfaga, cosa que le dio la oportunidad de protegerse con un campo de fuerza de Phazon. Samus Oscura salió ilesa y generó bajo los pies de Samus un pilar de energía rojo que empujó a la cazadora original, amén de provocarle daño.
Samus activó sus ondas de lentitud, rodeó a Samus Oscura por su espalda y rápidamente se le acercó con su rayo cargado con intenciones de darle un tiro a quemarropa, pero Samus Oscura también había alentado el tiempo y se giró para contrarrestar el ataque, seguidamente realizó un sencillo golpe con su pisiforme sobre la clavícula de Samus (que sintió incluso teniendo armadura), la Samus original aguantó el impacto e hizo el siguiente movimiento: dio un pequeño salto para apoyar su pie izquierdo sobre el peto de Samus Oscura, y esto le sirvió para tomar impulso y darle un rodillazo en la quijada con la otra pierna. Momentáneamente se separaron, solo para acabar disparándose con un misil entre sí, y del que Samus se cubrió con su armadura eléctrica y Samus Oscura con un campo de fuerza. Inmediatamente después de esto, Samus Oscura se alzó en el aire y comenzó a regenerarse al absorber Phazon del Caos Primordial.
Ambas acabaron de curarse, aunque no completamente, y siguieron combatiendo. Por otra parte, en la batalla espacial, los nuevos metroides probaron ser unos oponentes formidables para la flota del mancomunado. Los Metroides Misticetos (aquellos parecidos a ballenas) hundieron varias fragatas Draco con simples azotes de sus barbas rocosas, al mismo tiempo que evitaban ser atacadas por los cazas interceptores al tener varios nervios ópticos a lo largo de sus cuerpos, ya que eran capaces de disparar láseres de alto poder que sin problemas podían derribar o dejar en muy mal estado a cualquier caza. Luego estaban los Metroides Mobula, que conformaban a una horda masiva que empequeñecía a los cazas del mancomunado; eran endebles, pero maniobrables y poderosos, con esto pudieron destruir a la flota sin problemas de no ser porque los Cibernéticos apoyaban en la contienda.
La poca flota del MNE tampoco se libró de los problemas.
En Marte seguía el duelo entre Grasswind y Rundas Hambre, el hombre escorpión capaz de congelar por donde pisaba. Ambos combatían en una ancha avenida, con Rundas Hambre propinando pinchazos con su cola y pellizcos mortales con sus enormes tenazas, y Grasswind disparando sus distintos tipos de flechas. Las explosivas rompían algunas piezas de la coraza de hielo negro, de ahí el cazador esmeralda usaba flechas expansivas para causar el mayor daño posible en el tejido muscular del escorpión, y aunque Viento Esmeralda era medianamente rápido como para esquivar muchos ataques físicos, fue alcanzado por múltiples proyectiles basados en hielo, y en una de esas llegó a ser picoteado en la arteria femoral junto a una lesión profunda en el pecho provocada por una pinza. En la planta de helio 3 lunar, Gandrayda Muerte, específicamente una de las cabezas de cerbero, llegó a atrapar a Vaporwave bajo sus mandíbulas, puso presión y enterró sus colmillos en el tronco de Agua Rubí. Pero uno de los brazos de Vaporwave quedó adentro de la boca de aquella cabeza, lo cual le sirvió para accionar su chorro a presión y atravesar ese cerebro del perro; la cabeza no murió, pero sí soltó a la cazarrecompensas y se colocó sobre sus patas traseras debido al dolor y realizó un corte en forma de X con ambos de sus chorros justo en el pecho del can. El cerbero se defendió con zarpazos y Vaporwave lo evitó con pequeños saltos traseros, pero no pudo esquivar unas hoces eléctricas que Gandrayda Muerte le arrojó, y como la aturdieron tampoco esquivó una cuchillada de la guadaña que le amputó su brazo derecho. Luego sigue la colonia venusina, donde Ghor Guerra comandó a su grifo a dar unos zarpazos que rasgaron la gruesa armadura de Firebrand, de ahí abrió su pico y disparó un rayo de plasma que hizo caer a Fuego Zafiro adentro de un puesto de vegetales abandonado. Ghor Guerra avanzó en un ataque de carga que acabó siendo frenado por una media luna ígnea del mandoble de Firebrand, lo que le dio tiempo de reincorporarse, dar un salto alto y enfocar su siguiente movimiento sobre el cuerpo de Ghor; pero no hay que olvidar que el cuerpo de Ghor tenía una espada de fuego y Phazon con la que bloqueó la cuchillada de Firebrand, lo apartó de sí y empuñó con ambas manos su espada, la elevó lo más alto que pudo y de alguna manera la recargó, reflejándose en el hecho de que la hoja aumentó su tamaño al doble y acabó azotándola sobre Firebrand, quien se protegió al interponer su propia arma. Si bien el contacto directo no le hizo daño, si se lo hizo la explosión resultante que lo dejó atontado, cosa que el grifo aprovechó para enterrar su pico en el abdomen del espadachín y con fuerza le arrancó parte de sus intestinos. La cosa pintaba negra en todos estos planetas y satélites, la Tierra no fue la excepción. Rowina conoció al Metroide de la Peste y fue para ella el oponente más duro que había conocido, uno capaz de regenerar sus daños y con devastadores ataques que demostró al destruir múltiples patrullas de soldados y atacar a otras luego de generar criaturas de Phazon mediante charcos concentrados. Rowina mutilaba al metroide con sus balas de alto poder, pero poca diferencia hacía si este se curaba rápidamente de cualquier daño, y en cambio el metroide la apuñaló varias veces con sus aguijones y le provocó quemaduras en un brazo con sus chorros de ácido, también dejó inutilizado su chaleco balístico y Rowina tuvo que quitárselo. En otro lado de la ciudad, Soren seguía batiéndose contra Narog Conquista. Soren reconoció la agilidad del centauro y optó por usar disparos rápidos en lugar de los potenciados, de cualquier manera también eran eficaces contra este jinete. Soren lo roció con su balística cuando retrocedía rápidamente ante el avance de Narog Conquista, pero este absorbía en sus manos cualquier tipo de ataque energético lanzado en su contra, y en respuesta disparó al cielo otro proyectil de racimo del que Soren se protegió al meterse a un edificio. Narog Conquista lo persiguió y le asestó algunos golpes con su arco, golpes que Soren interceptó con su hoja de Damasco y luego encontró el momento para enterrar esta espada en el pecho de Narog Conquista; hecho esto, torció varias veces con la esperanza de destrozarle el corazón y cualquier cosa a su paso, y de hecho sí sucedió así, excepto que el enemigo no murió y se paró sobre sus patas traseras, entonces dio una coz con sus patas delanteras justo sobre la cara de Soren. La mano derecha de SAMUS estaba en el suelo, con la mitad de su cara descubierta siendo que la coz le quitó la mascarilla; presentaba también múltiples heridas causadas por las flechas de Narog Conquista en momentos previos, pero logró ponerse de pie al tener alguien que lo motivó a hacerlo.
Soren esquivó tres flechas dirigidas en su contra y salió del radio de impacto de una flecha de fragmentación, de ahí empleó toda su fuerza para llenar de cortes el cuerpo de Narog, y posteriormente atacó a su cuerpo inferior con un misil de Phazon. Esta combinación de ataques permitió a Soren poder trepar un edificio a base de saltos, siendo que quería llegar al cuartel corriendo en las azoteas de los edificios, pues tardaría menos y era poco probable cualquier enfrentamiento a como sucedería en tierra. Si no usó su nave fue porque la retiró temporalmente al haber sufrido algunos daños.
Narog Conquista lo persiguió, pero lo increíble es que cabalgaba en el aire y tenía en su mira a Soren, soltó su proyectil y rozó al general en una costilla, haciéndolo caer desde lo alto hasta el fondo, cosa que formó un pequeño socavón en el pavimento. No fue nada grave y pudo levantarse, pero Narog le cortó el paso y entendió que no podría llegar al cuartel.
En el cuartel, Alexa y varios soldados más se atrincheraron detrás de unas puertas blindadas que acabaron siendo rotas por un Campeón Poseído y que permitió la entrada de varios bichos. Estos no fueron un gran problema, hasta Alexa con su pistola semiautomática los podía vencer, pero el Campeón fue otra cosa; usó sus orbes explosivos para destruir las torretas perimetrales, luego hizo puré con su fuerza bruta a algunos artilleros con ametralladoras pesadas, y por último aniquiló a una hilera de soldados con un láser de Phazon emanado de su boca. Alexa se salvó de milagro, pero quedó ensordecida por la explosión y algo de metralla se incrustó en su cuerpo, su vista también se nubló y por instinto sólo se dedicó a encontrar su pistola; cuando la recuperó, vio al Campeón acercándosele, así que disparó hasta vaciar su cargador, pero fue en vano porque las balas rebotaron al hacer contacto, y no fue diferente cuando Alexa desenfundó su siempre confiable revólver. Indefensa, trató de huir, pero pronto se dio cuenta que daba igual lo que quisiera hacer, el Campeón iba a matarla o alguna otra de las criaturas que la tenían rodeada
Excepto que no había llegado su hora de morir. A aquella sala entraron cinco guerreras de Silent Amazon para rescatarla a ella y a los pocos que quedaban con vida; Avilix, Némesis, Ishtar emplearon un lanzamisiles desechable cada una con los que destruyeron la parte posterior de la cabeza del Campeón, mientras que Lynx y Kitsune usaron subfusiles para limpiar el lugar de hostiles menores que no eran tan resistentes.
Soren recibió la noticia de que Alexa fue rescatada, algo que le dio fuerzas y motivación para seguir con la lucha contra Narog Conquista.
Volviendo a la superficie del Caos Primordial, los Cibernéticos se encontraron frente a un nuevo problema: un Núcleo del Leviatán gigantesco que emergió del subsuelo, unido al fondo por medio de lo que parecía ser una columna vertebral gruesa, sin embargo lo más interesante es que tenía poderes de luz y oscuridad. A PE-10 no le quedó ninguna duda, no era otra que N-Yul fusionada con aquel núcleo, tal como la enfrentó la última vez, y aunque esta vez no poseía poderes psíquicos, se volvió más poderosa. N-Yul Destrucción mató a múltiples cíborgs en un parpadeo con sus poderes potenciados, obligando a PE-10 a intervenir personalmente por el bien de su gente.
Lo que ambos hacían era atacarse con toda clase de proyectiles, por un lado había rayos lumínicos perseguidores y partículas con esferas de oscuridad, incluso rayos hiperveloces que eran el resultado de una mezcla de luz y oscuridad; PE-10 se mantenía en el aire rodeando a su oponente y soltando lo mejor de su arsenal, solo para ver que el núcleo se volvió todavía más resistente que antes. Pero lo peor estaba por venir cuando el núcleo soltó un rugido y del cielo se formaron múltiples discos lumínicos, tantos que era imposible contarlos, y de ellos cayeron de cientos a miles de pilares de luz que ni PE-10 pudo esquivar, lo que es más, lo derribaron y, en el suelo, fue envuelto en una ola oscura que lo inmovilizó y lo dejó a merced de un ataque aniquilador que el núcleo dispararía de su boca.
Una nave de aspecto pirata llegó a la escena y bombardeó al núcleo justo en la boca, lo que lo hizo desistir en su ataque. PE-10 nunca conoció a Weavel, pero sí estaba familiarizado con su nave y la pudo reconocer.
Por último, en otra parte del Caos, Samus y Samus Oscura no paraban de matarse. Ninguna estaba dispuesta a rendirse, Samus poseía la voluntad de los Chozo y la fuerza espiritual del Dios de la Guerra. Samus Oscura también estaba decidida en su cruzada; quizás se trate de un ente de Phazon que no tiene otro objetivo que envenenar la existencia con la energía que le dio vida, pero aún así demostró poseer una espíritu tan fuerte como el de Samus. No era una batalla de poder bruto, era una batalla entre voluntades férreas. El destino de todos lo decidirá quien posea la voluntad más firme. |
Capítulo 40
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La nueva era de la galaxia |
Batalla final (obra de razanak7) Uno desde lejos, encima del Caos Primordial, podía ver algunos destellos intermitentes casi cada segundo; los destellos eran causados por Samus y Samus Oscura cuando chocaban entre sí en el aire empleando golpes físicos. Este patrón, sin embargo, cambió cuando Samus Oscura frenó a su contraparte con metralla de Phazon, de ahí se le acercó y le dio un golpe con su cañón cargado que la arrojó hacia abajo; pero Samus Oscura no la dejó caer al suelo, sino que alentó el tiempo y rápidamente se posicionó detrás de Samus, hecho esto le dio una patada en la espalda que la sacó volando contra una serie de pilares de roca, mismas que fueron derrumbándose una a una conforme el cuerpo de Samus las atravesaba. Samus Oscura, volando, fue a alcanzarla para meterle más golpes, solo que Samus luchó contra la inercia de la patada previa y logró detenerse al pisar un pilar que únicamente abolló, y hecho esto se impulsó con su ataque barrena hacia su doble. Samus Oscura sabía que hacer al respecto y preparó un rayo cargado, pero no se percató que la otra había disparado dos misiles que la rodearon en pinza, por lo que tuvo que dirigir su rayo cargado a uno de estos proyectiles y cubrirse del otro con un campo de fuerza; gracias a ello no se pudo salvar de ser impactada por el ataque barrena que la sacó volando por donde vino. Fue cuando Samus ralentizó su entorno y volvió a tocar el suelo, momento en el que activó su multirráfaga y fusiló a Samus Oscura hasta estrellarla sobre una montaña orgánica. En extremos opuestos, ambas cruzaron miradas a pesar de la distancia y, siguiendo sus instintos de batalla, avanzaron una contra la otra, con Samus empleando sus propulsores y Samus Oscura sus habilidades de levitación. Al hacer contacto, se intercambiaron múltiples puñetazos, golpes con sus cañones y patadas, siendo estas últimas las que más utilizaban para atacarse al estar ambas adiestradas en el combate Chozo de cuerpo a cuerpo. Cada choque producto de los golpes provocaba ondas expansivas inofensivas que tan solo podían estremecer las hojas de las plantas de Phazon y levantar un poco de polvo en el suelo, pero hay que tomar en cuenta que las dos cazadoras combatían a más de 1000 metros sobre la superficie, y el hecho de que sus ataques podían provocar tal cosa era señal del poder que poseía cada una.
Samus despegó del suelo para avanzar hacia Samus Oscura, la otra hizo lo mismo desde su lugar en la montaña donde cayó anteriormente; entonces, a la distancia correcta, ambos se golpearon en la cara con el cañón. Pero no se conformaron con eso, cada quien apretó su respectivo gatillo y ambas explotaron en el aire, algo que solo vieron las fuerzas presentes sobre el Caos.
Con respecto a Samus, quedó postrada en el suelo, la explosión dejó marcas muy profundas en su armadura, su visor quedó estrellado mas no roto, mostraba mucho hollín a lo largo de su Traje Núcleo y, lo más importante, sus niveles de energía estaban críticos. También casi perdió el conocimiento, pero no ocurrió porque sabía que la batalla aún no terminaba y el pitido de alerta de su energía la mantuvo despierta. Empezó arrastrándose un poco, de ahí agarró fuerzas para colocarse de rodillas, pero no pudo ponerse de pie porque la Morfosfera de Samus Oscura emergió del subsuelo y la golpeó justo en el vientre; el impacto la mandó a volar varios metros de distancia, rodó un poco cuando tocó el suelo y la inercia le permitió pararse. Solo que no le dio tiempo de disparar a nada, ni siquiera de apuntar, porque un misil le explotó justo en la hombrera izquierda y de esta desapareció el 80%, lo que es peor fue que la explosión le rompió el brazo izquierdo y le provocó un fuerte dolor que le impidió esquivar el siguiente movimiento de su enemiga. Samus Oscura formó cinco destellos de Phazon a su alrededor en forma de arco que terminó arrojando a la otra, quien al menos se cubrió con su armadura eléctrica al haber recuperado algo de energía de reserva gracias al núcleo en su interior; solo que la armadura no le duró mucho tiempo, pues fue desactivada al ser rociada con metralla y, ya expuesta, recibió un rayo cargado que la llevó contra una masa de Phazon, y no solo eso, las placas de blindaje de su armadura quedaron tan dañadas que varias piezas se caían en pedazos. Tratando de defenderse, Samus disparó varios misiles que acabaron por ser reflejados por un campo de fuerza, siendo este instante en el que la masa "cobró vida" y atrapó a Samus: generó filamentos extremadamente duros que inmovilizaron las extremidades de Samus, incluyendo su brazo roto el cual solo empeoró, y un último filamento la rodeó en el cuello; en resumen, al final ella quedó en una posición de X sobre la masa de Phazon y ya no pudo hacer nada más, así que Samus Oscura se le acercó con toda confianza.
Al hacerlo, Samus Oscura pudo producirle imágenes en vivo dentro de su mente que Samus vio reflejadas en sus ojos. Las imágenes pertenecían a los distintos conflictos a lo largo del sistema solar, comenzando con la batalla espacial encima del Caos Primordial: gran parte de la flota del mancomunado fue destruida, los metroides no paraban de aparecer y el único crucero estaba siendo golpeado por las barbas de múltiples ballenas; el cometa de los Cibernéticos también estaba metido en un serio problema, ya que eventualmente las fuerzas de defensa sufrieron tanto daño que se vieron obligados a regresar a su hogar y reforzar las defensas internas, pero los metroides lograron destruir todos los cañones de defensa externos y al final pudieron adentrarse a la fuerza, abriéndose paso poco a poco y sin importarles cuántos morían a manos de los cíborgs, después de todo eran una plaga y cualquier metroide eliminado era fácilmente reemplazable; un Metroide Mobula logró infiltrarse a un sector del cometa donde residía Justin Bailey y algunos cíborgs más, quienes encararon a la criatura mientras el doctor era evacuado a otra parte más profunda. Sobre el Caos Primordial también hubo imágenes, esta vez enseñando a Weavel y a PE-10, al lado de múltiples Cibernéticos y guerreros de la Orden Metroid, enfrentando a N-Yul Destrucción. Los cíborgs y Weavel combatían en el aire, soltaban tantas bombas que el Núcleo del Leviatán era cubierto casi totalmente por el humo, pero ningún esfuerzo valía, porque simplemente no recibía daño alguno, ni siquiera del cañón pectoral de PE-10; la Orden Metroid actuaba cuando los bombardeos se detenían y trepaban la gruesa columna vertebral hasta la cabeza del núcleo, de ahí disparaban sus lanzas a quemarropa, pero tampoco hacía ningún efecto. N-Yul Destrucción se quitaba a los guerreros de la Orden con secreciones de materia oscura y explosiones sónicas, y con sus rayos lumínicos y rayos aniquiladores derribaba a todo cíborg que no fuera capaz de evitar sus ataques. Vio también a Soren con su armadura destrozada y debilitado, pero sin rendirse ante Narog Conquista a pesar de sus heridas, destacándose un agujero en su rodilla producido por una flecha de Phazon y que lo volvió renco, también le quitó agilidad de forma considerable y se convirtió en un blanco fácil. Rowina combatía al Metroide de la Peste y seguía sin encontrar un modo de derrotarlo, en una de esas fue atrapada por uno de los tantos tentáculos de la criatura que se envolvió sobre su torso, algo de lo que no pudo liberarse hasta que usó sus largas y filosas uñas para cortar el tentáculo y con ello caer al suelo de espalda, preferible a ser bañada en ácido o ser atravesada por un aguijón. El cuartel general obtuvo más tiempo gracias a la ayuda prestada por Silent Amazon, pero solo eso, tarde o temprano iba a caer ante las hordas de los Piratas Espaciales y las otras criaturas de Phazon; Alexa, Némesis y las otras retrocedieron a la última línea de defensa junto con los demás soldados, sabiendo que de caer esta línea el cuartel estaría perdido. Firebrand ya estaba al borde del colapso con sus entrañas saliendo de su cuerpo y siendo atacado de múltiples maneras por el grifo y Ghor Guerra; Firebrand se esforzaba en bloquear los impactos de espada de fuego, pero no podía pasar a la ofensiva en ese estado. Vaporwave no podía luchar bien con un brazo amputado, su capa quedó desgarrada y su generador de vapor dañado, todo por obra del cerbero y Gandrayda Muerte; las hoces eléctricas redujeron su velocidad al causarle estragos en el sistema motor y sus ataques menos eficaces sin su brazo. Anthony, su escuadrón y varios soldados más del MNE tuvieron que abandonar la torre que protegían porque ya era imposible defenderla, por lo que se retiraron a las zonas más profundas de la ciudad marciana y ya con pocas esperanzas. Y Grasswind ya había perdido demasiada sangre de su lesión en la arteria femoral y se salvó de ser mutilado por las pinzas del escorpión de Rundas Hambre, ¿pero cuánto tiempo más iba a durar siendo que también su carcaj ya estaba a nada de vaciarse? Las visiones en tiempo real desaparecieron cuando Samus Oscura quitó su mano de la cabeza de Samus, o de su casco para ser más exactos. Tras ser testigo de dichas imágenes, Samus sintió una profunda angustia por Soren y por todos en general.
Sin más qué decir, Samus Oscura acercó su mano al pecho de Samus para tomar su semilla de Phazon, pero la cazadora normal obtuvo más fuerza debido a su ira y a la desesperación por salvar a la galaxia, y gracias a la adrenalina producida pudo romper el filamento que atrapaba su brazo izquierdo y detuvo la mano de Samus Oscura. La metroide reencarnada quiso forcejear y abrirse paso sin ningún éxito, y entonces Samus liberó su cañón al mismo tiempo que realizó un contragolpe justo en el codo del brazo izquierdo de Samus Oscura, fue un golpe que, además, estuvo potenciado con el poder de la armadura eléctrica, y esto lo hizo tan potente que el brazo de la oscura fue amputado. Su sangre azul caía a chorros de esta herida que no fue limpia en lo más mínimo, Samus Oscura sintió entra una mezcla de dolor, confusión por la subida repentina en el poder de Samus, y desesperación por tratar de controlar la hemorragia.
Samus se liberó de todas sus ataduras y detectó que la semilla en su interior recargó su energía de reserva, así que actuó primero que Samus Oscura y ralentizó el entorno, seguidamente activó su multirráfaga y fusiló a su doble con miles de ráfagas de Phazon que llegaron a sobrecalentar su cañón. Prácticamente vació toda su energía de reserva sobre Samus Oscura y deformó su armadura a un nivel nunca antes visto, pero Samus no estuvo conforme con eso. Años atrás, Samus demostró que podía liberar una Megabomba que consistía en la mezcla de varias Bombas de Energía, y la usó una vez durante la batalla de Solairon 12 en la Operación Suicida; sin embargo, esta bomba se fragmentó en varias Bombas de Energía con el fin de tener un mayor radio de alcance, aunque con la consecuencia de que nunca se vio su verdadero poder. Aunque esta vez iba a ser distinto, porque Samus no iba a fragmentar la Megabomba; se impulsó contra Samus Oscura convertida en Morfosfera y la derribó, y en el momento en el que hizo contacto directo soltó su Mega Bomba, de ahí se alejó lo más posible con su turbo. La detonación de la Mega Bomba fue similar al de un estallido nuclear, haciendo énfasis en el hongo de fuego que se libera. Y aunque Samus se alejó del radio de la explosión (a diferencia de con otras bombas, la Mega Bomba sí podía hacerle daño), la onda expansiva causó un derrumbe de una pequeña formación rocosa que la enterró bajo piedras y polvo. Pero siguió con vida y en Morfosfera salió disparada hacia arriba, en el aire se transformó y aterrizó sobre el montículo de rocas. No se relajó, no bajó la guardia, sabía que la amenaza todavía continuaba por la razón de que el Caos Primordial seguía entero y que ya estaba a punto de despertar, algo delatado por los temblores alrededor de la criatura. ¿Pero entonces en dónde estaba Samus Oscura? Samus no tuvo que buscarla, su doppelgänger se mostró entre la densa cortina de polvo levantada por la onda expansiva, iba caminando lentamente hasta que se mostró con claridad. Su armadura plateada quedó tan dañada que su cuerpo gelatinoso escurría desde todas las brechas existentes; su casco fue destruido, se pudo ver su cara sin rostro salvo por sus tres ojos y unas fosas nasales; la forma en la que andaba, casi tambaleándose y un aura de desintegración emanando de su cuerpo, delataba que su estado era crítico.
Samus hizo lo mismo con su cañón para defenderse y para terminar con el duelo de una vez y por todas. Los rayos de ambas chocaron en un punto medio en la distancia entre ellas, con cada quien empleando todas sus fuerzas para vencer al torrente de la otra, uno de color azul perteneciente a Samus y el otro rojo que salía de Samus Oscura; fue tanto el poder que en el punto medio comenzó a formarse un boquete en el suelo, y la nube de polvo en el cuadrante se levantó. El gesto facial de Samus indicaba que nunca antes se había esforzado y roto sus límites como entonces, pero su voluntad le permitió seguir de pie; Samus Oscura también era impulsada por su fuerza de voluntad, estaba decidida a cumplir con su misión que, de una forma u otra, había perseguido desde hace tanto tiempo. A veces el láser de Samus ganaba terreno frente a aquel de Samus Oscura, pero esta metroide respondía con más esfuerzo y su láser era el que ganaba terreno, caso en donde Samus debía poner más fuerza para equilibrar la balanza, o ganar terreno. Aquí no había ninguna estrategia, ninguna clase de truco que pudiese funcionar en contra de alguna de las contrincantes; no, aquí solo había una única manera de demostrar superioridad. Samus Oscura agravó su desintegración, Samus empezó a sufrir severos daños internos hasta toser sangre adentro de su casco estrellado. El tiempo se detuvo para ambas y no precisamente porque alguna utilizó sus respectivos poderes, sino porque perdieron toda noción de lo que ocurría a su alrededor. IMPORTANTE: Aquí inicia el final bueno. Un 50/50 en el que cualquiera pudo haber vencido a la otra, pero al final la luz prevaleció sobre la oscuridad. Samus superó al poder de Samus Oscura, su rayo consumió al rayo rojo, la oscura no pudo hacer nada excepto abrir más sus ojos en señal de terror absoluto.
Finalmente el rayo de Samus también consumió a Samus Oscura, y en medio de un alarido su cuerpo se desintegró totalmente, empezando por sus extremidades, luego su tronco y por último su cabeza. El rayo de Samus siguió su curso hasta desviarse hacia arriba y perderse en las estrellas, pero ya no quedó ni un rastro de Samus Oscura. Había un detalle que inquietó a Samus. ¿De verdad todo había terminado? Probablemente no, porque el Caos Primordial seguía entero, los combates en el sistema solar seguían su curso y empeorando. Y eso no fue lo peor, sino lo que anunció Sagnar a una Samus que cayó de rodillas por el cansancio.
Si, esa era la cuestión. Samus Oscura salvó su pellejo al fusionarse con el Caos Primordial y convertirlo en la nueva fuente principal del Phazon Alfa, y se preparó para darle el golpe final a la Tierra, absorber a Samus y por último colapsar el espacio-tiempo. ¿Había aunque fuera una muy diminuta posibilidad de cambiar el curso del destino? Probablemente, la clave podía residir en el arsenal de la propia Samus, pero llevar a cabo su plan podía costarle su propia vida. Teniendo esto en mente, se comunicó con Soren sin importarle su entorno estaba cobrando vida cada vez más rápido.
Hecho esto, Samus pasó a dar una última orden a las fuerzas que combatían en el espacio y sobre el Caos Primordial.
PE-10, sus cibernéticos restantes, Weavel, los pocos guerreros de la Orden Metroid y la fuerza de marines hicieron una última cosa antes de retirarse: subieron a sus respectivas naves (con excepción de los cíborgs porque no lo necesitan) y protegieron a Samus cuando esta abordó su nave y despegó del Caos Primordial, pues varios tentáculos trataron de derribarla y mucha metralla de rocas fue disparada en su contra. Eso sí, los ataques del Caos no parecían ser tan mortíferos como cuando fue visto por primera vez, permitiendo la supervivencia de muchas de las tropas, y ante esto Samus llegó a una conclusión al respecto.
Victoria (obra de TheSamAreAye) Samus escapó y tomó un rumbo diferente al del grupo de ataque, quienes se reunieron con la flota y fueron protegidos por el Águila de Dryn, nave que se dedicó a matar Metroides a diestra y siniestra mientras todos huían de regreso a la Tierra. El Caos Primordial parecía enfocado en hundir a la flota y avanzar al planeta azul, acción que causó más desastres naturales en aquel mundo como terremotos, mareas más altas y erupciones volcánicas; al final no fueron las fuerzas de los Piratas Espaciales el verdadero problema en la Tierra, sino los efectos de la cercanía del Caos Primordial.
La nave de Samus reapareció en otro cuadrante de la órbita planetaria cerca de la flota, y su piloto salió de la escotilla superior ahora con la energía de su armadura recuperada gracias a las curaciones proporcionadas por sus sistemas médicos. Al salir al exterior y quedar protegida por el efecto del Traje Gravitatorio, llamó la atención de uno de los miles de ojos del Caos Primordial que terminó detectándola, y usó una de sus tantas bocas para cargar una bola de energía roja de inmenso poder con el que planeaba destruir a Samus de una vez y por todas. En cambio, Samus comenzó a cargar su Láser Zero a la máxima potencia, pero el problema vino cuando su láser tardaría en cargar, mientras que el Caos Primordial atacó primero con su esfera destructora. Samus solucionó esto ralentizando un radio a su alrededor, sucedió lo mismo con la esfera cuando entró a este campo de ondas.
El Láser Zero fue disparado con una potencia nunca antes vista gracias a la semilla dentro de Samus. Samus soltó un grito de batalla cuando apretó el gatillo, y el Láser prácticamente se "comió" a la bola liberada por el Caos Primordial, entonces cruzó el límite de las ondas ralentizadoras y siguió su camino hacia la criatura. El Caos, es decir Samus Oscura, escupió otra bola de mayor poder cuyo resultado fue el mismo, no fue superior al láser ancestral de Samus, así que su última jugada fue usar sus tentáculos más grandes y gruesos para frenar el láser, cosa que solo le dio unos segundos más de vida, porque eventualmente sus tentáculos se desintegraron, de ahí su coraza fue penetrada, el láser se abrió paso entre los órganos internos y por último alcanzó el núcleo de la criatura. Ese fue su golpe de gracia, el Caos Primordial liberó su grito más intenso mientras se desintegraba y explotaba en el vacío. Samus ya no pudo más, quedó tan débil que ni sus piernas se doblaron para caer de rodillas, quedó de pie e inmóvil al usar todo su poder en el Láser Zero, y fue cuando uno de los muchos fragmentos de roca del Caos la alcanzó a ella y a su nave. La nave quedó destruida. ¿Samus? Su destino fue incierto. Lo que es cierto es que el Caos murió y con él todas las criaturas hechas de Phazon Alfa. Frente a las miradas atónitas de los valientes soldados, los metroides tanto en el espacio como en los planetas, los Piratas Espaciales, y en general cualquier otro monstruo, todos y cada uno de ellos se convirtió en polvo, ni siquiera se desintegraron como es usual, se volvieron polvo y el viento hizo el resto con ellos. Soren, Rowina, Firebrand, Vaporwave y Grasswind se salvaron por los pelos, estuvieron en las garras de sus enemigos cuando repentinamente atestiguaron este momento. Los cataclismos en la Tierra se detuvieron súbitamente. Las expresiones de confusión de todos los combatientes pronto se convirtieron en expresiones de felicidad cuando miraron al cielo y vieron un espectáculo visual que jamás en la vida iban a volver a ver: la destrucción del Caos dejó un intenso destello que duraría un tiempo, era similar al tintineo de una estrella pero varias veces más grande, y fue la señal de que la galaxia triunfó sobre el Gran Veneno. Luego de la alegría vinieron las celebraciones con cánticos, aplausos, gritos y bailes ridículos. Con la población civil en la galaxia fue lo mismo en cuanto toda la gente se enteró de las buenas nuevas, algo que no tardó mucho en llegar a oídos de todos. "La criatura cósmica ha sido destruida", "el ejército del Mancomunado se ha hecho con la victoria", "está decidido, Samus Oscura ha muerto, ¡larga vida a nuestra señora Samus Aran!"... Fueron las frases con las que los informantes anunciaron el triunfo, un momento que marcaría la historia de la galaxia para siempre. Pero el único que no celebraba era Soren, pues su preocupación por Samus no le permitió saborear ni disfrutar la victoria, menos cuando intentó contactar con ella. Todo lo contrario, temiendo lo peor, no sintió otra cosa que aflicción porque muy probablemente su maestra, su musa, perdió la vida en ese ataque final contra el Caos. Con él estaban Rowina y Alexa, quienes trataron de consolarlo.
Ambas aliviaron un poco su pena, pero aquella chispa de esperanza en su interior pronto se convirtió en una llama cuando detectó algo en su visor.
Resulta ser que Samus no se desintegró, igualmente seguía con vida, simplemente salió eyectada cuando la roca destruyó su nave y su trayectoria la llevó de regreso a la Tierra. Seguía consciente, pero sin fuerzas para actuar ante su inminente caída mortal, y encima su armadura se desmaterializó cuando terminó de cruzar la atmósfera. En este estado, tuvo lo que al principio creyó que era una alucinación, pero conforme se desarrolló este evento descubrió que era algo que en realidad sucedía.
Así ella se enteró de que seguía cayendo luego de su reentrada a la Tierra.
Soren estaba encima de ella y con sus brazos extendidos al frente para atrapar a Samus. Logró rodearla en sus brazos y, de inmediato, la nave Cestus de Rowina (piloteada por ella misma) se colocó debajo para recibirlos sobre su casco, siendo que la nave de Soren no estaba en condiciones de despegar. El impacto de ambos causó una abolladura grande sobre la Cestus, un daño que sirvió a ambos para no resbalarse debido a la forma convexa del casco.
Samus permaneció en terapia intensiva hasta que se recuperó de sus heridas; en ese tiempo le inyectaron una vacuna antiphazon que mató a la semilla de Phazon en su interior. Esta vacuna fue el final del Phazon que Samus creó al usar a Narog, y con esto el veneno quedó extinto; solo sobrevivieron los Núcleos de Gel, pues estos no eran organismos de Phazon, sino seres vivos creados artificialmente con base en los Núcleos hechos de Phazon. Una nueva era se avecinaba por el horizonte, pero por el momento había que reconstruir lo devastado durante una cruenta guerra que inició con la Federación. Bajo el mandato de Samus, se dice que el Mancomunado de la Nueva Era vivió en prosperidad y paz por los siguientes tres siglos, y más allá de estos años, finalmente la gente de la galaxia ya no necesitó de ningún guía. El deseo de unidad de los Chozo se volvió realidad. |
Extras[]
Eventos posteriores
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Epílogos |
Dos meses transcurrieron desde la última gran batalla. La Tierra quedó devastada debido mayormente a los fenómenos naturales causados por el Caos Primordial, volviendo inhabitables algunos sectores del planeta por algunos años hasta que todo fuera arreglado de alguna forma u otra, pero aún así hubo mucha gente que tomó la decisión de regresar cuando se dio la autorización. Ahora solo quedaba reconstruir, tanto en la Tierra como en el resto de la galaxia, especialmente aquellos mundos que sufrieron una mayor afección por parte de los Leviatanes. Tras haberse tomado unos días de reposo, Soren fue a visitar al nuevo cementerio de Nueva Atlantis a visitar a un viejo amigo que perdió su vida en la guerra. Ahí permanecía frente a su lápida que afortunadamente no resultó con daños luego de la batalla final.
¿Qué hay de Samus? En estos dos meses se recuperó completamente, y antes de abandonar el hospital del cuartel primero se dirigió a uno de los pasillos lleno de ventanales, ya vestida con su uniforme presidencial y mirando al atardecer, sea de paso que observaba el proceso de reconstrucción y reparación de daños. En su contemplación, le llamó la atención una formación de nubes en el cielo que tenían la forma de los retratos de sus tres compañeros cazarrecompensas caídos, y que además parecían mirarla a ella; sus viejas amistades que se vio obligada a matar una vez, y que en la segunda guerra del Phazon regresaron de entre los muertos para cumplir con la voluntad de Samus Oscura. ¿Era una simple pareidolia? ¿O acaso era algo más, como una señal de que ahora ya por fin podían descansar en paz? Como sea, al final no lo supo porque Samus se distrajo cuando alguien llegó al mismo lugar, y ella se dio cuenta gracias a su visión periférica que no era personal del cuartel, era alguien con una peculiaridad irrepetible en otras personas: una camiseta con símbolos Chozo y una prótesis craneal.
Para este punto, el sol ya estaba a nada de ocultarse, y Samus se sentía cansada.
Cuando Samus caminaba, miró de reojo su propio reflejo y súbitamente se detuvo para verse mejor. Sus ojos casi se desbordaron en lágrimas cuando descubrió que su reflejo original regresó tras años y años de ausencia. Aquella figura demoniaca y draconiana desapareció para nunca más volver y, Samus sintiendo que se quitó un gran peso de encima, siguió caminando. Volviendo con Soren nuevamente. A punto de salir por la puerta principal, se topó con Alexa en el área de recepción de la planta baja, un lugar que seguía en reconstrucción y remodelación luego del ataque de los Piratas Espaciales. Ella lo vio a él y viceversa, volviendo inevitable el inicio de una conversación, aunque breve.
Sin más distracciones, Soren caminó hacia las puertas principales y continuó sus pasos hacia el exterior, deteniéndose momentáneamente para sentarse en un espacio público y ver el cielo estrellado. Dos meses atrás, y hasta hace poco, el cielo seguía cubierto con un manto de smog debido a la guerra y a nubes de ceniza de las erupciones volcánicas alrededor del mundo, lo cual casi sumió al planeta en una era glacial de no ser porque se lanzaron a la atmósfera múltiples dispositivos de limpieza, inspirados en las máquinas descontaminadoras de origen Reptilicus.
Ambientación (obra de Blake Robinson)' Samus Aran: Una nueva era se avecinaba por el horizonte, pero por el momento había que reconstruir lo devastado durante una cruenta guerra que inició con la Federación. Bajo el mandato de Samus, se dice que el Mancomunado de la Nueva Era vivió en prosperidad y paz por los siguientes tres siglos, y más allá de estos años, finalmente la gente de la galaxia ya no necesitó de ningún guía. El deseo de unidad de los Chozo se volvió realidad gracias a sus esfuerzos. Su tumba permanecerá protegida por la Orden Metroid para la eternidad, y si ellos pudieron vivir eternamente fue gracias a que entraron en hibernación permanente, despertando cada vez que alguien osase en abrir la sagrada tumba de la legendaria cazarrecompensas. Soren y Rowina: El par de inseparables cazarrecompensas trabajaron voluntariamente en el trabajo de formar la nueva era galáctica, con Soren continuando como general del ejército y Rowina coordinando a sus fuerzas de cazarrecompensas. Tal como Samus predijo, hubo quien intentó acabar con el mancomunado aprovechando el daño sufrido durante la guerra, desde gobiernos extranjeros como los fragmentados y debilitados Kriken, hasta remanentes Pro-Federación y de pequeñas células piratas. Sin embargo, Soren y Rowina lucharon con uñas y dientes, logrando aplastar cualquier oposición; se dice que eran inseparables y cada quien vigilaba la espalda del otro. Eventualmente, Rowina se retiró del oficio cuando dio a luz a su primer hijo, y pasó a dedicarse a la venta de algodones de azúcar en su natal Aldebarán, justo como lo llegó a soñar. Soren siguió al lado de Samus, pero no estuvo ausente de su familia, pues gracias a los teleportales podía verlos en cualquier momento del día. Computer Man: El proyecto Inner Paradise siguió su curso y volviéndose más próspero bajo las directrices de Computer Man. Eventualmente decidió incluir en su paraíso a cualquier espécimen masculino de mediana edad cuando notó que su población podía peligrar, pues la prosperidad galáctica estaba floreciendo y ya era muy complicado encontrar zonas marginadas donde pudiera rescatar gente. Fue un fiel simpatizante de Samus hasta el último de sus días, nunca dejó de prestarle sus servicios de inteligencia brindados por Silent Amazon. PE-10, Justin Bailey y los Cibernéticos: El Dr. Narpas decidió pasar el resto de su vida con sus creaciones, donde con ayuda de PE-10 encontró la manera de crear una fibra sintética para los Cibernéticos, una fibra que logró sustituir la necesidad de robar órganos y tejido muscular de cualquier ser vivo para rejuvenecerse. Los Cibernéticos siguieron por su cuenta una nueva vida de tranquilidad al saber que ya nadie los perseguiría, y establecieron su nuevo territorio en el planeta donde fueron creados. Y si bien ya no pertenecían al mancomunado, estaban en deuda con Samus por haberles brindado paz, así que prometieron ayudar si algún día las cosas llegaban a ponerse complicadas. Sagnar y Rosalía: El almirante mayor y su subordinada sudaron la gota gorda en la tarea de reponer toda la flota, pero las cosas se complicaron durante las escaramuzas que siguieron después con los enemigos externos e internos. Ambos fueron piezas vitales en las múltiples victorias a favor del MNE, y se convirtieron en leyendas gracias a la Tercera Batalla de Ángiran F, donde lograron aniquilar a una flota Kriken dirigida por un rey de cierto clan, aún cuando estos los superaban en número de forma considerable. Alexa y Ánder: Alexa duró otro año en el ejército y presentó su renuncia, entonces junto a su hijo regresó a J-1A y reabrió su bar, ahora con toda la confianza del mundo al haber desaparecido la inseguridad que antaño asolaba las ciudades del planeta. Más allá de las continuas visitas que recibía de Soren y Rowina, lo importante es que Alexa se comprometió con un hombre perteneciente a la especie de los Elfos. ¿Y Ánder? Luego de ver las veces que su madre corrió peligro, optó por enrolarse en la Academia del MNE y, tras convertirse en ingeniero, se volvió en un excelente soldado de apoyo, condecorado por el mismo Soren con la Medalla de la Sabiduría debido a todos sus conocimientos en su campo. Firebrand, Vaporwave y Grasswind: El trío elemental se volvió una parte fundamental en la historia galáctica a razón de sus acciones durante las grandes guerras. Sin embargo, desde la última batalla desaparecieron del ojo público, aunque hay quienes aseguran haberlos visto entrenando en todo tipo de planeta y entorno de extremo peligro. Se piensa que desearon volverse más fuertes ahora que sabían que siempre podía aparecer un nuevo enemigo poderoso, como los cazarrecompensas resurrectos que enfrentaron. Weavel: Al ya no ser útiles para él los Piratas Espaciales, se convirtió en un cazarrecompensas independiente bastante ordinario. Sin embargo, agarró la costumbre de aceptar cualquier contrato sin importar su empleador, pues tan solo le importaba la paga y cualquier oportunidad de mejorarse a sí mismo. Esto le causó algunos problemas, pues durante las escaramuzas posguerra hubo enemigos del Mancomunado que contrataron a este cazador para luchar en las líneas frontales, y llegó a enfrentar cara a cara a rivales como Rowina o Soren. Pero incluso así, Weavel nunca fue derrotado al saber cuándo retirarse y cuándo luchar. Anthony Higgs: Anthony perdonó a Samus por sus acciones, mas nunca las olvidó y por siempre cortó cualquier tipo de lazo con ella. Aun así decidió que lo mejor era permanecer en el Mancomunado como un civil cualquiera, cosa que también hizo el resto de su escuadrón, por lo menos aquellos que seguían con vida. En una ciudad cualquiera abrió un taller automotriz, al poco tiempo formó una familia y el resto es historia con él. Si olvidé a algún personaje relevante, házmelo saber en la caja de comentarios, que según yo no olvidé a nadie, pero quien sabe, luego son tan descuidado que ni me doy cuenta de la ropa interior que me pongo después de ducharme. En serio, estoy usando una camiseta toda agujerada de la espalda. Pero en fin, solo avísame y me invento un epílogo para ese quien falte. Ahora solo queda escribir el final malo, no debería tardar, pero quien sabe. |
Final malo
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El amanecer de un nuevo cosmos |
La detonación de la Mega Bomba fue similar al de un estallido nuclear, haciendo énfasis en el hongo de fuego que se libera. Y aunque Samus se alejó del radio de la explosión (a diferencia de con otras bombas, la Mega Bomba sí podía hacerle daño), la onda expansiva causó un derrumbe de una pequeña formación rocosa que la enterró bajo piedras y polvo. Pero siguió con vida y en Morfosfera salió disparada hacia arriba, en el aire se transformó y aterrizó sobre el montículo de rocas. No se relajó, no bajó la guardia, sabía que la amenaza todavía continuaba por la razón de que el Caos Primordial seguía entero y que ya estaba a punto de despertar, algo delatado por los temblores alrededor de la criatura. ¿Pero entonces en dónde estaba Samus Oscura? Samus no tuvo que buscarla, su doppelgänger se mostró entre la densa cortina de polvo levantada por la onda expansiva, iba caminando lentamente hasta que se mostró con claridad. Su armadura plateada quedó tan dañada que su cuerpo gelatinoso escurría desde todas las brechas existentes; su casco fue destruido, se pudo ver su cara sin rostro salvo por sus tres ojos y unas fosas nasales; la forma en la que andaba, casi tambaleándose y un aura de desintegración emanando de su cuerpo, delataba que su estado era crítico.
Samus hizo lo mismo con su cañón para defenderse y para terminar con el duelo de una vez y por todas. Los rayos de ambas chocaron en un punto medio en la distancia entre ellas, con cada quien empleando todas sus fuerzas para vencer al torrente de la otra, uno de color azul perteneciente a Samus y el otro rojo que salía de Samus Oscura; fue tanto el poder que en el punto medio comenzó a formarse un boquete en el suelo, y la nube de polvo en el cuadrante se levantó. El gesto facial de Samus indicaba que nunca antes se había esforzado y roto sus límites como entonces, pero su voluntad le permitió seguir de pie; Samus Oscura también era impulsada por su fuerza de voluntad, estaba decidida a cumplir con su misión que, de una forma u otra, había perseguido desde hace tanto tiempo. A veces el láser de Samus ganaba terreno frente a aquel de Samus Oscura, pero esta metroide respondía con más esfuerzo y su láser era el que ganaba terreno, caso en donde Samus debía poner más fuerza para equilibrar la balanza, o ganar terreno. Aquí no había ninguna estrategia, ninguna clase de truco que pudiese funcionar en contra de alguna de las contrincantes; no, aquí solo había una única manera de demostrar superioridad. Samus Oscura agravó su desintegración, Samus empezó a sufrir severos daños internos hasta toser sangre adentro de su casco estrellado. El tiempo se detuvo para ambas y no precisamente porque alguna utilizó sus respectivos poderes, sino porque perdieron toda noción de lo que ocurría a su alrededor. Un 50/50 en el que cualquiera pudo haber vencido a la otra, pero al final la oscuridad prevaleció sobre la luz. Samus Oscura superó al poder de Samus, su rayo rojo consumió al rayo azul, la cazarrecompensas original no pudo hacer nada excepto mostrar una expresión de resignación y también cerró sus ojos.
El resultado terminó a favor de Samus Oscura, hiriendo de muerte a su rival mediante una devastadora explosión de energía roja que de milagro no le desactivó su armadura, pero sí la dejó irreconocible, era como si se hubiese derretido al caer en algo muy caliente como el magma. Eso en el caso de su Traje, pues el cuerpo de Samus seguía entero pero con múltiples hemorragias internas, quedó inmóvil aunque de pie y cerca de la muerte, sus últimas fuerzas las centró en oxigenar mediante respiraciones fuertes debido al colapso de uno de sus pulmones. Sin embargo, Samus dio un último empujón y alzó su cañón, pero al mismo tiempo su versión oscura expulsó varias centellas de Phazon que acabaron por amputarle ambas piernas y el brazo derecho; el resto de su tronco se desplomó en el suelo y con su sangre escapándose de las brechas generadas con la amputación.
Samus Oscura se detuvo a un par de centímetros de Samus, echó u mano izquierda para atrás, y con fuerza la enterró en el peto de su armadura, misma que al estar tan débil no impidió su paso a través del metal, ni de la piel, ni de la carne, ni del hueso. La mano destrozó su corazón, y con este golpe de gracia también pasó a absorber la fuente del Phazon de Samus.
Era el fin. Los signos vitales de Samus y Soren quedaron en línea recta al recibir el daño fatal. A Rowina la atravesó un grueso tentáculo en su pecho y el Metroide de la Peste le inyectó ácido corrosivo en demasía, tanto que ni el pH alcalino de la aldebarana bastó para mitigar el daño: sus órganos y carne se disolvieron de adentro hacia afuera hasta no quedar nada de ella excepto una masa amorfa que el metroide pasó a consumir. En el cuartel, a Némesis, Ishtar y Avilix las destazó un Metroid Prime usando sus filosas patas, mientras que Alexa fue devorada por un Campeón Poseído, escuchándose su grito ahogado cuando las mandíbulas del mutante la trituraron. Vaporwave murió cuando la guadaña de Gandrayda Muerte le abrió el vientre y sus entrañas se desparramaron, de las cuales se dieron un festín las tres cabezas del perro. Rundas Hambre empaló a Grasswind con estacas que emergieron del suelo, una lo atravesó del hombro y lo elevó, luego otra por el pulmón derecho, otra en el área del riñón izquierdo, y por último, la estaca final, lo atravesó desde la parte posterior de la cabeza hasta el lado contrario, y su cuerpo se congeló para finalmente convertirse en escarcha. Firebrand siguió enfrentando a Ghor Guerra, pero eventualmente no pudo más, y el wotano fue cortado en 100 pedazos. N-Yul Destrucción derribó a Weavel con sus rayos lumínicos y él pereció al estallar en el aire, PE-10 se vio en una situación crítica y los otros PE principales, del 16 al 18, fueron a apoyarlo, pero tras una breve contienda también fueron eliminados, al igual que gran parte de la Orden Metroid. Y Samus Oscura logró hacerse con la fuente opuesta de Phazon, al mismo tiempo que lo asimiló también se desmaterializó la armadura de Samus y reveló su cadáver que tenía los ojos muertos y un agujero en su pecho, sin ignorar la falta de sus extremidades. Esta acción provocó un nuevo cambio en Samus Oscura, donde primero se cubrió de una masa de Phazon azul que al cabo de los segundos se separó de ella y se diseminó en el suelo, y finalmente reveló su forma definitiva: un diseño sobrecargado de relieves, bajos y altos, y picos alrededor; una cabeza bestial en su hombrera izquierda que refulgía en rojo al igual que otras partes a lo largo de su cuerpo; presentó un volumen más grueso contrario a sus formas anteriores que le daban un aire acrobático, y parecía ser una muestra del inmenso poder que aparentemente acababa de obtener, pero quizás lo más llamativo fue que su brazo izquierdo se convirtió en una imponente lanza tan grande como ella misma. Tras contemplarse un breve momento, Samus Oscura se elevó en el aire e hizo una prueba de sus nuevas habilidades, donde apuntó con su lanza hacia el crucero de Sagnar y Rosalía, y algo hizo que no fue evidente para nadie, pero tenía su explicación. El crucero súbitamente se vio rodeado en un aura de Phazon que fue desintegrando la nave con rapidez, así como todo lo que había en su interior, ni siquiera Sagnar y Rosalía lograron sobrevivir, antes de poder decir algo fueron desintegrados en partículas. Samus Oscura ya podía alterar el tiempo a su gusto, y aquello le permitió tener también el control sobre el espacio, y así fue como desintegró al crucero, como si de un agujero negro se tratase. No se quedó conforme con eso, sino que también hizo lo mismo con toda la flota aliada, incluyendo el hogar de los Cibernéticos, y ninguno de ellos pudo escapar de este ilimitado poder.
PE-10 siempre fue como un Bégimo para sus enemigos, alguien que muy pocos han logrado herir y vencer, pero ahora él fue la hormiga que se atrevió a enfrentar a un elefante. Disparó rayos explosivos que no consiguieron romper una barrera invisible alrededor de Samus Oscura, y en un instante conoció su final cuando se acercó a menos de 5 metros de distancia, donde él, muy al igual que con el resto de la flota, se desintegró totalmente sin quedar ni un solo rastro de él. Hay que destacar que Samus Oscura no movió ni un solo dedo cuando se percató que PE-10 la iba a atacar, ni siquiera le prestó un pequeño tanto de atención. Tan solo veía su mano derecha, reflexionando acerca del nuevo límite que acabó de romper, el límite que muchos considerarían que solo puede tener un dios.
El colapso del espacio-tiempo se volvió realidad. No hay una forma clara de explicar lo que sucedió cuando el Phazon contaminó este único continuo, pero fue lo último que Soren vio antes de fallecer mientras se ahogaba en su propia sangre sobre el pavimento. En su entorno, por lo menos, alcanzó a observar el cielo tornándose de un azul más intenso a como lo es normalmente, tomando también una textura microscópica y burbujeante; el compás en su visor enloqueció al girar de derecha a izquierda o viceversa, y siempre a una gran velocidad. Finalmente vino el desastre cuando los edificios, los caminos, los vehículos, los dos ejércitos opuestos, y absolutamente todo empezó a desintegrarse al igual que como le sucedió a PE-10 y a los almirantes. Soren falleció antes de desintegrarse también junto con todo el plano de la existencia. El Sistema Solar, la Vía Láctea, la Galaxia Tetra, y más allá... El universo tal como se conocía dejó de existir. Lo que alguna vez contuvo en su infinito desapareció junto a él, quedó un plano de nada excepto la propia Samus Oscura. Su cometido estaba logrado, ahora lo único que le quedó por hacer fue empezar desde el principio, creando con su poder un nuevo universo a su manera. Los eones transcurrieron con normalidad, Samus Oscura y su Caos Primordial establecieron su morada en el centro del recién formado cosmos, y con su poder de la omnipresencia vigiló el desarrollo de su proyecto de vida en cada rincón habido y por haber. Eventualmente perfeccionó sus habilidades, y la vida de Phazon dejó de ser venenosa y retorcida como solía ser en el pasado, al punto en el que podía existir un planeta exactamente como la Tierra tanto en flora como en fauna, pero cada criatura teniendo de Phazon lo que la vida del universo anterior tenía como carbono. ¿Existirá una nueva Samus en el mundo de Samus Oscura, quizás otro Soren? ¿Surgirán nuevos conflictos incluso si ahora cada forma de vida está conectada a Samus Oscura? Esas preguntas quedarán al aire. Solo queda esperar que Samus Oscura haya quedado satisfecha con sus logros. Ojalá que no tenga mayores ambiciones. |